Aspen me da una fría bienvenida. Las Rocosas se ven a lo lejos rodeando el hermoso paisaje, tan verdes y cubiertas de nieve. El aire frío me sienta de maravilla, podría quedarme a vivir aquí si no tuviera una vida y un trabajo en Seattle.
El taxi me deja justo en la casa moderna y sobria de fachada simétrica donde venía de vacaciones en invierno con mi familia.
La señora June, que cuida la casa, me recibe con un poco de sorpresa, ya que no le avisé que vendría hacia acá, al igual que a nadie. Tendré que hablar con ella sobre eso.
Me instalo en la suite principal, que es la más grande, con vistas espectaculares a todo Aspen y las montañas relucientes a lo lejos.
Suspiro y me tiro en la cama viendo hacia el techo, sintiendo un poco del estrés drenarme al estar lejos del drama que tenía en Seattle.
Cuando me recupero un poco del viaje, arreglo mi ropa y bajo a hablar con la señora June, quien entiende perfectamente mis razones del por qué no quiero que nadie sepa que estoy aquí. Obviamente no entré en detalles.
El día es perfecto, las nubes grises amenazan con traer una lluvia torrencial, y el aire frío me sienta perfectamente.
Decidiendo empezar por no estar todo el día en casa, llamo al taxi particular que contraté por el tiempo de mi estadía y voy a la ciudad a pasear.
La alta gama de los edificios estilo suizo, y las calles, se ve a distancia.
Tarareo canciones en mi mente mientras recorro cada boutique buscando algún lindo conjunto que me sienta bien emocional y estéticamente.
No doy lugar a nada más en mi mente, sólo me dejo llevar por la linda ciudad y el favorable clima.
* * *
Y pasan los días, no tengo comunicación con nadie, salgo de vez en cuando a dar un recorrido, a tomar café, a tomar fotos, hablando con ancianas deleitandome de sus historias amorosas, haciéndome tener esperanza en que el dolor pasará y vendrán cosas buenas que ya no me hagan pensar en él...
Llega el quinto día, y me animo a salir a un club, quizá tomarme algunos tragos y bailar un rato pueda ayudarme a... No sé, no hastiarme de solo estar aquí y en cafés.
El taxista me deja en un club estilo 60's, la música oldie resuena por la estrecha calle, y gente con clase sale animada, tranquila, con amigos y familia del lugar, animandome más a pasar una buena noche.
Paso desapercibida hasta la barra, sin detenerme a ver a nadie, mostrándome indiferente y un poco hostil, para que no piensen que vengo a buscar diversión. La última vez que hice eso acabé enamorándome de mi lío aventurero.
El camarero viene hacia a.mí en cuánto alzo la mano, pero antes de que yo pueda pedir, una voz grave lo hace por mí.
—Un martini para la hermosa mujer, por favor.
El camarero asiente y se da la vuelta, llendo por el pedido sin hacerme caso.
Me volteo hacia la voz, descolocada de que haya pedido por mí, sin haberme pedido autorización.
Me encuentro con una mirada seria e imperturbable, y ojos oscuros, casi negros. Un cabello perfectamente arreglado, la persona transpirando arrogancia por los poros.
-¿Disculpa?
-No me he resistido al venir aquí e invitarte una copa.
El hombre se sienta a mi lado, otra ves sin pedir autorización, ignorando mi mirada de muerte hacia él.
-Al parecer te has invitado tú sólo, que yo no he aceptado ni te he invitado a sentarte -le digo lo más seria que puedo, tocando lo borde.
Una pequeña sonrisa aparece, y a mí me empieza a dar el mal genio.
-¿Segura que es así? Vienes sola, y con cara de pesar. Soy la mejor compañía, te lo aseguro.
-Vengo sola porque quiero. Si quisiera compañía hubiera invitado a alguien más.
No le afecta en lo más mínimo, en cambio, se pone cómodo en el asiento de cuero negro.
-Tranquila bonita, que sólo es un trago.
Oír esa palabra puede conmigo, desatando miles de emociones en mi ser, dándome una tunda por ser tan mal educada y a la vez enfadada por que quiero estar sola con mi tristeza. Y ahora, escuchando la palabra que Eric solía decirme, me saca de mis cabales.
Tomo mi bolso y me levanto sin mirar al tipo, no sabiendo que gesto hacer de la emociones acumuladas.
-¿Sabes qué? Solo quería estar sola, cuando una mujer quiere compañía lo hace saber con gestos y acciones.
-Tranquila boni...
-¡No! -volteo hacia los lados cuando miro a unas cuantas personas viéndome como si estuviera loca. Pues sí, lo estoy -. Que pase una buena noche, caballero.
El tipo me mira ahora sorpendido y no me dice nada cuando paso por un lado suyo como si el diablo estuviera mordiéndome el trasero.
Salgo a la calle, respirando el aire helado y me entra el arrepentimiento de no haber traído algún abrigo.
No tomo el taxi, sino que camino entre las calles oscuras hasta dar en un parque a penas iluminado por algunas farolas.
Me siento en una de las bancas y me quedo quieta, pensando en como me acabo de comportar y hago una mueca de disgusto.
Éste cabrón alemán me tiene tonta, pero tonta, tonta.
El hombre tan solo quería hacerme compañía, no iba a hacer nada que yo no permitiera. He sobre actuado. Dios.
Y empiezo a sentir esas sensaciones invadiendome otra vez, haciendo sentirme de una manera ansiosa, y triste.
De repente, una lágrima brota, y luego de esa le siguen más, haciéndome un lío lloroso en la fría noche.
Me recuesto más en la banca y me dejo llevar por mis sentimientos, drenando otra vez la presa, liberando la tensión recién acumulada.
No me doy cuenta, pero huelo un perfume caro y almizclado, representante de la seducción.
Alguien se sienta a mi lado, su mano en mi nuca, no diciendo nada mientras lloro. Y no me molesto en voltear, porque es en estos momentos que cuando me dejo llorar, que tengo que dejar las lágrimas fluir sin distracción alguna, o si no, ellas mismas me ahogarán.
Pasado de unos momentos, me tienden un pañuelo de lino blanco, lo tomo, y con la voz un poco ronca le agradezco.
-¿Mejor, linda?
Volteo hacia la voz de una mujer ya adulta, que podría ser mi abuela, pero muy bien conservada.
Asiento y le doy una pequeña sonrisa.
-Sí. Gracias -alzo el pañuelo señalándole.
-No hay de qué, querida... ¿Mal de amores?
Sonrío con pesar y vuelvo a asentir.
Ella suspira y niega con la cabeza, alborotando su brillante cabello de salón.
-Las jovensitas como tú no deberían de andar sufriendo por amor a tan corta edad. Los amores van y vienen, al igual que las amistades, las personas, la vida... Deja eso para cuando estés en verdad comprometida.
¿Y qué diablos pasa cuando la persona con la que valía la pena comprometerme ya no estará nunca más conmigo? ¿Vivir de amores? ¿De instantes?
En lugar de sonar dramática, respondo:
-No es fácil.
-No, no lo es. Cuando comprendas sabrás de lo que estoy hablando. Mientras tanto, secate las lágrimas, dejalo ir de tu sistema, y verás que en un tiempo no muy lejano, podrás andar de nuevo por la vida disfrutando hasta que des con la persona indicada.
Niego, reacia a dejar ir a Eric del todo.
-¿Alguna vez se ha enamorado?
La miro directamente a los ojos, dejandola callada por un momento. Y es cuando me mira, que siento en su persona algo muy intenso, como si yo la hiciera recordar miles de cosas, miles de sentimientos, pero los opaca con una sonrisa que podría ser real, que sus ojos fríos y ancianos desmienten.
Cuando no obtengo respuesta, le sonrío con pesar.
-Entonces es usted la que no comprende de lo que yo estoy sintiendo.
Ella ahora sonríe, una sonrisa genuina, otra vez como si le divirtiera y le recordara algo. Se levanta y se alisa su falda negra, abotonando su caro abrigo.
-Insisto, aún eres muy joven y la vida te hará abrir los ojos. Luego sabrás que el amor es para tontos.
Dicho eso, se da la vuelta, y empieza a andar con sus tacones resonando en la silenciosa noche por el oscuro caminito del parque, su cabello rubio platinado estilo bob brillando entre las sombras de los árboles a penas iluminados por los faroles de la calle.
Dejandome extrañada y desencajada por la misteriosa y elegante mujer.
CHA CHA CHA CHAAAAAAAAAN, y a que algunas no saben aún quién era. Bueno, odienme, amenme, lo que sea es bienvenido. Lo siento, en serio lo siento. No tengo internet, y estos días he estado escribiendo más, irónico, lo sé, jajaja. Bueno, espero lo hayan disfrutado. ¡Gracias por seguir leyendo, lo aprecio y lo amo!
Joss R. C. Xx