AGAINST 「 Kageyama✘OC」

By HalynnKei

185K 16K 9.8K

Rei cambiará su identidad radicalmente para ayudar a su hermano mellizo. Sin embargo, aquella farsa complica... More

Prefacio
Capítulo 1 - Mi identidad
Capítulo 2 - Karasuno
Capítulo 3 - Maldito suicida
Capítulo 4 - Un descuido
Capítulo 5 - El viaje
Capítulo 6 - Peace of Mind
Capítulo 7 - Confusión
Capítulo 9 - ¿Lo correcto?
Capítulo 10 - Una razón
Capítulo 11 - Maldición
Capítulo 12 - Sorpresa
Capítulo 13 - Quién eres
Capítulo 14 - Ésta soy yo
Capítulo 15 - ¿Qué me sucede?
Capítulo 16 - Perdóname
Capítulo 17 - ¡Feliz cumpleaños Hinata!
Capítulo 18 - Decepciones
Capítulo 19 - Aoba Jōsai
Capítulo 20 - Mira a tu derecha
Capítulo 21 - Hice algo terrible
Capítulo 22 - Mi último punto
Capítulo 23 - Confesión
Capítulo 24 - La sentencia del rey
Capítulo 25 - Una ilusión
Capítulo 26.1 - Descubierta
Capítulo 26.2 - Decisiones
Capítulo 27 - Tú, tan difícil
Capítulo 28 - Desenlace
Capítulo 29 - Ella lo vale
Capítulo 30 - Peligro
Capítulo 31 - Carta
Capítulo 32 - Patética
Capítulo 33 - Mis respuestas
Capítulo 34 - Un momento de sinceridad
Capítulo 35 - Petición
Capítulo 36 - ¿Real?
Capítulo 37 - Superación
Capítulo 38 - Torneo nacional
Capítulo 39 - Pequeña
Capítulo 40 - ¿En quién confías?
Capítulo 41 - Secuestro
Capítulo 42 - Un sabor amargo
Capítulo 43 - Adiós amigos
Capítulo 44 - Hasta el límite
Capítulo 45 - Sigue brillando
Capítulo 46 - Soberbio
Capítulo 47 - Sueños
Capítulo 48 - Lo que envidian los dioses
Capítulo 49 - El psicoanalista
Capítulo 50 - ¿Ves quién soy?
Capítulo 51 - Recomposición
Capítulo 52 - No me des las gracias
Capítulo 53.1 - Baile
Capítulo 53.2 - Viajemos juntos
Capítulo 54 - Todo puede terminar
Capítulo 55 - Mi culpa
Capítulo 56 - Que viva el rey
Capítulo 57 - Kenji
Capítulo 58 - Somos distintos
Capítulo 59 - Against
Capítulo 60 - Tú no
Capítulo 61 - ¿Dónde está ella?
Capítulo 62 - Traicionado
Capítulo 63 - Mejor muerta
Capítulo 64 - Ellos son mis padres
Capítulo 65.1 - ¿Réquiem?
Capítulo 65.2 - Demasiado tarde
Capítulo 66 - Mi último favor
Capítulo 67.1 - Final
Capítulo 67.2 - Final
Epitafio
Especial / Ending

Capítulo 8 - Acosadores

4.8K 441 275
By HalynnKei

↝ Novela inspirada en Haikyuu!! de Haruichi Furudate, presencia de OC Original Character   y algo de OOC Out of Character

LAS IMÁGENES MANGA Y FAN ART NO ME PERTENECEN.   

  ❤ 

P.O.V KAGEYAMA

Al otro día, cuando al fin amaneció, Kiryū se estiró al medio-levantarse. Al parecer había tenido una muy buena noche durmiendo, el muy idiota.

—¿Kageyama-kun? ¿No habías tú dormido en la cama y yo en el futón? —me preguntó, restregándose los ojos, mirándome desde arriba.

Me levanté para encararlo, con extrema furia.

—¡Te metiste en la cama a media noche! ¡Me despertaste y para variar por tu culpa no pude dormir bien! ¡Maldito imbécil!

Me miró muy desconcertado, para luego escandalizarse y entrar en pánico.

—¡¡QUÉ!! ¡¡N-NO ERA UN SUEÑO!!—se tapó la cara con ambas manos, intentando cubrir aquel sonrojo que por su pálida piel traslucía con fuerzas.—¡¡Y-Yo!! ¡¡PENSÉ QUE ERAS OTRA PERSONA!! ¡¡PERDÓNAME!!

Fruncí el ceño al escuchar aquello. ¿Otra persona? ¿Qué otra persona?

—¡¡Dios!! ¡¡Qué vergüenza!!

Se colocó la almohada en la cara, aún negándose lo que había sucedido. Yo no podía ignorar aquella afirmación de que creyó que yo era otra persona. Por alguna razón me enojó demasiado e hizo que me levantara y saliera dando un fuertísimo portazo.

—¡Kageyama! ¡Aún hay algunas personas durmiendo! escuché de alguna habitación.

Era la última noche y aquello en parte me consolaba un poco, ya que no iba a tener que pasar por lo mismo otra vez.

-

En este último día nos hicieron correr por todo el recinto para calentar para el último partido de práctica, que al parecer tendríamos que jugar contra un equipo fuerte de otra prefectura, muy lejana de Miyagi.

Yo aún permanecía fuera de mí mismo, y no quería que eso me jugara en contra en el partido. Sabía que no tenía que tener pensamientos innecesarios, y que el volleyball debía de ser mi prioridad.

—Oye Kageyama-kun... Perdón, no pensé que te molestaría tanto, yo...—Intentó hablarme Kiryū mientras corríamos.

—Está bien, está bien, déjame en paz por ahora, ¿Quieres?

No quería ser tan brusco y borde con él, pero aún estaba algo molesto, y además quería de verdad concentrarme en el partido. Él no me ayudaba en eso.

A eso de las 12 del día dejamos de entrenar e iniciamos.

Ni siquiera recuerdo el nombre del equipo contrario, no eran tan impresionantes como pensé que serían, el más alto de ellos era de mi estatura y ni siquiera tenían un líbero.

La primera formación de nosotros era: Hinata, yo, Tsukishima y atrás, Azumane, Nishinoya y Daichi-san. Mientras los demás estaban esperando para sustituir a alguno de nosotros.

Desde el primer momento partimos mal, le lancé el balón a Asahi para comenzar, pero este lanzamiento al parecer fue demasiado bajo y el balón chocó contra la red. Íbamos 4-7, con ellos venciéndonos.

Estaba nervioso e inquieto, mi cuerpo no se sentía conforme, y a pesar de que habíamos logrado hacer un par de remates, no estaba satisfecho.

El equipo contrario era 10 veces peor que Seijō, y no lograríamos ningún buen antecedente si es que fracasábamos ahora. Habíamos avanzado muchísimo hasta este punto, ya no podíamos fallar.

Justo cuando decidimos usar el ataque rápido, vi detrás de Hinata a Kiryū observándome nervioso. Aquello me descolocó y lo lancé tan alto que Hinata ni siquiera pudo tocarlo.

Seguro que el balón sería un avistamiento OVNI desde algún punto de esta prefectura, ya que se me pasó la mano con lo lejos que lo lancé.

Cuando Hinata cayó al piso, y el marcador fue de 14-19, se quedó mirándome indignado, para luego estallar en furia.

—¡Oye! ¡Bakageyama! ¡Despierta! ¡Qué fue eso! ¡Qué te hizo ponerte así de inútil!

—¡¿AH?! ¡¡REPÍTELO!!

—Chicos...—Intentó interrumpir Yachi-san.

—Hinata, no digas eso... A todos les puede suceder.

Aquella voz era sin duda la de Kiryū, quien, por alguna razón, me estaba defendiendo. El idiota de Hinata se quedó callado ante su interrupción

Cuando me dispuse a concentrarme nuevamente, escuché el indeseado sonido del pito del mediador, a mi lado izquierdo estaba Sugawara-san sosteniendo el número 9 en alto.

Tuve que salir, había sido reemplazado y yo ya no era necesario para ganar el partido.

Con impotencia, puesto que es una de las cosas que más odio en la vida, me senté en la banca y bajé la cabeza. Estaba realmente enfadado. Incluso si era culpa mía, no quería salir.

—Kageyama-kun.

Justo al frente de mí vi alzarse una mano sosteniendo una botella con agua; al levantar la mirada, aún sabiendo a quien pertenecía la voz, me sorprendí al ver a Kiryū levemente sonriendo.

—Tranquilo, lo harás mejor cuando vuelvas a entrar.

Sé que no era su culpa, pero aún así estaba molesto con él, principalmente porque no salía de mi mente y, producto de eso, ahora estaba fuera de la cancha.

Con la mano aparté violentamente la botella de agua, haciendo que cayera al piso.

—¡Déjame en paz!

—¿En serio aún estás enfadado por lo de anoche?—preguntó con un tono triste en su voz.

Lo miré con enfado, me molestaba todo de él, ya no podía comprenderlo.

—No. ¡Ya cállate y déjame solo!

—... creí que se iría sin más, después de todo se había fruncido y se había quedado en silencio, pero cuando se iba volvió a dirigirse a mí, esta vez apuntándome. —Con esa actitud nunca, y escúchame bien, nunca permanecerás en la cancha. Eres un genio, pero un mediocre controlando tus emociones. Aquí el único y gran culpable, eres tú.

Él se escuchaba muy molesto, no parecía el de siempre, no era su típico tono calmado, amable y amigable... Había alzado la voz en serio y no pude controlarme, estaba estresado y enojado, por lo que me paré de la nada y lo sostuve del cuello de la camiseta, para acercarlo hacia mí, haciendo que casi se separara del piso poniéndose de puntillas.

—¡K-Kageyama-kun! gritó Yachi-san—¡Entrenador U-Ukai!

Él me observaba desafiante, mientras yo ni siquiera tenía ganas de golpearle, pero ya no me podía echar para atrás.

—Sé que no me golpearás...

—T-Tú...

—Eres mucho más que esto... Kageyama-kun.

Cuando lo dijo, justo había llegado el entrenador a separarnos, pero yo lo solté suavemente antes.

Quería relajarme, me volví a sentar y escuché sumiso todos los regaños del entrenador.

Kiryū no me volvió a hablar, de hecho, luego de unos minutos entró al partido. Al final, llegamos a ganar, pero nunca volví a entrar, probablemente por castigo del entrenador.

—¿Aún hay algo que te molesta?—me preguntó Sugawara-san después del partido, preocupado.

—Supongo que lo mismo de ayer...

—Recuerda la calma, no se trata de echar odio a todo el mundo porque las cosas no van bien...

—S-sí...

Contar el resto del día sería deprimente, básicamente no me hablé con Kiryū durante toda la tarde, ni en el almuerzo, ni cuando el bus nos vino a buscar.

Me volví a sentar con Hinata, y desde adelante escuchaba a los chicos del club que gritaban entusiastas en los puestos traseros.

De hecho Hinata también se unía a ellos, pero yo no podía estar motivado en ningún tipo de caso. Ya no estaba molesto, pero sí desanimado.

''El tiempo me aclarará.''

Supongo que el tiempo fue mínimo, ya que terminé por entenderlo, en su mayoría, al instante.

Cuando llegamos a nuestra parada y nos bajamos del bus, Hinata me pidió que le acompañara al almacén, pensé que Kiryū no me pediría que nos fuéramos juntos después de todo, por lo que acepté.

—Kageyama-kun, ¿Serás mi conductor hoy? preguntó él con la bicicleta que había estacionado fuera del instituto.

Para mi pésima suerte.

—No podré... Le dije a Hinata que le acompañaría.

—Ah... Ya veo...—Dijo con una leve sonrisa, pero con tristeza en sus ojos.

—¡Pero Kiryū-kun! ¡Ven con nosotros!—gritó Hinata a mi lado.

—No, no, está bien... Nos vemos mañana, ¡Cuídense!

Se subió a su bicicleta y comencé a meditar acerca de lo que había pasado, quizás había creído que aún estaba enfadado con él y que por eso no quería que nos acompañara. Odiaba cómo las cosas no estaban saliendo como yo quería.

Fuimos al almacén y Hinata estaba comentando el partido de hoy, y un par de partidos que había visto grabados del ''pequeño gigante''. Yo apenas podía tomarle atención, tenía mi mente a mil kilómetros, y no lograba alcanzarle.

—¡Oye! ¡Kageyama! ¡¿Me estás escuchando?!

— ¿Eh? volví en mí Ah, no.

—Qué molesto que seas tan franco.

Ya habíamos pasado por el almacén e íbamos por la vía que llevaba a la casa de Hinata, él tenía entre sus manos aquellos característicos panecillos que todos los del club compraban.

—Te ves más malhumorado últimamente, y eso es decir mucho, ya que siempre estás malhumorado. Más bien no, andas raro.

Al escuchar eso bajé la mirada nuevamente.

—¡¡V-ves!! ¡¡Ni-Ni siquiera te enfadas por eso!! ¡¡Qué te pasa!! ¡¡¿Hice algo mal?!! volvió a decir Hinata, esta vez muy asustado. — ¡Entrenaré más lo juro!

Me quedé callado, no sabía si él era el indicado para hablar de este tema, pero necesitaba hablar con alguien.

—Oye, Hinata.

— ... Q-qué, ¿Quieres pelear? ¡N-No te tengo miedo!

—No... Quiero hacerte una pregunta.

—... ¿A mí? ¿Qué pasa?

Suspiré muy hondo, sabía desde el fondo de mi conciencia que me arrepentiría después, pero en fin.

—¿Te ha gustado un chico alguna vez?

—¿Eh?

—De la forma romántica.

Se quedó observándome seriamente mientras caminábamos por la calle.

—Esto... Kageyama... No quiero herir tus sentimientos ni ser duro contigo... Pero... Hizo una pausa.—¡Ni en un millón de años!, ¡¡Ni en una próxima vida!!

—¡¡IDIOTA!! ¡¡NO ES POR TI!! respondí alterado.

—Ah, pues... Entonces ¿Quién te gusta?

Me quedé callado un tanto inquieto de molestia por lo mucho que se había equivocado en entenderme.

—Espera... ¿Te gusta alguien? ¿De verdad a ti te puede gustar alguien? —se detuvo para ingerir un pedazo de su comida. Aunque seamos sinceros, jamás imaginé que sería un chico.

—Kiryū... Kenji-san...

Decir su nombre me hizo sentir incómodo, pero la reacción de Hinata no era la que esperaba.

Ah... Con que te gusta Kiryū-kun...

—¡¿N-No te sorprende?!

—En absoluto, de hecho es comprensible, ¿Te lo imaginas con pelo largo? ¿Y-y con vestido? Parecería una chica muy... Muy...

— ¿Hermosa? —dije, para luego avergonzarme tremendamente, ya que esa palabra salida de mi boca era algo demasiado embarazoso.

—S-sí... ¿Sabes?, hace un tiempo había una chica con lágrimas en las mejillas observándonos en un entrenamiento... Ella se parece muchísimo a Kiryū-kun...

—Es extraño estar hablando esto contigo...

—A lo que voy es... Que estoy pensando seriamente en que eran la misma persona.

Me detuve por un momento plasmado, mientras él siguió caminando. Me quedé concentrado y sorprendido ante esa suposición, era demasiado para mí, en todo este tiempo jamás había pensado en la posibilidad de que Kiryū-san nos estuviera engañando a todos.

Hinata luego de un rato se dio la vuelta.

—Intenta recordar algunas pistas, y ya verás como todo encaja. Bien, Kageyama, yo me voy por aquí, ¡Adiós!

P.O.V REI

Me había tocado devolverme sola hoy, y si bien entendía la situación, aún estaba inquieta de que Kageyama hubiera estado tan enfadado conmigo, seguramente me encargaría de conversar las cosas con él al día siguiente.

Al llegar a casa abrí las puertas con cierto temor, que no se esfumó al encender las luces, puesto que vi todo desastroso, desde los muebles dados vuelta, hasta la poca de loza que había, rota por los pisos.

Subí las escaleras y busqué a mi madre por todas partes, hasta que se me ocurrió ir a la cocina, donde finalmente la vi tirada, al parecer se veía herida, tenía sangre en el brazo y al parecer había perdido bastante, ya que había un charco mediano alrededor de éste.

—¡Mamá! —corrí hacia ella para tomarla del brazo, ella reaccionó al instante, se levantó y se echó hacia atrás.

—Y tú, maldita niña, dónde estabas.

—Es... Estaba en el centro de entrenamiento, mamá, si te lo dije.

Estaba enfadada y con ojos desquiciados, al parecer se había drogado.

Intenté calmarla con mi lenguaje kinésico, sé controlar parcialmente estas escenas, ya que no era la primera vez. Con mis manos hacía el gesto para que se calmara. Sabía que una vez más el regreso a mi casa iba a ser lo peor del mundo.

—De-déjame limpiarte ese brazo, y vendárt...

—¡No te me acerques! ¡Me abandonaste! gritó a la defensiva.

¡Que no mujer! ¡Déjame limpiarte!

—¡Seré yo quien te limpie mal agradecida!

Justo en el acto me lanzó un vaso de agua, que se estrelló contra de mí rompiéndose. Seguramente ese era el último que quedaba con vida y en composición.

—¡¡Vete de aquí!!

—No puedo, mamá, esta es mi casa también.

—Pues entonces la quemaré.

No sé de dónde, pero había conseguido un encendedor, el cual, de forma amenazante, lo pasaba por encima de las cortinas.

''Maldita loca'' Fue lo único que pude pensar.

La detestaba a más no poder.

—Tranquila, ven conmigo.

¡No!

—¡Mira tu brazo! ¡Seguro que te duele! ¿No?

Tomó en cuenta lo que dije, ya que dirigió su mirada al brazo, el cual seguía sangrando cada vez más, no tenía ni idea cómo se había hecho algo así, probablemente se había auto-mutilado con algún utensilio.

—Sí... Es verdad.

—Yo sé cómo quitarte ese dolor. ¡Acompáñame!

Finalmente pude lograr que soltara el encendedor y me acompañara a su habitación, estaba tan mal de la salud que finalmente volvió a dormirse.

Sabía que necesitaba ayuda, pero tenía miedo de ella, si no la trataba como una pluma, ella saltaría y seguro sería capaz de matarme. Mi padre no era el único represivo dictador, mi madre también lo era.

Cuando terminé de secar las heridas, tomé el teléfono celular y llamé a quien había nombrado anteriormente.

—Diga.

—Hola, Seiya, yo... Quería pedirte más loza, mi madre ha vuelto a romperla toda.

—¿Eh? ¿Rei? No tengo tiempo para estupideces como esa, te dije que me llamaras para cosas esenciales de tu vida.

—Es esencial... Tener loza en una casa. ¿Sabías? respondí en un tono desafiante.

—Vosotras siempre me vais a pedir dinero que no se merecen, sois unas interesadas.

—Recordad entonces que estás bajo la obligación legal de darnos el dinero que no merecemos.

—Jo-der, para la próxima, piensa bien por lo que me llamas, adiós.

—Adiós, espero la loza.

No me podía dejar estar, para salir de este pozo y ser feliz, primero debía depender de otros, por la maldita ley de la vida.

P.O.V KAGEYAMA

Me había quedado tumbado en mi cama antes de dormir, cerca de las 10 de la noche lanzando el balón hacia el techo.

''Intenta recordar algunas pistas, y ya verás como todo encaja.''

No es solo su apariencia física, también ha sido muy inseguro en la forma de llamarse a sí mismo, también huyó de las aguas termales de los varones despavoridamente.

Cerré mis ojos, queriendo recordar algo esencial que quizás estaba olvidando.

De pronto vino, su nombre, Kiryū Kenji, a mi mente, como un golpe bajo.

FLASHBACK años atrás, en Kiitagawa Daichi.

—Quiero que tengais muy en claro que no tenemos oponentes tan fáciles. Probablemente os veis muy confiados después del triunfo contra Yukigaoka, pero aquí y ahora, tenemos que preocuparnos y tomarnos en serio a algunos de nuestros contrincantes.

—¿A quienes se refiere específicamente, entrenador?

—Bueno... He tenido entendido que existen dos tocayos en el equipo contrario, Futakuchi Kenji, y Kiryū Kenji, bloqueadores centrales en la línea delantera de la cancha.

FIN DEL FLASHBACK.

Ahora lo recordaba, en la secundaria ya me había enfrentado contra Kiryū Kenji, y su equipo había perdido ante el mío.

No recuerdo su rostro, pero desde luego no era como el de Kiryū de Karasuno, también mantenía una fuerte amistad con Futakuchi, quién ahora es el capitán en Date tech.

¿Realmente él era una farsa?

Lo bueno es que dentro de poco podría confirmarlo.

P.O.V REI

Llegué al instituto, un tanto desanimada por lo que había sucedido el día anterior, después de todo la casa estaba hecha un desastre. Además, como había predicho, Kenji no me ha vuelto a llamar, lo cual era otra razón para justificar este desánimo que llevaba encima.

Tenía que cambiar de actitud, dentro de unos días iríamos a las preliminares del torneo de verano. Era el último torneo del año y debía, bajo toda circunstancia aprovechar aquella oportunidad.

En la puerta me esperaba Yuri sonriente como es normal, para dirigirnos juntas a clase.

Desde las afueras del patio central, Kageyama-kun ni siquiera estaba discutiendo con la máquina de gaseosas. Buscándolo con la vista no lo pude divisar en ningún lugar.

—¿A quién buscas? ¿Kenji-kun?

Hasta el tono de voz de esta chica era adorable, además, su mirada tenía mucho que decir, se notaba a primera vista lo sincera y trasparente que era ella como persona.

—A un amigo...—Le respondí un tanto desorientada mirando a los alrededores.

Ella no dejaba de mirarme. En seguida infló ambas mejillas y formó un puchero entre sus labios.

—No me digas que al que nos está espiando hace ya mucho rato.

—¿Qué?

—Espera un poco.

Mientras íbamos caminando la observé con confusión, al parecer estaba en espera de que llegara el momento justo para advertirme.

—Ahora, voltéate lo más rápido que puedas.

Accedí ante su orden, y efectivamente alcancé a ver a unos acelerados Kageyama y Hinata detrás de nosotras, quienes al parecer estaban acechándonos.

Fruncí el ceño y lancé mi mayor expresión malhumorada ante aquella desconsiderada acción de su parte.

Decidí hacer caso omiso y simplemente darme la vuelta, probablemente al llegar al salón no podrían seguir espiándome.

Esta era tan solo una presión más.

P.O.V KAGEYAMA

Con Hinata habíamos decidido esta mañana que la mejor forma de acumular evidencias era recopilando información sobre Kiryū-kun. Quizás no fue una buena idea empezar siguiéndole toda la mañana, al parecer Hinata estaba muy entusiasmado con el tema, mientras yo iba paranoico, puesto que jamás había cometido un acto tan psicópata.

Mientras estábamos a su alrededor, Kenji parecía inquieto, miraba a todos lados en búsqueda de algo... O alguien.

Era irreconocible poder notar qué llamaba tanto su atención, con tanto protagonismo en su conciencia, y en parte me molestaba, solo podía recordar que aquella noche me había ido a abrazar, imaginando que yo era otra persona.

—Kageyama, quita esa expresión de tu rostro, das miedo.

—¡¡Cállate!!

A medida que nos acercábamos, la chica que estaba a su lado reaccionaba. Al parecer nos había notado. De pronto, y sin siquiera darnos una advertencia, se giró bruscamente para divisarnos a ambos, que salimos corriendo al instante como gatos aterrorizados.

El pequeño momento que capté su rostro, noté su molestia. Tenía sentido, ya que estábamos siendo unos desvergonzados acosadores.

—N-No pensé que Kiryū-kun, pudiera expresar tanto odio en su mirada, como en la que nos acaba de lanzar.

Habíamos corrido bastante lejos, y nos habíamos apoyado en una pared justo al lado de las escaleras que unían al primer y al segundo piso.

—Es tu culpa, Hinata idiota, tienes unas ideas de mierda.

—¡Qué! ¡Eres tú el gran interesado en esto! ¡Agradece que te esté ayudando!

Suspiré y me resigné una vez más para finalmente marcharme a la asquerosa clase.

Me senté en el puesto más cercano a la ventana. Siempre era reconfortante evitar la cuadrada y aburrida rutina de las clases, apreciando el exterior.

Aún no llegaba el profesor.

—¿Kageyama-san?

Escuché una voz femenina que se me dirigía. Jamás había escuchado aquel tono y observé con desánimo de quien se trataba.

Ciertamente no conocía a esta chica de ningún lado.

—T-Te puedo preguntar algo...

Con su tartamudeo podía notar su inquietud al hablarme, como si fuese a morderla o algo por el estilo. Es algo involuntario, no controlo mis expresiones faciales y no precisamente porque observe a alguien con disgusto, lo sienta en realidad.

—Sí. ¿Qué sucede?

—Bueno... Quería preguntarte... Pues... ¿Tú eres amigo de Kiryū-san? ¡E-El de la clase 4!

Aquel nombre era el cual más quería olvidar, y venían a recordármelo en el último momento. Quería lanzarme entre mis brazos en la mesa, pero no baje la mirada, tan solo seguí actuando calmado, como si realmente no existieran mil tifones dentro de mi mente.

... Supongo.

—¡Genial! ¡Y-yo! ¡Me interesa! ¡Q-Quería saber si podrías contarme acerca de él! Y-ya sabes, como qué es lo que le gusta... O...

—No.

Mi mirada asesina interrumpió su entusiasmada petición, la chica se echó hacia atrás, no había tenido la intención de decirlo tan fuerte, pero mucha gente de la misma clase se volteó a observarnos.

—D-Disculpa dijo algo decepcionada y enojada Si me permites.

Procedió a alejarse de mí.

Aquello no me parecía una petición tan difícil de cumplir, de hecho si me lo hubiese preguntado por cualquier otra persona más, como otro chico del club, quizás me habría esforzado por serle de ayuda.

Pero no podía, no si se trataba de él.

Era un fastidio como prácticamente todos le habían agarrado manía, o lo odiaban o les interesaba. El punto era ser el puto centro de atención, y ese es el típico chico que yo odiaría.

¿Cómo podría caer en aquella parafernalia?

La clase había comenzado. Había quedado dentro de mi propia burbuja durante todo el día, deseando que tan solo se terminara, para así asistir al club de volleyball y olvidarme del mundo.

Para nuestra buena suerte, hoy las clases acababan antes, probablemente por ser viernes, por lo que teníamos más tiempo para entrenar.

En la última clase apoyé mi cabeza en uno de mis brazos y comencé a mirar las hojas de un árbol que alcanzaba la altura del establecimiento.

Fuera de los gritos desmesurados del profesor, pensando que éramos sordos y nada escucharíamos si hablara con normalidad, podía escuchar el sonido de los automóviles, junto con algunos murmullos de gente que se sentaba atrás, con el descaro de interrumpir la clase, mientras también un par de sonidos más que se mezclaban en mi cabeza, despiadados de mi estado últimamente, que era hasta vulnerable. No llevo una larga vida encima, pero hasta a mí me sorprendía lo mucho que había cambiado en tan poco tiempo.

''Kageyama-kun...''

Y una vez más en mi subconsciente se escuchaba aquel sonido suave que provocaban sus cuerdas vocales, como una unión u orquesta de cuerdas en el vacío. Era placentero, desde luego.

Solo quería seguir sumido en el sueño.

—Kageyama-kun, despierta.

En ese instante levanté mi cabeza de un sobresalto, al parecer me había quedado profundamente dormido, miré a mi alrededor y no era un sueño, Kiryū-kun estaba a mi lado. Anteriormente él estaba sacudiendo mi cabeza y mi espalda con insistencia intentando hacerme despertar.

—Oye, loco del volleyball, vamos al club... La clase ya terminó.

Su tono de voz era alegre, risueño, como si nada hubiese pasado anteriormente.

—Me avergüenza que no seas un rey para estudiar. Bakageyama.

Ese sería un comentario que tan solo Tsukishima haría, pero provenía de la voz de Hinata. Al mirar hacia el frente, efectivamente, ahí se encontraba.

Antes de poder contestar algo con evidente molestia, Hinata me interrumpió antes con la peor actuación que haya visto antes.

—¡¡Ah!! ¡Supongo que debo ir al baño! ¡N-Nos vemos en el club de volleyball!

Seguido de eso corrió como animal por los pasillos, escuchándose sus duros y ruidosos pasos. Al parecer lo anterior había sido una jugada, creía tener el derecho de decir lo que se le diera la gana, tan solo por hacerme ''el favor''.

Aún así merecía un gracias de mi parte y una mínima pizca de respeto.

—Y bien. ¿Vamos?

Accedí a levantarme, pude notar cómo las chicas de mi clase se habían reunido en la esquina trasera del salón para comentar, de forma muy poco disimulada.

Mientras caminábamos pasivamente, pude notar que su aura era distinta, había recobrado su personalidad brillante.

—Sobre lo de la mañana intenté decir.

—Está bien... Está bien, Hinata ya se disculpó por ello...

Ni siquiera supe de qué manera el idiota de Hinata había logrado que Kiryū se desenojase.

—... Y sobre lo del centro...

En seguida, antes de que me pudiera expresar y disculpar por lo que había sucedido, se puso de puntillas, al frente de mí, y con su dedo índice tapó mis labios.

Aquella reacción me hizo tener una explosión interior que culminó nuevamente en esos sonrojos asquerosos que tanto detestaba.

—Definición de rey. Persona, animal o cosa que por sus características sobresale entre los demás de su clase o especie y se considera el máximo representante o el mejor.

Lo miré con confusión, ya que lo había dicho como una máquina, y además no tenía nada que ver con lo que estábamos hablando.

—¿Eh?

—Suena genial. ¿No?

—Esto...—Quise opinar al respecto.

—Olvida aquellas incorrectas concepciones y definiciones de la palabra, quiero que estés orgulloso hasta el último momento, por todo el resto de tu vida, de lo que eres. Todo un rey en la cancha.

Me quedé helado observándolo, cada vez me salía con algo que me sorprendía aún más.

—Te veías molesto por alguna razón últimamente, y Hinata me dijo que era por eso...

Todo tenía sentido, era cierto que lo mejor en esta situación era ocultarle mis verdaderas confusiones y molestias. Pero aún así algo muy dentro de mí deseaba decirle todo.

—Kiryū-san...

—¿Sí?

—Tú... A mí... Lo que me molestaba era algo de ti... O más bien conmigo mismo, pero con respecto de ti... Me... Yo...

Estaba actuando como un imbécil y estaba tartamudeando como un estúpido, las palabras no me salían. Simplemente no estaba seguro de hacerlo o no.

Con ambas palmas golpeé mis mejillas para así desestresarme y decirlo de una vez por todas.

—... Tranquilo, a mí no me molesta tu forma de ser... Probablemente te refieras a lo del campamento, tan solo quiero que no te encierres en ti mismo. No quería decirte que algo estaba mal contigo, me encanta como eres...

Me quedé suspendido, él siguió explicándome mil puntos de vista, pero no podía escucharlo y comprenderlo con claridad, tan solo observaba expectante sus labios moviéndose. Había retirado la idea de simplemente declararme cuando aún nada estaba dicho, aún existían dudas y procesos que merecían madurar.

—...Incluso siendo un súbdito, como dirán los demás, estaré feliz de serlo para el mejor rey de todos, Kageyama Tobio.

Me shockeó de mil formas por dentro. No me esperaba algo como eso, me daban ganas de agarrarlo y abrazarlo. Pero obviamente no lo haría, mi efecto secundario era simplemente darme la vuelta con rostro molesto, directo al club de volleyball.

Escuché desde atrás su despreocupada risa ante mi reacción.

Ya no tenía ninguna duda, me gustaba, me gustaba la persona que residía en él, independiente de que fuera un chico o una chica realmente.

EN EL ENTRENAMIENTO.

P.O.V REI

Cuando con Kageyama-kun llegamos al gimnasio todos se dieron la vuelta para mirarnos con cierta furia que no terminábamos de comprender.

Completamente fuera de contexto nos acercamos y dejamos las cosas, no tardaron mucho en explicarnos la situación sin siquiera tener que preguntar.

—Supongo que se dieron cuenta, Kageyama-kun, Kiryū-kun, de la ausencia de algo justo aquí, en el gimnasio.

Con Kageyama nos miramos, y de forma automática analizamos el lugar, en búsqueda de lo que, según el entrenador Ukai, faltaba.

Kageyama lo encontró en menos de 10 segundos, mientras yo aún seguía confundida.

—¡La red! ¡N-No está! ¿C-cómo vamos a practicar?

Dirigí mi vista hacia el centro de la cancha y era cierto, no había ninguna red, o bien si había, su mitad, arrastrada por el piso, bien rota.

—Y es que hoy no habrá entrenamiento, como castigo a los que hicieron esto.

Todos comenzaron a reclamar en voz alta. Aunque tenía razón, no tenía sentido hacer un partido de volleyball si no había red.

—Esto debió haber sucedido la noche en la que el bus nos dejó hace unos días, ¿recordáis?

—¡N-ninguno se quedó aquí después del regreso! afirmó Hitoka-chan.

—Por lo general, siempre Kiryū, Kageyama y Hinata se quedan en el gimnasio entrenando por la noche —dijo Tsukishima, con un tono delatador.

Todos se giraron a observarnos a nosotros.

—¡No! ¡Con Hinata fuimos al almacén! Después del regreso...

—Es cierto lo que dice Kageyama afirmó Ukai-san.

—Eso significa que debió haber sido Kiryū-kun —replicó el rubio.

Tsukishima me lanzó una pícara mirada intentando provocarme, como parte de su hobbie, que es probablemente fastidiar a los demás.

Respondí furiosa ante su acusación, que no pudo haber sido más falsa que cualquier otra cosa.

—¡No! ¡N-No fui yo! ¡Me acusas sin pruebas!

—No hay pruebas suficientes para acusar a alguien, solo una, que es el hecho que todos conocemos, el que siempre te quedas después de los entrenamientos en el gimnasio.

Me irritaba el hecho de que sabía mi verdadera razón, y aún así osaba a echarme la culpa. Él sabía que no podía ocupar la ducha con ellos.

—¡Si me culpas tanto! ¡Debe ser para desvincularte a ti mismo! ¡Que quizás eres el verdadero culpable!

—Pero mira cómo te alteras, tu actitud te delata.

—Al parecer no tendremos forma de saber quién es el verdadero culpable concluyó el entrenador cruzándose de brazos. En ese caso los denominaré a ambos como responsables.

—¡No he sido yo! gritamos en sincronía.

—Y a mí me vale, alguien debe hacerse cargo de esto, y hasta que no asuma el culpable, ambos tendréis que responder al club.

Lo miramos con desaprobación, y con desentendimiento ya que no comprendíamos a qué iba el punto de ''responder'' al club.

—Artículos como este, de deporte, tan solo lo hemos conseguido en Sendai. Nosotros cubriremos los gastos con los fondos del club, mas vosotros, tendréis que ir mañana a comprar nuevas redes. Mañana tendréis que olvidar los planes que tengan, de lo contrario, no podremos entrenar antes del torneo de verano.

Con Tsukishima nos miramos con desaprobación, era realmente un coñazo ir lejos por algo que quizás ninguno de los dos hizo. Aún así el entrenador no parecía estar bromeando, e ir en contra de él no sería algo que corregiría el problema por el que el club estaba pasando, Daichi-senpai estaba entrecruzado de brazos también, por lo que ya no podíamos vacilar ni reclamar, tan solo asentimos.

Al terminar aquella devastadora reunión me acerqué a Tsukishima.

—Tendremos que usar la estación de buses, dudo que el tren llegue hasta Sendai.

—Anda, pero mira cuán enojada te pones ahora.

Seguido de eso me apretó la cara con la mano derecha, abultando mi mejilla.

—¡Suéltame! Es tu culpa...

—Solo quería fastidiarte, lo siento, de igual manera salí perdiendo yo.

Era extraño escuchar una disculpa de Tsukishima, por lo que fruncí el ceño para luego dirigirle una cálida sonrisa cambiando drásticamente el ambiente.

—Veo que no todo sale como tú esperas, Tsu-ki-shi-ma-kun.

—Cierra la boca, enana.

—Ese consejo viene más contigo, roba focos.

—¿Cómo que roba focos?

—Limpia techos.

Enseguida me tomó de ambas muñecas para comenzar a luchar contra mí, ciertamente no tengo ni la mitad de la fuerza que tiene él.

—Oye, tan solo espero que no me vengas con esa pinta. Para que te bajes de la nube, Kir-yū Ken-ji-kun.

Le saqué la lengua en un tono amistoso, de cierto modo era un alivio que alguien supiera de mí, y como es de esperarse, no sería necesario vestirme de hombre si vamos a ir allá, por lo que asentí sin reproches.

P.O.V KAGEYAMA

Tan solo tenía unas ganas infinitas de masacrar al estúpido, inútil e insoportable Tsukishima por lo bien que se llevaba con Kiryū-kun. Sentía cierta envidia, aún después del juego malo que le hizo, Kiryū no parecía enojado ni molesto.

No tenía sentido.

—¡Bakageyama! ¡Tú sí que eres idiota!

—¿Ah? ¿Qué te pasa?

Hinata se había acercado hacia mí para darme un puño en el brazo, el cual esquivé a tiempo.

—Si te hubieses culpado, habrías ido a una cita con Kiryū-kun a Sendai. Pero claro, ahora la tendrá Tsukishima.

—Cállate, no digas ese tipo de cosas, me irritan.

—¡Está bien que te irriten! ¡La liaste! Y aún así me di la molestia de ir a buscarlo a su clase para traértelo.

—Pues ahórrate las molestias.

—¡Que no! ¡También me importa saber qué esconde Kiryū-kun! ¿Te das cuenta?

Me quedé medio callado, mientras Hinata se había sumido en pensar. Al parecer este idiota sí podía pensar.

¡Ya sé! ¡Ya sé! comenzó a saltar alrededor mío.

—¿Qué vas a saber tú?

—Oh, vamos... ¡He tenido una idea!

Suspiré y escuché atentamente lo que tenía que decir para esta vez.

—Vamos mañana a Sendai, recopilamos información, y así...

—Para, para, para. ¿Estás loco? ¿Hasta qué nivel de acoso quieres llegar?

—De paso, vamos a las tiendas gigantes de deportes, dicen que hay balones autografiados...

De algún modo, me terminó por convencer.


Discúlpenme por haber sepultado el KageHina :'c juro que son mi OTP, ¡Espero algún día hacer un fanfic de ellos! Si no me fuera tan difícil escribir yaoi :'c (esto es un yaoi implícito e_e ps XD)

Continue Reading

You'll Also Like

30.8K 4K 16
El significado de una rosa azul siempre fue hermoso pero trágico, si le dabas a la persona que amas una rosa significaba que su amor era eterno pero...
1.5K 93 7
y pues si hay estaba nuestros gringos favoritos en una secundaria pública y para peor sin saber mucho español,que les deparará el futuro a nuestros g...
2.6K 218 19
"no me arrepiento de responder aquel mensaje" la mayoría de personajes le pertenecen a Isayama los demás son de mi autoría. Créditos a quien le cor...
11.1K 1.2K 8
❝¿Tienes una debilidad, niña? ── Si. ¿Cuál? ── Ese idiota de Megumi.❞ La historia de Rin y Megumi era más significativa de lo que los hechiceros pud...