Capitulo 17

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- Yo...por ahora iré con David..y bueno pensaré en tus reglas.

- Claro, entiendo...pero sabes aveces es mejor no pensar tanto y dejar que la vida te sorprenda - me aconseja Kai.

- Vale..lo tendré en cuenta.

Me extiende un trozo de papel.

- Ese es mi número de teléfono, llamame si ese tipo intenta hacerte algo y vendré de inmediato.

- No hará falta, tengo a Ty y además no creo que intente nada.

- Vale, como tú digas ¿Puedo volver a verte? - me preguntó. Su voz sonó nerviosa, y me pareció extrañable.

- Claro - le contesté sonriendo.

- ¿Mañana? - me preguntó.

- Paciencia - le aconsejé - No querrás parecer ansioso...

- No, por eso te he dicho mañana - me contestó - Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana.

WOOW ¡¡¿¿QUÉ DIJO??!! AYY, QUE DIFÍCIL SE ME HACE IRME..

- Ya es tarde así que adiós.. - digo yo.

- Adiós..

(...)

- Sora, ¿Dónde te habías metido? - dice David.

- Me fui a fumar un porro, tomar droga y robar el banco más forrado del mundo.

- Vale..venga vayamos a mi casa, ya acabé mis horas de trabajo.Por cierto pensaste en participar en algún concurso de comediantes?

- Sí pero, me dijeron que no aceptaban profesionales.

- Jajaja pues que estúpidos no saben lo que se pierden.

- Verdad que si.

(...)

Medio siglo después llegamos a su casa, Jajaja estaba tan lejos que pareció haber pasado tanto pero, en verdad solo fueron 15 minutos.

A diferencia de la mansión de Kai, la casa de David era bastante pequeña..Bueno es obvio, los muebles y todo en la casa era de decoración moderna. Tenía tres habitaciónes..

- ¿Tienes hambre? - dice dirigiéndose a la cocina.

- No - digo de mientras me siento en el sofá del comedor y Ty a mí lado.

- ¿No? - dice cuando sale de la cocina con dos platos de lasaña.

- No.

- ¿Éstas bien?

- Sí.. ¿Por qué preguntas? - que le pasa a éste ahora.

- Mmm.... ¿Qué comiste en todo el día? - dice de mientras coge una silla y se sienta frente a mí.

- Patatas..y estaban bien - dije con una sonrisa falsa.

- Ya son las 22:00, como puede ser que comieras solo patatas en todo el día.. ¿Qué problema tienes? Y se sincera.

- Pues...tal vez te parezca extraño pero a mí..no me gusta la comida..

- ¡¿Qué?! eso no puede ser, es imposible..debe haber algo que te guste al menos una cosa - dice sorprendido.

- Sí hay una, me encanta el chocolate - digo con una sonrisa.

Se queda un momento callado mirándome, y de pronto se levanta y va a la cocina. Vuelve con algo en las manos.

- Toma - me da una tablita de chocolate - cometela toda, a pesar de que el chocolate no sirve para quitar el hambre..tienes que comer algo.

- ¡¡BIEN CHOCOLATE!! - digo entusiasmada.

Un día imprevistoWhere stories live. Discover now