Drop the game. [Larry Stylins...

By fanfics_everywhere

108K 10.5K 8.8K

"Cuando el mundo está sometido en el caos, gracias a que tres súper potencias, llamados La Alianza, se juntar... More

Información.
Prólogo.
one.
two.
three.
five.
six.
seven.
eight.
nine.
ten.
eleven.
twelve.
thirteen.
fourteen.
fifteen.
sixteen.
seventeen.
eighteen.
nineteen.
twenty.
twenty one.
twenty two.

four.

4.3K 501 249
By fanfics_everywhere

                                        "¿Qué tal la operación?" Louis pregunta, tratando de hacer conversación. "¿Te molesta el parche?"

Después de que Louis llamara a Zayn y le diera todos los detalles que Niall había estado diciéndole, dándole coordenadas, ubicaciones y advertencias; acordando un pequeño grupo de rescate y más armas de las que podría recordar, Louis se encuentra caminando por los pasillos de la base militar de Londres, Harry a su lado, casi un paso más atrás, caminando incómodamente.

Louis no sabe muy bien qué fue lo que Niall le dijo, pero por la manera en la que Harry está actuando, podría decirse fácilmente que no fue algo agradable. Espera, sin embargo. Espera por una respuesta que tarda en llegar, pero llega, al fin y al cabo.

"No, no me duele, gracias." Harry dice, al darse cuenta que Louis ha preguntado algo. Louis asiente, y sigue mirando hacia el frente.

Harry aún sigue pensando en todas las cosas que Niall le dijo, el cuaderno aferrado a su pecho y mirando al suelo. No quiere pensar en su familia como unos tipos de héroes o mucho más que los fundadores de las bases militares que han salvado más vidas de las que podría pensar. Pero, de nuevo, es lo que es. Ellos realmente hicieron eso, salvar vidas y empezaron un grupo para fundar las bases en las que ha estado. Todo lo contrario a lo que Harry ha hecho.

Probablemente, su abuelo y su padre estarían decepcionados al ver en lo que ha utilizado su don. En lo que se convirtió, cuando ellos hicieron todo lo posible para ayudar. Aunque, técnicamente, no haya sido culpa de Harry, él sólo ha sido un rehén. Una pieza dentro de su juego. Por lo que, si lo medita mejor, no puede pensar en su padre o su abuelo enojados con él cuando nunca tuvo la culpa, en un comienzo.

Así que, es fácil descartar la idea y sentir cómo un peso sale de sus hombros.

Cuando alza la vista, nota que hay demasiada gente en la base militar de Londres; eso lo alarma. Teme que otras personas sepan lo que es capaz de hacer, qué es lo que su familia fue capaz de hacer y empiecen a acercarse a él, a invadir su espacio personal con preguntas que no podrá responder, con preguntas que no quiere responder.

Estar ocho años encerrado definitivamente no ayudó a eso de socializar. Menos el tener una anomalía.


"Niall, tienes que guardarlo en secreto," Harry había dicho una vez que Louis abandonó la habitación para comunicarse con Zayn, sus manos sudaban y miraban a Niall con cara de cachorrito abandonado.

Niall asintió: "Harry, tranquilo, ¿bien? El equipo de rescate de Londres son los únicos que saben sobre tu don. Max, Louis, Perrie, Rodríguez, Zayn y Liam. Ah, y, por supuesto, yo."

"¿T-Tantas personas?"

"Ahora que lo pienso, son bastantes, pero," Niall le sonrió lo mejor que pudo. "Son gente de confianza, no por algo están en el grupo de rescate. Puedes confiar en ellos."


Harry podría confiar en Niall, podría hacerlo y en su equipo y en su gente. Pero no estará completamente seguro de hacerlo hasta que vea cómo son las cosas ahí. Probablemente, no pueden ser peor que con La Alianza, de eso está más que seguro.

Siguen caminando en silencio, pero hay personas que se detienen a saludar a Louis en el camino, un par de chicos, un par de chicas, un par de ancianos. Y Harry está sorprendido de que, incluso, los niños pequeños vayan corriendo hacia las piernas de Louis, abrazándolo y soltando pequeñas risas.

Louis se detiene ligeramente, desordenando sus cabellos, apretando sus mejillas y diciendo palabras suaves, preguntando por sus padres y si ya han comido. Diciendo sus nombres de manera adorable, sonriendo también. Harry puede notar la felicidad en sus líneas de expresión, en las pequeñas arrugas que se forman alrededor de sus ojos.

Él se detiene a un par de pasos detrás de él, observando todo con curiosidad. La mayoría de los niños y niñas ahí lo saludan con la mano y una sonrisa cordial cuando se dan cuenta de que está detrás de Louis, pero no se acercan demasiado a él. Harry supone que ellos deben saber —o deben haberles enseñado— quiénes son los refugiados y cómo no deben hostigarlos hasta que se hayan acostumbrado al lugar y al ambiente.

"Pórtense bien, muchachos," Louis finalmente dice, serio, su espalda recta. Y los chicos y chicas que están frente a él se paran de la misma manera, colocando su mano en su cabeza en un saludo militar.

"Sí, señor," ellos dicen al unísono y Louis suelta una risa al verlos marchar a lo lejos.

Louis se gira un poco para ver a Harry, quien está parado aún, mirando directamente al lugar por donde los niños se fueron, una mirada perdida y Louis espera un momento antes de llamar su atención.

"Harry," dice suavemente y Harry parpadea en su dirección. "Debemos seguir."

Harry asiente con la cabeza. Louis espera a que avance y se coloque a su lado, entonces, comienza a caminar otra vez.

La base militar de Londres es exactamente igual a la base militar de India, pero, es mucho más grande que la otra. Harry supone que es porque Londres es uno de los lugares en donde reciben muchos más refugiados que en otros países. Incluso, cuando la base no está en el centro de la ciudad, mucho más al este.

Caminan y traspasan la cafetería, una sala común, una sala de tecnología en donde muchas personas de todos los países están tratando de crear algo. Todo es de vidrio, no dando paso a la privacidad, y es entendible: así es más fácil saber quién puede ser un infiltrado. Las únicas paredes que no son de vidrio son las de las habitaciones del sector del hospital, los baños de uso común y los dormitorios.

"¿Por qué hay tanta gente aquí?" Harry le pregunta a Louis cuando están pasando cerca de lo que parece ser un gimnasio. Su voz suena ronca, y todavía no se acostumbra a escucharla tan a menudo.

Nunca fue de hablar demasiado.

Louis parpadea en su dirección, pareciendo haber salido de sus propios pensamientos. Aún tiene la toalla colgada alrededor de su cuello, pero ya no hay gotas de sudor en su cara. Su pelo está desordenado, y Harry podría jurar que la camiseta es una o dos tallas más grandes.

"¿En el gimnasio o en la base, en general?" Louis pregunta, dándole una mirada de rojo.

"En ambos." Harry prácticamente susurra.

Él se encoge de hombros en lo que parece ser un gesto desinteresado, moviendo las manos al hablar. "La base está más al este del centro, Londres es la capital así que... teóricamente, nos estamos escondiendo a la vista de todos." Sonríe ligeramente. "Y, uhm, en el gimnasio... a las personas les gusta aprender a defenderse. La mayoría aquí sabe cómo usar un arma. Por cuestiones de seguridad y autodefensa." Explica, como si hubiese sido lo más obvio, pero no hay ni una pizca de pretensión en su voz.

Harry asiente sin decir nada más, observando todo con sumo cuidado. Siguen caminando, ahora por unos largos pasillos. Números en las puertas blancas, en lo que Harry supone, deben ser las habitaciones. Las puertas están lo suficientemente separadas las unas de las otras para que haya privacidad, pero no lo suficiente como para quitar demasiado espacio.

"Así que," Harry comienza, después, sin saber cómo seguir, captando la atención de Louis inmediatamente. Una chica sale de una habitación, dándole una sonrisa antes de pasar por su lado. Harry formula la pregunta: "¿Ustedes son una organización, un movimiento?"

Louis considera sus palabras por unos segundos. Luego, dice simplemente: "Somos una revolución."

"¿Cómo se llaman? ¿Cuál es el nombre?"

Louis lo mira perplejo, sin entender completamente, deteniéndose un poco en medio del pasillo. "¿Nombre?"

"Sí, ya sabes." Louis sigue confundido. Evidentemente, no lo sabe, Harry piensa y se muerde el labio inferior buscando las palabras. "Bueno, las personas que me tenían atrapados se llamaban 'La alianza' y ustedes, ¿no tienen un nombre así?"

"Oh." Louis parpadea, soltando una risa y negando con la cabeza. "No. Nosotros somos la revolución. No tenemos nombres. La revolución no tendría por qué tener cara, ni nombre ni un líder. Si alguien está en contra de este sistema opresor, ya es parte de nuestro grupo. Y si alguien quiere hacer justicia, puede unirse." Sonríe levemente, caminando un poco más lento para estar a la par de Harry. "La revolución no tiene cara, Harry."

Eso fue profundo, pero aun así...

"Ellos los llaman visionarios." Harry susurra, intentándolo de nuevo. Aún siente que los ojos de Decker, e incluso, Rummar están detrás de su espalda. Siguiéndolo a todos lados a los que va, a pesar de que su chip ha sido retirado de su cuello, aún siente que lo siguen.

Paranoico.

Louis se detiene y Harry también lo hace a una distancia considerable; Louis está respirando despacio, casi sintiendo la paranoia de Harry. Y en voz baja y calmada, le pregunta: "He escuchado algo así, pero, ¿visionarios? ¿En serio?" La risa está en su voz, sus ojos brillantes. Divertidos. "Con ese cerebro, habría inventado algo mejor que visionarios."

"Sí," Harry respira, sintiendo algo burbujeante en el estómago: ganas de reír. No lo hace, sin embargo, "tienen este concepto de ustedes viendo hacia un futuro. Un futuro catastrófico, obviamente. No entendí mucho por qué los nombraron así. Ellos no me decían nada. Sólo lo vi."

Harry se siente torpe, de repente, pero Louis le da una sonrisa.

"Has visto y has presenciado más cosas de las que deberías, Harry."

Harry se encoge de hombros, porque es lo único que puede hacer. Louis tiene razón. Harry ha visto, ha escuchado y ha presenciado demasiadas cosas que, para una persona técnicamente normal, son demasiado fuertes. Pesadas. Son una carga en sus hombros que no se puede quitar fácilmente. Louis asiente hacia el pasillo, empezando a caminar y Harry le sigue otra vez.

Caminan por dos o tres puertas más hasta que llegan a una sala de uso común, hay un par de sofás y una gran televisión. Un chico está sentado leyendo un libro en uno de los sofás. Hay flores colgadas por todas partes, unas sillas plegables apoyadas en las paredes, un poco de confeti en el suelo. Un par de envoltorios mal hechos apilados en una esquina, algunas luces colgando del techo.

"El pasillo que pasamos, es el pasillo de las parejas. Al otro lado de la base, hay un pasillo de las familias." Louis explica mientras se detienen un poco en la sala común, Louis hace algunas señas con las manos. "Y también, el pasillo de los ancianos. Los mantenemos separados por cuestiones de comodidad, esos pasillos tienen mayor seguridad. En este pasillo, por lo general, sólo hay jóvenes. La mayoría de ellos sabe defenderse." Luego, hace una seña alrededor de la sala. "Y aquí, es donde las personas se informan de lo que pasa en la base y en lo que queda del mundo."

"¿Eso es parte de la decoración?" Harry pregunta con curiosidad, apuntando las sillas.

A Louis le cuesta entender de lo que está hablando, pero en cuanto ve a Harry observando el techo y las paredes, lo entiende: "Oh, no. No, debemos limpiar. Hubo una boda hace dos días. Y después, hemos estado un poco ocupados. Por eso todas esas flores y sillas siguen ahí."

"¿Una boda?" Harry parpadea perplejo, porque, ¿cómo es posible que esas cosas aún existan?

"Sí," Louis sonríe, pasando un par de habitaciones, "a las personas les gustan ciertas tradiciones. Costumbres. Una boda, un bautizo, un cumpleaños. Son cosas que celebramos, para recordarnos que aún somos humanos. Que todavía queda un poco de esperanza." Se encoge de hombros ligeramente, deteniéndose en una habitación que tiene el número 8. Harry levanta la vista, observando el pasillo. Hay una puerta, que determina el final con el número 19. "Son cosas que nos recuerda un poco a la felicidad y nos hacen olvidar los malos días. Tendremos otra boda pronto."

"¿Otra boda?"

Louis asiente con entusiasmo, "Zayn y Liam. Se comprometieron hace dos semanas. O algo así. Será en un mes, o dos. Dependiendo de cómo estén las cosas por estos lados. En fin," Louis cambia de tema, drásticamente, juntando sus manos frente a él. "Siéntete como en casa o el intento de una," trata de bromear, y le sonríe abiertamente y señalando la puerta detrás de él. "Esta será tu habitación. Ponte cómodo, Damián vendrá por ti para mostrarte el comedor más tarde. Puedes dormir, o lo que quieras. Hay ropa y un baño dentro."

Louis saca una llave de su pantalón de chándal. Una pequeña llave que tiene un papel que dice el número de la habitación. Se la pasa a Harry, su sonrisa siempre presente. Es contagiosa, y Harry quiere sonreír, de repente, pero no está seguro de cómo hacerlo.

"Gracias."

"Si necesitas ayuda, estoy al final del pasillo." Louis dice, señalando la puerta con el número 19. "Por lo general, estoy en el gimnasio en las tardes. Pero Max está en la habitación 13, también, si necesitas algo. Cualquier cosa, Harry, no dudes en decirnos. ¿Bien? Cuesta un poco adaptarse a este lugar y a la gente al principio."

"Muchas gracias por... por todo lo que están haciendo," Harry susurra, un poco sonrojado. La cabeza gacha, mirando sus zapatos.

Louis sonríe de nuevo, tocando el brazo de Harry con gentileza. Él levanta la cabeza ante el tacto. Incluso cuando dura sólo unos segundos. "Compañero, no hay problema. No agradezcas nada. Estamos aquí para servir."

Harry sonríe, por primera vez, y los músculos de su cara se sienten tensos ante el movimiento. No está acostumbrado a hacerlo. Nunca hubo demasiadas cosas por las cuales sonreír durante sus ocho años encerrado, pero, ahora, podría empezar a acostumbrarse. En especial, cuando todo es tan colorido y la gente es tan feliz y sonrientes todo el tiempo.

Louis asiente, a punto de marcharse al gimnasio, cuando recuerda algo. Harry está colocando la llave en el pomo de la puerta: "Harry, por cierto, Niall quería que hicieras algo, sólo si estabas de acuerdo."

Harry se tensa un poco, girándose ligeramente para mirar a Louis. Él no está serio, así que no debe ser demasiado grave. Exhala y espera lo que sea que Louis tenga que decir.

"Él quiere que aprendas un poco de defensa personal," Louis suelta, sus ojos cautelosos, su sonrisa nunca vacilante. Se encoge de hombros, tratando de parecer casual. "No quiere obligarte a nada, si tú no lo deseas. Pero sería bueno si supieras cómo manejar un arma, o cómo desarmar a tu oponente."

"Yo—" Harry inhala, el cuaderno aferrado a su pecho. "No sabría—"

"No hay problema," Louis dice casi de inmediato. "Deberías pensarlo, de todas maneras. Nunca está demás saber algunas pequeñas cosas que podrían salvarte la vida." Él asiente, "bien, te dejo tranquilo. Disfruta tu estancia, Harry."

Y con eso, sale trotando por el pasillo, la toalla en su cuello moviéndose a la par de él y Harry lo ve empequeñecerse cada vez un poco más hasta que desaparece. Se queda parado con la mano en el pomo de la puerta por unos segundos, sin pensar en nada, sólo mirando el horizonte. Hasta que, sacude la cabeza, gira la llave y entra en su nueva habitación, sacando la llave, cerrando la puerta detrás de él.

Está un poco sorprendido, porque realmente esperaba algo más vacío. La habitación está pintada de color crema, hay una cama en una esquina, con un edredón negro, las sábanas son de color blanco, y hay toallas blancas también sobre la cama. En la otra esquina hay un pequeño escritorio, a su lado, un pequeño armario, una mesita de noche con una lámpara y hay otra puerta.

Harry deja el cuaderno y sus cosas en el escritorio, abriendo el pequeño armario. Hay un poco de ropa, jeans —en su mayoría negros, uno que otro azul— y camisetas de todos los colores. No son muchas, pero es más ropa de la que esperaría. Hay un abrigo bien doblado de color café, y otro de color negro.

Se mueve en la habitación, tocando las toallas, demasiado suaves incluso para él. Abre la puerta que conduce al baño y es pequeño. Una ducha lo suficientemente cómoda para una persona, pero no para dos. Un espejo, un lavamanos y la taza del baño junto con un basurero y papel higiénico. Ve un cepillo de dientes y dentífrico, un poco de champú e incluso acondicionador y Harry siente que tiene demasiados lujos.

A pesar de que La Alianza no escatimó demasiados gastos en él, Harry no vivía como un indigente. Se bañaba bien, no pasaba frío. Pero, fuera de las torturas y de todas las cosas que tuvo que vivir a sus cortos años de edad, esto era más que el paraíso.

Casi le hacía recordar la habitación que tenía en su casa. Llena de dibujos por todas partes, ropa en el suelo, en la silla, en la cama. Un edredón tejido por su abuela que perdió con la guerra, su pijama de algodón. Una habitación llena lápices, marcadores, crayones, una habitación luminosa, llena de vida. Llena de él.

Y ahora, que ve la habitación que le dieron, él podría acostumbrarse. Podría llenarla de vida y podía volver a vivir también como no lo ha hecho en tanto tiempo. Sin tener que preocuparse de que, en cualquier momento, alguien lo arrastrará lejos de su comodidad.


🌔🌔🌔  


Max llegó para buscarlo en vez de Damián, como Louis había dicho. Y, de cierta manera, Harry se sintió aliviado en ver una cara familiar.

Harry había dormido la gran parte de la tarde, y cuando despertó, había terminado de tomar una ducha con agua caliente —porque ellos tenían maldita agua caliente; Max le explicó que usaban energía solar para muchas de las cosas de la base, incluyendo el agua caliente— cuando Max llegó en su búsqueda. Tenía el cabello desordenado y se veía extraño usando un pantalón azul marino con una camiseta con patrones. A pesar de que Harry lo había visto sólo un par de veces con su ropa de rescatista, seguía siendo un gran contraste verlo de negro, a pasar a verlo lleno de colores.

Max le regaló una sonrisa y lo guió por todo el camino hacia el gran comedor. Le explicó los atajos, la numeración de los pasillos para que no se perdiera en caso de que quisiera volver solo, le explicó la cantidad de personas que había y sobre cómo se estaban arriesgando al ir directamente hacia la boca del lobo. Al estar en el blanco. Pero, también le explicó que La Alianza no era tan brillante como todos creían: ellos nunca habían gastado su tiempo buscando en Londres, no cuando había quedado tan destruida después del primer ataque.

Le había enseñado la pared del dibujo también. En donde había bosquejos multicolores, auto-retratos, letras en dorado, frases esperanzadoras y alguno que otro rayón de algún niño con ganas de ser artista.

Ahora, sin embargo, Harry se siente un poco abrumado. Max ha sido una gran compañía, rellenando los silencios en los que Harry no se atreve hablar. Entendiendo sin preguntar, escuchando sin que Harry realmente tenga que decir palabra. Pero, el comedor es una cosa completamente diferente.

Harry apenas acaba de descubrir que son las 8.25 de la noche —gracias al reloj que Max le regaló (Cortesía de Niall) que, además de decir la hora, podía hacer un montón de otras cosas maravillosas, según Max—, y el comedor estará abierto hasta las diez para las cenas, después de esa hora, por lo general, sólo daban tés y algunos postres. Entrar al comedor ahora es un completo desafío.

Hay gente por todos lados, el murmullo de sus conversaciones es elevado y la postura relajada de Max no lo ayuda mucho. Considerando, también, el hecho de que no puede comer demasiado, sino, terminará botando todo a un cubo de basura.

Max saluda a todo el mundo a medida que avanza y Harry sólo se dedica a mirar sus pies, siguiendo al chico a pasos ciegos hasta que se detiene en una fila. Max saluda a las personas que dan la alimentación, ellos llenan las bandejas y se las pasan a las personas y se van a sentar a las mesas vacías.

Las personas se conocen entre ellas, comparten un vínculo que sólo la guerra ha podido crear y Harry sólo es otro extraño tratando de acostumbrarse. Max avanza en la fila, colocándose justo enfrente de un chico corpulento de cabello dorado, pecas en su cara y una sonrisa afable.

"Hey, Max, me alegra que hayas vuelto en una pieza," el chico de pecas le dice a Max, dándole la bandeja con una sonrisa.

"Chris, nunca podría no volver," Max bromea aceptando la bandeja y le sonríe al chico. "Aquí mi amigo Harry, no puede comer demasiado. Ordenes de Liam. Así que, si puedes darle una porción no tan abrumadoramente grande, estaría genial."

"No hay problema," Chris sonríe y le da a Harry una mirada amistosa. "¿Refugiado?" Harry asiente. Chris sonríe incluso más amplio. "Oh, genial. Esperamos que te sientas cómodo en nuestras instalaciones."

"Gracias," es todo lo que Harry puede decir.

Chris no dice nada más comprendiendo el silencio de Harry, le da la bandeja con la misma sonrisa y Harry descubre que Max lo sigue esperando para ir a una mesa juntos. Harry toma una respiración, siguiéndolo otra vez.

Ellos pasan por un par de mesas y Max sigue saludando a personas, de vez en cuando, le da un abrazo a algunas o un saludo con la cabeza, hasta que finalmente llegan a la mesa que Max ha estado buscando. En ella está todo el equipo de rescate, conversando animadamente, moviendo manos, moviendo platos y Perrie al verlos, mueve unas sillas para darle un asiento a Max y a Harry.

Ella le sonríe cuando lo ve, pero no hace ningún otro comentario. Rodríguez asiente con la cabeza en su dirección, pero él no está hablando, Max se sienta a un lado de Louis. Harry a un lado de Max. Reciben a Harry como si fueran uno más del grupo, sin hacer ningún comentario acerca de nada que pueda incomodarlo. Harry estará eternamente agradecido por ello.

"Harry, bienvenido al club," Louis dice, señalando a la gente alrededor de la mesa. Le da un empujón a Max con el brazo.

Harry le sonríe ligeramente, antes de volver su atención a la comida. Mueve el tenedor de un lado al otro, hasta que reúne el valor suficiente para comer. Para su no-sorpresa, la comida está deliciosa y su estómago pide por más, pero Harry va lento y seguro justo como Liam le había dicho que fuera.

"¿Dónde está Liam?" Max pregunta y Louis rueda los ojos.

"Con Zayn, obviamente," Perrie contesta, riendo, "el equipo de India llegó hace poco. Trajeron a más personas con ellos. Los de la estación de tren en Indonesia." Ella mira a Harry un segundo antes de desviar la mirada.

Harry levanta aún más la cabeza casi de inmediato al escuchar esas palabras. Espera profundamente que el equipo haya llegado a tiempo, que no hayan sufrido pérdidas.

"¿Por qué me molesto en preguntar, siquiera?" Max dice, echando la cabeza hacia atrás con gesto dramático en la silla. Luego, se endereza y dice: "Espera. ¿El rescate? ¿Cuántas personas fueron?"

Perrie hace una mueca y Harry siente su estómago caer, deja el tenedor en la bandeja, de repente, sintiendo que el hambre se ha ido y no volverá a regresar por un largo tiempo. Todos en la mesa dejan de hacer lo que están haciendo para prestarle atención a Perrie. Por su actitud ante la pregunta, no puede ser realmente bueno, definitivamente. Presta atención a sus siguientes palabras.

"No fue tan... bueno. Rescataron a la mayoría de las personas que estaban ahí," ella suspira y todos en la mesa parecen contener la respiración. "Tuvimos algunas bajas. Esteban..."

"¿Esteban?" Louis pregunta, de repente. "¿Él volverá o...?"

Rodríguez habla por primera vez, fuerte y claro, su acento débil: "No, él murió. Y otro par de chicos que se habían integrado hace poco al equipo. Y Julie."

Un silencio pesado se instala en la mesa, Perrie mordiéndose el labio con las cejas alzadas. Max, perdido en un punto a lo lejos, Rodríguez moviendo su comida de lado a lado y Louis con el ceño fruncido, perdido en su propio mundo también. Harry se pregunta cuántos años habrá tenido Esteban o Julie o los demás, y cuán cercano habrán sido al equipo de rescate para lograr una reacción así.

Pero luego piensa que, no importa quiénes habrán sido. Cercanos o no, ellos eran parte de la base. Parte de esta gran familia y su pérdida es realmente horrible. Honorable, sin embargo, pero sigue siendo horrible. No importa por el motivo por el que haya muerto, por la buena causa por la cual entregaron sus vidas; morir a manos de alguien —incluso de manera digna— no tenía por qué ser una posibilidad.

Nadie dice nada por unos segundos, y el bullicio en la cafetería empieza a bajar considerablemente hasta que todo el mundo está sumido en el silencio. Harry levanta la cabeza buscando el motivo del silencio y ve a Niall Horan caminando con su ropa negra al medio del gran comedor, subiéndose a una pequeña tarima no muy lejos de donde ellos están sentados.

Max mira a su hermano con una mezcla de admiración y respeto, pero la postura tensa lo delata. Louis coloca su cabeza entre sus manos, sin hacer ningún otro sonido. Perrie está alerta a todo, sus ropas coloridas no haciéndole juego a su mirada preocupada y alerta. Rodríguez sólo sigue jugando con su comida, ajeno —o tal vez, atento— a lo que pasa a su alrededor. Dispuesto a escuchar y hacer sus propios juicios a lo que sea que Niall tenga que decir.

"Oh, ahí está Liam," Max susurra más para sí mismo que para los demás, sin darse cuenta, pero Harry lo escucha de todos modos y observa.

Liam está a un lado de un chico casi de su misma estatura, tez morena y Harry se permite pensar en que es demasiado guapo. Pómulos altos, mirada penetrante. Sin embargo, tiene un aura mordaz, su rostro serio incluso cuando tiene la mano entrelazada con la de Liam. Incluso cuando Liam le está susurrando algo. Harry se da cuenta, entonces, que él es Zayn y recuerda la fotografía del chico sonriente que había en la oficina de Liam.

Este chico no se parece en absolutamente nada al chico de la fotografía, rebosante de felicidad.

Zayn le da una mirada demasiado suave a Liam en cuanto termina de susurrarle, aprieta su mano y le da un beso en la frente antes de dejarlo ir. Liam busca a Louis con la mirada, o a alguno de sus amigos, y cuando los encuentra, se acerca directamente a la mesa en donde ellos están ubicados. No tiene su bata puesta, pero su ropa no es negra. Una polera gris, un jean celeste.

Le da un asentimiento a Harry con la cabeza en cuanto lo reconoce, y saca una silla de una de las mesas vacías para sentarse a un lado de Louis. Tomlinson no levanta la cabeza cuando Liam coloca una mano en su espalda, y Harry recién nota el anillo dorado en su dedo anular.

"Damas, caballeros, gracias por su silencio," Niall habla a vozarrones, no gritando exactamente. Harry termina enfocándose en él. El tiempo parece suspendido en el aire y Niall mantiene sus brazos detrás de su espalda. Zayn a su lado en la misma posición mirando hacia todas partes y otro chico hace lo mismo. "Hoy hemos ganado, como hemos perdido. Gracias a un informarte, supimos en dónde La Alianza atacaría en las pasadas veinticuatro horas," Niall mira a Harry entre las mesas y la multitud por un segundo antes de seguir hablando. "Enviamos a los mejores, nuestros mejores rescatistas a Indonesia, con ayuda de las provisiones de Naya y algunas de sus armas. Afortunadamente, el rescate fue bien, llegamos sólo un par de minutos antes que La Alianza y alcanzamos a sacar a todas las personas en la estación de trenes."

Hay un pequeño murmullo y algunos cantos de alegrías de otras mesas. Niall les da el momento, les deja que expresen su felicidad. Les da los segundos antes de que se enteren del lado malo. Todas las mesas festejan, menos la suya.

"Sí, eso es totalmente genial," Niall retoma su discurso, pasándose la mano por el cabello. Las gafas están colgadas en su camiseta. "Pero..." dice y el silencio reina otra vez. "Habíamos sido advertidos de las bombas aéreas, pero, aun así, algunos rescatistas no alcanzaron a salir a tiempo." El líder toma una respiración profunda. El silencio se siente denso, pesado. Harry podría jurar que si, en algún momento, un alfiler cae. Se escucharía el ruido hasta con eco. "Julie, Dan, James y Esteban fueron, indudablemente, las personas más honorables al rescatar a una pequeña familia de los escombros antes de que la bomba cayera dentro de la estación. La familia quedó a salvo, sin embargo, ellos pasaron a mejor vida. Nosotros no pasaremos por alto este gesto de valentía y desinterés al dar la vida por personas que no conocían, por personas que nunca habían visto."

» En esta noche, honramos a los héroes del día de hoy y los recordaremos no sólo como personas que fueron nuestros amigos, nuestros confidentes, nuestras personas favoritas. Los recordaremos con cariño, con amor y los recordaremos como personas honorables. Llenas de vida y de compasión. Por lo que, nos daremos un minuto de silencio en su honor.

Niall ni siquiera tenía que haber pedido el silencio, éste ya estaba. En cada mesa, en cada lugar. Harry podría jurar que nadie estaba respirando, que sus corazones no latían, que no tragaban. Ningún sonido se podía escuchar. Un silencio totalmente sepulcral. Sus cabezas gachas, sus manos juntas, miradas perdidas en la nada.

Harry mira de reojo a los chicos de su mesa, Louis ya no tiene la cara en sus manos, pero está apoyándose en el tacto de Liam. Payne aún mantiene su mano apoyada en su espalda y Louis realmente parece destruido. Perrie, por otro lado, sólo mantiene su vista perdida y Rodríguez una expresión en blanco.

Cuando el minuto pasa, Niall no está muy seguro de querer romper el silencio. Lo hace de todas maneras, pero su voz ya no es tan potente como antes: "Los funerales serán mañana a las tres y media."

Y con eso, baja de la tarima seguido por Zayn y el otro chico.

Después de las noticias, la cafetería sólo se sume en el silencio y la melancolía. Sólo se escuchan el sonido de las sillas, de las bandejas, de los tenedores raspando los platos. Fuera de eso, todos parecen demasiado tristes para retomar su conversación anterior.

Harry nunca se ha sentido tan acostumbrado a un silencio que ni siquiera le pertenece.                             


Continue Reading

You'll Also Like

58.1K 10.8K 39
Jimin es un humano común y corriente, un día va a una excursión en el bosque y al recostarse en un árbol es transportado a un mundo mágico, llamado f...
2M 217K 43
Bakugou es un chico popular, mariscal de campo, atractivo, todo el cliché, pero un día que salió tarde de su práctica se topó con un chico el cual de...
113K 10.1K 31
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...
124K 20.7K 47
Checo trabaja como asistente editorial en Vogue. Ama todo sobre su trabajo, menos a su jefe, Max Verstappen. Max es el peor y Checo lo odia. Pero cu...