Capítulo 40: Un macabre asesinato parte 2

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Veinte minutos después la hija de Damian había llegado a la carnicería acompañada de alguien. ¿Dónde había ido?

Ella es casi exactamente igual que su padre tiene 17 años cabello negro, ojos azules, delgada y alta.

Y el hombre que la acompaña también tiene 17 años, cabello negro y una muy mala cara.

- Buenos días, ¿Es usted la señorita Colleti, verdad?

- Sí, soy yo.. - afirma insegura.

- ¡¡¡Entonces tu fuiste la que descubrió al cadáver!!! ¡¡¡Cuentame con detalle la escena!!! - digo emocionada.

- ¿Y usted es posible que sea Jorge, el aprendiz de Damian? - pregunta Kai al hombre que la acompaña. Ignorando me por completo a mi.

- Sí, señor.

- Bien, me gustaría hablar con los dos por separado así que, ¿le importaría dejarnos un momento a solas con la señorita Colleti?

Jorge afirma y se retira.

- ¿Y cuál es su nombre señorita?

- Me llamo Sara.. Y si me vienen a interrogar, lo único que puedo decir es que todavía no puedo sacar esa imagen de mi cabeza... ¡Ella parecía un cerdo!

- Sí, sí. Eso ya lo sabemos - digo ya súper aburrida de que repitan eso. Tampoco es para tanto.

- Sentimos que tuvieras que ver eso. ¿Era amiga de Joana?

- No, no salíamos juntas. Era demasiado elegante para mi. Y ella era una coqueta, eso se lo puedo asegurar. ¡No me sorprendería que hubiera excitado al hombre equivocado..!

- Ya veo.. Si necesitamos algo más ya la buscaremos, gracias por su colaboración.

Sara entra en la carnicería y informa a Jorge de que ya puede venir.

- ¿Qué me puede decir de usted, señor Jorge?

- Mi madre me echó de casa hace dos años y he estado viviendo en un coche en Cooperville desde entonces. El Sr. Colleti es el único que me dio una oportunidad.

- Entiendo... Él nos dijo que Joana venía regularmente a la tienda. ¿La conocía bien?

- Eh.. Sólo hablábamos, nada más. He estado saliendo con Sara desde hace 6 meses, así que no le presté atención a las otras chicas.

- Sí, sí. Y yo soy Taylor Swift no te jodes.

- En fin, ya se puede ir - le permite Kai a lo que el afirma y se va.

- ¿No me dirás que le crees, verdad?

- Yo no he dicho eso, Sora, además es típico de adolescentes estar con muchas a la vez.

- Bueno, tampoco te metas con los adolescentes que tu eres un viejito y eres igual de mujeriego - digo a la vez que me alejo de él por si me quiere matar.

- ¿Soy un qué? ¿Es que quieres morir?

- Cierto, eso quiero. ¿Me matas, viejito? - le sonrío de manera juguetona.

Sonríe y se pone a caminar tranquilamente hacia mí, me dispongo a caminar de espaldas con la mirada fija en él. No me puede atrapar es un espacio abierto.

- ¿Me tienes miedo, muñeca?

- ¿Yo? ¿Miedo? ¿De ti? No me hagas reír.

- Te la vas a ganar Sora.. - dice sonriente como si estuviera planeando algo.

- ¿La lotería? - digo chistosa.

- Vale, tu lo has querido - viene corriendo y como me cogió desprevenida me atrapa rodeando me de la cintura con sus brazos.

Un día imprevistoWhere stories live. Discover now