Narra James
-pensé que íbamos a ir despacio pero dado las consecuencias tendrá que ser rápido.-la volví a tomar, poniéndola sobre mi hombro, llevándola conmigo a la manada mientras ella sigue diciendo que la baje y que me encuentro loco, pero sus golpes son como cosquillas para mí.
A deje en el piso, y le dije que no se asustara. Me transforme en mi lobo color café de ojos claro ante su atenta mirada. Como penaba salió corriendo.
La seguí y me puse al frente justo antes de que callera desmayada y la agarrara. Como pude la ubique bien en mi lomo y a lleve a la casa de la manada. La deje en mi cama y fui a buscar algo de comer para darle cuando se despertara. Obvio que ya era una persona devuelta.
Prepare milanesa con papas fritas, todos aman las papas fritas, de solo pensarlo se me hace agua la boca. Una vez todo listo, lo pongo en una bandeja agarro agua y me dirijo a mi cuarto.
Llego y entro, no la veo en la cama, dijo la comida sobre la mesita de luz y la busco desesperado pero escucho algo en el baño. Espero, y luego de un minuto ella sale.
Me mira aterrada, pero antes de que diga algo la abrazo. Se tensó al principio, de a poco me correspondió. Comió bajo mi atenta mirada.
-¿porque me miras tanto?-me pregunto sacándome de mi transe.
-eres hermosa-se sonrojo, tampoco sé porque dije eso aunque mentiría si digiera que es fea.
-entonces eres un lobo-soltó de repente-a menos que me esté volviendo loca-continuo.
-no estás loca, soy un hombre lobo o cambia forma, y no sé cómo te tomes esto-titube un poco, me hizo señas par que continuará.-tu eres mi alma gemela, mi mate, mi compañera, mi complemento, mi todo, mi...-no pude seguir ya que me beso, sus labio son tan suaves, se movían lento, la agarre de la cintura para intensificarlo a la misma vez que ella ponía sus manos por detrás mío y tironeo mi cabello.
Eso hizo que mi lobo soltara un gruñido, ella se separó y pude apreciar sus ojos tan brillantes como los míos.