HOUDINI | Harry Styles

Autorstwa favoriteharry

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''Y sí, quizás él era malo, pero cuando sonreía lo único que podía ver era lo bueno en él.'' [ Harry Styles a... Więcej

ADVERTENCIA
Cita
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10 "Part 1"
Capítulo 10 "Part 2"
Capítulo 11

Capítulo 4

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Autorstwa favoriteharry







Houdini // Capítulo 4


[Corregido 1/2]


Furiosa y sin ánimo, es como me siento. Aquí, sentada enfrente de la puerta del edificio, viendo como caen las gotas de cristal al suelo. La piel de gallina y los dientes me tiemblan. Me pregunto: ¿puedo estar peor? Yo soy un claro ejemplo de algo, de algo que claramente termina mal. He empezado mi día con rayos de sol y con sonrisas por todos lados. Sin embargo, todo lo que comienza bien, casi siempre termina mal. Como yo en este momento. El cielo se ha puesto negro de un momento a otro y en lo que parecen segundos, los flashes de los relámpagos golpean mi cara iluminándola.

Me maldigo yo misma. Me maldigo por no traerme un paraguas y por no haber hecho caso al pronóstico de la tele.

Antes de que se me apague el móvil, puedo mandarle un mensaje a Mona. Algo tan corto como que necesito su ayuda. La mando un mensaje con mi localización y seguramente me ha contestado algo, pero se apaga tan rápidamente que no me da tiempo ni ha contestar o a leer su mensaje. Seguro que se ha puesto en alerta. Su instinto la ha dicho que estoy en apuros y ya viene en camino. Sin embargo, cuando ya llevo más de una hora aquí escondida se van las esperanzas de ser rescatada.

La gente sale del edificio, y también entra. Me miran con cara extraña y me preguntan amigablemente si quiero entrar, pero yo niego con la cabeza. Siento que si abro la boca me congelo. No puedo estar peor, con la camisa de manga corta que llevo y los tacones que me ha recomendado Mona esta mañana puedo sentirme agotada, pero me estresa pensar en eso.

El edificio en el que estoy es nada más y nada menos que el de Harry Styles. No he visto su cara, e incluso no sé si lo he visto pasar. No me atrevo a preguntar a los vecinos que pasan con sus paraguas. Si esta la dirección mal voy a quejarme a la universidad. Pero para estar segura de ello, vendré mañana.

Cuando ya me estoy dando por vencida; cuando siento que mis tacones estan calados, veo el coche de Mona aparecer por el fondo de la carretera. Atravesando cada gotita pequeña de cristal que cae del cielo y atravesando los flashes de las nubes. Viene con el capote subido y puedo ver como saca la mano por la ventanilla para saludarme. La miro mal por unos segundos, e incluso me permito pensar en matarla. Sin embargo, niego con la cabeza y corro con los tacones calados hasta arriba de agua, sintiendo mi cuerpo temblar por cada paso.

—Te mataría ahora mismo— es lo primero que digo cuando llego a la puerta del coche.

—No tendrías quien te llevara— sonríe burlona y me hace un gesto con la mano para que suba al choche.

—Hubiera llamado un taxi o algo sino venias— asiente burlona y niega con la cabeza.

—¿No se te ocurren cosas mejores?— pregunta—¿Llevas dinero incluso?

—Puede— me cruzo de brazos y miro por la ventana.

—No te enfades— niega con la cabeza y me da con la mano libre—. Estaba hablando con Dylan.

—¿El paciente?— pregunto. Al menos una de nosotras dos ha tenido suerte.

—Sí, es majo— se encoge de hombros mientras mira la carretera—. Le he preguntado cosas básicas y él no ha contestado mal ni nada, parecía que le agradaba mi presencia allí.

—Seguramente le has caído bien.

—Puede— vuelve a encogerse de hombros.

Nos quedamos unos minutos en silencio, oyendo como las gotas de cristal caen en la ventana y como el motor hace su trabajo para arrancar. El coche de Mona no es nada moderno, pero, por suerte, tiene uno. Ella rogó mucho a sus padres por uno y ellos se negaron todo el tiempo. Pero cuando se mudó, consiguió este coche de segunda mano a un buen precio.

—¿Ese era el edificio donde vive el tuyo?—Pregunta rompiendo el silencio.

—Sí, pero no había nadie— me encojo de hombros aunque ella no pueda verme—. Volveré mañana, necesito saber si esta bien la dirección.

Un escalofrío llega a mi espalda y ella se ríe. La miro mal y ella solamente se ríe de vuelta.

—Cállate— la digo propinándola un puñetazo en el brazo.

Ella solamente se ríe más.

(...)

—¿Te gusta?— le digo a Mona cuando la vuelvo a ver.

Me ha dejado hace dos horas en mi departamento. En donde he tenido tiempo para cargar el móvil y poder probarme varios conjuntos que ya pensé cuando veníamos. Me dijo que fuera discreta, me avisó como eran sus fiestas. Incluso la dije que se callara, que sabía como eran sus fiestas y como me tuve que despertar alguna que otra noche a las tres de la mañana solamente para ir a buscarla a la comisaria.

Las grandes fiestas a la que ella asiste, son en descampados con una fabrica al lado en donde se forman carreras clandestinas, se vende droga y en la fabrica montan una discoteca en la que siguen la fiesta. No son seguras, para que mentir, son las fiestas más peligrosas y es la segunda vez que asisto una.

Mona por fuera puede parecer normal, una persona que no se mete en problemas y en la cual puedes dormir tranquila sin saber que te van a llamar de la comisaria para que vayas a por ella. Mona en realidad puede aparentar tantas cosas y luego no es ninguna de ellas. Va tres veces al mes a las fiestas, sin embargo nunca avisa y nunca sabras cuando llamaran de la comisaría porque se ha metido en una pelea.

Mona tiene sus problemas, pero algunas veces se desahoga así.

—Te tomaste muy enserio lo de discreta— ríe en alto—. Pareces una espía.

Las mayas negras se ciñen a mis piernas, y la camiseta junto con la chaqueta del mismo color dejan relucir las zapatillas blancas. Me río y niego con la cabeza golpeándola suavemente el hombro.

—Vamos— señala con la cabeza el coche.

Una vez en él, arranca el coche y mira unos segundo la dirección en el móvil. Llevado ya una media hora de viaje. Empieza a aflojar y a apretar su agarre en el volante. Conozco lo suficiente a Mona como para adivinar que esta nerviosa. Ella misma me considera su hermana y no le gusta que fuera a estas fiestas. Incluso como si me invita ella. Mona por dentro protege mucho a sus más cercanos y más cuando sabe que va a poner a esa persona en peligro. Es algo muy peculiar en ella.

—Sabes lo que dije en la última fiesta.— Señala mirando aún la carretera—. No te alejes de mí, sabes que estas fiestas no son como las de las películas. Si te metes en problemas con alguno de allí, muy pocas opciones tendrás para salir sin ellos.

—Sí, mamá— río intentando aflojar el ambiente.

—Lo digo muy enserio Armine— dice seria—. Las fiestas a las que voy no son...normalillas comparadas con las de la última vez. Solamente, no te alejes de mí y no mires a nadie que tenga mala pinta.

—¿Por eso dijiste lo de ir discreta?

—Exactamente— asiente—. Enserio Armine, ahora las fiestas son un poco más peligrosas. Solamente mantente cerca de mí y no te alejes.

—Vale— asiento.

El resto del viaje es en silencio, quitando las partes en las que Mona me recuerda seguridad. Se preocupa por mí, al igual que yo también me preocupo por ella algunas veces.

El descampado va apareciendo en nuestra delantera, dejando atrás la ciudad. Sé más o menos como va esto. Pero no me interesa meterme mucho en este mundo muy a fondo. Mona aparca el coche en una parte alejada del descampado, pero igualmente se oye la música de fondo. Me mira advirtiendo otra vez las palabras anteriores y yo solamente asiento diciendo que estoy bien.

—Recuerda, solamente venimos a celebrar tu nuevo trabajo— asiento y la agarro del brazo tirando de ella.

No me importa esta noche mucho lo que pueda pasarme. Siento que solamente vengo esta noche a divertirme y solamente a eso. Caminamos unos cinco minutos hasta que llegamos a las gradas de madera desgastadas. En ese mismo lugar la gente empieza a levantar las copas y a vitorear a algún lado. Algunas parejas se besan detrás de ellas y otras solamente se estan metiendo mano. Algunos estan siendo cogidos de los cuellos y empotrados contra las gradas. Hay círculos de gente gritando y si levantas un poco la cabeza puedes ver en estos círculos como se pegan.

Algunas grupos de gente se forman detrás de las gradas y se ponen a presumir de coche o incluso de moto. Algunas chicas se restriegan sobre esos coches y algunas solamente tocan al dueño de este. Puedes mirar a algunas con mala cara y ellas te contestan de la misma manera. Incluso si miras con detalle puedes ver como en algunos lados oscuros se intercambian droga, e incluso como toman de ella.

Mona tiene razón, estas fiestas han cambiado mucho. Puedo sentir mi estomago vibrar por la música y puedo decir que un escalofrío me recorre la espalda. Mona me arrastra a una simulación de bar. Una barra de bar estas extendida a lo largo y la gente alrededor de ella. No guardan cola e incluso algunos se cuelan solamente por conseguir su bebida antes. Mona tira de mi brazo y no intenta poner en primera fila, pero falla en el momento en el que alguien la empuja.

Mona me agarra más fuerte y tira de mí. Pide rápidamente dos bebidas y le se la dan al segundo ,dos latas de coca-cola. Me la entreg- y con ella las palabras:

—Vigila que nadie eche nada— dice y vuelve a tirar de mi brazo.

Corre para ponernos en primera fila de las vallas. Vallas que estan allí únicamente por la carrera. Coches se posicionan en una línea imaginaria y los dueños de ellos salen para lucirse. La gente grita y vitorean. Algunos incluso gritan que quieren pelea. Los jugadores se saludan sin decir ninguna palabra, y algunos presumen de coche con otros.

—Empezará en pocos minutos— dice Mona sobre los gritos.

Asienfo sabiendo a lo que se refiere, y abriendo la lata de coca-cola miro a los lados. La gente me mueve y yo intento que nadie me me tire la lata. A la gente solamente le importa la carrera y si alguien muere o no, para ellos eso sería mejor.

La música para y una campana empieza sonar en los mismo altavoces. Todo el  mundo deja lo que esta haciendo y van corriendo a las vallas. Vitorean y solamente me confirma una cosa: la carrera va a empezar. La gente se pega más y más solamente para mirar y los coches que correran se reunen en la meta de salida. Coches lujosos y algunos que no. Corren en la carrera. Una chico  vestido de negro y con la camiseta de tirantes del mismo color se pone en medio. Sus brazos estan llenos de tatuajes y por el cuello se pueden ver más.

Levanta las manos y los motores empiezan a rugir. Sin una espera las baja de la nada y la carrera comienza. Esquivan al chico, y  los coches rugen junto con sus ruedas. Toda la gente se empieza a animar más.

—¡¿Cuántas vueltas son?!— le pregunto gritando a Mona.

—¡Aquí no va de vueltas!— grita de vuelta—¡El último que quede, gana!

Me quedo callada mirando la carrera. Claramente sé a lo que se refiere, sé lo que significa el último que quede. Miro la carrera atentamente, y lo que empezo siendo una carrera de 10 empieza a ser una de 4. 6 ya han caído y sus coches estan volcados o ardiendo. La gente los ayuda, si pueden. Algunos salen por la ventana de los coches volcados, otros parecen no tener tanta suerte.

La gente disfruta en cuanto a todo esto. Gritan cada vez que alguien cae. Y vitorean cuando algún coche choca con otro. Algunas motores explotan, y la gente aplaude y vitorean como si fueran fuegos artificiales. Sin embargo, cuando se oyen las sirenas no vitorean y mucho menos aplaudien. Salen corriendo y la gente empieza a correr. Cuando quise mirar a mi lado Mona ha desaparecido y sin darme cuenta yo ya estoy corriendo.

La gente empuja y grita cualquier cosa que pueda salir de su boca. La lata de coca-cola se ha caído de mis manos. Coches salen disparados de aquí y algunas personas solamente luchan para que la policía no los coja. Puedo decir que estoy gritando, pero no estoy segura de ninguna de mis acciones. La realidad puede superar muchas cosas en ese momento. Pero el miedo esta en todas partes ahora mismo. El pelo se pone en la cara y cuando muevo la cabeza para retirarlo, al rozar la mejilla esta mojado. Estoy llorando. Estoy llorando de impotencia y de miedo. Estoy llorando mientras corro a empujones entre la gente.

Siento unos brazos agarrame por la espalda, atrayéndome y pegándome a él. Una mano en mi boca se posiciona y la otra va directamente a mi cadera.

—Cállate— murmura en mí oído.

Dos policías pasan por delante nuestra corriendo, pasando de nosotros. Sin vernos. Es cuando me doy cuenta de que estamo bajo las gradas. Ocultos en la oscuridad que nos proporcionan ellas. Mis ojos estan bien abiertos, asustada por si en vez de estar salvándome, esta secuestrándome. Suspira en mi oído y me da la vuelta con las manos aún donde estan desde un principio.

Él. El chico que esta mañana ha interrumpido mi entrevista. El que tiene los ojos verdes y el pelo castaño oscuro. El que me odia por algún motivo. El que siento que debo darle ahora una patada. Retira la mano de mi boca, mirándome desconfiado.

—Vamos— señala detrás suyo.

Pasamos entre las gradas, sin darnos cuenta del detalle de nuestras manos agarradas. Él mira a todos lados, asegurándose de todo. La gente segue corriendo y gritando a todos lados. Y los chalecos de los policías se ven entre las gradas. Él me arrastra y me guía a donde él quiere. Yo solamente rezo por salir de aquí. Y espero a que Mona también salga de aquí sin un rasguño.

—Ahí— dice señalando una moto vieja.

Tiene golpes por doquier, y tampoco le viene mal una mano de pintura. Las ruedas estan llenas de barro y la delantera esta abollada. Inseguridad no es lo único que me trasmite esta moto. Se sube y me ordena que suba detrás de él si quiero salir viva y sin antecedentes de aquí. Subo rápidamente, agarrándome a su cintura. Pego mi cara a su espalda unos segundos y luego la retiro al darme cuenta que sigo llorando. Post-sollozos salen de mi boca seguidos, e intento no derramar más.

Algo me agarra del pelo y un grito sale de mi garganta. Algo metálico se pone en el lado derecho de mi frente, y tira más fuerte de mi pelo sacándome de la moto.

—Hey, amigo suéltala— dice el castaño dándose la vuelta por el repentino grito que he soltado. Mira al que me esta agarrando del pelo con mala cara, y fingida preocupación. Sé que no le importo mucho, que solamente esta salvando a una muchacha de meterse en problemas.

—Sal de la moto— ordena presionando más la pistola en mi sien.

El castaño obedece y con las manos en alto asiente lentamente. Pero en un repentino movimiento el castaño agarra del cuello al que presiona la pistola en mi sien. Siento un jalón más grande de pelos y me permito pensar que en cualquier momento puedo quedarme sin lágrimas. De un momento a otro caigo al suelo y los dos chicos siguen luchando. Yo miro el suelo mientras caen lágrimas y de repente oigo un disparo. No puedo girarme para saber quien es el herido, pero cuando unos brazos me agarran y me suben a la moto, sé bien en este momento quién ha sido el disparado.

Cuando arranca la moto, al girar la cabeza puedo ver entre lágrimas como el fuego de lo que eran coches se expande y gritos de personas se mezclan con la sangre en el aire. Pero el ruido del disparo sigue en mi cabeza.


_ _ _

Meta: 94 votos y subo.

¡ME HE TARDADO UN AÑO!

Bueno, antes que nada sorry por tardar. He estado más o menos ocupada. Antes que nada decir que me he presentado a los #WOWawards2. Por intentarlo no pierdo nada.

PREGUNTA:

¿Ya sabéis quién es el castaño? Muchas me decían Zayn y yo como '' What?''

Votar y comentar.

MaG .xx

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