Ya era de noche, la luna se estaba tornando roja. Estábamos con los cinco bebes entre nuestros brazos, no pregunten como hacíamos porque ni yo sé.
Mirando de la ventana del salón como cada vez se tornaba más roja, ya estaba por la mitad. No sabía que se supone que debía de pasar o hacer. La tranquilidad duro poco ya que se cortaron las luces, la puerta se abrió dando un gran estruendo.
Estábamos todos mirando atentamente, para que sepan éramos mi mate, mis hijos, mi suegra, cuñada, James, Emma, mi padre, Lautaro y su pareja. Básicamente somos demasiado. Una luz azul, hizo que nos dirijamos hacia afuera.
La luz brillante y azul no era nada más ni nada menos que nuestra diosa Luna, pero también se encontraba ese maldito brujo, que no se cansa de dar problemas. Tenía una sonrisa muy retorcida en su rostro. ¿Pero qué hace la diosa aquí?
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Rápidamente, mi primo, su pareja y Emma tomaron a nuestros bebes y se fueron adentro a esconderse en el sótano.
La diosa observaba todo con cautela, Valentino di un paso adelante y comenzó a relatar,- para que sepan, la perra de jessica me ayudo a raptar él bebe, que por cierto es muy ruidoso, no paro de llorar en ningún momento, pero ya está muerta, me encargue de matarla, era demasiado irritante, no sé si incuso supera al niño.
Lo único que hice fue sacarle un poco de su sangre, ya que es hijo de la última loba blanca y hoy completare los planes que tenía desde un principio pero bueno ustedes saben lo que paso con la loca de tu tía.-hablo mirándome.-hoy con la luna exacto en su punto como está ahora, me la inyectare para tener más dones de los que poseo y quedarme con todo el mundo sobrenatural.
