Los chicos parecían ilusionarse con el nuevo plan y estos días entrenaron al máximo, incluso Riko estaba sorprendida, y el hecho de que los "peques" entrenaban con toda su alma animó a los mayores, pero de todos modos Rika les gritaba para que no se esforzaran demasiado.
Cuando ella se cansaba de gritar lo hacía yo y ahora un puñado de nervios hace temblar mi interior, hasta me siento una entrenadora llevándolos ahora a su primer partido amistoso de este año.
Ellos estaban nerviosos e ilusionados. El colegio no estaba lejos así que decidimos ir a pie.
-¿Después podemos ir a ver a los sempais ?-preguntó un chico de primero.
-Sip, nuestro partido acabará más o menos cuando el suyo va a empezar. Así que llegaremos para el segundo o tercer cuarto.
-¿Y por qué nos llevas tu?-Furihata, creo que es el único nombre de estos chicos del cual me acuerde-Digo, eres mánager.
Subí los hombros-Supongo porque también soy una jugadora así que os podría ser de entrenadora hoy.
-Pero el basket femenino se diferencia del masculino -se unió otro chico a la charla.
Machista.
-¿Qué te hace pensar eso?-pregumté sobre el hombro.
-Los chicos son más fuerte y además más altos.
Oficialmente me cae mal este chico.
Si solo el tipo supiera que una chica en mi equipo llegaba a 1.91 no estaría diciendo eso.
Yo misma mido 1.84 y eso son unos centimetros más que ese capullos machista.
Decidí ignorarlo. No tenía sentido discutir un tema estúpido cuando el chico ni siquiera sabía cono jugaba mi equipo ni como eran las otras chicas. Aunque admito que el tipo puede tener razón en lo que respecta a la altura y fuerza, era raro encontrar chicas gigantes y sobre la fuerza ni hablo, pero nosotras, las chicas teníamos ventaja respeto a chicos, éramos más rápidas y ágiles.
Suspiro-¿Sabes ? No voy a comentar nada al respeto.
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Se veía por la fachada del colegio que era pijo, osea de los hijos de papás.
A los alumnos los recogían sus choferes en coches caros, sus mochilas de diseño, uniformes hechos a medida y zapatos de marca, además de sus miradas de superioridad mientras nosotros caminábamos a su lado.
Me irrita todo eso hasta tal punto que quería patear cualquier cosa en mi camino.
Me quito la sudadera del colegio y la até en mi cintura como me gustaba llevar, incluso en el internado llevaba así el jersey del uniforme.
Un chico en ropa deportiva, zapatillas relucientes y pelo súper peinado se nos acercó corriendo.
-Buenas! Vosotros debéis ser los de Seirin. -me da su mano-Y tu su entrenadora, la verdad es que los chicos te describieron de otra manera.
Mentalmente pongo los ojos en blanco. Los chicos llevaban sus trajes deportivos con el nombre Seirin.
Me obligué a devolverle la sonrisa al moreno -Así es. Soy Amane, la entrenadora está con otro equipo. -estrecho su mano y la suelto rápidamente -¿y donde jugaremos?
-Síganme-y empezó a caminar algo sonrojado.