Han pasado unos años desde que Rowan dejó atrás a su familia, ninguno de ellos tenía conocimiento de donde se encontraba o si todavia estaba con vida.
Fueron muchos los años en los que ellos la esperaron pero jamás regresó, aún así Bella fue la únic...
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Un día normal
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ROWAN HABIA DECIDIDO ALEJARSE un poco de su hermana y todo aquel ajetreo por un rato. Estaban a pocos días, por no decir que al día siguiente, la casa Cullen se llenaría poco a poco de vampiros extraños de los cuales no conocía su intenciones. Aquel día decidió ir a Port Angeles con las niñas y Jacob, Bella accedió a que fuera sola con la compañía del lobo, mientras que Jasper no estaba conforme pero no había podido ir porque necesitaba dejar todo claro antes de que los visitantes llegaran. Rowan pasó primero por un pequeño parque donde las niñas corrían de un lado a otro sin cansarse, afortunadamente no había demasiadas personas y la niñas podían controlarse mucho mejor que un adulto, Jacob siempre permanecía a su lado sin apartar la mirada de las pequeñas, su prioridad era llevarlas a las tres chicas a casa a salvo.
— No recuerdo cuando fue la última vez que no vimos — suspiro la castaña sin dejar de ver hacia las niñas.
— Unos días antes de que te fueras de aquí — Jacob se atrevió a mirarla —, me prometiste un helado por ayudarte reparar el auto de tu madre en ese mismo día — ambos rieron.
— Es cierto, Renee se volvió loca cuando se enteró que me estrellé en un árbol — volvieron a reír.
— Jamás volvi a saber de ti, nadie sabía nada de ti, ¿por qué? — su voz se fue quebrando poco a poco.
Para Jacob, la huida de una de sus mejores amigas le había dolido demasiado. Había hecho tantos planes con ella, incluso había pensado en decirle de su transformación cuanto esta ocurriera por primera vez, era tanta la confianza que se tenían que mo comprendió porque lo dejó sin ninguna explicación. Su corazón se hacia pequeño cuando recordaba como Bella le había dado la noticia.
— Es difícil — bajo la mirada avergonzada —. Ni siquiera yo lo sé, me sentía atrapada en casa y la relación con mis padres y entre ellos no era del todo buena.
— Pudiste haberme dicho, pude haberte ayudado en algo, podías haberte quedado en mi casa — su voz sonaba desesperada y aquello partió el corazón de la rubia.
