AGAINST 「 Kageyama✘OC」

By HalynnKei

185K 16K 9.8K

Rei cambiará su identidad radicalmente para ayudar a su hermano mellizo. Sin embargo, aquella farsa complica... More

Prefacio
Capítulo 1 - Mi identidad
Capítulo 2 - Karasuno
Capítulo 3 - Maldito suicida
Capítulo 5 - El viaje
Capítulo 6 - Peace of Mind
Capítulo 7 - Confusión
Capítulo 8 - Acosadores
Capítulo 9 - ¿Lo correcto?
Capítulo 10 - Una razón
Capítulo 11 - Maldición
Capítulo 12 - Sorpresa
Capítulo 13 - Quién eres
Capítulo 14 - Ésta soy yo
Capítulo 15 - ¿Qué me sucede?
Capítulo 16 - Perdóname
Capítulo 17 - ¡Feliz cumpleaños Hinata!
Capítulo 18 - Decepciones
Capítulo 19 - Aoba Jōsai
Capítulo 20 - Mira a tu derecha
Capítulo 21 - Hice algo terrible
Capítulo 22 - Mi último punto
Capítulo 23 - Confesión
Capítulo 24 - La sentencia del rey
Capítulo 25 - Una ilusión
Capítulo 26.1 - Descubierta
Capítulo 26.2 - Decisiones
Capítulo 27 - Tú, tan difícil
Capítulo 28 - Desenlace
Capítulo 29 - Ella lo vale
Capítulo 30 - Peligro
Capítulo 31 - Carta
Capítulo 32 - Patética
Capítulo 33 - Mis respuestas
Capítulo 34 - Un momento de sinceridad
Capítulo 35 - Petición
Capítulo 36 - ¿Real?
Capítulo 37 - Superación
Capítulo 38 - Torneo nacional
Capítulo 39 - Pequeña
Capítulo 40 - ¿En quién confías?
Capítulo 41 - Secuestro
Capítulo 42 - Un sabor amargo
Capítulo 43 - Adiós amigos
Capítulo 44 - Hasta el límite
Capítulo 45 - Sigue brillando
Capítulo 46 - Soberbio
Capítulo 47 - Sueños
Capítulo 48 - Lo que envidian los dioses
Capítulo 49 - El psicoanalista
Capítulo 50 - ¿Ves quién soy?
Capítulo 51 - Recomposición
Capítulo 52 - No me des las gracias
Capítulo 53.1 - Baile
Capítulo 53.2 - Viajemos juntos
Capítulo 54 - Todo puede terminar
Capítulo 55 - Mi culpa
Capítulo 56 - Que viva el rey
Capítulo 57 - Kenji
Capítulo 58 - Somos distintos
Capítulo 59 - Against
Capítulo 60 - Tú no
Capítulo 61 - ¿Dónde está ella?
Capítulo 62 - Traicionado
Capítulo 63 - Mejor muerta
Capítulo 64 - Ellos son mis padres
Capítulo 65.1 - ¿Réquiem?
Capítulo 65.2 - Demasiado tarde
Capítulo 66 - Mi último favor
Capítulo 67.1 - Final
Capítulo 67.2 - Final
Epitafio
Especial / Ending

Capítulo 4 - Un descuido

5.2K 477 243
By HalynnKei

↝ Novela inspirada en Haikyuu!! de Haruichi Furudate, presencia de OC Original Character   y algo de OOC Out of Character

LAS IMÁGENES MANGA Y FAN ART NO ME PERTENECEN.   

P.O.V REI

Había pasado ya un tiempo desde que ingresé al instituto, estábamos a mitad de año, en verano, y las semanas que nos dan de vacaciones se veían muy cercanas a nuestra suerte. Cada vez hacía más calor y me acomplejaba tener que sacarme la chaqueta de encima, con miedo de ser descubierta, por lo que debía resistir las altas temperaturas quisiera o no.

Durante las pocas semanas que he compartido con los chicos nos hemos llevado increíble, son muy graciosos, alegres y sociables. Ninguno aún había sospechado sobre mí.

De vez en cuando me quedo después de los entrenamientos haciendo saques y recibiendo, ya que muchas veces Kageyama o Hinata se quedaban conmigo, ambos se han vuelto amigos para mí, lo pasamos muy bien juntos y la mayoría de las veces regresamos a casa juntos.

Cabe destacar el hecho de que Kageyama ha venido a buscarme a casa por las mañanas, para irnos en bicicleta, él estaba siendo la persona más cercana a mí, lo cual es muy sorprendente ya que pensé que desde un principio nos llevaríamos mal.

Probablemente no estaba errada en ello, pero él era diferente cuando estaba conmigo, no se enfurecía (aunque sí se molestaba de vez en cuando) y no me faltaba el respeto. Ninguna de las cosas que me ha dicho Hinata sobre él, me calzan cuando las contrasto a su personalidad. Él es muy correcto y por qué no decirlo, bastante dulce.

Hoy, después de clases llegué tarde al entrenamiento, para variar. De hecho, todos se voltearon a observarme, ya que entré sin regir y moderar el ruido que estaba haciendo, estaban todos reunidos alrededor del entrenador Ukai.

—¡Al fin llegas! ¡Kiryū-kun! me dijo Daichi, que estaba con los brazos cruzados y con una sonrisa irónica.

—Discúlpenme por favor...—Dije entrando lentamente, cabizbaja.

Todos me sonrieron familiarmente. Para mi suerte habían disculpado, una vez más, mi impuntualidad.

Y bueno... Como les decía deben traer la autorización de sus padres para que puedan ir... Estaremos unos 3 días aproximadamente.

Entrecerré los ojos, ya que aquella información había entrado en mi conciencia sin previa explicación, por lo tanto no cobraba sentido aún.

—¿Qué? ¿A qué se refiere el entrenador? le susurré a Sugawara, que se encontraba a mi lado en ese momento.

—Vamos a ir a un campo de entrenamiento... Algo así como un paseo de verano.

—¡En serio! grité entusiasmada.

Se voltearon a verme indignados por haber interrumpido, y es que realmente me hacía muchísima ilusión, jamás me había ido de viaje y esta sería mi primera vez fuera de casa por tanto tiempo.

Estaba un tanto confusa ya que ninguno parecía emocionarse, algo me decía que era la única tonta que no se había enterado.

El entrenamiento terminó mucho antes, debido a que durante la noche habría una festividad que se celebraría en el gimnasio del instituto. Más que nada, el entrenamiento fue para explicarnos el paseo y todo lo demás, por lo que muchos nos fuimos de mala gana.

Ni siquiera pudimos extraer un balón, ya que nos echaron casi al instante.

Al irnos Nishinoya se ofreció amablemente a ayudarme llevando la carga que llevaba... Hoy me tocaban mil clases y además, tenía que llevar materiales, junto con el bolso deportivo. Por lo que él llevó mi mochila. Aquello fue un alivio gigantesco.

Todos los chicos del club se marcharon en manada a comer después del entrenamiento, mas yo no podía ir. Quería aprovechar de ir a casa, buscar mi identificación e ir a la biblioteca a pedir libros que me ayudaran a estudiar.

No podía llevar la identificación conmigo ya que sería riesgoso.

Chicos, yo me voy por este camino, debo llegar a casa ahora mismo.

¿Por qué? Si salimos mil veces más temprano hoy... Aprovechémoslo.—Dijo Hinata.

—¡Sí! ¡Ven con nosotros! dijo Nishinoya.

—Es que me llamaron, y es importante que regrese, discúlpenme.

Tenía realmente muchas ganas de ir, pero la biblioteca cerraba temprano y esta era mi única oportunidad.

—Bien, yo iré contigo dijo Kageyama.

—¡Hey! ¿Todos se están bajando? Protestó Tanaka.

—Nuestras casas están en el mismo camino, me dedicaré a estudiar para ascender en calificaciones en los exámenes.

¡¡TÚ ESTUDIANDO!!gritó Nishinoya, seguido de muchos gritos similares.

—Oi, Noya-san, no seas así, él ha cambiado últimamente—intentó intervenir Asahi.

—Buena suerte, Kageyama-kun, supongo que no nos queda más que apoyar tu decisión, que es la mejor.—Dijo amablemente Sugawara.

Nos despedimos y emprendimos nuestro camino, al principio me había parecido extraño que me acompañara a casa.

Oye, Kageyama-kun, me dijiste que ibas a estudiar ¿No?

—Sí... Tengo que hacerlo si es que quiero seguir en el club de volleyball, mi madre me reprocha, diciendo que es esa la razón por la que estoy desmotivado con los estudios.

—Vaya, tú sí que lo das todo por el volley dije expulsando una sutil risa.—Dudo, incluso si repruebas, que dejarías el club.

—Cállate...

Pensé en la posibilidad... Hoy no había absolutamente nadie en casa, ya que mi madre nunca estaba por las tardes, por lo que me convencí a mi misma con el objetivo de ayudarlo.

—Hoy iré a la biblioteca. ¿Quieres que vayamos juntos? Podría ayudarte a estudiar.

Kageyama se quedó parado, mientras yo seguía caminando, por lo que me detuve y me volteé. Me estaba observando con cara de sorpresa e ilusión.

—¿E-en serio? Eso... Sería genial.

Casi nunca se emocionaba por algo, pero justo en este episodio sus ojos brillaron tanto como si yo fuera un balón gigante de volleyball frente a sus ojos oscuros, por más ridícula que suene la comparación.

—¡Sí que sí! respondí sonriendo, feliz de quizás poder ayudarle.

—G...Gracias...

DESPUÉS.

Cuando llegamos a mi casa, me cercioré de que realmente no hubiera nadie. Para nuestra suerte así era.

Hice pasar a Kageyama y le dije que se pusiera cómodo en el salón, mientras yo iba a buscar mis cosas a mi habitación, entre ellas mi identificación. Sabía que sería un problema esconderlo cuando estuviéramos en la biblioteca, pero eso lo solucionaría en el momento, si me calentaba la cabeza jamás podría encontrarla siquiera, ya que se me pierde todo.

Al subir las escaleras escuché un ruido que provenía desde el comedor, intenté hacerle caso omiso, simplemente ignorarlo, pero luego de un segundo a otro volvió a escucharse una intrépida presencia allí.

El comedor estaba muy lejos del salón, o al menos lo suficiente, como para descartar la posibilidad de que Kageyama hubiese caminado hasta allá sin siquiera haberme dado cuenta.

Decidí bajar, como si nada pasara, completamente desarmada. Mala idea.

—¿Kageyama-kun? ...—Dije, con la esperanza de que realmente fuera él, en una de esas.

Cuando entré al comedor, lo primero que visualicé fue a un hombre adulto, con cara de pervertido que me observaba con una sonrisa asquerosa, parecía borracho, tenía unos dientes amarillos asquerosos, su aspecto no era para nada el más confiable, por lo que me asusté y me eché hacia atrás de inmediato, chocando con el mueble de cocina.

Vaya, así que ésta es la hija de Akira, sí que es linda, ¿Verdad?—comenzó hablando el estúpido, delatando la presencia de terceros.

—Sí... tenía bastante razón.

Escuché desde atrás a otro hombre que también estaba ahí, de pintas muy similares a las del primero, pero este lucía más joven, pasando los 20.

—Oigan chicos, no deberíamos irrumpir así en la casa de una compañera ¿Verdad?—expresó otro que ni siquiera había manifestado algún signo de su presencia en el lugar.

Me sobresalté, cada vez eran más, y yo me encontraba completamente indefensa.

—Pero... El instinto nos llama.—Dijo otro más, seguido por la risa de otro.

Eran cinco hombres, los cinco adultos y viejos, que me estaban rodeando, tapando la salida, extinguiendo las luces provenientes de las ventanas.

Intenté dirigirme disimuladamente hacia los utensilios de cocina para sacar algo punzante y con esto poder defenderme de alguna manera. No podía creer que se habían aprovechado de la confianza de mi madre hasta el punto de poder entrar aquí.

Tenía miedo, quería gritar, pero temía que Kageyama-kun fuera lastimado si él se involucraba en la escena.

Quería llorar, pero si lo hacía no serviría de nada, tenía que encontrar una manera de zafarme, ya me había metido en problemas últimamente... Este era incluso el más serio hasta ahora, pero quizás una vez más podría huir de la situación, aunque sin siquiera tener una idea vaga de cómo.

Justo en el momento más inesperado, en el que uno de ellos me agarro por la espalda y comenzó a forcejear conmigo, solté un grito involuntario. Entre dos me tomaron de los brazos y me lanzaron a la mesa.

—¡Vamos! ¡No te resistas! ¡Sé que lo quieres preciosa! ¡Lo estás pidiendo!

Comencé a gritar desmesuradamente, sin poder hacer nada para protegerme y evitar que me pusieran sus sucias manos encima.

De pronto el agarre se soltó un poco, haciendo que sus miradas captaran algo que había llamado su atención.

—¿Y este quién es? preguntó uno de los hombres.

—Debe ser su novio seguro, vayan, agárrenlo.

—¡Q-QUÉ HACEN MALDITOS PERVERTIDOS!—escuché de pronto desde la voz enfadada de Kageyama.

Sentí el ruido estruendoso, inundando el ambiente sonoro, de un fierro golpeando a alguien. Temí desde lo más profundo de mi ser y con esfuerzo miré la escena. Gracias al cielo era Kageyama quien había agarrado el rastrillo de jardín y había golpeado con fuerza a uno de los hombres directo en la cabeza.

Eran 3 hombres contra uno, incluso si Kageyama era más alto que todos ellos, era demasiado. No pasó mucho tiempo hasta que uno logró golpearle en el estómago haciéndole arrodillarse en el piso.

—¡N-No! ¡No le hagáis daño! intenté protestar yo, inmovilizada.

Me sentía inútil, sé que sería capaz de matarlos a todos si es que me soltaban, tenía tanta impotencia que mis manos tiritaban de dolor por el agarre, y por las infinitas y exuberantes ganas de poder partirles la cara.

Habían comenzado a golpearlo entre 3 en el piso, e incluso con todas mis intenciones y forcejeos, no podía hacer nada, dos asquerosos aniquilaban mi posibilidad de actuar. Recordé aquel momento con Hinata, en el que también se había involucrado en mis problemas, no entendía por qué, siendo como soy, obligaba a todo el mundo a sufrir como yo.

Cuando perdí toda la esperanza, bajé la cabeza y cerré los ojos.

Ni siquiera parecía real aquel momento, en el que sentí cómo la puerta principal se abrió violentamente, con muchas personas entrando a la vez a través de ella. Al parecer uno de los hombres al entrar, había dejado la puerta abierta.

Eran los chicos del club de volleyball que, por alguna razón y de alguna forma, nos habían seguido y habían conseguido llegar justo en el momento preciso.

—No váis a tener escapatoria, malditos, ahora mismo la policía viene en camino.

Además de aquella amenazante afirmación del capitán Daichi-senpai, eran muchas más personas que habían acudido a la escena, cerca de diez, por lo que pudieron lograr que estos hombres idiotas, de esencia cobarde, corrieran por la puerta.

—¡¡Malditos imbéciles!! ¡¡Vuelvan acá!! gritó Tanaka enrabiado.

—¿Estás bien? ¿Kiryū-kun?—me preguntó Sugawara-senpai que se había acercado a estirarme una mano, ayudándome a levantarme, ya que uno de los hombres me había lanzado violentamente al piso antes de irse.

—S-sí... Gracias dije, secándome las lágrimas, que ni siquiera había notado su brote.

Al levantarme, pude ver a Kageyama que también había logrado levantarse, mas él estaba lleno de moretones y su boca le sangraba.

—¡Ka-kageyama-kun! expresé en voz alta, sorprendida.—¡Perdóname! ¡No debiste haber pasado por eso!—le dije, casi quebrándome una vez más.

—No hay problema... No es tu culpa.—Respondió él, limpiándose la sangre con uno de los pañuelos que habían sido asistidos por Azumane-san.

Estaba harta de tener que aguantar a los ''amiguitos'' de mi madre, los que habían en gran parte influido su rumbo hacia la vagueza y los vicios.

Estaba asustada, había olvidado todo el sentido común y la percepción del espacio durante esos interminables minutos, de no ser por los chicos, habría estado completamente perdida.

En un chispazo mental inesperado percibí como la peluca rubia se me había entre-salido dejando ver algunos de mis cabellos largos en mi cuello.

Salí corriendo al cuarto de baño preocupada, ellos probablemente no lo habían notado, ya que estaban conmocionados con lo que le había pasado a Kageyama.

         P.O.V KAGEYAMA

Había sucedido todo demasiado rápido, estaba fuera de mí mismo, ni siquiera sé por qué acudí de esa forma tan temeraria, tomando cualquier cosa que tuviera a mi vista, saltando a una guerra perdida.

Me dolía bastante cada herida y moretón de mi cuerpo, sé que nadie me llama a meterme en problemas, pero hay veces que las cosas simplemente no se pueden dejar pasar.

Kiryū salió corriendo inesperadamente rumbo al baño, probablemente estaba muy asustado... Y cómo no, si estuvo a punto de ser abusado por 5 cerdos. Lamentablemente no habíamos logrado inmovilizarlos para así hacer una denuncia, al parecer aquella advertencia de la llegada de la policía no era real.

—¡Kiryū-kun! —gritó Hinata intentando detener su huida, siendo detenido por Daichi-san.

—Dale un tiempo, esto no es algo que suceda todos los días.

—¿Pero cómo pudieron entrar? Kageyama, tú probablemente te diste cuenta ¿No?

—Probablemente entraron antes de que nosotros lo hiciéramos.—Dije con un hielo que me facilitó Sugawara-san.

—No entiendo por qué no salimos persiguiéndoles, a esos bastardos.—Refunfuñó Tanaka.

—P-pero... La puerta estaba abierta comentó Ennoshita señalándola.

Yo tampoco podía entenderlo con totalidad, ciertamente era algo inexplicable, ¿Ellos tenían las llaves de la casa? En ese caso, Kiryū estaría en peligro permanente.

Por otra parte... ¿Por qué un grupo de hombres quería aprovecharse de un chico? Digo, es inusual, probablemente lo habían confundido por una chica, y si ese era el caso, no los culpaba en absoluto.

—¿Cómo te sientes? me preguntó amablemente Azumane-san.

—Bien... Gracias.—Respondí, a pesar de que me dolía el cuerpo y ''bien'' no era precisamente la palabra que definía mi estado ahora mismo.

De pronto me entró la duda.

En todo caso... ¿Cómo llegaron aquí? ¿Y por qué?

Nishinoya-san levantó con su brazo una mochila, mostrándola ostensivamente, que no era de él.

Se me olvidó entregarle esto a Kiryū-kun, probablemente sería importante para ustedes si iban a estudiar.

El destino era muy acertado. ¿Cómo habría sido si no hubiesen llegado? ¿Me habrían matado? ¿A mí y a Kiryū-kun?

De pronto, llegó después de unos minutos el susodicho. Al parecer mucho más colocado después de lo que había sucedido. Se había quedado cabizbaja sin decir nada, pensando en las palabras que iba a emitir en ese momento, se veía inquieto, incómodo...

... Quería agradecerles... De no ser por ustedes... Quizás habrían matado a Kageyama-kun por mi culpa...

Aquello me causó una sensación extraña.

—¿Q-q...? ¡Preocúpate por ti! intenté sugerir yo, con indignación fingida.

Antes de poder regañarlo más, agachó la cabeza ante mí, callándome por completo.

Quiero hacerlo como se debe. ¡Gracias! ¡Por no haber huido y haber tomado aquel riesgo con tal de ayudarme!

— ... Está bien... Tampoco es para tanto.

Miré hacia otra parte un poco avergonzado y fruncido, no estoy acostumbrado a recibir tanta gratitud de alguien, quizá porque no acostumbro a hacer buenas acciones por los demás. Se sentía bien. Probablemente lo habría hecho una y mil veces más, si sentir esto era la recompensa.

Bueno... Para disculparme y a la vez agradecerles de corazón, cocinaré para ustedes.—Dijo Kiryū finalmente, sonriente, dejando de lado la amargura de lo recién ocurrido. Podría hacer carne si es que desean...

—Kiryū-kun, no es necesa... ¡¡ESPERA!! ¡¡¿CARNE?!! gritó Nishinoya.

No fue muy difícil convencerlos a todos, básicamente pasamos la tarde en su casa, con él tomándose la molestia de hacer comida para todos nosotros.

Me habían sugerido ir al médico, por las heridas que yacían y cicatrizaban a ritmo lento sobre mi piel, pero yo no deseaba perderme la comida, además no había recibido un golpe grave... Supongo. Ya a las 3 horas el dolor había pasado casi desapercibido, la carne era un buen remedio supongo.

—¡Esto está muy bueno!—expresó Daichi-san.

—¡Hnnnghnn!

—¡Hinata idiota! ¡Traga antes de hablar!

P.O.V REI

Me reconfortaba muchísimo verlos disfrutar, siento que les debía mucho más después de lo que pasó.

Ahora no podría entrar nunca más con seguridad a mi casa. Aquello me perturbaba, siempre he vivido con miedo y he aprendido de eso, pero aún no he logrado acostumbrarme ni siquiera en parte. Es terrible saber que la misma ''seguridad'' huye de ti, que siempre habrá algo acechándote, algo, quizás el destino, la gente, el mundo... Siempre podrá existir algo deseoso de hacernos daño... Sin embargo, al tenerlos cerca, a cada uno de ellos en el día a día, hoy me hacía sentir más segura.

Me alegraba de haber tomado esta decisión, con la ausencia de mi hermano quizá ahora mismo sería una estúpida llorona, que no se hace cargo de sus asuntos y no intentaría corregirlos.

No había demasiada comida en casa, especialmente porque sólo recibo el dinero legal que me corresponde, por ser hija de mi padre, y debo hacerle durar lo más posible.

Mas sabía que esto era merecido, no tenía duda de eso, no me dolía gastar toda la carne... Bueno, sí un poquito en mi interior, solo un poco, muy poco...

A mí también me gustaba mucho la carne, después de todo.

Salí un momento para revisar si mi madre estaba próxima en llegar, no quería que la vieran en sus peores pintas. Mientras observaba por la ventana sentí que Sugawara-senpai tocó mi hombro, a lo cual correspondí con una mirada.

... Vaya...

—¿Qué sucede Sugawara-senpai? ¿N-No te gustó la carne?

—No... O sea, no se trata de eso, es solo que realmente tienes una mirada muy intensa.—Dijo sonriente.

Me sonrojé y miré hacia otro lado, realmente soy una tonta cuando un chico me habla. ¡Él cree que eres un chico! ¡Tonta! ¡No pienses pendejadas!

—Gracias por haber estado aquí...—Dije, recuperando el remordimiento de haberlos hecho pasar por algo tan absurdo.

—Me alegro mucho del haber podido estar aquí... Lo que no comprendo es por qué, ¿Cómo entraron?

Dudé en contarle la verdadera razón, probablemente me miraría extraño, siempre me ha avergonzado mucho hablar sobre mi situación, sobre mi ''familia''.

—No lo sé... probablemente... Entraron de alguna manera.

Muy bien Rei, diste una excelente e increíble explicación. De hecho, era posible que si entraron, entraron de alguna manera.

Sugawara-san se rió muy amistosamente, incluso después de mi idiotez.

—Cualquier cosa siempre puedes llamarnos, debes tener eso en claro.

Sonreí casi involuntariamente, no tenía ni idea de lo mucho que significaba para mí sentir esa cercanía. Supongo que con mi mirada y la sonrisa pude expresarle mis más sinceros agradecimientos.

Al final de la tarde estudiamos todos juntos... O al menos la mayoría que pudo quedarse hasta tarde.

Esta noche mi madre no llegó.

Cuando todos decidieron marcharse, me despedí contenta por la agradable (casi perfecta) tarde que había compartido con todos, hasta que dirigí mi mirada hacia Kageyama, quien se quejaba repetidas ocasiones de algo.

Me imaginé algo muy feo, por lo que lo invité a pasar nuevamente a casa para cerciorarme, y ojalá confirmar que mi teoría era errónea.

Cuando se sentó una vez más en el salón, hice que enjuagara la boca con agua, y seguido de esto, la botara en un recipiente de plástico.

Me asusté al instante, lo único que podía ver en aquel recipiente era el agua devuelta, pero esta vez roja.

—¿Tienes heridas? ¿En la boca? ¿Kageyama-kun?

—¿Q-qué? No...

Me puse nerviosa, nunca había visto un caso así, pero estaba casi segura que probablemente habían dañado algo interno de él en la golpiza, haciendo que en consecuencia botara sangre.

         P.O.V KAGEYAMA

Se había quedado callado en reacción de lo que acababa de visualizar. Al parecer yo estaba peor de lo que creía. En realidad, cuando todo había acabado (la cena y lo demás) y no tenía nada con lo que distraerme, volví a sentir presión y dolor en el cuerpo, pero no por las heridas ni los moretones, si no algo que me molestaba en el interior.

—¡¡Debes...!! Ir a un médico...

Aquella idea no me simpatizaba en absoluto, por lo que me negué rotundamente.

Juré que me seguiría insistiendo con mayor fuerzas, como estaría dentro de su esencia. Pero aquel chico alegre y duro en sentimientos, había comenzado a quebrarse en frente de mis ojos. Arrodillado frente a mí, en aquel espacioso salón.

—Tú no debiste... Debiste haberme dejado, no quería que te hicieran esto—dijo dificultosamente cabizbaja entre lágrimas.

Era extraño, hasta irreconocible. Me había quedado plasmado ante su presencia, para contrastar su manera de expresión de desconsuelo, con la que había concebido como universal, donde las personas sufren al máximo descontrol dejando salir lo más ínfimo de ellas en el llanto, en su más alto esplendor antiestético y de desgracia.

No lograba convencerme aquella pena, que parecía falsa, por estar bajo el arte consumado al desplegar de forma suave, agradable, delicada, todos sus sentimientos reprimidos, ¿Qué tipo de chico era este? Dejando fluir sus nobles lágrimas como si realmente se preocupara por lucir vulnerable y adorable. Me irritaba.

—¿Por qué lloras? —quise intervenir, después de haberme quedado analizando.

—¿Por qué? ¡Porque eres un idiota! ¡Bakageyama!

Aquel apodo que me había puesto Hinata, desde su boca no me causaba más que gracia. Incluso si no suelo sonreír y esta tampoco fue la ocasión, sentí las ganas de soltar risas nerviosas.

Comenzó a golpear con ambos puños mi pecho, parecía un niño pequeño, enfadado, caprichoso, como si estuviera rogando que asistiera a sus peticiones... No creía estar tan mal ahora mismo, incluso si estaba botando sangre, no me sentía mal al respecto. Me estaba comportando hasta egoísta, quizás me habría gustado haber terminado muerto, para ver su reacción...

Oye, si me sigues golpeando, no arreglarás nada de lo que tenga dentro...—Dije irónico, a pesar de que sus gentiles golpes no eran fuertes ni por asomo.

Con ambas manos agarró mi camiseta tembloroso, podía sentir su miedo e impotencia incontenible. No soy de los que consuelan a las personas, ni siquiera de los que se interesan por ellas, por lo que no sabía exactamente qué hacer.

Con mi mano izquierda levanté su cabeza y sequé una de sus lágrimas, él se había quedado sorprendido observándome fijamente. Hasta yo reconocía que eso sería algo que yo jamás habría hecho, al menos en mi sano juicio. Algo me decía que sí, que algo estaba realmente mal dentro de mí.

Creí que se alejaría, o algo, mas tomó mi mano que yacía en su mejilla, para apretarla aún más con la suya, con su delicado y cálido tacto, deteniendo su llanto.

—Lo siento... De verdad lo siento mucho, Kageyama-kun.

Yo no necesitaba más disculpas, me había llenado todo el día de reiterados descargos de arrepentimiento, y es que él no tenía la culpa de que yo haya decidido entrar a la pelea como un idiota sin pensar... O quién sabe, ni siquiera sé si la culpa era mía también.

Mientras me había quedado discreto y pensativo, él no despegaba sus áureas pupilas de mí. No estábamos cerca, pero en un momento se comenzó a acercar desde donde estaba arrodillado, haciendo que yo me echara hacia atrás conforme iba avanzando. Podría haber explotado de puro nerviosismo.

Con su mano derecha y con sus suaves dedos me tocó el labio, haciendo que mi cuerpo reaccionara inmediatamente quitándomela de encima.

Se echó hacia atrás en ese momento y revisó sus dedos, estos tenían más líquido rojizo, que al parecer él, antes de acercarse a mí, con pena y culpa se había quedando observando desde el piso. Tan solo se había acercado para cerciorarse de que era sangre lo que veía... ¿Qué más iba a hacer? Soy un idiota, y el sonrojo no me lo iba a quitar nadie en este momento.

—¡Sigues sangrando! ¡Y además estás rojísimo! ¡Debes ir al médico! ¡Sí o sí!

No era propio de mí confesarle que el rojo de mi pálido rostro no se debía al sangrado, ni a una fiebre.

—Está bien... Iré terminé por convencerme, para levantarme del asiento. Mañana por la mañana.

—¡No! ¡Ahora mismo!

Realmente no me sentía tan mal, incluso así, él seguía insistente, con tendencia a continuar llorando.

—¿Por qué insistes tanto?

—¿Qué pasará si mueres?

— Pero qué trágico tomé mis cosas para dirigirme a casa. Te estaré avisando como sigo a penas pueda, deja de preocuparte y de sentirte culpable, idiota.

Desde mi prominente altura me despedí despeinándole el cabello. Algo extraño sentí en el momento de la impresión, incluso además lo rechazó rudamente.

En fin, me marché a casa, y al alejarme por la calle comencé a sentirme realmente mal, comenzaron a venirme mareos y apenas podía avanzar con normalidad... Era irónico cómo hace un rato se sentía hasta placentero estar así.

Fui odiosamente obligado por mi madre a ir al médico esta noche.

Al final, el maldito suicida había logrado lo que quería.

Sin duda me irrita.

Continue Reading

You'll Also Like

513 79 5
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━ 𝗦𝗧𝗔𝗥𝗦; 𝑘𝑖𝑙𝑙𝑢𝑎 𝑧𝑜𝑙𝑑𝑦𝑐𝑘 ✩* 「 Don't you know that I'm still standing better than I ever did? Looking like a tru...
9.5K 970 34
𝗟𝗢𝗦𝗧 𝗠𝗘𝗠𝗢𝗥𝗜𝗘𝗦【︎ 🔦 】 𝙴𝚅𝙰𝙽 𝙰𝙵𝚃𝙾𝙽 𝙵𝙰𝙽𝙵𝙸𝙲𝚃𝙸𝙾𝙽! ❛𝑻𝒉𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒚 𝒘𝒂𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒎𝒆...❜ 🧸🍕🎈 ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃ ❛Estam...
5K 321 14
En otoño, las hojas caen, y ella también lo hará. Byron acude a diario al hospital a las sesiones de rehabilitación y, también, para verla a ella. Gr...
554K 75.1K 45
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!