De vuelta a casa.
DE UN MOMENTO A OTRO Rowan comenzó a sentir miedo, aquello que quería penetrar el escudo de su hermana parecía hacerce cada vez más fuerte, aún así Bella trataba de mantenerlo lo más que podía.
Observo a su hija sobre Jacob, una vez más, la pequeña asintió entendiendo lo que su madre quería decirle y se apretó más al lobo. Este levanto sus hermosos ojos para ver a la rubia, soltó un suspiro cargado de tantos sentimientos que le pesó en el corazón.
— Chelsea intenta romper los lazos que nos unen, pero no logra encontrarlos — Edward había susurrando lo suficientemente bajo para que solo los que se encontraban de aquel lado lo escucharán —. No nos siente aquí.
El de cabello cobrizo miro a su esposa formando una sonrisa, se podía ver lo orgulloso que estaba de ella. Rowan de igual manera lo estaba, quiso poder correr a sus brazos pero eso implicaría distraerla y todo se vendría abajo.
— Todo es cosa mía — presumió con orgullo, miro a su hermana formando una sonrisa la cual la rubia respondió.
Bella dio unos cuantos pasos para tomar la mano de su hermana, quiso decirle tantas cosas pero aquel no era el momento ni el lugar, lo único que quería era mantenerlas vivas, a todos y poder volver a su libertad.
— Lo lamento tanto, si tan solo hubiera sabido antes que...
— Jamas podría haberte dejado sola — interrumpió las palabras de su hermana —. Además, me alegra saber que mi hermana mayor aun me protege.
— Y lo seguiré haciendo, por siempre — Rowan se conmovió, quiso llorara perdonar contuvo. Jasper la tomó de la mano libre al sentir aquel sentimiento de nostalgia —. Moriré por ti y me encargare de que vivas — afirmó.
— Aun hay esperanza, ten fe — apretó su mano, le aterraba la idea de perder a su hermana mayor ahora que ya la había encontrado —, saldremos de esta.
De pronto, Rowan comenzaba sentir pequeñas punzadas en su cabeza, los cuatro vampiros que se encontraban escoltandola se percataron de ello debido a la mueca que formó. La rubia se dio la vuelta para evitar que alguien del otro lado la viera y se aprovechara de la situación.
Jasper la apegó a su cuerpo haciendo que soltara a Bella, la neófita se haya preocupada pero no podía dejar de proyectar pues podría ser fatal para ella. Ethan se acercó hasta ellos seguido de Alistair
— Duele — murmuró bajo, con la voz entrecortada.
Sentia como miles de agujas atravesaban sus sienes, su cuerpo comenzaba a debilitarse y si continuaba de aquella manera habría sangre escurriendo por su nariz, era lo que menos quería en ese momento.
Edward se giró preocupado hacia la joven, en un ágil movimiento se colocó frente a ella evitando que la chica rubia del frente continuará torturandola, formó una mueca apenas sintió el dolor, no era demasiado pero para la híbrida podría causar una hemorragia y la muerte repentina.
Jasper trató de calmar a junto a todos, la chica había logrado dejar de sentir pero aún dolía, nonse había percatado de la lagrimas que brotaban de sus ojos hasta que el rubio las limpió con sus pulgares mientras acariciaba sus mejillas.
— ¿Esta bien? — cuestiono Alistair preocupado.
— Si, estoy bien — aseguro débil.
El lobo soltó un grave y fuerte gruñido que lo demás acompañaron, se había olvidado por un momento de ellos por lo que giró un poco su rostro para asegurarse de que estaban bien.
—
Jane — susurro Bella con fiereza.
Rowan llevo la vista al frente conectando sus ojos con los de Jane, por un momento también quiso que ella sintiera el daño que le había. La joven del frente solo formó una mueca de dolor que después de unos segundos logró reprimir.
— Le has dado un poco de los mismo — hablo Edward mirándo había Jane, leyendo su mente —. Le ha dolido.
— Ojalá pudiera hacerle mucho más — renegó la rubia causando sonrisa de algunos.
— ¿Por que no esperan la decisión? - siseo Tanya preocupada por la chica menor.
— Es el procedimiento habitual — respondió Carlisle con paciencia —. Suelen incapacitar a los acusados en el juicio para impedir que escapen.
Bella observo a Jane que contemplaba las filas con incredulidad e ira, una sonrisa se formó en sus labios, totalmente satisfecha y orgullosa de su hermana, aunque aún se encontraba preocupada pues no se venia bien.
Otra presión volvió a sentirse pero esta vez ya no tan fuerte, esta una dirigida la de cabello cobrizo que aún cubría a Rowan a sus espaldas. Comenzaba a desesperarle aquel comportamiento por lo que llevo su vista al chico a un lado de Jane y pensó lo mismo que con ella, el chico se retorcio un poco distrayendo a la joven.
Molesta por dañar a su hermano, se preparo para atacar, su gemelo la sujeto del brazo para retenerla cuando se agachaba para tomar impulso para saltar. Los rumanos comenzaron a reír entre dientes como muestra de su sombría expectación.
— Te dije que era nuestro turno — le recordó Vladimir a Stefan.
— Tu solo mira la cara de la bruja — le contesto el otro entre risas.
Alec palmeo con suavidad el hombro de su hermana antes de ampararla bajo el brazo. Volvió hacia ellos con su rostro angelical y los miro con gran serenidad que aterraba.
Aquella espera le estaba pareciendo frustrante, quería irse del lugar de una vez por todas o atacar y terminara con todos aquellos que se proclamaban como reyes.
— ¿Estas bien? — pregunto Bella a Edward.
— Si — contestó el, tratando de disimular una mueca.
— ¿Alec lo esta intentándo? — volvió a preguntar Bella.
Edward simplemente asintió.
— Su don actúa más despacio que el Jane - explicó —. Se desliza, todavía va a tardar unos segundos en llegar — completo Edward.
Una extraña neblina clara iba cruzando por encima del prado. Apenas era visible sobre lo blanco de la nieve. La rubia volvio a sentir miedo, no solo para ella si no para todos, sobre todo para las niñas.
Un murmullo sordo recorrió el suelo y un golpe de aire alboroto la nieve del espacio intermedio que había entre las fuerzas que defendían la inocencia y las del enemigo. Benjamin también había visto la amenaza restante y ahora intentaba alejar la niebla de su posición.
La nieve permitía ver con mas facilidad como lanzaba un soplo de brisa tras otro con más facilidad como lanzaba un soplo de brisa tras otro contra la nube de vaho, pero esta no parecía resentir para nada el embate. Parecía airecillo pasando inofensivamente encima de una sombra, y la sombra era inmune a efectos del vientecillo.
Los ancianos finalmente se separaron y deshicieron la formación del triangulo, Rowan hacia respirado con alivio cuando en medio de un quejido desgarrador, se abrió una brecha honda y estrecha en el centro del claro.
La tierra tembló bajo sus pies durante unos instantes. Parte de la nieve acumulada cayo en picada al interior de la abertura, pero la niebla salto limpiamente el obstáculo, del que salio tan incólume como el viento.
Aro y Cayo contemplaron la fisura abierta en la tierra con ojos como platos. Marco miro en la misma dirección, pero sin emoción alguna en los ojos.
No despegaron los labios y se pusieron a esperar también mientras la lengua de niebla se acercaba hasta ellos. Jane había recobrado la sonrisa. Entonces la bruma se topo con un muro.
La lengua de niebla culebreo arriba y abajo en busca de una brecha, de una debilidad en el escudo, y no lo encontró. La bruma se dividió en varias hebras que rodean la superficie del escudo siguiendo diversos caminos en su intento de hallar una vía, un acceso, y en el proceso dejaron de entrever el sorprendente tamaño de la pantalla protectora.
Se levantó una oleada de gritos sofocados y exclamaciones a ambos lados de la fisura que había abierto Benjamín.
— ¡Bien hecho! — felicitó este en voz baja.
Uno a uno comenzó a felicitar a Bella por su arduo trabajo protegiéndolos, una vez que se aseguraron de que Rowan se encontraba bien volvieron a sus pociones dispuestos a escuchar el veredicto.
— Antes de votar — empezó. Más de uno gruño por lo bajo —. Les recuerdo que no tiene por que haber violencia, sea cual sea la decisión de concilio.
Algunos soltaron una carcajada tan sobria que calaba.
— La desaparición de cualquiera de ustedes seria una perdida lamentable para nuestra raza, pero en especial de aquellas niñas y la hibrida mayor — Rowan se asustó —, y en el de la impresionante Bella y su querido esposo.
— Es mi hermana, Aro, déjala en paz. — defendió Bella.
— Con mucha mas razón — su rostro mostraba sorpresa, jamás le habían amenazado antes —. Los Vulturi recibiríamos con mucho gusto a varios de ustedes en nuestras filas: Bella, Edward, Benjamín, Zafrina, Kate, Rowan. Les ofrecemos muchas alternativas; considerenlas.
Chelsea hizo un intento de disponer favorablemente sus ánimos, pero se estrello, impotente, contra la barrera del blindaje. Aro recorrió nuevamente las filas en busca del menor indicio de vacilación, pero a juzgar por su expresión, únicamente encontró resolución en nuestros ojos.
- En tal caso, votemos - concluyó con aparente renuncia.
- Las niñas son una incógnita y no existe razón para tolerar la existencia de semejante riesgo - se apresuro a contestar Cayo -. Debemos destruirlas y a todos cuantos las protejan.
Se puso a la expectativa y sonrió.
Marco alzo sus ojos llenos de desinterés y pareció mirar a través de todos mientras emitía su voto.
- No veo peligro inmediato, las niñas son bastante seguras por ahora, podríamos volver a evaluarla otra vez mas adelante, dejemos que se vayan en paz.
Su voz era incluso más débil que los suspiros etéreos de sus hermanos.
Ningún miembro de la guardia se relajo a pesar de la discrepancia. La sonrisa de anticipación de Cayo no se altero lo mas mínimo. Era como si Marco no hubiera dicho absolutamente nada.
- Mio es el voto decisivo, o eso parece - musitó Aro.
De pronto, Edward se irguió al lado de Bella.
- ¡Si! - siseo.
La guardia reacciono al fin y entre sus miembros se oyó un murmullo incomodo.
- ¿Aro? - dijo Edward casi a gritos y con un matiz triunfal en la voz.
El interpelado vacilo, y antes de responder se tomo unos momentos para evaluar con precaución este nuevo estado de animo.
- ¿Si, Edward? ¿Tienes algo más que...?
- Tal vez - repuso Edward, controlando aquel entusiasmo inexplicable -, pero antes, ¿te importa si aclaro un asunto?
- Por supuesto que no - contesto el líder Vulturi, que enarco una ceja y hablo con un todo de voz que únicamente dejaba entrever un interés cordial.
Cuanto mas amable se mostraban, más peligrosos eran los Vulturi, en especial él.
- Según tu, el peligro potencial de mi hija y mi sobrina radica en nuestra completa incapacidad para determinar en que se va a convertir cuando haya terminado su desarrollo — todos miraban en su dirección, expectantes — ¿Ese es el punto central?
- Exacto, amigo mio - convino Aro -. Si pudiéramos estar completamente seguros de que cuando crezcan vam a ser capaces de mantenerse a salvo del mundo humano y no poner en peligro la seguridad de nuestra especie... - dejo la frase en suspenso y se encogió de hombros.
- Bueno, pero si pudiéramos saber con certeza como sera cuando crezca, ¿habría necesidad de un concilio y todo lo demás? - sugirió seguro.
- Si hubiera alguna forma de tener una certeza absoluta - admitió Aro con una voz tan suave que causaba escalofríos -... entonces, si: no habría nada que debatir.
- Y entonces nos iríamos en paz y tan amigos como siempre, ¿no? - dijo con algo de ironia.
- Por supuesto. Nada me complacería mas.
Edward soltó entre dientes una risita exultante.
- En ese caso, tengo algo que ofrecerte - la voz de mi cuñado me causaba escalofríos.
Aro entorno los ojos.
- Ellas son únicas. Solo podemos aventurar en que se van a convertir.
- No tan únicas - discrepo Edward -, poco común, sin duda, pero no son las únicas de su especie.
Bella intentaba reprimir su sorpresa, la esperanza en ella cobro vida, en todos. Rowan en cambio, tardo un poco en entenderlo, pero cuando lo hizo no pudo ocultar su emoción. De pronto, aquella punzada de dolor golpeado nuevamente a la híbrida mayor, está vez casi derribandola al suelo.
— Haz que se detenga — murmuró apenas.
— Mami — la llamo Harriet, la pequeña quiero saltar del lomo para ir a socorrer a su madre.
- Hum... Aro, ¿tendrías la bondad de pedirle a Jane que dejara de atacar a mi cuñada? Todavía estamos discutiendo las pruebas.
El líder miro a la chica en los brazos de Jasper, formo una .mueca apenado para después alzar una mano.
- Paz, queridos mios. Oigamoslo.
La presión desapareció. Jane enseño los colmillose, molesta, pero satisfecha de haber causado dolor en alguien.
La conmoción se hizo presente cuando a lo lejos se pudo sentir una presencia que muchos ya conocían pero no sabían descifrarla.
- ¿Por que no te nos unes, Alice? - pidió Edward en voz alta.
- Alice - susurro Esme, asombrada.
- ¡Alice! - casi grito Bella.
- ¡Alice, Alice! - murmuraron otras voces, asombrados.
- Alice - susurro el líder Vulturi.
Alice, finalmente estarían a salvo.
7/10