-Estás igual de guapa, puede que un poco más - sonrió Rose.
-No han pasado años, Rose - sonrió Janette sentándose en una de las sillas de la barra.
-Bueno, supongo que te echaba de menos - murmuró melancólica -. Oh, vaya, siento no haber dicho nada - se dirigió a Logan -. Un placer verte de nuevo.
-Igualmente - le sonrió Logan mientras se daban un apretón de manos.
-Rose, ¿dónde está Jimmy? - preguntó Janette buscando con la mirada aquel anciano alegre.
Janette estaba feliz de estar ahí, pero al dirigir la vista hacia su amiga, sintió que algo no iba bien. Y así fue.
-Janette... el viejo Jimmy... bueno... - murmuró apenada.
-¿Qué...? - sintió como un gran cubo de agua fría le caía encima - Joder... ¿Cuándo...?
-Dos semanas después de tu partida...
Janette aún no se creía lo que había oído. Ahora se sentía culpable de haberse ido justo un tiempo después de la muerte del viejo Jimmy.
-Oye... - llamó Rose tomando la mano de Janette - No te sientas culpable... Tú no lo sabías, Janette...
Janette la miró seriamente y asintió.
-Dime, ¿dónde has estado?
-En un lugar donde soy feliz - le dijo brevemente -. Siento no poder decirte más, pero te aseguro que estoy bien.
-Mientras eso sea cierto, no pasa nada - sonrió Rose -. Y, dime, ¿cómo vais? - se refirió a Janette y a Logan con una sonrisa.
-Bien, muy bien.
-¿La cuidas?¿La respetas? - le empezó a acosar Rose a Logan - Porque como me entere de que no lo haces...
-¡Rose! - rió Janette.
-Sí, lo hago - sonrió orgulloso Logan.
-Está bien, entonces nos podemos llevar bien - espetó Rose, y Logan rió - ¿Os pongo unas cervezas?
-No, ahora no llevamos pasta y debemos irnos pronto - dijo apenada Janette.
-Entiendo, bueno... - murmuró - Me ha alegrado mucho verte de nuevo Janette.
-Y a mi - sonrió Janette -. No te molestamos más.
-Nunca molestas, lo sabes. Es tu casa - murmuró seriamente Rose.
Janette la miró complaciente de haber oído aquello, y le dedicó una sonrisa.
-Nos volveremos a ver, Rose - le dijo Janette -. Nos vamos. Debemos estar en un lugar muy pronto.
-Está bien, entonces... - decía Rose saliendo de la barra, y fue a abrazar a Janette - Adiós, Janette.
-Adiós, Rose - sonrió al separarse.
-Un placer... eh... - murmuró.
-Logan - respondió él sonriente, y dándole un apretón de manos.
-Eso, lo siento - rió -. Como me entere de que no la cuidas... ¿Sabes de lo que soy capaz?
-¡Rose! - la volvió a regañar entre risas.
-Vale, vale - rió -. Adiós. Hasta pronto...
Janette y Logan salieron del bar, y ella estaba conforme de haberse despedido de Rose sin lágrimas y con un hasta pronto. Sin que pareciera que era el final. Janette iba andando con sus pensamientos cuando sintió que Logan le tomó de la mano. Lo miró, y le sonrió.
-¿Estás bien? - le preguntó.
-Sí, claro - sonrió ella.
-Pues venga... Volvamos.
Se dirigieron hacia dónde estaba el Blackbird, y cuando entraron se llevaron una sorpresa.
-Hola - se escuchó una voz dentro, pero no podían ver de quién se trataba -. Cuánto tiempo...
-Tú... - gruñó Logan sabiendo de quién se trataba, pero Janette estaba confusa.
Y de la oscuridad de la nave, apareció la persona menos esperada en aquel momento.
-Magneto... - murmuró Janette sorprendida.
Logan estaba a punto de atacarlo con sus garras pero, evidentemente, Magneto lo detuvo.
-¿Es forma de tratar a un amigo? - vaciló Magneto.
Janette estaba sorprendida.
-¿Qué... quieres? - consiguió decir Logan, aún alzado por la mutación de Magento.
-¡Por favor, suéltalo! - exclamó Janette.
Magneto, con una sonrisa, lo dejó lentamente en el suelo. Logan tenía la respiración muy acelerada, y Janette fue a ver si estaba bien enseguida.
-Repito, ¿qué quieres? - masculló Logan.
-Visitar a mi viejo amigo - sonrió.
-¿Para qué? - se impacientaba Logan.
-Seguro que si digo la palabra "Mística", te intereso un poco - vaciló.
Janette y Logan se miraron en menos de un segundo sorprendidos, pero él mantuvo la firmeza con la mirada endurecida.
-Solo quiero que me llevéis junto a Charles, eso es todo - dijo serio -. No os pido nada a cambio, os ofrezco ayuda. La necesitáis.
* * *
Logan pilotaba el Blackbird firmemente aún sin fiarse de las intenciones de Magento. Janette estaba tensa, mirando al frente. Aunque sabía que la mirada de Magneto estaba puesta en ella.
-Te felicito, Logan - dijo de la nada Magneto, dejándolos a los dos confusos -. Has encontrado a alguien a quién no le importe tu lado animal...
-Eh - se giró Janette a la defensiva -. Basta.
Magento alzó las cejas sorprendido. Hacía tiempo que nadie se atrevía a alzarle la voz.
-¿No me recuerdas? - sonrió.
-Sí, te recuerdo - dijo seria mientras se colocaba y miraba al frente.
-Ya estamos llegando - informó serio Logan.
-Bien, así tendremos tiempo para charlar - murmuró -. Como en los viejos tiempos...
* * *
El Blackbird había aterrizado por fin, y Charles les estaba esperando. La puerta se abrió cuando Janette y Logan salieron seriamente.
-Hola, lamento lo ocurrido, chicos. Seguro que... - decía Charles sonriente, pero fue interrumpido.
-Charles... - le dijo serio.
Charles se sorprendió ante aquella seriedad, y le leyó la mente. Entonces, comprendió.
-Hola, viejo amigo - apareció Erik sonriente.
-Erik... - murmuró sorprendido Charles, y dirigió la mirada hacia Logan.
-Fuimos a Nueva Orleans un momento, y él apareció dentro cuando regresamos al Blackbird... - murmuró Logan.
-Solo quiero hablar - dijo serio Magento, bajando la rampa de la nave -. Por la seguridad de ella.
-¿Qué? - preguntaron al unisono Logan y Janette.
-Y Mística... - murmuró Erik con la mirada fija en Charles.
-¿Qué sabes? - se puso tenso el de la silla.
-¿Te importa si hablamos en un lugar más acogedor? Aquí no lo es demasiado... - vaciló.
-Por supuesto - intentó sonreír Charles.
Janette seguía a Charles y al resto algo temerosa. ¿Qué sabía sobre Mística? Y... si sabía algo de ella, ¿sabía algo de Sparks? Temía saber más malas noticias.
Se dirigieron hacia el despacho y, por el camino, se encontró con las sorprendidas y algo horrorizadas miradas de Tormenta, Hank, Warren, Pícara, Bobby y Kitty. Los cuatro entraron en el despacho, y Logan cerró la puerta.
-Oh, si no te importa, prefiero hablar con la señorita y Charles a solas - sonrió.
-Ni de broma - gruñó Logan.
-Logan - murmuró -, no pasará nada. Tú espérame a fuera.
Logan miró a Janette con una mirada intimidante hasta que se dio por vencido.
-Estaré justo a fuera, sin moverme - avisó él saliendo.
Janette dirigió la mirada a los dos hombres que había en la habitación, mientras que Charles y Erik se miraron por unos segundos seriamente.
-¿Cuánto hace que no nos vemos, viejo amigo? - murmuró Erik.
-Mucho, la verdad.
-Pero desde luego, no por mi culpa - vaciló.
-Erik... - comenzó a hablar Charles - ¿Te importa si me explicas de qué va todo esto?
-He decidido venir para contarte lo que sé sobre Mística.
-Si esto es una tomadura de pelo, no tiene... - empezó a murmurar Charles algo enojado, pero Magneto lo interrumpió.
-Actualmente...
Charles se calló y asintió para que Magneto prosiguiera. Era la primera vez que Janette vio a Charles enfadado de esa forma. No sabía qué sucedió con Mística en un pasado lejano, pero entendió que, para que Charles se pusiera así, fue algo que lo cambió todo.
-Hace casi un año, Mística y yo estábamos en Los Ángeles. Sin problemas, ni disputas contra los humanos. Solo pasábamos el tiempo juntos... Y, cuando decidimos ir a Washington, de alguna forma, se enteró que el gobierno aún experimentaba con mutantes. Yo también me cabreé, pero acepté que la edad es algo que me supera... En cambio a Mística, no. Durante el tiempo que nos quedamos en Washington, ella fue investigando hasta que averiguó que se trataba de un solo científico. No recuerdo su nombre...
-Sparks... - musitó Janette tensa.
-Exacto - dijo Magento mirándola, pero su vista regresó hacia Charles -. Me dejó con una nota, y se fue sin más. Y sentí que era el momento de dejarla ir, así que no me esforcé en detenerla. No supe nada hasta meses después... cuando la vi de nuevo, en Nueva Orleans.
-¿Qué? - soltó Janette - ¿Cuándo?
-En julio - respondió confuso.
Janette se tapó la boca de inmediato del temor que le vino repentinamente.
-Charles, ellos sabían que estaba en Nueva Orleans -murmuró.
-Y yo también - añadió Erik mirando a Janette sonriente -. Te vi, y a Logan también. Él me vio, pero... me escondí. No quería que pensara que formaba parte de Sparks. Cuando vi a Mística en Nueva Orleans, supe que estaba con él.
-¿Viste a Sparks? - preguntó Charles, y Erik asintió.
De golpe, la puerta se abrió bruscamente dejando ver a un Logan enfadado.
-Charles, ¿cómo sabes que este cretino no te está mintiendo? - espetó - ¿Como sabes que no lo está haciendo una de otras tantas veces?
-Logan... - intentó detenerlo, pero Erik se adelantó.
-Porque solo quiero que Mística no cometa un error, y de paso, salvar a tu novia, estúpido - vaciló con superioridad.
-No te he creído, ni te creeré nunca... - le amenazó Logan con una mirada intimidante.
-Logan, por favor - se puso en medio de los dos -. Relájate. ¿Y si quiere ayudar?
-¿Y si no? - murmuró Logan con una mirada de inquietud para Janette.
-Eh... - murmuró Janette tomándole el rostro - Por una vez, razona antes de actuar.
-Vaya, el lobo ha sido domesticado - se burló Magneto, y Logan dejó escapar un gruñido de rabia.
Janette se giró y le respondió:
-No, ni siquiera yo puedo hacerlo.
-Erik... - lo llamó Charles - ¿Qué más sabes?
-Bueno... Algo que os podría interesar mucho - sonrió -. Durante el tiempo en Nueva Orleans, espié a Mística y Sparks. Sé dónde está su nueva base...
Janette abrió los ojos como platos mirando a Charles, lo cual el también estaba sorprendido.
-En Alabama - soltó.
-Pero... ¿por qué su base va de aquí para allá? - preguntó Logan confuso.
-Por lo mismo, porque el gobierno no lo sabe.
-Y hay que detenerlo - dijo serio Magneto -, pero creo que yo no me voy a involucrar más.
-¿Quieres salvar a Mística y pretendes que nos ocupemos nosotros? - preguntó Logan vacilante.
-Porque si no, Janette será un éxito más en la lista de Sparks. Tú verás si quieres protegerla o no.
Logan se aguantaba las ganas para no coger a Magento y plantarle un puñetazo sin importarle la edad que tuviera.
-Janette, Logan - atrajo su atención Charles -. Id al comedor, todos los alumnos y profesores están ahí para almorzar.
-Charles... - se iba a quejar Logan, pero la mirada de Charles le pedía que le hiciera caso, y este bufó.
* * *
Janette jugaba con la comida y el tenedor sin dejar de pensar en lo que había oído. Cuando Janette estaba en Nueva Orleans, ellos también estaban, y seguramente lo sabían. ¿Por qué no la cogieron...?
-Eh... - la llamó Logan, quién estaba sentado a su lado - Tranquila.
-Es... como si me leyeses la mente - intentó hacer broma Janette.
-Piensa que ahora sabemos dónde está su base, sabemos que es parte del gobierno pero que ellos no saben lo que está haciendo... - la intentó animar.
-Ya... pero...
-Pero nada. Come, y calla - bromeó Logan, y Janette le dedicó una sonrisa.
-Logan tiene razón, Janette - le sonrió Bobby -. Tenemos ventaja.
-Eso espero...
En aquel momento, la voz de Charles sonó en su mente:
-Janette, Magento quiere hablar contigo. En el balcón.
Ella misma se sorprendió, pero no añadió nada. Tan solo levantarse de la mesa, Logan le preguntó:
-¿A dónde vas?
-Charles me llama - mintió, para que él no se preocupara.
-Está bien - murmuró sonriente, y le besó la mano.
Ella le dedicó una sonrisa y se fue hacia donde Charles le dijo. Algo extrañada, la verdad. Antes de que estuviera, ya vio la figura del anciano en el balcón.
-Hola - saludó Janette, y le pareció algo extraño.
Magneto se giró, y le sonrió. Ambos se apoyaron en la piedra del balcón, mirando al paisaje y sin decir nada.
-¿Sabes? Te recordaba más joven y apuesto... - bromeó, y él se rió.
-Aquellos tiempos pasaron para mí - sonrió -, pero tu estás igual de hermosa.
-¿En serio me recuerdas después de tantos años? - rió Janette.
-Claro. Tú fuiste el caso más extraño con el que me topé. Tú tenías más razones que nadie para vengarte de los humanos, y aún las tienes. ¿Por qué, una mujer inmortal como tú, capaz de aniquilar a cualquiera, no aprovecha su don otorgado para acabar con aquellos que le arrebataron a sus seres queridos?
-¿Cómo lo sabes? - murmuró sorprendida.
-Tengo mis trucos - sonrió.
Janette volvió la vista hacia el suelo, suspiró y, con una sonrisa, le respondió con una pregunta:
-¿Y porqué hacerlo?
-¿Que por qué? - rió Erik - Supongo que por venganza.
-¿Y de qué serviría? Ellos se fueron, no volverán. Y, en realidad, sí que me vengué. Maté al abuelo de Sparks, pero mala hierba nunca muere... Me enteré, por ahí rondando los 80, que un científico con el apellido del científico, había creado algo que a la humanidad le impresionaría. Pensé en ir a ver a aquel hombre y tomar venganza de nuevo pero... no veía que era la solución. Y tiempo después apareciste tú con la mujer azul.
-Raven.
-¿Qué? - preguntó confusa.
-Su nombre real es Raven - murmuró.
-Magneto...
-Llámame Erik - le interrumpió sonriente.
-Erik... ¿pasó algo con Charles y Raven?
Por la expresión en su rostro, Janette comprendió que sí.
-Sí...
-¡No me lo digas! - le interrumpió antes de que dijera nada - Si no lo sé, mejor. Menos de lo que preocuparme...
Erik le dedicó una sonrisa, y de pronto, dijo:
-¡Oh, es verdad! Tengo algo para ti.
-¿Para mí?
-Sí - sonrió.
Erik buscó en su bolsillo del pantalón de traje que llevaba puesto y de ahí sacó un collar de plata.
-Este es el collar que...
-...que viste en la tienda de Nueva Orleans cuando estabas con Logan, sí - terminó la frase él con una sonrisa cómplice.
-¿Por qué este regalo?
-Porque hasta las rosas más hermosas tienen gotas de agua que las hacen aún más hermosas.
Erik le entregó el collar con cautela y Janette lo miró sonriente.
-Deja que te lo ponga.
Janette puso su cabellera hacia delante y Magento se lo puso sin problemas.
-Podrías haber usado tu mutación - bromeó Janette.
-Lo sé - sonrió vacilante.
-¿Qué harás ahora? - preguntó ya más seria.
-Ir por ahí... - murmuró - Hasta que tenga noticias de ella. ¿Podrías hacerme un favor?
-Depende - sonrió.
-No la matéis... - la miró con una mirada de ruego - Está llena de furia, y ya no sabe quién es bueno y quién es malo.
-Sabes que no te puedo prometer nada... - murmuró.
-Lo sé.
-Pero no tengo intención de ir a la base - soltó.
-¿Qué? - preguntó confuso.
-Eso. No iré. Es mejor que se encargue el gobierno, y que Sparks pague por lo que ha echo.
-Bueno... Si cambias de opinión, sabes dónde está su base. Y Charles puede buscarla fácilmente ahora que conoce un poco su localización.
-Gracias, Erik - le sonrió.
-Bueno... Me marcho.
-¿Cómo?
-Charles me ha dicho que Tormenta me llevará de nuevo a Nueva Orleans.
-Pues... ya nos veremos, Erik.
-De eso no lo dudes... - sonrió antes de entrar al edificio.