Tsukinami Carla
Tsukinami Shientsu
Tsukinami Shin
No sabia porque, pero esas personas me hacían dudar un poco, debo admitir que Shientsu me agradaba, pero sus primos, es como si mi sexto sentido me dijera que tuviera cuidado con ellos.
-¿Te molesto? -me preguntó Carla, estábamos en un balcón, me sentía ahogada por culpa de la multitud de personas.
-No me gusta estar rodeada de tantas personas -susurré mientras miraba el paisaje nocturno.
-Es extraño escuchar eso de una chica -dijo en el momento que miraba en dirección al baile apoyado en la baranda-. Normalmente a las chicas les gusta atraer la atención -el tono de su voz cambio, me dio un escalofrío, volví a verlo, sus ojos dorados estaban encima de mí.
-¿Q-Qué haces? -me sentí nerviosa en el momento que se comenzó a acercar a mí.
-Te he estado esperando -menciono con un tono que me hizo estremecer, pero no en el buen sentido de la palabra, tomo mi muñeca y me hizo acercarme a él-. Konoe... yo...
-¿¡Qué mierda crees que haces!? -el grito de alguien nos hizo volver a verlo, encontrándonos con Subaru, el cual se acerco a nosotros y me alejo del peli-blanco.
La mirada de Carla se endureció, pareciera como si quisiera asecinar a Subaru con la mirada.
-Debes de tener cuidado, no acepto que toquen lo que es mio -dijo esto ultimo en el momento que me volvía a ver, Subaru pareció notarlo, lo sabia porque apretó el agarre en mi muñeca.
-¿¡QUÉ ES LO QUE ESTAS INSINUÁNDO!? -grito, lo que pareció alertar a los que estaban cercanos al balcón, Carla sonrió con suficiencia, me asuste al ver a Shuu, Kou y Yuma aparecer de la nada frente a nosotros.
-No te conviene el retarnos, Tsukinami -le amenazo Shuu, Carla negó levemente.
-Al que no les conviene retar es a ustedes, solo son simples vampiros de nivel B y C, no se comparan con los de la Familia Fundadora -pude ver la cara de sorpresa de todos, inmediatamente en ese momento llego el chico del parche y Shientsu, los cuales se pararon al lado del peli-blanco.
-Sabes, nii-san, siempre me ha gustado ver la cara de asombro de los demás cuando se dan cuenta que eres tú el verdadero Rey de los Vampiros -menciono con una sonrisa.
-Ahí algunas personas que no comprenden la clase -menciono Shientsu.
-¿Eres de la familia fundadora? -pregunto Shuu algo inseguro, los Tsukinami solo sonrieron.
-Es algo que debes preguntarle a tu padre -fue lo único que dijo para después caminar en dirección al baile-. Sera mejor que cuiden a mi amada Konoe, Sakamaki, un día iré por ella.
-Es una lastima, me estaba divirtiendo -exclamo algo decepcionado el rubio, mientras Shientsu nos volvió a ver, pero inmediatamente la quito, para después seguir a sus primos.
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-Llevala a su habitación, no dejes que salga de ahí -le ordeno Reiji a Subaru, el cual solo me tomo del brazo para llevarme a mi habitación y cerrar la puerta tras de sí.
Me acerque a mi cama, Subaru comenzó a caminar de un lado a otro, mientras mordía su dedo pulgar frustrado, baje la mirada, sabia que algo había hecho mal y ahora todos están así por mi culpa.
-Lo siento -susurré bajo, me sentía culpable, siempre metía en problemas a los chicos por mi culpa-. Lo siento -sentí como Subaru se acerco a mi y se sentaba en el borde de la cama, para después tomar mi muñeca y hacerme sentar en sus piernas mientras me abrazaba con fuerza.
-No tienes que disculparte, debimos habértelo dicho antes -menciono contra mi cuello-. Si te lo hubiéramos dicho, tal vez esto no abría pasado -senti como las lágrimas comenzaron a caer, sin duda era una tonta, todo lo que hacia siempre estaba mal-. ¿Estas llorando? -comencé a negar mientras trataba de detener las lágrimas-. Konoe...
-Siento... todo lo que... he hecho... -dije entre sollozos, sentí la mano de Subaru limpiar mis lágrimas-. ¿Q-Qué...? -calle en el momento que sentí como el dedo de Subaru delineaba el contorno de mi mejilla y se detuvo en mi barbilla.
Me hizo volver a verle, sus ojos rojos destellaban, tenían una chispa de deseo en ellos, no podía dejar de mirarlos.
-Konoe... -susurro mi nombre para después unir sus labios con los míos, me deje llevar, no debía hacerlo, pero...
-Auch -me queje levemente al sentir que moridia mi labio inferior con uno de sus colmillos, lo escuche reír levemente-. No te aproveches de la situación -le reproche, Subaru sonrió para después lamer la sangre que enmanaba de la herida, nos alertamos al escuchar que alguien tocaba la puerta, fui a abrirla encontrándome con Jade-. ¿Sucedio algo? -la vi alzar una ceja, en ese momento recorde la herida y trate de limpiarla.
-Veo que no pierdes tiempo, Suba-chan -Subaru simplemente se encogió de hombros-. Reiji me envió por ustedes -asenti levemente mientras la seguía al salón principal-. Sin duda las cosas están peor que antes.
-Lo sé, y es mi culpa.
-Para nada, no sabes lo mucho que disfrute el decirle a Ruki y a Reiji "te lo dije" -sonreí al ver que por lo menos Jade lo disfrutó.
Entramos al salón, en donde se encontraban todos los Mukami y los Sakamaki, Jade se fue a sentar en uno de los sofás, mientras que yo simplemente me quede parada frente a todos.
-Tsukiyomi Konoe, iras a quedarte en la mansión Mukami -me ordeno Reiji, los mire extrañada.
-Esos tipos, los Tsukinami, no sabemos porque, ni siquiera para que, pero creemos que van tras de ti -me explicó Shuu.
-Yo les dije que debimos de habérselo dicho desde un inicio, así no hubiera ocurrido esto -menciono Jade, lo que ganó una mirada de desprecio por parte de Ruki.
-Konoe, pensamos que lo mejor seria que estuvieras con nosotros un tiempo, creemos que el primer lugar al que te buscaran es en esta mansión -me comenzó a explicar Kou, asenti levemente.
-¿Deberia de llevar algo de ropa?
-No es necesario, Kou y yo arreglamos un guardarropa para ti -menciono Ruki, a lo que solo asenti-. Deberíamos de irnos.
Los Mukami comenzaron a salir de la habitación al igual que los demás, iba a hacer lo mismo, pero Shuu me detuvo antes de cruzar la puerta.
-¿Sucede algo? -le pregunte, Shuu no respondio, solo me acerco a él para después unir sus labios con los míos, abrí mis ojos completamente sorprendida, no sabia como reaccionar.
-Si ellos o cualquiera te quieren hacer daño, yo mismo iré a salvarte -mencionó en el momento que se separo de mi, iba a decir algo pero desapareció antes de que abriera mi boca.
-Dios ¿qué mierdas sucede?