Viernes, 17 de octubre de 2014
RYDER'S POV
Gato se sube encima de mí y restriega su peluda cara sobre la mía que también comienza a tornarse peluda. Gruño por lo bajo y me revuelvo debajo de las sabanas frías, la brisa entra por las ventanas que olvide cerrar y Rain entra por la puerta a la que olvide echarle el seguro.
—¿Cómo amaneciste? —pregunta tomando a Gato en brazos.
—Congelándome, olvide cerrar las ventanas anoche y...
—Le pregunté a Gato —me dice con el ceño fruncido—. Sky está abajo desayunando con papá.
¡Sky está aquí! Demonios, ¿qué hora es? Miro el reloj despertador que está sobre la mesa de noche, ¡las 9! ¿Cuándo fue la última vez que dormí hasta tarde? Mis clases de hoy fueron canceladas así que estoy libre para el resto del día, llevare a Gato con el veterinario para que lo revise y le comprare lo necesario para que viva bien con nosotros, quizá Sky quiera acompañarme, eso sí no tiene que estar en el Mooring temprano.
—Le daré una lata de atún a Gato —dice Rain y sale de la habitación emocionado con Gato aún en sus brazos. La última vez que vi a Rainbow así de emocionado fue cuando mamá nos regaló aquel Terrier Irlandés al que llamamos Rover, a Rov no le gustó pero se acopló.
Me incorporo sobre el colchón y quito las sabanas de un tirón.
—Demonios —musito cuando veo la sorpresa que mis piernas tienen para mí.
Están llenas petequias, pequeños puntos rojos de sangre acumulada debajo de mi piel.
Maldita sea. Esto no puede significar nada bueno. Me estiro para tomar el celular de mi mesa de noche y marco rápidamente el número del doctor Doyle.
—¡Ryder! Qué sorpresa que llames, ¿qué tal América? —responde con efusividad después de dos pitidos.
—Jamie tengo un problema. —me levanto de la cama y caminó hasta el espejo de cuerpo completo que está en una esquina de la habitación.
—Dime...
—¿Qué posibilidades hay de una recaída?
Lo escucho suspirar al otro lado del teléfono. Sus suspiros nunca predicen una buena noticia o un "tranquilo Ryder, estás recuperado"
—Las posibilidades son altas —dice—. ¿Algo de lo que preocuparnos?
—Petequias —exhalo para no desesperarme—. Sólo necesito que me digas si tengo que preocuparme.
—Tendría que revisarte, Ryder.
—¡Estás en Belfast, Jamie! —exclamo—. ¿Hay alguna otra manera de que me revises? No lo sé, ¿skype? —no tengo la más mínima intención de volver a pisar Belfast, no estoy mentalmente preparado para hacerlo.
—Ryder, no puedo revisarte virtualmente —lo escucho reír—, debo hacerte estudios y...
—Jamie, eres el mejor maldito hematólogo de Belfast, dame respuestas maldita sea, ¿cuál es la posibilidad de que esto sea señal de una pronta recaída? —le pregunto bruscamente. Tan sólo pensar que tengo que vivir con esta mierda de nuevo me pone de mal humor, y no tengo que estar de mal humor ya que se pone peor.
—Noventa por ciento, Ryder —dice—. Mira, haremos unos análisis de sangre y cuando tengas los resultados me los enviaras por correo, yo te avisaré si tenemos que subir dosis en las medicinas o si todo está controlado.
—Bien, iré hoy mismo, tal vez mañana ya tenga los resultados.
—Ry, habla con tu padre. Tiene que saber de esto y si no lo haces tú lo haré yo, así que ándate con cuidado —me advierte. Río por lo bajo y ruedo los ojos.
—Lo haré, Jamie, no te preocupes. Te contactaré en unos días —me cuelga.
Reviso en mi teléfono cuando fue la última vez que tuve una recaída mientras doy vueltas por la habitación. La última vez fue a los catorce, ¡hace siete años! Aunque el día de los eventos catastróficos todo se tornó negro cuando pensaron que moriría en esa cama de hospital por la infinita cantidad de hemorragias internas que tenía. Maldita sangre de mierda. Me quedo de pie frente a la ventana, mirando hacia el mar azul que se mueve debajo, desde aquí se ve el pequeño patio trasero con la mesa de jardín puesta debajo de una enorme sombrilla, siempre desayunamos allí así que supongo que todos deben estar empachándose de comida, incluso Gato.
Siento como unas pequeñas manos se deslizan desde atrás hacia mi abdomen y una mejilla fría se apoya contra mi espalda desnuda. Dudo mucho que sean Rainbow o Rover, y si fuera así tendríamos que tomar una seria terapia familiar.
—Por favor dime que eres mi novia para no asustarme —bromeo.
Suelta una de sus risitas que me encantan y entonces el delicioso aroma de esa flor que tanto me confunde combinada con pizcas de sal llega a mis fosas nasales, ese es su aroma natural, ni siquiera se esfuerza en oler así, dudo incluso que sea consciente de lo delicioso que huele siempre. Da un suave beso sobre el área donde tenía la mejilla, y ese ligero roce hace que me estremezca.
—Eso sonó malditamente bien, dilo de nuevo —dice con su dulce voz.
—Dime que eres mi novia —río.
—¡Sí, soy tu novia! —exclama. Giro sobre mis talones sin soltarme de su abrazo para quedar frente a frente con ella, se ve preciosa como siempre. Con su cabello agarrado en una coleta, la camiseta gris oscuro deslavada de Harley Davidson que parece gustarle mucho porque se la he visto puesta muchas veces, sus levi's de mezclilla clara rasgados y los Air Force blancos. Es preciosa al natural, ¡y es mi novia! En mi puta vida había tenido una novia así que no tengo ni idea de cómo estoy haciendo esto funcionar, siento como si fuera solo cuestión de tiempo para cagarla y no quiero hacerlo, Skyler es muy importante como para arruinarlo todo por una estupidez.
—¿Tienes que trabajar hoy? —le doy un beso en la nariz y ella sonríe.
—Lauren me ha dado el día libre, ¿qué tan genial es eso, ah? Parece que está enamorada porque la he visto muy sonriente últimamente.
—Las personas enamoradas hacen estupideces y todo es miel, ¿qué tan asqueroso es eso, ah? —digo riéndome. Sé que a ella tampoco le gusta tanto eso de estar empalagándonos todo el día y por eso me siento libre de decirle eso.
—¡Demasiado! Se la pasa el día sonriendo y haciendo cumplidos —arruga la nariz—. Me dan ganas de abofetearla —finge darme una bofetada y hace un sonido gracioso—, ¡Deja la mierda a un lado, estúpida! Nos hartas a todos —exclama como si yo fuera su supervisora.
Me echo a reír junto con ella. Da otro pequeño beso sobre mi pecho, luego otro, y otro, y otro más, tardo un segundo en darme cuenta que está dándole besos a los lunares de mi torso, siempre odie mis lunares, pero ahora mismo agradezco que estén ahí, aunque me resulta algo incómodo que ella esté completamente vestida y yo solamente este usando los bóxers negros que me quedan grandes, la verdad es que nunca fui fan de dormir con pijama y eso le molestaba a mi madre como el mismísimo infierno.
—Me duchare y después llevaremos a Gato a su revisión con el veterinario —anuncio, no creo que pueda controlar mis instintos animales si sigue haciendo eso.
Se aparta cuidadosamente de mí y asiente con una sonrisa de oreja a oreja. Skyler ni siquiera es consciente de lo mucho que me afecta lo hermosa, dulce y sexy que es, es una mujer inteligente, fuerte y también inocente, sí, inocente, porque pensar en la niña que siempre veía a su padre pelear me incomoda pero también me confirma que es fuerte y que es lo suficientemente inteligente como para saber defenderse de todos los perros que andan detrás de ella y que ella no quiere cerca, pero es inocente, inocente en el sentido que ella no cree en las personas malas del mundo, ella solamente cree en ella misma y le tiene una fe impresionante a Melissa, su madre que la ha cuidado desde que su padre las abandonó.
Se avienta boca abajo sobre la cama y rebusca debajo de mis almohadas el control remoto del televisor, ella sabe que siempre lo dejo ahí cuando me quedo dormido, supongo que hemos pasado demasiado tiempo viendo películas en esta habitación con mis hermanos que ya se conoce cada rincón de ella. Se acomoda sobre las mullidas almohadas, pasa sus manos por detrás de su cabeza cruza los tobillos, es la reina del lugar. Es mi reina.
—No tardo, bonita —saco unos pantalones de chandal con estampado de camuflaje y una camiseta negra holgada, un par de calcetines y los Nike Huarache negros.
Las risas de Skyler se escuchan hasta el cuarto de baño y me sorprende que tremendas carcajadas salgan de ese cuerpo tan pequeño. Aclaro el jabón de mi cabello y de mi cuerpo. Al cabo de unos segundos termino y salgo de la ducha secando mi cuerpo con la toalla. Las petequias han disminuido un poco de mis piernas y hoy es uno de esos días en los que mi nudillos están completamente normales, no hay rastro de enrojecimiento o moretones en ellos y la zona de los tatuajes no tiene ningún moretón cerca tampoco. Casi me muero cuando los hicieron y digo esto en serio, en mi vida vuelvo a tatuarme. Fueron alrededor de cinco sesiones de dolor puro y chorros de sangre, no es que para todos sea igual pero en mi condición es una idea completamente estúpida hacerlo. Beber y fumar no tanto pero me abstengo de los riesgos. Tal vez debí consultar a Jamie antes de hacerme los primeros tatuajes mas no lo hice porque era un rebelde adolescente de dieciséis años que quería tatuarse, me tatué a Timón y a Pumba y la frase «Hakuna Matata». No me arrepiento ni un sólo minuto.
Cuando salgo del baño, ya vestido, Skyler tiene a gato sobre su regazo y le acaricia la cabeza y la espalda sin despegar los ojos del televisor.
—Parece que le gusto a Gato —dice emocionada.
—Me gustas a mí —me deslizo sobre la cama hasta dejar mi cabeza a un lado de Gato sobre el regazo de Sky. Ella ríe y comienza a acariciar mi cabeza como lo hace con Gato.
Gato ronronea y se remueve a un lado mío. Parece ser que he llegado a arruinar su momento, se levanta y se baja de la cama de un salto.
—Acabas de hacerlo enojar —exclama y me da un pequeño golpe en la frente—. Ven aquí Gato, quita a tu padre, tú necesitas más amor, anda ven.
¿Soy el padre de Gato? Vaya.
—No, Gato, tu madre no sabe lo que dice.
—¿Soy su madre?
—Si tiene padre debe tener madre y quién mejor que tú para serlo —se inclina me besa suavemente, sus labios apenas rozan los míos, saben a miel y a café. Me grabo ese sabor en el cerebro y lo guardo en un cajón cerebral con la etiqueta «Cosas que me encantan de la señorita Eastwood»
—Ugh, consíganse una habitación —exclama Rainbow cuando entra.
Sky se separa y se ríe.
—Estamos en una, Rain, largo de aquí.
—Damon Spector exige que bajes a desayunar —dice, se agacha para tomar a Gato y sale de la habitación.
Ruedo los ojos con fastidio y me levanto de la cama, me pongo los Nike y extiendo una mano hacia a Sky para bajar.
—¿Ya lo sabe? —me pregunta en un susurro. Creo que se refiere a lo nuestro.
—Rainbow y Rover han sabido quedarse callados aunque no dudo que sospeche.
—¿Crees que te deje ir conmigo a Nueva York a la pelea? —se muerde el labio.
—Soy un adulto, Sky, no voy a pedirle permiso, sólo le avisaré que me iré contigo a Nueva York —me encojo de hombros.
—¡No! Debes ser amable sino dirá que yo soy la mala influencia, la manzana podrida, la Mini Mark Eastwood.
Me echo a reír por aquello. Definitivamente es la Mini Mark Eastwood pero sé que si se lo digo me espera una buena pelea de diez horas que no ganaré le va a dar un ataque de nervios y quién mejor que yo para decir que esos no son exactamente lindos. Skyler podrá decir que odia a Mark pero puedo ver en sus ojos la preocupación cuando le hablo de "La Gran Redención de Steel Fist", sé que le preocupa que pueda quedar mal, y eso a mí me preocupa. ¿Cómo se pondrá cuando le cuente mi enfermedad? Se volverá loca, pensara que tiene una obligación conmigo, y no es así. No quiero que me cuide, yo me puedo cuidar de eso, toda mi vida lo he hecho. Pero con Skyler es imposible ganar, se preocupa demasiado y querrá acampar a un lado de mi cama cuando suceda lo peor. Por eso si sucede, tengo que alejarla, tengo que alejarme.
***
Durante el desayuno papá se fuma su puro mañanero mientras yo desayuno. Si Jamie sube la dosis de prednisona tendré que comenzar a cuidar lo que como si no quiero rodar, aunque subir dosis en mis medicamentos significa que estoy a punto de tener una recaída.
—Ahora entiendo todo —musita Sky, mirando hacia dónde mi padre le da una calada a su puro.
—¿Qué cosa? —le pregunto confundido.
—Por qué siempre hueles a Chanel mezclado con tabaco —sonríe—. Yo siempre olía a sangre, sudor y gloria.
—Eso es una película de Mark Wahlberg —entorno los ojos.
—¡Claro que no!
—¡Claro que sí!
Rover entra silbando una canción con los auriculares puestos. ¿Qué nadie fue a la escuela hoy?
—¡Rov! —le lanzó una uva, se saca los auriculares y me da toda su atención—. Sangre, Sudor y Gloria.
Frunce el ceño.
—¿La película de Mark Wahlberg?
—¡Boom! —exclamo hacia Sky. Rueda los ojos y se echa a reír.
—Papá me molesta el humo, apaga esa porquería, por favor —le pide mi hermano.
Rover es asmático y el humo lo pone a toser y a Rainbow no le gusta nada de eso, más que beber, eso sí, a los dos les encanta beber, y no lo voy a negar, yo era el que más tequilas podía beberse en las fiestas de la preparatoria pero mis años de adolescente alcoholizado terminaron cuando cumplí veinte, y terminaron por mis repentinos ataques de nervios cuando estaba ebrio, cosa que es mala para mi salud aunque bueno tendría que hacer una lista de las cosas que no son malas para mi salud física y mental y sería muy pero muy corta. Creo que respirar estaría allí.
Papá apaga el cigarro y tira la colilla a bote de basura junto a la pequeña mesa.
—¿Qué harán hoy? —nos pregunta, acomodándose en la silla libre.
—Rain y yo iremos a Middletown con Jerry —dice Rov—. ¿Se unen? —nos pregunta a Sky y a mí.
—Llevaremos a Gato al veterinario.
—Bueno, nosotros andaremos dando vueltas por ahí hasta que llegue la hora de la función por si nos quieren alcanzar allá —mi hermano toma una manzana del frutero y sale corriendo hacia el interior de la casa.
—Suena como una idea genial —exclama Sky y le da una mordida a su sándwich de mantequilla de maní y jalea.
~~~~~~~~~~~~~~
Hola, hola, Eli aquí!! Solamente escribo esto para que sepan lo agradecida que estoy con todos sus votos y con las fieles seguidoras de la historia, MUCHÍSIMAS GRACIAS!
Pronto publicare una nueva historia que espero les guste tanto como esta, pero por ahora seguiremos disfrutando a los Spector (A Ryder en especial)
Saludos!!! Xoxo. E.