- Oye está bien que te moleste pero tampoco es para que me mires con esa aura asesina. - Le dijo el chico espadachín mientras la chica se acercaba.
- ¿Qué? - Le preguntó White sin entender, creo que debería controlarme mejor.
- ¡Tiky! - Me llamó desde atrás uno de mis compañeros - te llaman de nuevo de tu segundo trabajo.
- Oh, ya veo - me voltee hacia los exorcistas y llamé a White - ¡Me debo ir, pero luego seguiremos hablando! - Le grité mientras agitaba mi mano, ella me sonrío de una manera muy dulce mientras asentía con su cabeza y se volteaba hacia el espadachín, la estadía en la mina iba a ser mucho más interesante.
Road... Era su voz la que hablaba del otro lado del teléfono.
- Sí, sí, en seguida voy.
Fue mi única respuesta a todo lo que me dijo, salí de la mina y comencé a caminar por las calles de la ciudad, en una de ellas me esperaba Road.
- ¿Qué haces Tyki? -Su pregunta no era una pregunta de reencuentro o una pregunta normal parecía más un interrogatorio de la policía intentando sacarle el paradero de un narcotraficante a un testigo clave.
- Nada.
- No te hagas el desentendido - se quejó -, pude ver a través de los akumas lo que hacías ¿Entre humanos? Y... ¿Exorcistas?, ¿Es en serio? - llevó su mano a su frente en señal de fastidio, me estaba sermoneando como si fuera un niño pequeño - ¿Me podrías decir que estas intentando hacer?
- Nada en especial.
- Son 5 exorcistas, se cauto.
- Sólo no se lo digas al Conde. - Le pedí.
- Sólo si me dices que te atrae tanto de ellos. Últimamente estás pasando mucho tiempo con los humanos eso no me molesta pero ahora... ¿Exorcistas?
- Ellos sólo vinieron al lugar donde yo estaba por culpa de todos los Akumas que enviaste para encontrarme. En sí es culpa tuya.
- ¿Por qué simplemente no te vas y ya?
Pensé en miles de cosas para contestarle pero la mejor respuesta en ese momento era el silencio.
- Encontraste algo interesante, ¿No?
- Mantente alejada. - La sonrisa que tenía en sus labios no me agradaba ni para nada.
- No haré nada, pero intenta pasar más seguido por lo del Conde. ¿Sí?
- Está bien. - Dije casi con fastidio parecía una hermana mayor intentando consensuar las cosas entre un hermano peleado con su padre.
Di una media vuelta mientras ella se alejaba. Me preguntaba en mi mente como sería hacerlos pelear entre compañeros y sí podría poner aquella peli-blanca en contra de sus compañeros, después de todo parece tener interés en mí, eso podría ser un gran arma, ya no puedo aguantar más, quiero intentarlo, quiero ver que pueden hacer los humanos exorcistas... Son seres tan entretenidos, quiero verla desesperada, quiero ver qué pasaría si le diera dos opciones ellos o yo, quiero que me muestre su peor lado, odio esa sonrisa tan dulce quiero convertirla en desesperación. Mis manos debieron tapar mi enorme sonrisa, estaba muy emocionado.
Las cosas se pondrían buenas de una vez por todas en aquella mina.
- ¡Vuelve a decirlo! -Escuché el ensordecedor grito de la albina, ya dentro de la mina -¿¡Quién demonios te crees para criticarla de esa manera!? ¿Ah? ¡Ah! ¡Dame una lista de 100 páginas de porque no debería romperte la cara!, ¡Dámela! -La chica perseguía a dos trabajadores del lugar mientras el espadachín sólo se limitaba a observarla con cara de fastidio-¡A ti qué te importa si ella es miss sonrisas! ¿Quien se creen? ¡Metete en tus asuntos! ¡O TE VOY A METER EN TUS ASUNTOS A LA FUERZA! ¡MANOJO DE IDIO... -Ella parece haberse calmado en cuanto me vio caminando hacia la escena -De- de- de mineros honrados. -La chica se dio la vuelta para evitar contacto visual mientras rascaba su cabeza con la mano.
- ¿Qué demonios tienes? -El espadachín puso su pie en la espalda de la joven empujándola un poco -¿Estás mal de la cabeza? Bueno para qué pregunto si ya sé la respuesta.
- ¿Qué demonios estás haciendo? Maldita histérica naci anti-blancos.
- ¿Algo más? -Habló él irónicamente.
- Ignorante, manantial de babas, aparato azul con ojos, animal autóctono, basura pretérito pluscuamperfecto.
- Oye...
- No ves que estas ensuciando mi blanco plumaje con el negro abstracto de tu ignorancia.
¿Por qué son tan cercanos? Aunque siempre estén peleando parecen más cercanos que nadie.
- Deja de bromear y ven ayudarme...
- No puedo -contestó ella seria -estoy ocupada viendo el horizonte.
- Tu... Maldita. -El chico comenzó avanzar mientras ella retrocedía a la misma velocidad que el paso de él.
- ¡Exorcistas! -Llamé su atención automáticamente White levantó la cabeza para visualizarme y comenzó a correr en mi dirección.
- ¡Tyki! -La chica gritó mi nombre.
- ¡No huyas idiota! -Este chico parece tener problemas para manejar su temperamento.
- Tranquilos, tranquilos -levanté mis manos al aire intentando calmar al espadachín, este chico tiene suerte de que esté usando mi disfraz ahora mismo... O ya estaría tirado en el suelo pidiendo clemencia. En cambio White parece ser una persona más controlable, esto va a ser bastante divertido -. ¿Qué sucede? -Me voltee en dirección a la chica, ya que se encontraba detrás de mi espalda, usando un civil como escudo... ¿De en serio estos chicos son la última esperanza de la humanidad? Peleando entre sí mismos no son más que un montón de niños que poseen armas.
- Oye, estas tentando a tu suerte. -Definitivamente este chico tiene suerte de que esté usando mi disfraz.
- Bueno, bueno tratemos de tranquilizarnos un poco, ¿Si?
- Si. -Habló ella desde mis espaldas.
- ¿Cómo es que eres tan sumisa con un hombre que acabas de conocer?
- No soy sumisa, trato a las personas como me tratan. Según la teoría de Aristóteles el hombre es un animal social pero tú lo de social te lo olvidaste en la Orden Oscura. -Parece que la albina tiene un poco de cultura y no es tan idiota.
- ¿El hombre qué? -Pero el espadachín no, lo pude notar por su ceja arqueada en señal de que no había entendido nada de lo que decía White -Espera... ¿Me dijiste animal? -Ding dong, tenemos un ganador y parece que no es tan, tan, tan idiota después de todo.
- Pero ¿Por qué estabas tan enojada? -Me voltee hacia la chica mientras el espadachín bufaba por haberle dado la espalda.
- ¿Me están ignorando? -Parece que alguien tiene neuronas vivas aun.
- Esos trabajadores estaban criticando a Lenalee porque simpri sinriiza y por eso la llamaron zirra i ficil -ella comenzó a hacerle burla aquellos obreros no puedo negar que fue un poco divertido... Sólo un poco -. Luego de que ella peleo por ellos y pelea por ellos, ¿Cómo es que la gente puede ser así?
- Los humanos son así. -Hablé sin pensar.
- ¿Hu-humanos? - Indagó más en mi afirmación la chica.
- Si, así somos, lamentablemente algunas personas no tienen moral.
- Es verdad. -Suspiró ella mientras que el espadachín sólo se mantenía en silencio eso me estaba incomodando bastante.
- A las 8 es la cena, intenten no faltar -les sonreí -deben estar agotados.
- Espero que tengan suficiente comida. -Hablaron los dos al unisonó.
- ¿Suficiente?
- Si... Es que uno de nuestros compañeros... Digamos que tiene un estomago bastante grande.
- ¿Grande? Dentro de él parece que tuviera tres hoyos negros, un enano y dos luchadores de sumo. -Rompió su silencio el espadachín.
- No se preocupen, los esperaremos. -Les sonreí mientras me alejaba.
El comedor estaba compuesto por bastantes mesas donde los grupos de compañeros, ya preestablecidos por lazos de amistad o compañerismos, se sentaban. El lugar era lo suficientemente grande como para albergar a todos los trabajadores y como siempre había una música de fondo acompañada con las voces resonantes de los obreros que hablaban sobre temas triviales mientras comían. En una de las mesas los uniformes negros resaltaban... Junto con una gran pila de platos.
- No hay chicas lindas aquí -lo escuché quejarse al chico del parche mientras se sentaba en la mesa con sus compañeros, acompañado de una bandeja que llevaba su comida -. White, ¿A quién buscas? -Le preguntó mientras veía a la albina cabecear observando con detenimiento el panorama.
- A-a-a nadie.
- Hmm... Podría ser que... ¿Nuestra chica se enamoró?
- ¿Cómo que me enamore? Acabo de llegar al lugar.
- Amor a primera vista.
- No digas estupideces.
- ¿Puedo sentare aquí? -Le pedí permiso a los exorcistas mientras sostenía una bandeja de comida, era tan divertido estar en la boca del lobo sin que nadie lo supiera.
- Claro.
- No hay problema.
- Ziéndeze pol Zavol. -Habló el albino entre bocados.
- Allen no hables con la boca abierta. -Se quejó White mientras se movía para darme un poco de lugar.
- Hmmm... -El chico del parche observo con atención a la albina -Acaso... Tienes... ¿Fiebre?
- No.
- Hmmm...
- Deja de hacer eso, es molesto.
- Ajam.
- Basta -Ella suspiro y luego se incorporo a la conversación -¿Dónde está Kanda?
- Quería hacer un poco de inspección del lugar.
- Pero ya es hora de comer.
- Do iame pedo no izo kazo.
- Iré a llevarle algo. -La albina puso sus manos en la mesa para ayudarse a pararse pero la tomé de la muñeca.
- Yo iré, ustedes deben estar cansados, permítanme hacerlo.
- ¿Seguro Tyki? No, no, deja que vaya yo.
- No te preocupes. -Le sonreí.
- Pero Kanda no es una persona muy simple de manejar.
- Estaré bien. -Me levanté mientras despeinaba sus cabellos blancos, le di la espalda al grupo pero aun podía escuchar su conversación.
- Miren, miren, esta roja, esta roja, ay se enamoró~
- Que no, como me puedo enamorar en un día, eso no se da tan pronto.
En la tranquilidad del exterior, en medio del silencio de la noche a lo lejos pude escuchar las botas del espadachín moverse entre la oscuridad, mientras me acercaba lo veía ir y venir, patrullando el lugar, observando que todo estuviera bien como un buen perro guardián.
- ¡Espadachín! -Su katana se dirigió a mi cuello pero unos centímetros antes paró su paso -tranquilo, tranquilo, esto te lo mandan tus compañeros -él observó la bandeja y luego elevo su mirada a mi rostro -no está envenenado. No te preocupes.
- ¿Quién eres? -El perro tiene buen olfato.
- Oh, lo lamento ¿No me presente? Mi nombre es Tyki...
- ¡No me tomes de idiota! -Con una de sus manos hizo volar la bandeja de comida -Esa sed de sangre que sentimos hoy, ¿Eras tú o no?
- ¿Sa-sa-sa? ¿¡Sangre!? ¡¿Dónde!? -Intenté parecer lo más desesperado posible -yo-yo-yo soy alérgico a la sangre.
- ¿Alérgico?
- Si, no puedo ver sangre o me desmayo.
- Eso es una fobia no una alergia. -Él suspiro y luego dudó de su propio juicio.
- Tal vez no eras tú.
- Espadachín, en realidad vine para hacerle una pregunta, ¿Usted?
- ¿Qué?
- ¿Tiene sentimientos por la albina?
- ¿Te golpeaste la cabeza antes de venir?
- Es que parecen muy cercanos por eso se lo preguntaba.
- Definitivamente te golpeaste antes de venir aquí.
- Entonces tengo el camino libre.
- Me importa una mierda lo que le pase a esa chica, si muere rápido sería mejor así deja de molestarme. -Mejor aun.
- Oye -se escuchó la voz de White detrás de nosotros - ¿Qué hiciste idiota? -Se quejó cuando vio la bandeja tirada a nuestro lado -vine porque hacia un rato que Tyki no regresaba. Él viene para traerte la comida y tú la tiras, ¿Estás idiota o qué? Oh, mira -señaló la bandeja tirada -Mira Kanda se te cayó algo con la bandeja.
- ¿Qué? -El espadachín se asomo curioso a la escena.
- Mira se cayó tu simpatía con ella, ay no, perdón debe ser la de otra persona porque tú nunca tuviste algo como eso.
En ese momento la albina tuvo que correr por su vida.
Mushas gracias a:
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Mushas gracias a:
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Mushas gracias a:
Por poner la historia en sus listas♥
Perdón si me olvidé de alguien que haya comentado, votado o puesto la historia en su lista u.u
Sea sea cual sea tu forma de apoyar esta historia te lo agradezco mucho porque así me dan ganas de querer seguir escribiendo *w*
Y a los lectores fantasmas... Déjenme decirles que hay un infierno especial para ustedes. Si son importantes pero en mi caso no me alientan a seguir escribiendo para mí no son importante las vistas pero sí lo son los votos porque eso me da a entender que lo que escribí le gustó a alguien, los comentarios porque expresan su opinión que es muy valiosa, o ponerlo en su lista es una señal de que alguna manera la historia capto su atención y en algún momento la leerán, así que mushas gracias :')
❀Lentes-Shan❀