XVII. ÚNICA
El tiempo había pasado, Hinata llevaba seis meses de embarazo y era la mujer más felíz, teniendo a su lado a Naruto que siempre la apoyaba. Hinata se encontraba en casa de su primo, el cual andaba demasiado nervioso, ya que a Tenten solo le faltaban unas semanas para dar a luz, iba a ser un niño y aún pensaban en que nombre ponerle. Neji no quería demostrar que andaba nervioso, pero no lo ocultaba muy bien.
— Neji... tranquilo.
— Lo estoy — protestó.
— Ash... mírate.
— Estoy perfectamente Hinata.
— ¡Ay! — se quejó Tenten.
— ¡¿Qué te sucede?!
— Lo ves.
— Estoy bien — sonrió-
— ahora relájate, el bebé llegará cuando tenga que llegar.
— Naruto~kun ya vino por mi, nos vemos — se despidió Hinata — Tenten cuida de mi primo.
— Lo haré, cuídate.
— ¡Oigan! — las dos rieron.
— Hola cariño — le dio un cálido beso en los labios.
— Hola — sonrió, los dos subieron al auto del Uzumaki.
Fueron hasta el hospital, iban a ver cual era el sexo del bebé, estaban nerviosos y felices a la vez.
Cuando llegaron fueron hasta el doctor que atendía a Hinata y ahí los hicieron pasar a una habitación, ya estando ahí posicionaron a Hinata en la cama y el doctor puso todo lo necesario. Naruto se sentó a lado de su ahora novia. En cuestión de unos minutos pudieron ver a su bebé en el vientre de Hinata, ambos sonreían por inercia. Las últimas veces el pequeño bebé no se había dejado ver para poder saber su género, pero esta vez fue diferente.
— ¡Felicidades es un niño! — Se miraron y el rubio besó la frente de su novia.
Últimamente Naruto había adoptado la manía de tomar la mano de Hinata y acariciarla, en estos momentos lo hacía. Los dos padres estaban demasiado felices.
(···)
Naruto quiso hacer algo especial por su novia y la llevó a cenar y como siempre fue ramen, a ella le gustaba que Naruto sea el mismo siempre. Después de eso fueron a donde los padres del Uzumaki.
— Hola señora Kushina, señor Minato.
— ¡Que bien que llegaron! — Gritó de la emoción la Uzumaki.
— Pónganse cómodos — sonrió Minato.
— Me alegra un montón que ustedes estén juntos, ¿Cómo se encuentra mi nieto o nieta?.
— Bueno, es tu adorable nieto — habló Naruto.
— Ay no me lo creo ¡Felicidades! —. Kushina abrazó a la azabache. — Ahora se que es un pequeño remolino —. Ambos enamorados rieron.
Después de platicar y reír con los padres de Naruto, se marcharon. El rubio la llevó hasta su casa, la fue ha dejar hasta la puerta.
De nuevo Naruto comenzó a acariciar la mano de Hinata. La azabache miró los brillantes ojos de Naruto parecían zafiros en medio de la noche. Ella recordó la mirada apaga que hubo en el pasado en el rostro de Naruto y por tal recuerdo lo abrazó, él se sorprendió pero de igual forma la imitó su acto.
— ¿Sucede algo? —. Preguntó algo preocupado.
— No yo solo... Te amo — sus mejillas se ruborizaron.
— Yo también te amo mi princesa.
— Gracias Naruto~kun por estar a mi lado.
— Que duermas bien mi bella princesa — tomó su mano y la besó y se alejó con una sonrisa en su rostro.
El sol volvió a brillar, pero hay alguien que hace que luzca a un más brillante y cálido, y ese alguien es Hinata.
(···)
— Hola chicas.
— Hola Naruto~sama — dijeron ambas chicas.
— Solo díganme Naruto. Y si vienen por lo del trabajo hablen con mi padre, ya las recomendé.
— Muchas gracias — habló una de las chicas.
Naruto últimamente se involucraba más en lo que era en relación a la empresa y debía saber como funcionaba. Tenía su propia oficina y pasaba trabajando por las tardes, después de clases, claro siempre después de dejar a Hinata en su casa, era algo que se volvió constante en su vida y se sentía bien con ello.
— Hola dobe.
— Teme dime lo trajiste.
— Sí aquí está, ¿Cuando va a ser?
— Este mismo fin de semana, estoy emocionado.
(···)
Hinata se había arreglado para salir con Naruto, había cogido su cabello en una trenza dejando su flequillo, usó ropa cómoda, pero bonita. Naruto ya había llegado y ella estaba saliendo, despidiéndose de su padre y hermana.
Naruto tomó su mano y comenzó a acariciarla, ella lo miró.
— Te ves hermosa.
— Gracias — se ruborizó — ¿A dónde vamos?
— Es una sorpresa.
Después de un recorrido por fin llegaron, Hinata miró a su al rededor y el lugar le parecía familiar. Naruto le abrió la puerta para que saliese del auto, tomó su mano y caminaron juntos, poco a poco Hinata hacía memoria, cuando llegaron a un árbol, ella abrió los ojos con asombro.
— Recuerdas Hinata — ella asintió y un ligero brillo se presenciaba en su mirada.
— Aquí es donde... — paro de hablar y se puso roja como tomate.
— Donde tuvimos nuestro primer beso. — pararon de caminar justo a lado del gran árbol, apreciando la vista de la ciudad de Konoha, que ahora se veía más grande y bonita. Naruto tomó por la cintura a Hinata y la besó, un juego con sus lenguas comenzó, al separarse se quedaron mirando a los ojos con sus frentes pegadas.
— Te amo Hinata, por eso... quiero que seas la única mujer para mí, quiero que seas mí esposa — el rubio se arrodilló y sacó una cajita de su bolsillo mostrando un anillo en su interior.
— Yo... — sonrió — si acepto — unas lágrimas de felicidad comenzaron a resbalar por sus mejillas.
— Gracias Hinata— la abrazó y dio pequeños besos en la cabeza.
Estuvieron unos momentos en aquel lugar donde recordaban tanto de su pasado, el dolor y sufrimiento se había ido.
Fueron a la casa de la Hyüga, pero ahí todo se encontraba apagado cuando entraron las luces se encendieron y gritaron sorpresa. Hinata miro a Naruto, pero él estaba igual asombrado que ella.
— ¡Felicidades ya están comprometidos! — gritó Sakura. Naruto miró a Sasuke y el apuntó a su novia. Lo de pedida de mano lo había tenido en secreto con Sasuke, pero al parecer él lo había comentado con Sakura.
— No lo puedo creer — Ino, Temari y Sakura se acercaron a abrazarla.
— A ver nadie dio mi autorización — Hiashi Hyüga comenzó a hablar.
— Señor Hyüga, usted sabe cuando amo a su hija y aquí en frente de todos los presentes pido su mano para que sea mi fiel acompañante.
— Naruto — el señor Hyüga lo quedó mirando. — Espero que cuides y protejas a mi hija —. Al decir esto los presentes comenzaron a gritar y silbar.
— Felicidades chicos —. Se acercó Kiba a los dos enamorados. — por fín Hinata vas a ser felíz-la abrazó.
— ¡Hey sueltala! — gritó Naruto, cogió del brazo a Hinata, la jaló hacía él y la abrazó — Es mi princesa — Todos rieron y a Hinata no dejaba de sonrojarse.
Pusieron música para festejar el compromiso de los chicos, en todo eso Tenten comenzó a quejarse, Neji a su lado estaba asustado.
— ¡Rápido al hospital! — todos se alarmaron.
— Rompió fuente — Neji la llevó hasta el auto y partieron, los demás los siguieron, estaban preocupados.
(···)
Habían ingresado ya a Tenten al quirófano, Neji no dejaba de pasearse de un lado a otro por el hospital. Naruto notaba la preocupación y se acercó a él.
— Tienes que estar calmado, para que ella lo esté, pide que salga bien todo y respira.
— Es que agh... Esto es demasiado.
— Te van a decir que entres y no tienes que estar nervioso o si no ella también lo hará y ella ahora necesita tu apoyo más que nunca.
— Tienes razón, creo que... voy a ir a... respirar aire fresco —. Naruto se acercó a Hinata.
— Voy a hablar con él.
— Está bien — le dio un beso en la mejilla.
— Neji~nii — el se voltió hace tanto que no escuchaba que lo llamba así. — Vamos yo sé que tú puedes ser fuerte, por ella, por ti y por tú pequeño bebé — sonrió.
— Tengo miedo... miedo a ser mal padre.
— Neji~nii tú lo harás bien, tengo fe en ti, tenlo tu también. Sabes en esto un hombre si es débil no saben que hacer y más nos estresan a nosotras, ya que ustedes no saben como actuar — soltó una pequeña risita.
— Gracias Hinata, hoy comienza una nueva etapa en mí vida y estoy emocionado por vivirla.
— Yo sé que podrás enfrentar esto.
Neji se decidió a entrar para estar a lado de Tenten. Hinata se sentó a lado de Naruto.
— Creo que...tengo más miedo — susurró Naruto a Hinata, ella sólo rió.
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Wolas mis queridos mininos y mininas ¿Cómo los trata la
vida? Pues a mi me pseudo odia/ama, pero weno.
Alissvettz
Alissvettz