Lunas escarlata

By DailyWho

137K 11.6K 1.1K

Segundo libro de la saga Cantos a la luna. Es necesario leer cualquiera de los dos anteriores libros para ent... More

Sinopsis.
Antes de la lectura:
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44.
Capítulo 45
Capítulo 46
EPÍLOGO.
EL PRINCIPIO DEL FINAL (AGRADECIMIENTOS)
ROBO DE LUNAS DE HIELO

Capítulo 12

2.3K 223 32
By DailyWho

Resoplé cuando vi que el vampiro no me dejaba abrir la puerta.

—Ya te dije que no iré a ningún lugar contigo.

—Podría convencerte de otras maneras más que rogando.

Exhalé una risa.

—Deberías intentarlo —dije, señalando el colgante de mi collar. Él lo miró y sonrió.

—¿Y collar de protección? El pulgoso es una buena persona, al fin y al cabo, dándote un dije hechizado aun sabiendo que no eras su pareja.

Suspiré cuando, una vez, intenté abrir la puerta y él la volvió a cerrar.

—¿Quisieras dejarme en paz? Entiendo que un vampiro siempre quiera hacer el mal y todos esos cuentos, pero resultas cansón restregándome en la cara que no soy compañera de Alan.

Por alguna razón se rio.

—Oh, pero solo lo hago para verte sacar tus garras, pequeña gata.

—Me llamo Abril, y no soy una gata.

—Y yo me llamo Braham, gracias por preguntarlo. Y sí lo eres, es nada más verte esas largas garras y ese carácter que parece ser tierno, pero resulta filoso.

De manera inconsciente me miré mis uñas. No estaban tan largas como él decía, pero sí necesitaban un pequeño arreglo.

Me crucé de brazos, rendida.

—¿Qué quieres?

—Ya te lo había dicho: creo que necesitas un hombro amigo en tu momento débil, para eso te dejé mi número.

—Tengo amigos, no necesito el hombro de un vampiro que anda detrás de mi ex y que de seguro quiere sacarme cada gota de sangre de mi sistema.

—No es por ofenderte, pero la sangre humana es asquerosa. Podrías partirte una pierna en este momento o abrirte la garganta y lo único que quisiera hacer sería vomitar, aunque lástima, no podría hacerlo.

Lo miré frustrada, pero decidida a probarlo. De igual manera estábamos en plena luz del día, los estudiantes seguían buscando sus autos para irse a casa, así que también tenía público.

Miré mi codo, el lugar en donde había una herida cicatrizando y que me había hecho en uno de los últimos entrenamientos con los licántropos. Era algo positivo que no tuviera que seguir volviendo a ello, pero creí que seguiría con el ejercicio.

Alan me había mencionado que los vampiros se agitaban al sentir el olor de la sangre humana, aunque fuera una sola gota, así que comprobé que él decía la verdad cuando me quité la costra y solo levantó una ceja, sin que sus ojos cambiaran de color al rojo característico de un vampiro hambriento.

—¿Satisfecha? —Resoplé en respuesta—. No sé por qué te enojas tanto; te estoy ofreciendo ayuda y una amistad que te puedo asegurar te hace falta.

—Lo único que me hace falta es que me dejes ir a mi casa.

Levantó sus manos en señal de rendición, alejándose de la puerta. Suspiré, pudiendo entrar al auto, sin embargo, no esperé que él entrara también a él.

Gruñí, dejando caer mi cabeza en el volante al notarlo a mi lado.

—Que molesto.

—Persistente, prefiero llamarlo.

—Mira, Braham. Tengo amigos, no te necesito ¿Y por qué haces uso de tus dones en un lugar público? Cualquiera puede notar que pasaste de un lugar a otro en cuestión de milisegundos.

Se encogió de hombros con simpleza.

—Las mentes humanas son débiles. Ni siquiera tu amiga tiene un collar de protección, y eso que es novia de un nacido en la luna azul; no hay peligro cuando en cualquier momento puedo cambiar sus pensamientos. Nómbrame algún amigo, sin incluir a tu amiga Alicia.

Iba a preguntarle cómo es que sabía que Alice no tenía una protección, pero recordé que había estado vigilando a Alan, así que eso incluía a su familia... y a mí, así que me concentré por decirle el nombre de alguno de mis amigos, pero mi mente se quedó en blanco.

No podía hablar con Charlotte sobre su hermano, no en el momento.

Alicia estaba metida en su mundo con Trevor, así que tampoco contaba, mucho menos cuando no me había preguntado nada aun viendo mi estado.

Clara, Lara y Lance no llegaron a mi mente, por más que lo pensé. También estaba Aaron, pero a él siempre recurría cada que tenía un problema y no quería que nuestra amistad se basara solo en desahogos de mi parte.

Me quedé callada, sintiendo como las lágrimas volvían a mi garganta de nuevo.

Él chasqueó la lengua.

—¿Lo ves, pequeña gata? Me necesitas.

***

Incliné la cabeza, dejando que el líquido cubriera mi boca y bajara por mi garganta. Hice una mueca.

—Wow, tranquila que no es alcohol.

—Quedé sedienta y está fría —respondí mirando la botella de agua que Braham el vampiro, me había comprado luego de haber hecho algo que él consideraba que me serviría: gritar a los cuatro vientos lo imbécil que era Alan mientras él me acompañaba gritando lo idiota que era por dejarme.

Adorable para llegar de un vampiro.

—Bien, Braham. Estás dispuesto a ayudarme, ¿verdad?

—Sí.

—¿Por qué?

—Siempre es bueno ayudar a las novias de los licántropos.

—Ya no soy su novia.

—Pero lo fuiste y debes conocerlo. Tu mente me es de ayuda. —Reí porque su tono dejaba ver que era una broma.

—Sigo sin creer que de verdad quieras ayudarme.

—Eres mi acto de caridad.

—Pero eres un vampiro, debes hacer daño y no hacer actos de caridad.

—No todos hacemos lo mismo. Yo voy contra el sistema —admitió mientras se acostaba en el pasto.

Miré a lo lejos. Estábamos en los alto de una montaña, un poco lejos del pueblo.

—¿Puedo preguntarte cuántos años tienes?

—Cuando eres inmortal, dejas de contar los años luego de un tiempo.

—Oh, yo...

—Luego te contaré esa historia,

—¿Quién te dice que pasaré más tiempo contigo?

—Simplemente lo sé. —Sonrió y mis ojos se llenaron de lágrimas cuando un recuerdo con Alan diciéndome algo similar llenó mi mente.

Busqué el dije, mirándolo. Meses atrás Alan me había dicho que solo tenía que mirarlo y preguntarme cuánto me quería para que el corazón se iluminara y el líquido dentro de él, siempre congelado, se moviera, pero en ese momento no pasó nada, el collar quedó con su color intacto y con el líquido dentro de él de la misma manera.

Una señal más de que no me quería mientras yo seguía loquita por él, pensándolo y con el corazón roto por los últimos acontecimientos.

Me metí dentro de mí, dejando que mi pecho se abriera ante el dolor casi hasta dejarme sin respiración.

Superarlo iba a ser difícil.

Rodeé mis piernas con mis brazos, sintiendo cómo el dolor de cabeza comenzaba.

Un escalofrío me llenó, pero lo que me inquietó fue escuchar una voz susurrándome al oído algo sobre haber abierto mi mente.

Miré de reojo a Braham, por si había sido él, pero se mantenía con los ojos abiertos mirando al cielo ya casi oscurecido. Solo me miró cuando sintió mis ojos sobre él.

—Oh, ahí vamos de nuevo. ¿Volverás a llorar?

—Eso sonó despectivo y de muy mal gusto para alguien que supuestamente intenta ayudarme.

Se volvió a encoger de hombros.

—Dije que te iba a ayudar, no que iba a ser bueno haciéndolo.

—Para ayudarme debes de ser bueno...

Hizo un sonido de molestia desde el fondo de su garganta antes de jalarme hacia él de una manera brusca en lo que se suponía era un abrazo. También pasó su mano por mi cabello como si fuera un cachorro.

—Suelta todo lo que tengas por decir.

—No tengo nada por decir.

—Ambos sabemos que sí.

Me quedé en silencio un momento, intentando juntar todas las cosas que tenía dentro de mí.

—Sabía que todo iba a ir a mal desde el día en el que lo recogí en la universidad y lo vi con Evoleth, pero en realidad todo me lastimó más hace unos días, cuando olvidó que estamos cumpliendo un mes más... Alan nunca lo olvidaba, pero me dejó por Evoleth ese día... Había querido creer que de verdad era su compañera, pero había tantas cosas que decían lo contrario.

—¿Cómo qué cosas? —dudé en decirle algo, pero terminé por hacerlo. Me sentía segura con él, cómoda, así que no puse mucha objeción cuando me preguntó.

—Cuando probé su sangre no sucedió nada, cuando Evoleth apareció me dejó de lado...

—¿Y ya? ¿Esas son tus tantas cosas?

—El vínculo es algo grande, nadie que haya tenido una pareja ha pasado por algo similar a nosotros, y nunca me mencionó que mi olor tuviera algo especial para él; solo decía que le gustaba, nada más.

—Supongo que tienes razón. Ningún licántropo podría serle infiel a su compañera sin meterse en problemas consigo mismo.

—Gracias, eso es muy lindo de tu parte, copito.

Me separó de él con fuerza para mirarme como si estuviera loca.

—¿Copito?

—Tú me llamas gata, es justo que tengas algún apodo también.

—¿Y no pudiste encontrar algo más ridículo que eso? —Fue mi turno de encogerme de hombros.

—Eres frío y pálido, justo como la nieve. Y te diré cómo yo quiera. Si tú me dirás pequeña gata yo te diré copito.

—¿En diminutivo? Nada en mí tiene un diminutivo —se quejó, haciéndome reír. Alzó una ceja—. Es hora de irnos. Necesito saber dónde vives.

Fruncí el ceño. ¿Para qué necesitaba saberlo?

—¿Por qué necesitarías saber dónde vivo?

—¿Para llevarte, quizá?

—Vinimos en mi auto. —Se encogió de hombros.

—No es que me importe. Yo manejaré, así que tú me dirás tu dirección e iremos hacia ahí... Te puedo prometer que yo no te haré nada.

—Tú no, pero otros sí —contraataqué.

—Contra la corriente, ¿recuerdas? No te haré nada, deja ya la exageración que estoy perdiendo la poca paciencia que tengo.

Resoplé, pero aun así me levanté y lo seguí. No tenía ánimos como para ponerme a discutir y estaba en un estado mental que no me dejaba pensar con claridad. Aunque, gracias a todos los cielos, llegué bien a mi casa, y no pasó nada como para sospechar que Braham había obtenido mi dirección con alguna doble intención.

*

Un capítulo más para esta historia.

Renovado por completo para poder hacer más en la historia, este capítulo es un tanto más corto que los anteriores. Posiblemente demore un poco más en las próximas actualizaciones por falta de tiempo, y porque tengo que renovar también los próximos capítulos para que sean más acordes a lo que voy contando.

¡Nos vemos pronto! Con lo de arriba no quise decir que me desapareceré, solo que demoraré unos días más para actualizar mientras pongo mis ideas en orden.


Continue Reading

You'll Also Like

2.6M 49.6K 14
-Prometelo. Promete que pase lo que pase, no te iras - le rogó, aferrándose a su cabello Alex cerró los ojos un momento, una expresión de dolor cruza...
1.1M 73.5K 67
Él es frío y despiadado. Ella es carismática y noble. Él ama meterse en problemas. Ella trata de huir de ellos. Él ya no cree en la gente. ...
362 145 22
UNIVERSE OF NEW SPECIES (Universo de Nuevas Especies) El Universo ha sido infectado, solo los más fuertes sobreviven y se refugian en el único planet...
242K 24K 48
Un cachorro adorable. Un lobo gruñón, pero con buenas intenciones. Y, una humana egocéntrica dispuesta a aprender de sus acciones. En pocas palabras...