Los Spector

By 123porEli

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FATUM NOS IUNGEB IT «-Antes de Romeo y Julieta existieron Tristán e Isolda. Pero nadie dijo que después de T... More

La llegada de los Spector.
Seafair
Primer día.
Ryder Spector.
No más señorita Eastwood.
Tranquilo Leprechaun.
Tristán e Isolda.
Jane Eyre
Mi turno, irlandés
Ardamos juntos en el infierno
Steel Fist.
Steel Fist. Pt II
Skyler sells seashells at the seashore
Yo no fui
Las brujas de Salve Regina
Primer día libre
Gato
Gato II
Vuelta a la realidad
La cueva Eastwood
¿Primera vez?
La ley del hielo
¿Dónde estás hermano?
La redención de Steel Fist.
La redención de Steel Fist comienza mal.
Suficiente
¡Feliz acción de gracias!
Cicatrices y recuerdos.
Simpatía por el diablo.
El almuerzo salvaje
Skyler Eastwood debe morir!!
Hiedra Venenosa
Picnic in Pink
Ultralight Beam
Ya no sueñes, se acabó
Huye tan rápido como puedas
Fire Meet Gasoline
Santuario
"Felices" Fiestas
Karma, Skyler. Karma.
Mr. Rochester y Ms. Eyre
Firma
Fiesta irlandesa en tercera clase
La descendencia de JoJoe
Todos alaben a Macbeth
Alguien a quien solía conocer
Huracán Mackey
We are never ever getting back together.
Los recuerdos de Easton Beach.
Todo sobre nosotros
Acostúmbrate a eso.
Knockout
Malas (o buenas) decisiones.
Libres I
Libre II
Simpatía por el otro diablo
Fin de semana.
La única excepción
La tormenta perfecta
Science & Faith
Estoy aquí - Final
Agradecimientos y Soundtrack LS
¿Me permites este baile? - Epílogo
NOTA WHAAAAT?
¿Los Spector se van a los Wattys?
SELF PROMOTION

Semana de examenes superada.

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By 123porEli

                  

Viernes, 12 de septiembre de 2014.

         Dejo caer el lápiz del número dos sobre mi mesa. Se acabó, ¡al fin! He terminado mi último examen. Filosofía, ugh. Sonrío de oreja a oreja, aliviada. Probablemente está es la primera vez en toda la semana que me siento aliviada. Es viernes, y esta como todas las noches de viernes, después de salir del trabajo a las ocho -que es la hora en la que Lauren me despacha los fines de semana- iremos a al Jimmy's Saloon que es nuestro bar favorito desde que éramos adolescentes, pero esta vez se nos unirán los Spector, al principio Ryder se negó ya que él no bebe pero entre Rover, Jerry, Rainbow y yo lo hemos convencido para que nos acompañe y no se quede como viejito amargado en Seafair. Probablemente hoy me emborrache. Hace mucho que no me emborracho. Y no lo hago porque siempre soy la conductora del auto de Jerry cuando él termina tirado sobre la barra del Jimmy's, inconsciente y con una deuda de casi cien dólares que pago robándole dinero de la billetera. Miro a Jerry, que está en la otra esquina del salón escribiendo como loco sobre su examen. La profesora Meester lo ha cambiado de lugar ya que sus sospechas de que yo lo dejaría copiar en mi examen se hicieron presentes. Es una bruja. Faltan tan solo cinco minutos para que acabe el examen. Es todo. Mis primeros exámenes del semestre han sido bien logrados y estoy segura que sacare buenas calificaciones, como siempre. En mi mente hago un baile al estilo de los setenta con Disco Inferno de pista, aunque sé muy bien que mis bailes setenteros sólo se ven bien ahí, en mi mente. Jerry deja de escribir y arroja su lápiz al suelo, triunfante. Me mira también con una sonrisa y después se propina un ligero golpecito con su puño en la mandíbula. Yo suelto una risita y le doy pulgares arriba a la distancia.

          Camino a casa, en mi Mercedes, Jerry se enorgullece de sí mismo por recordar todo lo que aprendió en clase y ponerlo en el examen, y por supuesto que no se le olvida recordarle a sus ancestros a la señora Meester, la llama bruja entre otros adjetivos calificativos poco agradables. Comeremos en mi casa con Melissa, que seguramente ya estará preparando alguna de las comidas favoritas de Jerry como todos los viernes, iremos al Mooring y en cuanto termine el turno regresaremos y nos prepararemos para irnos a nuestra borrachera. Aunque estoy segura que la borrachera terminara siendo sólo de Jerry y yo me quedaré a la mitad con unos cuantos caballitos de tequila y alguna que otra cerveza.

          —Skyler hay un regalo para ti.

Jerry está de pie sobre la pequeña tarima frente a la puerta que da a la calle, sosteniendo unas rosas rojas entre sus manos y solamente se me ocurre una persona que las pudo dejar ahí. Bryan.

           —«Para la chica más buena de todo Newport» —lee Jerry, dejando escapar una carcajada.

          —Oh, por dios, quiero darle otra patada en las pelotas para que así me deje en paz de una vez. —exclamo con frustración.

          Le quito las flores a Jerry y camino hasta el contenedor de basura a en una esquina, él me toma del brazo y me jala hasta donde está él.

          —Hay que darles buen uso estúpida —me quita las flores de las manos, rompe la tarjeta y se la mete en el bolsillo trasero de sus vaqueros —. Le daré estas flores a Melissa, a ella le encantaran.

          Entramos a la casa entre risas y le anunció a mi madre que ya llegue. Sé que está aquí porque he visto su Cherokee aparcada en la entrada del garaje.
Cruzamos el living dejando nuestras mochilas en el suelo, hasta que llegamos a la puerta de la cocina. Jerry en cuanto ve a mi madre comienza con sus citas.

         —...Su tocado de vestal es enfermizo y amarillento, y no son sino bufones los que lo usan, ¡Deséchalo! ¡Es mi vida, es mi amor el que aparece!... Habla... más nada se escucha; pero, ¿qué importa? ¡Hablan sus ojos; les responderé!... Soy demasiado atrevido. —hace una reverencia cuanto está frente a ella y le entrega las rosas rojas. Ella se echa a reír y le da dos besos en la mejilla. Quiere a Jerry como su propio hijo.

          —Lávense las manos, la comida está lista.

         Obedecemos y después tomamos asiento en el pequeño comedor redondo en el que comemos habitualmente. Brindamos con jugo de naranja por acabar los exámenes y mi madre nos felicita. Ella sale de la casa a las cuatro y nosotros nos dirigimos al restaurante.

Jerry se sienta en su mesa habitual. Me coloco el delantal y comienzo mi trabajo.

***

          Abrocho las sandalias cafés de Steve Madden que sólo rodean mis dedos con una tira y mis tobillos con otra y estoy lista. Los vaqueros rasgados y la camiseta algo holgada color blanco con delgadas líneas negras horizontales son mi atuendo elegido para la noche. Me coloco un poco de brillo en los labios y estoy lista. Jerry ha optado por su atuendo basado en tonos oscuros y claros. Sus vaqueros negros con zapatos del mismo color, camiseta blanca y su chaqueta verde militar inseparable.

          —¿Qué tal me veo? —le pregunto dando una vuelta frente a él. Sé que detesta que haga eso y por eso lo hago.

         —Excelente Sky, igual que las anteriores mil veces que me lo preguntaste —rueda los ojos —. Y debo admitir que me gusta el color de tus uñas. Rojo puta. —señala los dedos de mis pies y yo me carcajeo. No era Jerry si no hacia un comentario como esos.

          Verifico el reloj de mi mesita de noche.

          —Nueve de la noche. Hora de irnos.

          Estacionamos el auto frente al portón de hierro forjado de la residencia Spector. Seafair se ve al final con todas las luces encendidas, está en todo su esplendor, enamorándonos. Jaz aparece un minuto después y nos deja pasar.
Rover y Rainbow están parados frente a la fuente hablando sobre algo cuando nos ven llegar a Jerry y a mí. Se ven guapísimos con sus vaqueros y las camisetas ceñidas a su cuerpo. Rainbow corre hacia mí y me abraza, Rover me da un beso en la mejilla y después ambos saludan a Jerry con el típico saludo de hombres.

         —Íbamos camino a tu casa pero Ryder tarda una eternidad en salir. —se queja Rain, rodando los ojos.

           —No lleguen tarde, sé responsable y cuida a tus hermanos que no beban demasiado, Ryder. —escucho a Damon decir desde la puerta principal de la casona.

          Ryder aparece un segundo después enfundado en vaqueros negros, camiseta gris oscuro un poco holgada, tenis negros y unas cadenas un poco gruesas de oro rodeando su cuello. Juega con las llaves de su camioneta en sus manos mientras camina hacia nosotros con la mirada fija en sus pies. Diablos. Se ve condenadamente guapísimo.

          —¿Traen coche? —nos pregunta Rover.

          Ambos asentimos.

          —No hay problema —exclama haciendo un ademán —, iremos en la Jeep de Ryder, pueden dejar su coche aquí.

          Miro a Jerry y él a mí.

        —No, mi madre enfurecerá si llego a casa sin coche. Jerry y yo iremos juntos, sígannos de cerca y nos vemos allá. -propongo. Todos aceptan y salimos.

          El Jimmy's es ruidoso en cuanto entramos y está lleno de gente, de algunos estudiantes de Salve y adolescentes que han salido a emborracharse hasta hacerse pipí en los pantalones por no saber controlar sus esfínteres ni sus límites de alcoholismo. He estado allí.

          —¡Problemita y Problemón están aquí! —exclama Orson, el bartender. Está acostumbrado a vernos aquí, como también está acostumbrado a ver a mi idiota amigo emborracharse y a mí pelear contra idiotas que quieren hacerle alguna broma.

          —Hemos traído nuevos clientes —dice Jerry por encima de la música, señalando a los tres hermanos —. Son nuevos en la ciudad. ¡Son irlandeses!

Orson abre la boca y les estrecha la mano a los Spector que le sonríen amablemente. Bueno, dos de ellos lo hacen.

         —¿Qué les traigo?

         —Vamos a empezar con... ¿Caballitos? —nos consulta Jerry.

         Rover, Rainbow y yo asentimos con gritos, Ryder solamente nos observa con una sonrisa. Le agradezco al universo que no esté con una cara de amargado.

          —A mí puedes traerme solamente una coca-cola con mucho hielo, ¿por favor? —le pide Ryder a Orson.

          Él lo mira sorprendido para después carcajearse.

          —¿Conductor designado? Puedes tomarte una y no te emborracharas muchacho, te lo aseguro.

          Ryder niega con la cabeza y le agradece su ofrecimiento pero se queda con la decisión de su coca-cola. Después de unos minutos de ver a la banda que toca canciones algo countries y algunas otras movidas, Orson nos sirve nuestra quinta ronda de caballitos. El tequila me quema la garganta y decido que ha sido suficiente.

          —Tráeme un vodka con jugo de arándanos —le pido a Orson y él se va a prepararlo.

          Ryder se aleja de la conversación con los chicos y se acerca a mí con su vaso de coca-cola entre sus largos dedos. Empiezo a preguntarme si es buena idea beber vodka después de los caballitos, veo un poco borroso a Spector mientras me sonríe.

         —Cinco caballitos y sigues. Tienes aguante —me dice, con una sonrisa burlona.

           Orson deja la bebida en la barra y se aleja a atender a otras chicas. Mmm, a las plásticas lideradas por Emma. Tomo mi vaso y bebo un sorbo de vodka. El sabor a arándanos me endulza la boca y me siento mejor ahora.

          —No me he emborrachado desde hace mucho. Normalmente soy conductora designada de Jerry. —señaló con la barbilla a Jerry que coquetea con una chica. Creo que se llama Camilla y queda en mi clase de latín.

          —Hoy yo soy tu conductor designado. Emborráchese señorita Eastwood, yo cuidare a mis polluelos. —bromea él, guiñando un ojo.

          Ahora sí parece alguien de veintiún años con su sonrisa divertida, moviendo la cabeza y el cuerpo al ritmo de la música que toca la banda. Divertida, niego con la cabeza y me siento en una de las sillas altas de cuero negro que están pegadas al piso.

          —¡Sky! ¡Mesa! —grita Jerry y me señala una de las mesas vacías que están en al otro extremo de bar, cerca de las mesas de billar.

          Asiento y salto de la silla con el vaso de vodka en la mano. Mala idea. Se me nubla la vista y doy unas cuantas vueltas antes de que las manos de Ryder me sostengan los hombros y me hagan quedarme quieta. La sensación de vértigo desaparece y yo me incorporo con una sonrisa muy al estilo Cheshire Cat. Caminamos hasta la mesa y nos acomodamos. Jerry sigue con Camilla a un lado, Rover y Rainbow hablan con unas gemelas rubias que en mi vida había visto mientras yo me siento frente a Ryder sosteniendo mi vaso como si se me fuera a escapar. Me bebo lo que resta de un trago y me quedo observando hacia la pista de baile donde todos restriegan sus cuerpos entre sí.

         —¿Bailas? —me pregunta Ryder.

         Yo muevo la cabeza con gesto negativo. Yo no me muevo ni con hormigas atacando mi escuálido cuerpo.

        —¿Otro vodka? —arquea una ceja.

        —Ryder Spector... ¿estás intentando emborracharme? Porque si es así déjame decirte que lo vas a lograr —le digo riéndome —. Iré a buscarme una cerveza.

       —¡Sí! ¡Más alcohol, Skyler! —grita Jerry.

        Jerry es un maldito búfalo. Pasa su brazo sobre los hombros de Camilla, La Chica de Latín, lleva puesto un minúsculo crop-top, unos vaqueros más que ajustados y tacones altos. Revolotea las pestañas hacia Rover y hacia Rainbow y de vez en cuando voltea a ver a Ryder. Me sorprende que use esa ropa y se sienta cómoda, yo soy más de zapatos de piso, tenis, sandalias y camisetas -como ahora- pero hoy me he puesto estos vaqueros que me favorecen el trasero que hace ¡POP! Bueno, más o menos. Me pongo de pie con cuidado y me alejo de la mesa en dirección a la barra.

        Mierda, todo da vueltas. Los caballitos para empezar no son para nada una buena idea. Recuérdate eso la próxima vez, Skyler.

        Estoy a unos pasos de la barra pero decido que es mejor ir al baño ahora que todavía tengo mis sentidos activos. Camino entre el gentío empujando a cualquier idiota que se me atraviesa hasta que llego al pasillo de los baños, y como de costumbre en el Jimmy's, hay una cola del demonio. Pero aquí está tranquilo y fresco. Y soy la última así que no tengo que preocuparme por hacerle plática a alguien. Las chicas frente a mí se unen en una bola dejándome a mí ahí parada como estúpida. Reprimo una sonrisa de borracha al pensar que harían si vomitara ahora mismo en sus zapatos de diseñador.
          Un hombre musculoso se posa frente a mí, se eleva unos centímetros sobre mí y entonces localizo un lunar en su cuello. Ay, tiene que ser una broma. Bryan está de pie frente a mí, y cerca, demasiado cerca.

       —Sky, que bueno encontrarte sola, al fin. —me dice con su voz de idiota.

        Dios mío, dame paciencia.

       —¿Por qué me has enviado esas rosas? —le pregunto arrastrando las palabras.

       —Skyler, ¿estás bien? Estás un poco rara.

       —¿Rara? Vete al demonio y déjame en paz imbécil, ¿quieres otra patada en los huevos? Porque yo no tengo ningún problema en dártela en este momento.

       Las chicas que estaban antes de que yo han desaparecido y la mujer que ocupaba el baño sale dejándomelo libre. Me escabullo de Bryan y entro al baño, le pongo el seguro y hago mis necesidades fisiológicas mientras observo el póster que dice que debo de lavarme las manos antes y después de ir al baño. Mmm, perdón fabricantes, no me las he lavado antes, ya lo haré después. Y suelto una risa boba. Me subo los vaqueros y los abrocho, lavo mis manos con jabón y me miro en el espejo. Demonios, mi cabello está hecho una maraña. Lo acomodo con mis dedos y con un poco de agua. Oh, no, creo que voy a vomitar. Mierda.

        Empujo a unos chicos que están bloqueando la barra y me recargo en ella, llamando a Orson.

       —Dame un Gin and Tonic. —exijo.

       Me da mi Gin y me lo bebo de una. La garganta me escuece pero me siento mejor. Oh, no. Me sentía mejor hasta que me moví. Mierda, si vomito no lo haré aquí, y acabo de salir del baño. He perdido mi toque de la borrachera, prometo no volver a hacerlo jamás.
         Saco mi celular y le envió un mensaje a Jerry diciéndole que saldré un momento para vaciar mi estómago en alguna planta cercana. Recibo una respuesta un segundo después.

          De: Gnomeo

          Para: Sky

         Anda chica, dedícame esa vomitada ;)

         Su texto me hace reír y respondo:

          De: Sky

          Para: Gnomeo

          Ven aquí, déjame hacerlo en tu cara.

        Sin esperar a que responda guardo el teléfono en el bolsillo de mis vaqueros y camino hasta la salida. El aire fresco de Newport me inunda los pulmones chocando sobre mi cara. Mierda, las náuseas. Si tuviera una vida sexual activa estaría asustada, pero la verdad es que creo que me he vuelto virgen por cicatrización, ¿es eso posible?

       —Skyler, ¿estás bien?

        La voz de Bryan me saca de mis pensamientos borrachescos -si es que esa palabra existe- giro para verlo. Sólo está haciéndome una pregunta. No seré agresiva.

       —Parece ser que ya no aguanto tanto como antes. —digo divertida.

        -Sí... Yo tampoco —murmura —. ¿Necesitas ayuda? —camina hasta mí y me atrapa en sus brazos.

        Demonios. Esto me pasa por querer ser amable con idiotas. Mis nauseas han desparecido así que no puedo defenderme con vomito. Forcejeo para zafarme de su agarre pero definitivamente su metro ochenta y ocho puede más que mi metro setenta y tres. Atrapa mi cara entre sus manos, me tiene aplastada contra la pared sin escapatoria y no sé qué demonios hacer. ¿Debería besarlo? Voy a vomitar en cualquier momento así que tendría un final feliz. No, no, no. De ninguna manera. Así que sigo forcejeando.

      —Sky, por favor, sabes bien lo que siento por ti, déjame probar tus labios una vez más —suspira cerca de mis labios —. Déjame demostrarte que por ti puedo cambiar.

      —Aléjate de mí antes de que te vomite en la cara, pedazo de idiota. —digo en voz baja.

      —Vamos Skyler, sólo uno.

      —No...

      —Por favor

      —¡Qué no! ¡Suéltame! -lo empujo y parece que tengo súper fuerza porque él ya no está frente a mí.

       Ah no, ha sido Ryder el que lo ha alejado y lo ha mandado al suelo de un golpe. ¡Mierda! ¿Qué? Demonios, demonios. Spector mira furioso a Bryan que yace en el suelo sobándose el labio de donde le sale sangre. Una arcada me sacude el estómago y vacío todo el alcohol sobre el cuerpo de Bryan. Me siento bien. Tanto porque ya no hay alcohol en mi cuerpo y porque he vomitado a Bryan Black. Canto Stayin' Alive de los Bee Gees en mi mente. Siento otra sacudida en el estómago y antes de que pueda volver a doblarme sobre el estúpido de Black, Ryder me rodea con los brazos rápidamente y me guía hacia una maceta con flores, sujeta mi cabello en una coleta en lo alto y espera a que vuelva a vomitar. Demonios, no voy a volver a emborracharme. De ahora en adelante beberé coca-colas con Ryder.
        Me reincorporo y tallo mis ojos, ahora ya veo con claridad. Ryder me suelta el cabello, acaricia mi espalda y veo un gesto de preocupación en su rostro. Me da una botella de agua y me hace una señal para que beba. Doy un largo trago y me echo el cabello hacia atrás, dejando que la brisa vuelva a golpear mi rostro. Ojalá fueran bofetadas. ¡Acabo de vomitar frente a Ryder Spector! Demonios. Pero también vomite SOBRE Bryan Black, me merezco un premio, o la llave del condado.

        Ryder me mira. Sus ojos verdes me perforan, siento mis mejillas incendiarse de la vergüenza, estoy segura que este es el peor día de mi maldita vida. Retuerzo la botella de agua entre mis manos y no despego de allí los ojos. No puedo ni siquiera mirar a Ryder después de la barbaridad que hice, ¿qué puedo decir?

       —Discúlpame... —susurro en voz baja, muerta de vergüenza.

       —No es conmigo con quien debería disculparse, señorita Eastwood, sino con su novio al que ha vomitado. —me dice, intenta reprimir una sonrisa burlona.

       Yo lo fulmino con la mirada.

      —No es mi novio, Ryder. Ya te lo he dicho —susurro —. Qué vergüenza que me veas en estas condiciones.

       Reúno el valor para sostenerle la mirada. Sus ojos verdes brillan con diversión por mi dramática escena.

       —¿Siempre te pasa esto? —me pregunta.

       —¡No! —exclamo arrepentida —. Hacía tiempo que no bebía hasta sentirme borracha y ahora ya no me quedaron ganas.

       Me zumban los oídos. Echo un vistazo detrás de Ryder, Bryan ya no está, sólo quedan unos cuantos restos de mi vomito. Dioooss.

      —A todos nos ha pasado. —dice, encogiéndose de hombros.

      —¿Alguna vez haz vomitado en público?

       Asiente.

      —Claro que sí, pero con la diferencia que yo vomite sangre y fui a parar al hospital. -dice riéndose.

       Vaya.
Decido no hacer preguntas sobre aquello ya que supongo que es algo de lo que no le apetece hablar.

       -De ahora en adelante beberé coca-cola contigo.

       -Me parece bien. No quisiera ser yo el siguiente vomitado.

       Me río. Este Ryder es divertido, no lo conocía de esta manera. Siempre anda por la universidad, serio e inexpresivo, el irlandés estirado de Newport. En Salve todos lo conocen como Leprechaun, el duende pequeño y gruñón de Los Simpson. Me da risa cada que lo escucho. Sobre todo porque Ryder no es pequeño, tiene por lo menos un metro noventa.

      —Bien, señorita Eastwood. Hora de ir a casa.

       Asiento, rendida. No quiero estar más aquí, me siento algo mal por todo mi espectáculo y la verdad es que no quiero arruinarles la noche a los demás.

     —Entrare a avisarle a Jerry.

     —Jerry no escuchara ni una palabra, debe seguir succionando la cara de esa chica Camilla -bromea.

     —Tengo una idea —digo, él me mira con atención —. Le daré las llaves de mi coche a Rover y que él lleve a Jerry a su casa y después que se vayan directo a Seafair.

      Él parece no estar de acuerdo.

     —Mi auto tiene GPS, Spector, no te pongas nervioso. Aparte, son apenas las once de la noche. ¡Venga!

      —Sí, las once y ya vomitaste sobre alguien.

      Lo fulmino con la mirada. Levanta las manos dándose por vencido, le entrego mis llaves y entra a dárselas a Rover. Regresa un minuto después, jugando con las llaves de su Jeep.

     —¿Lista?

      Asiento. Caminamos hasta su camioneta y entramos en ella. La radio se enciende junto a la Jeep y Toxic de Britney Spears suena bajito. El aroma a Chanel vuelve a inundar mis fosas nasales y se impregna en mi memoria para la perpetuidad.
       Lo hago tomar un retorno y conducir directo a mi lugar favorito. Debido a la hora y al poco tráfico llegamos en cinco minutos, él se queda boquiabierto cuando ve a donde lo he llevado. Voy a corromper a este pobre irlandés. Yo soy Alec d'Urberville, él puede ser Tess Durbeyfield. Mis cuernos de diablilla han aparecido.

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