Horas y horas se había pasado Janette encerrada en su cuarto, incluso los días de escuela, Tormenta la sustituyó. No dejaba de llorar junto a la fotografía, y ni siquiera comía nada. Solo lo que Tormenta conseguía llevarle a la habitación.
Janette se estaba dando una pausada y relajada ducha a las diez de la noche para relajarse e irse a dormir. Cada movimiento era lento, y cada pensamiento centrado en Logan. Se odiaba a ella misma por haber hecho que su corazón fuera ahora dependiente de Logan.
Salió de la ducha, se puso el pijama y estaba a punto de irse a dormir, pero alguien llamó a la puerta. Fue a abrir y asomó la cabeza encontrándose a Tormenta.
-¿No quieres cenar nada? - murmuró.
-Ya me iba a dormir, gracias - murmuró cansada.
-Está bien. Mañana... tenemos una reunión de profesores...
-Está bien.
-Buenas noches, Janette - le dedicó una sonrisa.
-Buenas noches, Tormenta...
Aquella noche, Janette volvió a tener la misma pesadilla...
* * *
A la mañana siguiente, se despertó, pero no salió de la cama. Observó el techo durante un largo tiempo, pero cuando llamaron a la puerta, no tuvo otra que levantarse. Al abrirla, volvió a encontrarse con Tormenta.
-Janette, tenemos la reunión - le dijo algo apenada, al ver que Janette no había cambiado su estado de ánimo a mejor.
-Oh, sí... ¿Ahora?
-En la sala de profesores.
-Está bien, ahora iré para allá - murmuró algo cansada.
Tormenta asintió y se fue cerrando ella la puerta. Poco rato después, Janette ya estaba lista físicamente para irse a esa reunión aunque no hubiera desayunado. Caminó por los pasillos con cansancio al recordar que esa escuela era testigo de la existencia de Logan, algo que desearía poder olvidar en aquellos momentos...
Al llegar en frente de la puerta, no llamó para entrar, y ahí se encontró a Scott, Jean, Bobby y Bestia.
-Buenos días, Janette - le saludó Bestia con una sonrisa de empatía.
-Buenos días - se limitó a decir con algo de frialdad.
Se sentó en un silla y aprovechó el tiempo para hacer algún que otro apunte de las clases, ya que debía empezar a retomar las clases con los alumnos.
-Buenos días a todos - apareció Charles sonriente, y en un acto reflejo, alzó las cejas con sorpresa al encontrar a Janette en esa sala -. Buenos días, Janette.
-Buenos días, Charles - le dijo mirándole con una casi invisible sonrisa.
-Bien, comencemos.
* * *
-Yo creo que estaría bien hacer otro baile para navidad - sonrió Bobby.
-Sí, quedaría precioso - añadió Jean.
-¿Alguien entiende de decorado navideño? - bromea Scott.
Janette se quedaba callada, y en parte, sentía algo de rabia oír a todos hablar respecto a la navidad. Cierto que era ya noviembre, pero la daba rabia de que pensaran eso antes que en Logan, como si actuaran como si nada hubieras sucedido. Y sabía que Charles lo notaba por las cortas miradas.
-Las luces de Navidad serán fáciles de conseguir, pero creo que tenemos en el almacén, ¿verdad, Charles? - preguntó Jean, pero este estaba en trance mirando la mesa - ¿Charles?
-Si me disculpáis, ahora vuelvo - dijo de la nada, saliendo de la sala.
-¿Qué ocurre? - le preguntó Scott a Tormenta, y esta negó sin saber la respuesta.
Todos comenzaron a murmurar sin entender la situación, y Janette igual, pero...
-Janette, ven rápido a mi despacho, por favor - sonó la voz de Charles en su mente mostrando preocupación, lo cual esta se sorprendió.
Se levantó sin decir nada y se apresuró en dirigirse al despacho. Entró sin llamar y se encontró a un Charles serio con el teléfono pegado a la oreja.
-¿Qué ocurre? - preguntó preocupada.
Charles la miró sin decir nada y le alzó el teléfono. Esta, desconcertada, igualmente lo tomó y se lo puso temerosa al teléfono.
-¿Diga? - murmuró.
-Janette.
Miró con los ojos abiertos a Charles con sorpresa, sintiendo su respiración detenida y sus latidos apresurados.
-Logan... - murmuró de nuevo, pero sintió las ganas de preguntar, así que no se cortó - ¿Dónde estás?¿Estás bien?¿Te han echo algo?¿Está Drax contigo?
-Sí, estoy bien.
-Pero... ¿dónde estás?¿Por qué te fuiste sin decir nada?
Un silencio se produjo, y mientras, Janette esperaba impaciente la respuesta de Logan.
-Me fui. Me fui porque era lo que quería - respondió secamente Logan.
-¿Q... Qué dices?
-Ya lo has oído. N...No podía seguir mintiéndome a mi mismo.
El rostro de Janette automáticamente cambió. Sintió como si sus esperanzas y emociones estuvieran arriba, y de pronto, todo se derrumbara con pocas palabras.
-No es verdad...
-Lo siento, pero sí que lo es - dijo Logan, y parecía que tranquilamente.
-¿Todo fue mentira? - murmuró Janette, pero se fue sintiendo algo más cabreada, y no podía reprimirlo - ¡¿Todo?!
-Sí.
-¡Eres...! - Janette se mordió la lengua en cuanto las lágrimas salieron sin avisar - ¡Tú... Yo... Yo te expliqué absolutamente todo sobre mí...!¡Todo!¡Sabías el daño que tenía...!¡¿Esto ha sido un juego?!¡¿Todo?!
-Ojalá no hubieras puesto un pie en la escuela... - masculló Logan.
-¿Qué has dicho? - murmuró Janette sin dar crédito a la situación.
-¡Nunca deberías haber puesto un pie en la escuela! - espetó, y rápidamente, colgó.
Janette se bajó el teléfono de la mano lentamente sin apartar la vista del suelo, y recordando una y otra vez la frase en su mente y en el tono que le había puerto Logan.
-Janette... - murmuró Charles, sabiendo toda la conversación.
Esta ni le miró, que se fue corriendo hacia su habitación mientras escondía su rostro con el cabello para que nadie la viera llorar, pero justamente cuando salió del despacho, se topó con todos los profesores, y se percataron de sus ojos rojos y húmedo rostro.
-Janette, ¿qué ha ocurrido? - le preguntó Tormenta acercándose a ella.
Pero Janette fue más rápida y salió disparada de nuevo hacia su cuarto. Se encerró, con las ganas de desaparecer. Una parte de su pesadilla se había cumplido. Esa frase no dejaba de dar tumbos por su cabeza y lo único que deseaba hacer era gritar, pegar, descargar la furia y la pena en lo que fuera. Y lo peor, es que pensó que Logan tenía razón: no debería haber puesto un pie en la escuela.