Veinte minutos después la hija de Damian había llegado a la carnicería acompañada de alguien. ¿Dónde había ido?
Ella es casi exactamente igual que su padre tiene 17 años cabello negro, ojos azules, delgada y alta.
Y el hombre que la acompaña también tiene 17 años, cabello negro y una muy mala cara.
- Buenos días, ¿Es usted la señorita Colleti, verdad?
- Sí, soy yo.. - afirma insegura.
- ¡¡¡Entonces tu fuiste la que descubrió al cadáver!!! ¡¡¡Cuentame con detalle la escena!!! - digo emocionada.
- ¿Y usted es posible que sea Jorge, el aprendiz de Damian? - pregunta Kai al hombre que la acompaña. Ignorando me por completo a mi.
- Sí, señor.
- Bien, me gustaría hablar con los dos por separado así que, ¿le importaría dejarnos un momento a solas con la señorita Colleti?
Jorge afirma y se retira.
- ¿Y cuál es su nombre señorita?
- Me llamo Sara.. Y si me vienen a interrogar, lo único que puedo decir es que todavía no puedo sacar esa imagen de mi cabeza... ¡Ella parecía un cerdo!
- Sí, sí. Eso ya lo sabemos - digo ya súper aburrida de que repitan eso. Tampoco es para tanto.
- Sentimos que tuvieras que ver eso. ¿Era amiga de Joana?
- No, no salíamos juntas. Era demasiado elegante para mi. Y ella era una coqueta, eso se lo puedo asegurar. ¡No me sorprendería que hubiera excitado al hombre equivocado..!
- Ya veo.. Si necesitamos algo más ya la buscaremos, gracias por su colaboración.
Sara entra en la carnicería y informa a Jorge de que ya puede venir.
- ¿Qué me puede decir de usted, señor Jorge?
- Mi madre me echó de casa hace dos años y he estado viviendo en un coche en Cooperville desde entonces. El Sr. Colleti es el único que me dio una oportunidad.
- Entiendo... Él nos dijo que Joana venía regularmente a la tienda. ¿La conocía bien?
- Eh.. Sólo hablábamos, nada más. He estado saliendo con Sara desde hace 6 meses, así que no le presté atención a las otras chicas.
- Sí, sí. Y yo soy Taylor Swift no te jodes.
- En fin, ya se puede ir - le permite Kai a lo que el afirma y se va.
- ¿No me dirás que le crees, verdad?
- Yo no he dicho eso, Sora, además es típico de adolescentes estar con muchas a la vez.
- Bueno, tampoco te metas con los adolescentes que tu eres un viejito y eres igual de mujeriego - digo a la vez que me alejo de él por si me quiere matar.
- ¿Soy un qué? ¿Es que quieres morir?
- Cierto, eso quiero. ¿Me matas, viejito? - le sonrío de manera juguetona.
Sonríe y se pone a caminar tranquilamente hacia mí, me dispongo a caminar de espaldas con la mirada fija en él. No me puede atrapar es un espacio abierto.
- ¿Me tienes miedo, muñeca?
- ¿Yo? ¿Miedo? ¿De ti? No me hagas reír.
- Te la vas a ganar Sora.. - dice sonriente como si estuviera planeando algo.
- ¿La lotería? - digo chistosa.
- Vale, tu lo has querido - viene corriendo y como me cogió desprevenida me atrapa rodeando me de la cintura con sus brazos.
- Bueno vale, me has atrapado. ¿Y ahora qué, eh? - me mantengo sonriente.
- Bueno, podría hacerte muchas cosas - dice pícaro.
- Que ni se te ocurra, pervertido.
- Tarde.
Me acerca a él y junta nuestros labios.
Intento alejarme de él y de separar nuestros labios dándole débiles empujones, a pesar de que no lograba nada.
Íbamos besándonos muy deprisa, como si fuésemos dos enamorados que no se han visto hace tiempo.
Dejé de intentar separarme y junté mis manos alrededor de su cuello. Poco a poco íbamos aflojando el paso yendo más lento. Y más lento. Y más.
Nunca había querido besar a nadie con tantas ganas, sentir sus besos y que me encanten cada vez más.
Separamos nuestros labios, juntamos nuestras frentes y nos quedamos mirándonos. "¿Pero que estamos haciendo?" Ambos seguramente pensamos en esa pregunta, pero sin decir nada. Porque en el fondo ni él ni yo sabemos que es lo que estamos haciendo.
Seguramente él también sabrá que no puede, que no podemos seguir haciendo esto. No está bien.
- Sora.. - susurra.
- ¿Sí?
- Deberíamos de ir a Cooperville para examinar las pertenencias de Jorge - dice sin moverse todavía.
- Lo sé. Vámonos - dije eso pero tampoco me moví, no quería irme.
No sé exactamente porque pero empecé a sentir una tristeza horrible.
Finalmente Kai me soltó y se dispuso a caminar sin decirme nada.
- Kai.
Debería decirle que me duele el pecho cuando pienso en que posiblemente no le vuelva a ver nunca más. O cuando pienso en que si sigo así me acabaré enamorando completamente de él y eso no llevará a nada bueno.
Se para y se gira hacía mí - ¿Sí?
- Nada.. - digo tristemente.
Debería decírselo pero no se lo diré..
Me tiende la mano - ¿Vamos?
Cojo su mano - Sí, vamos.
(...)
Al parecer Cooperville era una callejuela bastante más amplia donde la gente sin hogar vivía. Normal que nos costó encontrarla.
Una vez llegados nos dimos cuenta que se nos paso por alto preguntarle el color y la marca del coche en el que vive. Debido a que no tenemos ni idea de cual coche es, vamos buscando uno por uno.
Sólo hay cinco coches y todos están vacíos.
Al cabo de dos minutos aparece un hombre viejito.
- ¡Kai! Cuánto tiempo sin verte. ¿Cómo estás y quién te acompaña?
- Hola, yo bien. Ella es Sofia, Sofia este es Sam el padre de un buen amigo mío.
- Encantada.
- Igualmente, ¿y qué es lo que buscas por aquí Kai?
- Creo que podrías ayudarme, ¿tu también vives aquí verdad?
- Por supuesto conozco el lugar como la palma de mi mano, ¿a quién buscas y por qué?
- Buscamos el coche de un tal Jorge, ha habido un asesinato y como él es uno de los sospechosos queremos mirar entre sus cosas para ver si encontramos algo.
- Esta bien, aunque me gustaría que no sólo pasarás por aquí cuando las cosas van mal.. De todos modos, estás aquí por el chico, no por mí. Jorge vive en un coche de color gris, por allá - señala una esquina - Es el único que aparca su coche allí, así que no tendrán problemas para encontrarlo - se despide y se va.
Para nuestra suerte el coche estaba abierto. Kai buscaba en la parte delantera y yo en la trasera.
No nos hizo falta buscar demasiado, ya que debajo de unas revistas Kai encontró unas bragas de color rosa con una "J".
Se puso los guantes y metió las bragas en una bolsita.
- Pero no podemos estar seguros de que las bragas sean de Joana - digo pensativa.
- Lo sé, por eso vamos a enviarlas al laboratorio. Ahora volvamos a la carnicería.
(...)
- Hey, ¿Qué tal les va la investigación? - saluda Daniel alegremente.
- Ni bien, ni mal.. ¿Creés poder llevar algo por mi al laboratorio?
- Claro, ¿qué me llevo?
- Estas bragas, me gustaría saber si son de la víctima.
- De acuerdo, te avisaré en cuando lo sepa, hasta luego.
- Entonces.. ¿Ahora lo único que nos queda por hacer es esperar? - pregunto tirando me al suelo, estoy agotada.
- Sí, y creo que llevará una hora o más así que podrás descansar lo suficiente.
- Maravilloso.
- ¿Sora, sabes por qué estás tan cansada? - me pregunta de mientras se sienta a mi lado.
- Porqué he ido de un lugar a otro sin pararme ni un rato.
- No, porqué no has comido nada desde hace días y te falta energía.
- No es cierto, estoy bien.
- Quizás no estés tan mal ahora, pero dentro de unos días más estarás echa polvo - dice con la mirada fija al suelo.
- Aguantaré, como ya lo hize hace tiempo y entonces ni quería hacerlo.
- Lo siento..
- No importa.
Poco a poco haciéndose verdad lo que Kai decía, me quede dormida con la cabeza recostada en su hombro.
Sabía que así es me estaba quedando sin energía pero no podía asumirlo, no quiero asumirlo. Quiero ser delgada y sólo hago lo necesario para que eso pase, ¿por qué nadie lo entiende? Y sé que es malo para la salud, pero ahora mismo la salud es lo que menos me importa.
(...)
- Sora, despierta - me remueve Kai.
- Kai.. - susurro abriendo los ojos por completo.
Seguíamos en el mismo lugar sólo que yo ya no estaba sentada en el suelo, sino que estaba sentada encima suya.
- Si quieres seguir durmiendo te llevo a casa y luego ya vuelvo a resolver el caso.
- No, me quedo contigo - me froto un poco los ojos y me levanto.
Kai también se levanta - ¿Estás segura?
- Sí, ¿cuánto dormí?
- Una hora y media. Los resultados ya habían llegado hace una hora, pero te veías tan cansada que pensé en dejarte dormir un poco más.
- Gracias.. ¿Y cuáles son los resultados?
- Tal y como pensábamos las bragas si son de la víctima. Claro que no pueden ser del día del crimen, pero ¿qué quieres apostar a que Jorge la ayudó a quitárselas en otro momento?
- Jorge nos tiene que dar algunas explicaciones al respecto, no había dicho él que no miraba otras nenas. Además, en caso de que no hablé, probablemente deberíamos tener una charla con San, también.
- Claro, volvamos a Cooperville.
(...)
- Jorge, ¿tienes un momento? hemos encontrado algo de lo que queremos hablar contigo.
- Claro, decidme.
- Bueno tenemos todo un misterio en nuestras manos. ¿Cómo es que las bragas de Joana terminaron dentro de tu coche?
- ¿Vino para una fiesta de pijama entre amigas? - añadí sarcásticamente.
- No hay necesidad de ser tan sarcástica, señorita. ¡No sé cómo llegaron aquí sus bragas, pero estoy seguro de que yo no las llevé! ¡Éramos amigos, nada más! - dice un poco alterado.
- ¿Enserio? Porqué mis amigos no se olvidan su ropa interior en mi casa - ni tengo amigos..
- Ya vale por ahora, pero volveremos a hablar con usted.
Después de hablar con Jorge encontramos a Sam haciendo una limpieza a su coche.
- Señor Sam, una pregunta rápida ¿sabe si Jorge se estaba viendo por aquí con una chica llamada Joana?
- Se quien era Joana, pero no creo que Jorge estuviera viéndola. No sospechas realmente del chico, ¿verdad? ¡Jorge es un chico dulce, él nunca haría algo así!
- Depende de nosotros determinar eso y por ahora es el sospechoso número uno.
- De acuerdo, seguramente si dicen eso es porque deben tener pruebas.
- Claro, gracias.
Nos alejamos de Sam dispuestos a volver a la carnicería pero..
- Finalmente ni Sam ni Jorge nos han servido de mucha ayuda.. - afirmo decepcionada.
- Lo sé y no tengo ni idea de que deberíamos de hacer ahora.
- Hmm..
- ¿Ya se rinden? - pregunta Daniel que venía hacia nosotros con una sonrisa.
- Claro que no - digo decidida.
- ¿Daniel, qué haces tú aquí?
- Bueno no tenía nada más que hacer así que volví a la carnicería a ver en qué podía ayudaros, pero como no estabais pensé en que los encontraría aquí y mirad por donde acerté.
- Ya veo, ¿y tienes alguna novedad?
- Algo así la Sra. Anabela Rodriguez, la madre de la víctima, está dispuesta a veros ahora. Sin embargo, todavía está en estado de shock.
- ¿Dónde está? - pregunta Kai.
- Vive cerca de la carnicería, vengan os llevo.
(...)
La señora Anabela vive en un piso que está muy desordenado, se podría decir que al igual que ella. Su maquillaje estaba escurrido, sus azules ojos agotados y su rubio cabello descolocado.
Ha pesar de su apariencia ella nos abrió la puerta y sin ninguna palabra nos invitó a entrar.
Nos sentamos en el sofá.
- N-no me lo pue...puedo creer ¡mi bebé está muerta! ¡Y yo se lo dije! ¡Le dije que no se acercará a ese campamento de vagabundos! ¡Pervertidos, asesinos, en su mayoría!
- Sentimos su pérdida...
- ¡Ella estaba viendo a un chico en ese campamento! Oh, no lo admitiría, ¡pero yo lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Y ahora está muerta!
- Intenté tranquilizarse señora. Mientras tanto, si no le importa, nos gustaría echar un vistazo a la habitación de su hija.
- Claro..
La casa estaba desordenada pero la habitación de Joana estaba mucho peor. Básicamente lo único que había eran las típicas cosas de adolescentes. Maquillaje, perfumes, ropa tirada, colonias, collares..
Yo me puse a mirar en los cajones y en el último cajón de una mesa encontré su diario.
- Hey chicos, creo que encontré algo interesante.
- ¿Un diario?
- Sí, vamos a ver lo último que escribió.
- Yo lo miro - dice Daniel arrancando me el diario de las manos.
- No me lo puedo creer.. - murmura Daniel.
- ¿Qué pasa? - pregunta Kai.
- Angustia adolescente. ¡Rompió en pedazos la última página de su diario! Pero estoy seguro de que se pueden volver a poner juntos.
- Dame los pedazos yo lo hago - digo cogiéndole los pedazos al igual que el me había arrancado antes el diario.
Junté los pedazos muy fácilmente.
En la hoja ponía:
"¡Jorge y yo sólo somos AMANTES! ¡NUNCA va a dejar a esa vaca de Sara, tiene demasiado miedo de perder su trabajo! ¡Esa familia es VENENO, LOS ODIO A TODOS!"
- Vaya, deberíamos de tener una charla con Sara y Jorge..
- Kai, para ahorrarnos tiempo yo iré a hablar con Sara y tu ves a hablar con Jorge, así matamos dos pájaros de un solo tiro - le propongo.
- ¿Estás segura que no quieres que vayamos juntos?
- Claro, no tengo tres años me las puedo apañar sola. Además, Daniel me llevará. ¿Verdad Daniel?
- Ah claro, no te preocupes Kai la dejas en buenas manos.
- Vale, intenten reunir cuánta más información posible.
Daniel y yo asentimos y cada uno tomó su camino.
(...)
Después de que me bajará del coche de Daniel porque ya habíamos llegado a la carnicería él va y me deja allí plantada..
- Con que estoy en buenas manos, eh..
Viendo como su coche se va alejando decido entrar a la carnicería. Tengo que hablar con Sara.
- ¿Ya sabéis quién es el asesino? - escucho a alguien detrás mía.
- Sara, justo la persona a la que buscaba.
- ¿Por qué me buscabas?
Le conté a Sara sobre la hoja del diario que estaba rota.
- Ha muerto una niña y ustedes van diciendo mentirás por allí.
- Dudo que Joana mintiera en su propio diario - afirmo tranquilamente.
- ¡Cállese, CÁLLESE! ¡Jorge NO estaba teniendo una aventura con esa...con Joana! ¡Él me ama! ¡A él no le importaba esa perra coqueta fresa!
- No me digas, parece que albergas una gran cantidad de odio hacía Joana, Sara. ¿Por qué, si no te robó el novio?
- ¡Por ser una fresa, y una coqueta! ¡Lo siento por no desmayarme por ella! Ahora bien, si has terminado, me gustaría salir a fumar un cigarrillo.
- Vale, puedes irte.
Apunté mental Sara fuma..
Kai
- ¿Jorge le puedo volver a molestar? He averiguado algo bastante curioso.
- ¿Y ahora que paso? - deja de fumar.
Le cuento sobre la hoja rasgada del diario.
- Oh, maravilloso, averiguó eso. Bueno, sí, tonteé con Joana una o dos veces... Pero ella me pedía que rompiera con Sara. Iba a decirle que se perdiera. Ella quería contarle a Sara sobre nosotros, ¡y yo podría haber perdido mi trabajo! Realmente no valía la pena.
- Espero no llegar nunca a tu nivel de idiotez.
(...)
- ¿Sora, qué estás haciendo?
Al llegar a la carnicería lo primero que veo es a Sora, recostada con las piernas contra la pared y con la cabeza tocando el suelo.
Sora
- Dicen que estar con la cabeza en el suelo ayuda a pensar.
- Deja las tonterías y levantate antes de que te de un cáncer.
- Imposible un cáncer no se gana tan fácilmente - me levanto - Ya intenté muchas veces padecer de cáncer.
- Sí, sí. ¿Qué has averiguado?
- Que Daniel es un irresponsable y que Sara tiene un grave problema con Joana.
- No me extraña lo de Sara, ¿pero a que te refieres con que Daniel es un irresponsable, qué te ha echo?
- Genteee - saluda Daniel que venía muy alegre con unos donuts.
- Tú - digo sería mirándole - me has abandonado.
- ¿Yo? No - niega felizmente.
- Sí, tú, sí - le miro de manera amenazante.
- Uy uy uy que miedo - Sabe que si me abandonó el maldito y además ahora se hace el gracioso..
- ¿La dejaste sola para ir a comprarte unos donuts? - pregunta Kai incrédulo.
- Claro que no, he averiguado algo importante. El Sr. Colleti, su hija y Jorge calzan talla 10(42).
- ¿Sólo eso?
- Al parecer el asesino también se cortó un poco.
- Entiendo..
- ¡Ayuda, por favor ayuda! - grita la madre de Joana que estaba histérica y no paraba de llorar.
- ¿Señora que hace aquí ha pasado algo? - le pregunta Daniel.
- ¡El corazón de mi hija! ¡ME VENDIERON EL CORAZÓN DE MI HIJA!
- ¿Qué...? Por favor, Sra. Anabela, Cálmese ¿Quién le vendió el corazón de su hija? ¿Dónde está? - se altera Daniel.
- ¡Esta mañana! ¡Antes de que me dijeran que mi Joana estaba muerta! ¡Fui a comprar un poco de carne! Y hay...hay un corazón dentro, ¡y nunca he pedido ninguno! - al ver que nadie decía nada y que la mirábamos de manera extraña, añadió - ¿No lo entienden? ¡Me dieron el corazón de mi hija, para que me lo COMIERA!
- Ese corazón, ¿está en su casa? Porque quiero verlo.
- ¡¡¡Yo también quiero ver el corazón!!! - grito animada.
- Tú y Kai tenéis algo que hacer así que iré sólo yo, y de paso llamaré a Jorge para que se reúna con vosotros.
- Sería más que perfecto - sonríe Kai.
- Jo, yo quería ver el corazón.. - añado desanimada.
- Ya me voy, suerte con el caso chicos - se despide y se va acompañado de la señora Anabela.
- Yo soy chica..
- En fin, ¿ya sabes quién es el asesino?
- No podría tenerlo más claro.
- Ya..El amor es una tragedia, ¿no creés, Sora?
- Lo es, aunque también tienen culpa las personas porque yo por ejemplo nunca mataría por amor..
- Bien, nunca dejes que el amor te manipule. Lo lamentarías.
- Claro. Por cierto Kai encontré algo más...
- Mira - señala con la cabeza a un hombre - ya viene Jorge.
Jorge se acercaba como una tortuga a paso muy lento.
- ¿Estás lista?
- Claro - le sonrío.
Entramos todos a la carnicería. Yo, Kai, Jorge y las dos personas que ya estaban Sara y Damian.
- ¿Y bien quién es el asesino? - pregunta Jorge de mala manera.
- ¿Por qué tanta prisa? - pregunta Kai con una sonrisa cínica.
- Deberíamos de empezar con todas las pruebas que hemos encontrado a lo largo de la investigación - comento - pero como no tengo ganas de perder tiempo, sólo pasaré a la última y definitiva prueba.
Dicho eso fui a la parte trasera de la carnicería, donde habían dos enormes contenedores y dentro había mi prueba.
Volví a la carnicería y tire la ropa llena de sangre al suelo.
- Esta es mi prueba.
- La ropa que la víctima llevaba - confirma Kai - El asesino la había tirado en los contenedores de afuera. Con lo cual con la pequeña muestra de sangre que se tomó a cada uno, es más que claro quien es el asesino. La asesina es Sara Colleti.
- No puede ser - se extrañan Damian y Jorge.
- ¿He llegado a tiempo para arrestar al asesino o es demasiado tarde? - pregunta Daniel que recién había llegado.
- Has llegado justo a tiempo para arrestar a Sara.
- Papá, no vas a dejar que me arresten, ¿verdad? ¡Papá! Haz algo!
- Yo... - dice Damian - Cariño, ¿Cómo pudiste hacer algo así?
- ¡Esa perra se acostó con mi novio! ¡Y siguió provocándote a ti, papá, yo la vi! ¡Empezaste a sudar cuando ella vino a la tienda! ¿Qué se suponía que debía hacer, dejarlo pasar?
- ¿La destripaste sólo porque pensabas que era una coqueta? - se extraña Daniel.
- ¡Era una resbalosa! ¡Tuve que enseñarle a comportarse!
- ¿Destripándola? No me hagas reír - digo molesta.
- ¡SE LO MERECÍA! No me arrepiento de nada, ¡de nada! ¡Se desangró como la cerda que era!
- Ya basta, hemos oído más que suficiente - exclama Daniel - Sara Rodriguez, está bajo arresto. Tiene derecho a permanecer en silencio. Todo lo que diga puede ser y será usado en su contra en un tribunal..
Dicho eso se llevo a Sara y cada uno volvió a su vida. Así que ya que no queda ningún caso de por medio, ¿qué pasará ahora?
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Capítulo dedicado a Vicky29Marti
Hola, tengo súper mega buenas noticias, a partir de la semana que viene publicaré dos capítulos por semana. Gracias a todas las fans que me insistían despertó en mí las ganas de volver a escribir así que preparense para leer además, ya queda poquito para lo bueno de la historia.
Gracias por leer, dar like y comentar :)
P.D: Perdí la lista de las personas a las que tengo que dedicar capítulo, así que si no os he dedicado ningún capítulo y queréis que lo haga, decidmelo en los comentarios.