Lo único que se puede escuchar es el ruido de mis zapatos mientras camino. El silencio sepulcral comienza a asfixiarme y cada vez que avanzo un poco más pareciera que esto no tiene fin. No se cuanto tiempo he caminado y me parece que paso un eternidad desde que deje atrás las escaleras.
Y me convenzo cada vez más que esto fue una total estupidez. Zayn me ha llamado hace un rato, no conteste por obvias razones. Insistió un par de veces más, pero conforme fui avanzando, la señal del móvil se deterioro haciendo imposible que una posible llamada entrara de nuevo.
Ahora debe de estar buscandome como un loco y lo único que pido es que no le llame a Becca. Y pido con aún más fuerzas que Becca no le llame a Harry. Si Harry se llegara a enterar en donde estuve metida no quiero siquiera imaginar lo que pasaría. Pero debo de olvidarme de eso ahora, lo único en lo que tengo que pensar es en seguir caminando para ver hasta donde me lleva esto. Tal vez y con un poco de suerte logre encontrar el escondite de Alexander.
Lo que me lleva darme cuenta de lo grandes que deben de ser las criptas como para que ese hombre se oculte aquí con toda su gente. No tengo tanta capacidad mental como para tratar de resolver esto, no puedo llegar a una maldita conclusión o alguna razón por la cual nadie ha notado que este hombre está aquí. Mi imaginación no es tan grande como para lograr saber que es lo que me espera al final del camino.
Creo que nadie sería capaz de imaginar algo así ¿cómo alguien puede ocultarse en un lugar así sin ser descubierto? Porque no creo que aunque sea una persona haya bajado hasta aquí y recorrido todo este camino hasta llegar a algún lado. La suerte de ese desgraciado en verdad es muy buena.
Si me hubieran dicho hace un par de años que en un momento de mi vida iba a estar en las criptas de la catedral más famosa en Londres en definitiva no lo hubiera creído. Y mucho menos la razón por la cual estoy aquí. Esto parece más a una escena de película que a la vida real, caminando por unas viejas criptas, con el olor a humedad penetrando mis fosas nasales, con polvo y suciedad. Y con la luz tenue de los viejos candelabros colgando sobre mí cabeza.
Pero aquí estoy, haciendo justo lo que no debería hacer solo por el simple hecho de querer saber todo lo que Harry no me dice.
Patética
Me detengo un momento para tratar de recobrar un poco de aliento. Me recargo de espaldas sobre la rasposa pared e inhaló y exhaló un par de veces. Me separo un poco para echar la cabeza para atrás y respiro profundamente. Las telarañas que cuelgan del techo le dan al lugar un poco más de antigüedad y ahora definitivamente me siento parte de una película de terror.
Aún sigo esperando a que aparezca el asesino que se supone debía de estar esperando por mi al final de las escaleras.
Retomo la compostura y sigo con mi camino.
Después de unos minutos de caminar, por fin aparece ante mis ojos algo diferente. He llegado al final del camino, bueno, relativamente. Ante mí hay tres entradas más, una justo enfrente, otra a la derecha y otra a la izquierda. Están en total oscuridad, no se puede ver nada más allá del marco de piedra y en verdad asusta.
Son túneles totalmente oscuros, no se nota ni la más mínima señal de luz en ninguno de los tres y comienzo a pensar que de verdad alguien saldrá de la oscuridad con una cierra eléctrica. Me asusta el hecho que tenga que entrar a las tres para llegar a otra parte, pero me asusta más perderme y no poder salir, quedarme aquí hasta que inicien una búsqueda implacable cuando en verdad Zayn entre en estado de pánico porque no me encuentra.
"Deberías dejar de ver tantas películas"
Suelto un largo suspiro mientras masajeo mis sienes para tratar de eliminar todos estos pensamientos. Tengo que hacerlo, porque ya he llegado hasta aquí y me estoy arriesgando a muchas cosas. No me puedo acobardar en el último momento por simples pensamientos estúpidos e infantiles.
Cierro los ojos con fuerza, tomo una aspiración y camino hacia la entrada del lado izquierdo. Saco el móvil de la bolsa trasera de los jeans y con manos temblorosas enciendo la linterna para iluminar el camino. Es ilógico que el camino que llega hasta aquí este iluminado, y que las próximas entradas no lo estén.
Definitivamente aquí hay algo que no está bien y puedo jurar que esto es obra de Alexander. Nadie que no conozca bien las criptas se arriesgaría a entrar a los túneles oscuros, a pesar de que esto es un templo sagrado las criptas parecen ser sacadas de las mismísimas entrañas del infierno.
Avanzo a pasos lentos en el túnel con el móvil en mano. Solo espero que este camino no sea tan largo como el principal, porque sería mi perdición.
Avanzo un poco más hasta que al fin un candelabro aparece. Para mí mala suerte no esta encendido, solo esta colgado sobre el techo como un adorno. Con lo único que me encuentro después de éste es una pared porosa y llena de telarañas. He llegado al final del camino.
Regreso casi corriendo al principio y sin detenerme entró a la del medio. Camino un poco más segura y sin dudar de nada, no digo que éste camino sea igual que el anterior, porque eso sería muy ilógico. Y sin duda, tenía razón.
He llegado a otra entrada, o en este caso salida. De ella descienden otras escaleras de piedra, más rústicas y largas con barandal. Lo que hay aquí me deja sin habla y la grandeza del lugar me pone la piel de gallina.
Es un salón enorme, con pilares y candelabros por todas partes. Es como un templo pequeño en las entrañas de uno más grande. Cuadros colgados en las paredes, figuras de cerámica, muebles rústicos y cosas que no soy capaz de describir están almacenados aquí.
Estoy tentada a bajar y curiosear. Pero no tengo mucho tiempo, así que me doy la media vuelta y salgo de aquí.
Sólo queda una entrada más, una sola oportunidad más. Y si esa no es la entrada hacia el escondite entonces no se que clase de brujería es esta. Tal vez si debí de haber bajado a aquel gran salón a curiosear, quién sabe, el lugar es tan grande que no me sorprendería que ahí también hubiera más entradas.
Antes de avanzar hacia el último túnel observo la hora en el móvil. Me sorprendo al descubrir que son pasadas las once y de que probablemente he estado aquí más de una hora.
Entro al túnel y camino.
Conforme avanzo me doy cuenta de que este camino es más largo que los demás. En los dos primeros no tarde más de cinco minutos en llegar al final. Podría jurar que la oscuridad de éste es más espesa, me cuesta un poco más de trabajo respirar, se siente el ambiente muy pesado y me obligo a mantener la compostura para no entrar en pánico.
Aprieto la mano libre en un puño para impedir que el nerviosismo la haga temblar. Siento una vibración en la mano en donde está el móvil y el alma se me cae a los pies cuando veo en la pantalla el aviso de que la batería esta baja.
Bajo un poco la intensidad de la linterna y rezo con todas mis fuerzas que el móvil no se apague. De pronto lo que parece ser el final del camino aparece sobre mí, puedo ver una pared como la del primer túnel. Justo cuando creí que todo estaba perdido, descubro que hay que doblar a la izquierda donde el camino sigue su curso.
Un escalofrío me recorre al darme cuenta lo lejos que estoy de las escaleras por las que baje. Estoy muy, muy lejos, lejos de Zayn, lejos de toda esa gente...pero estoy cada vez más cerca de Alexander, más cerca de descubrir el lugar en donde se ha escondido todo este tiempo. No puedo negar que me aterra, porque no soy de piedra y sé que todo esto es muy arriesgado para alguien tan torpe como yo.
Una punzada de emoción me invade cuando a lo lejos se encuentra una pequeña y débil luz. Apresuro el paso y llegó hasta allí encontrandome con candelabro, este es pequeño y no ilumina tanto como los demás, solo una diminuta luz tenue. Pero hay algo más, algo que me pone la carne de gallina pero al mismo tiempo me llena de emoción.
El candelabro esta justo en medio de dos entradas más, una a la izquierda y una a la derecha. Nada enfrente, solo otra pared porosa y llena de telarañas dando a entender que una de estas entradas te llevan a otro lado.
Y es aquí en donde tengo que elegir de nuevo otro camino. Pero tengo tanto miedo, esto podría ser un laberinto sin salida, quizá estas entradas me lleven a más entradas hasta que después no pueda encontrar el camino de regreso.
Pero tengo que ser valiente, porque nadie me obligo a hacer esto.
Bajo el pequeño escalón que no había notado que estaba ahí y esta vez decido entrar al lado derecho. El lado izquierdo tuvo su oportunidad la primera vez.
Mi corazón da un vuelco cuando escucho un ruido de algo pesado cayendo contra el suelo. Y conforme voy caminado el ruido se vuelve más y más fuerte. No es algo pesado cayendo contra el suelo, más bien suena como alguien martillando un material muy solido.
Un gemido de sorpresa se me escapa cuando ante mis ojos aparece una enorme puerta de metal. Es pesada a juzgar por su aspecto, y es muy fría al contacto. Tan fría que tengo que retirar la mano al sentir un pequeño ardor.
Bien, este podría ser el lugar que he estado buscando, este podría ser el lugar en donde Alexander Styles se ha estado escondiendo como la rata cobarde que es.
Pongo la mano de nuevo sobre la fría superficie, hay un enorme pestillo si es que así se le puede llamar, pero no creo que sea así de fácil. Debe de haber alguna clase de clave o frase maestra que abra la puerta.
Pero hay que probar suerte, así que coloco la mano en el enorme pestillo y giro levemente hacia la izquierda. El metal hace un ruidoso chillido al girar el pestillo, pero para mí sorpresa, la puerta se abre dando paso a otro pasillo, pero esta vez es diferente.
Esta completamente iluminado y no esta hecho de piedra, sino de concreto duro. Entro sigilosamente mientras apago la linterna del móvil, avanzo a pasos tímidos por el pasillo, doblo a la derecha, pero retrocedo de inmediato cuando diviso la salida y todo lo que hay del otro lado.
El salón luce justo como el primero, solo que sin pilares ni reliquias. Es un salón solido, perfectamente iluminado y por lo poco que pude ver, hay un número considerable de personas.
Me pego contra la pared y saco un poco la cabeza. Hay que bajar unas enormes escaleras de acero para poder llegar hasta allí, pero no me puedo arriesgar de ese modo, alguien podría verme y sería mi fin. Es mejor ver todo desde aquí, la altura me permite casi toda la vista de lugar.
Hay unas enormes cajas de metal apiladas unas con otras, parece que son cajas de carga, como las que suelen transportar en los barcos. Más adelante hay una plataforma de acero donde están mas cajas de cargas, pero estas son pequeñas y de colores sobrios. Me asomo un poco más para ver a la personas que están abajo, en su mayoría son hombres y me sorprendo al ver una mujer alta y rubia charlando a gusto con un hombre.
“Me pregunto quién podrá ser”
También hay mucho material pesado de trabajo, todos aquí tienen una ocupación, hay hombres por todas partes trabajando y esto sólo hace que mi curiosidad aumente más.
Pero debo contenerme, no puedo ir más allá de esta entrada.
La verdad es que no sé que resuelvo con venir aquí, se supone que tiene que ser Harry el que sepa la ubicación, no yo. Pero no podía quedarme con la duda, tenía que saber como es que este hombre esta aquí metido sin ser notado y vaya que es difícil llegar aquí.
No estoy muy satisfecha, pero retrocedo poco a poco hasta que me doy media vuelta y avanzó hasta la puerta. Salgo del lugar y saco de nuevo el móvil para encender la linterna. Camino hasta llegar al pequeño candelabro y doy la vuelta.
Había olvidado el pequeño escalón, así que tropiezo con el y caigo duramente al suelo dándome de lleno un golpe en la frente. No pude meter siquiera las manos para aminorar el golpe, y ahora siento un fuerte ardor.
Todo me da vueltas debido al golpe y puedo sentir como un líquido caliente desciende de la parte superior de mi frente, se desliza por mi sien hasta mi mejilla.
Estúpida
Me incorporo lentamente hasta sentarme y de pronto mi móvil comienza a sonar. Tapo rápidamente la bocina y me sorprendo al darme cuenta de que es una llamada de Zayn.
—¿Zayn?—susurro.
—¡Dios mío mujer!— exclama— ¿dónde demonios estas? ¡te he estado buscando como un loco!
—Lo sé, lo siento.
—¿Estás bien? Por favor dime dónde estas.
—Estoy bien Zayn lo juro, ¿en dónde estas tú?
—Afuera de la catedral, después de buscarte dentro decidí que era momento de largarme de aquí y buscarte fuera.
—No, no lo hagas—. Me asalta una leve punzada en la cabeza — estoy dentro, iré en un minuto por favor no lo hagas.
—¿Estás dentro? ¿cómo es eso posible?
—Solo espera allí, estoy bien Zayn por favor tranquilo.
—Estas loca
—Lo sé, en serio que lo sé—. Me levanto del suelo — y por favor, por favor, por ningún motivo le llames a Becca.
—Por supuesto que no ¿qué se supone que le diría?
—Solo esperame ahí
—De...
—¿Zayn?
—Por fa-favor...
Nada. La llamada se ha cortado.
Fue un milagro que la llamada entrara estando aquí. Enciendo de nuevo la linterna del móvil y estoy apunto de avanzar, pero el ruido de unos pasos acercándose me detienen.
“Mierda, no por favor".
Bajo de nuevo el escalón y apago la luz del móvil. Me escondo en la entrada del lado izquierdo y me alejo lo suficiente para que la tenue luz no me alcance.
Los pasos se escuchan cada vez más cerca y un apretado nudo se ha instalado en mi garganta impidiendome respirar correctamente.
Alguien se acerca, alguien que sabe la ubicación de la bodega y que además esta con Alexander. Alguien que podría descubrirme si llego a hacer el más mínimo ruido.
Cubro mi boca con la manos cuando la persona baja el escalón dando un fuerte paso y se queda parado bajo la tenue luz del candelabro. Y no puedo estar más aterrada cuando descubro de quién se trata.
A pesar de que esta de espaldas, su figura imponente y poderosa lo delata.
Viste su ya habitual traje de lino en color negro y su pelo peinado hacia atrás.
Alexander Styles esta parado justo ahí, bajo la tenue luz, respira agitado y casi grito cuando bajo la vista y descubro que en una de sus manos trae un arma.
Retrocedo un poco más, y justo antes de dar el último paso se voltea bruscamente. Me congelo en mi lugar, no me muevo, ni siquiera respiro.
Entrecierra los ojos e intenta ver a través de las sombras. Pero no logra ver nada, solo observa a la nada, sin un punto fijo.
Resignando, se da la media vuelta y camina hacia el túnel en donde se encuentra la puerta de metal. Me quedo allí hasta que escucho la pesada puerta abrirse y cerrarse. Retiro las manos de mi boca y saco todo el aire que estaba conteniendo, acompañado de unas gruesas y pesadas lágrimas que descienden por mis mejillas. Mis manos tiemblan de forma incontrolable y el corazón late tan fuerte que puedo sentirlo detrás de las orejas.
Dios, eso estuvo tan cerca.
Mi móvil murió justo a unos cuantos pasos de llegar a las escaleras por las que baje. Fue un gran alivio para mi que no lo hiciera en el túnel oscuro, o antes de que otra llamada de Zayn pudiera entrar de nuevo. Le dije que estaría allí en un minuto y estoy a punto de llegar.
Aún me duele un poco la cabeza debido al golpe, y la sangre que descendía se ha secado. No pude limpiarla con la manga de mi suéter, así que ahora tengo una horrible mancha roja en casi la mitad de mi cara.
Estuve tentada a ir del otro lado de las escaleras, estoy segura que por el otro camino hay otra entrada, porque sé que Alexander no se arriesgaría a entrar por donde yo lo hice. Pero eso es irrelevante, lo más importante es que pude llegar hasta su escondite.
Salgo de la pequeña habitación donde están las reliquias y camino a pasos apresurados al lugar en donde Zayn se quedo cuando me fui. Esta parado justo ahí, jugando con sus manos en forma desesperada.
Avanzo hasta allí y cuando estoy a punto de llegar voltea su vista y me mira. Llego hasta ahí y me arrojo a sus brazos.
—Ya estoy aquí—. Suelto una risa tratando de no hacer este momento muy emotivo o dramático.
—Por Dios niña— habla y me aprieta fuerte— estuve a punto de volverme loco ¿dónde demonios estabas?
—Por ahí —. Digo simplemente.
Me toma de los hombros y se separa para mirarme. Lo primero que nota, era de esperarse, es la mancha seca que tengo. Su rostro se torna aún mas preocupado.
—¿Qué te paso?—. Pregunta con un hilo de voz.
—Tropecé y caí.— toco el área y me sobresalto al sentir una punzada de dolor— no fue nada grave.
—¡¿No fue nada grave?!—. Exclama y su rostro cambia— ¿sabes cuantas cosas pasaron por mi cabeza?
—Solo estaba por ahí curioseando
—¿En dónde? Tu ropa está llena de polvo y tu cara también.
Tallo mi mejilla con la mano y una mancha de suciedad se queda en mis dedos. Pase por alto ese detalle, pero era obvio, ahí abajo lo único que hay aparte de caminos largos y oscuros es suciedad y mugre.
—Ya dejalo Zayn, estoy aquí
—Te llevaré al hospital para que te revisen esa herida.
—No es para tanto—. Protesto.
—Entonces iremos a mí casa y yo mismo lo haré.—sentencia y me toma del brazo con suavidad obligadome a caminar.
No voy a protestar esta vez, voy a dejar que haga esto por mí. Se lo debo, después de irme así como así sin decirle y hacerle pasar un mal rato. Y para ser honesta, la cabeza me punza y la herida arde ligeramente.
Salimos por fin y el aire frío me golpea el rostro, me resulta tan reconfortante después de haber estado allí abajo sintiendo que me ahogaba. Zayn no dice una palabra mientras caminamos hacia el lugar en donde estaciono la moto. Y de nuevo tiene esa expresión seria y distante en su rostro. Había olvidado que estaba distante conmigo el día de hoy.
Llegamos hasta la moto y esta vez no me entrega el casco para que me lo ponga, sino que lo hace él mismo. Nos colocamos en nuestros respectivos lugares y nos ponemos en marcha.
No voy a recargar esta vez la cabeza en su espalda, solo enrollo los brazos en su cintura y me sostengo fuerte. No es que no quiera hacerlo, sino porque si lo hago caeré rendida y no creo que sea buena idea dormirse arriba de una moto en movimiento. Así que alzo la cabeza y miro hacia el frente permitiendo que el aire me golpee de lleno. Los párpados me pesan y en verdad estoy haciendo un gran esfuerzo por no cerrar los ojos, creo que el golpe me afectó más de lo que imagine.
Me siento muy cansada de pronto, la cabeza comienza a doler con más intensidad y siento mucho frío. Prefiero no hacérselo saber a Zayn, tengo de aguantar hasta llegar a su casa y después puedo caer rendida en el suelo si quiero.
“Pero no aquí, maldición por favor no aquí”
Echo la cabeza ligeramente hacia atrás y tomo una gran aspiración. Cierro los ojos fuertemente un par de veces y suspiro.
Zayn acelera un poco más haciendo que me tambalee hacia atrás, me aferro más a él y me concentro más en no cerrar los ojos.
Después de un rato de mi interminable lucha por mantenerme despierta, Zayn por fin aparca fuera de su casa. Me bajo rápidamente de la moto, me deshago del caso y me inclino hacia adelante colocando mis manos en las rodillas.
—¿Qué pasa?—. Pregunta Zayn en tono preocupado.
—Nada—. Otra punzada me asalta — es solo que de pronto tengo mucho sueño y estoy cansada.
—No debes dormir después de un golpe en la cabeza.— me toma por los hombros y me alza— ven, vamos adentro.
Enrolla su brazo en mi cintura mientras toma uno de los mios para pasarlo por sus hombros, sosteniendome fuerte por ambos lados. Avanzamos hasta la puerta y abandona un momento su agarre de mi brazo para abrir la puerta.
En definitiva, mi cabeza esta a punto de explotar, todo me da vueltas y los oídos me zumban. Siento como Zayn coloca ambas manos en mi cintura y me recarga sobre una superficie fría y dura.
—Oye—. Lo escucho decir mientras coloca ambas manos en mis mejillas— mantente despierta, por favor no te duermas.
Asiento ligeramente y se aleja de mi. Tallo fuertemente mis ojos con las manos y me abofeteo ligeramente intentado despertar mis sentidos. No entiendo porqué el efecto del golpe aparece hasta ahora, pudo haber aparecido mientras venía de regreso por las criptas, aunque eso hubiera resultado contraproducente.
Zayn regresa de nuevo y el sonido de el agua cayendo en el lavabo me ayuda a darme cuenta en donde estamos. La cocina de Zayn es enorme, es incluso más grande que la de casa y es muy bonita. Estoy recargada sobre la fría superficie de la barra, y aún lucho para que mis ojos no se cierren.
Zayn cierra el grifo y se acerca de nuevo a mi para limpiar mi cara. El contacto del trapo húmedo con mi cara me hace dar un salto. Se siente helado al contacto, pero Zayn continúa con la labor de limpiar mi rostro sin decir una palabra.
Cuando termina, moja de nuevo el pedazo de tela y esta vez lo coloca sobre la herida.
—Ouch—. Gimo y Zayn sonríe ligeramente.
Por lo menos he logrado llamar su atención de nuevo, después de lo indiferente que ha estado conmigo me alegra tanto que este haciendo esto.
—Solo así logre captar tu atención —. Musitó y frunce el ceño ante mis palabras.
—¿De qué hablas?— pregunta y se aleja de nuevo.
Abre una puerta de la alacena y saca una caja en color azul. La abre y de ella saca un pequeño bote transparente y una bolsa de algodón. Destapa el bote y toma un poco de algodón para después humedecerlo con el liquido del bote.
Se acerca hasta mi de nuevo y antes de que coloque el algodón sobre la herida lo tomo de la muñeca impidiéndoselo.
—Estas muy distante conmigo —. Lo suelto y aparta su vista de mi— ¿es por lo que te dije? ¿crees que fui una cobarde al permitir algo así?
Suspira profundamente y alza la vista de nuevo.
—No— dice con un hilo de voz— no pienses algo así.
—¿Entonces qué paso?
—No eres tú, soy yo.
Una risa brota de mi garganta, esas típicas palabras que han sido usadas cuando una persona intenta no hacer sentir mal a otra persona cuanto ésta ha hecho algo mal, o cuando algo no va bien y no encuentran otras palabras para expresarlo.
—No, en serio soy yo— repite — no supe que hacer o decir cuando me lo dijiste— suena torturado— y aún me cuesta tanto trabajo digerirlo. No puedo asimilar el hecho de que alguien se atrevió a hacerte eso. Te lastimaron y apuesto a que no solo físicamente.
Recuerdos arrolladores llegan a mi mente, pero los aparato de forma inmediata, no voy a permitir que eso me afecte de nuevo.
—No es culpa de nadie más que mía
—Yo no lo creo— escupe— ¿qué pudiste haber hecho tú para merecer algo así?. No se cual sea el resto de la historia y para ser honesto, no sé si quiero saberlo, porque estoy seguro que después de saberla saldré corriendo de aquí y no importa donde este, ni quién sea esa persona, pero la acabaré con mis propias manos una vez que lo encuentre. Y creeme cuando te digo que no tendré piedad.
Sus palabras me ponen la piel de gallina, no sabía hasta que grado le había afectado lo que le dije, no sabía hasta que limite sería capaz de llegar por todo eso. Algo en mi se remueve, es algún tipo de sentimiento culposo, porque muy en el fondo aún quiero que Gabriel pague por todo lo que me hizo, aunque los medios por los cuales Zayn - y Harry- quieren hacerlo no sean los correctos.
Muy en el fondo y, a sabiendas de que eso esta mal, quiero que alguien lo haga sufrir igual o más de lo que yo sufrí.