METANOIA [My Demon] | ᴊ. ɢᴜᴡᴏɴ

By NelaSnchezGonzlez

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𝐌𝐄𝐓𝐀𝐍𝐎𝐈𝐀 || El proceso de transformación que cambia la forma de pensar, sentir, de ser o de vivir de... More

METANOIA
Descripción
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capitulo XI
Capítulo XII
Capitulo XIII
Capitulo XIV
Capitulo XV
Capitulo XVI
Capitulo XVII
Capitulo XIX
Capitulo XX
Capitulo XXI
Capitulo XXII
Capitulo XXIII
Capitulo XXIV
Capitulo XXV
Capitulo XXVI
Capitulo XXVII
Capitulo XXVIII
Capitulo XXIX
Capitulo XXX
Capitulo XXXI

Capitulo XVIII

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By NelaSnchezGonzlez

La tensión entre ambos era notable, incluso en el ambiente y aire que los rodeaba, pues, para su desgracia, ambos estaban entre dos estanterías, demasiado juntos, sus cuerpos podían tocarse, sus respiraciones se sentían. Analizando la situación, no podían hacer nada, ante el mínimo movimiento o ruido, los empleados se percatarían de que estaban allí, y claramente no les convenía aquello, por lo que decidieron quedarse en silencio, solo mirándose.

-¿No creen que hay algo entre la señorita Do y el señor Jeong?

-¿A qué te refieres?

-Seguro que están saliendo — los dos solo pudieron mirarse, haciéndose la misma pregunta mentalmente, ¿eran algo? O por lo menos, algo allegado a una cercanía mínima —. Su forma de interactuar indica intimidad física.

-Estás muy equivocado. Jeong rechazó la propuesta de la señorita Do.

-No se le habría declarado si no pasara nada. Además, todos aquí conocemos la personalidad de la señorita Do, tiene sus encantos.

-Tienen razón.

-Los romances en el trabajo pueden ser emocionantes.

-¿Tu lo has hecho?

-Claro. ¿Sabes qué es lo mejor?

-¿Qué?

-Las cenas de equipo.

-Estás obsesionado con ello.

-No hay nada como cogerse de la mano bajo la mesa en las cenas de equipo — por alguna razón, Guwon sentía la necesidad de dejar su mirada y atención sobre Soji, definitivamente esa situación los estaba afectando —. El contacto físico es muy placentero. Por el amor en el trabajo.

-Salud.

-Hasta el roce más leve o un breve contacto visual hacen saltar chispas — la pelinegra maldecía mentalmente, porque escuchando lo que él empleado decía, le hacía percatarse aún más del contacto físico de ambos en ese momento —. En mi caso, estuvimos cinco horas cogidos de la mano.

-¿Ni siquiera fuiste al baño?

-No seas ridículo.

-¿Deberíamos...? — Guwon preguntó, intentando de que los dos encontraran la manera de no estar tan cerca, pero todo estaba en contra de ellos, ya que Guwon apoyó mal su mano y esta resbaló, ocasionando que quedara inclinado sobre Soji, ahora si que los empleados se darían cuenta de la presencia de ambos en el cuarto.

Justo antes de que los empleados abrieran la puerta para comprobar si era una rata o no, el pelinegro pudo hacer que se teletransportaran, apareciendo en la terraza de la empresa, justo en la misma posición que estaban anteriormente, por lo que Soji lo empujó levemente, era necesario el espacio personal.

-¿De qué sirve buscar a Han? — cuestionó Soji, actuando con normalidad.

-Es al culpable al que le pasa algo, no a mí. Le ví claramente la cara, ¿por qué...?

-¿Reconocimiento facial?

-Si.

-¿Se ha hecho alguna cirugía plástica acaso?

-Mis poderes no son el problema, deja que te sujete la muñeca — pidió él, acercándose a ella nuevamente, pero antes de que pudiera realizar la acción de agarrar la muñeca, Soji la alejó.

-Cuando cojamos al culpable, Guwon — el mencionado intentó hacerlo, fallando otra vez —. Sin mencionar que ya sospechan de que estamos saliendo.

Los ojos de Soji se encontraban ligeramente rojos, durante la mayoría del día, había permanecido dentro de su oficina, saliendo ocasionalmente por alguna reunión pendiente, luego de eso, regresaba inmediatamente para continuar revisando los archivos de la cámara de seguridad. Cuando pensaba que tardaría algo más de tiempo en encontrar algo mínimo, se percató de un pequeño maletín en la oficina de la señora Ju, que antes estaba ubicado de una manera y luego de otra, de las ocho con tres de la noche, pasaba a las ocho con veintitrés.

-Han llegado antes de yo — susurró.

-¿Aún no has terminado? — preguntó Guwon, entrando a la oficina, caminando hacia el escritorio.

-Ya casi — una llamada se hizo presente en el teléfono de ella, era Seok-hoon, así que contestó —. Oppa.

-He tomado el portátil del señor Cha y le he echado un vistazo, pero estaba demasiado limpio. Ya lo han borrado.

Ella suspiró, sintiéndose frustrada con todo, pero debía controlar sus emociones —. Lo mismo pasa con las cámaras de seguridad, oppa.

-¿Por qué no cenamos juntos? Iré enseguida, Soji.

-Ah, no me he dado cuenta de lo tarde que es. Claro, debería comer algo.

De alguna manera, escuchar eso causó algo en el interior de Guwon, este agarró la cabezera de la silla y la volteó en su dirección, ella lo miró confundida —. No, ya tienes planes, Soji.

-¿Si?

Soji esperaba de todo, menos que Guwon la llevara a una cena de equipo, justamente con los tres empleados que habían estado hablando de ellos, Sehun que era el mayor de todos, Suho, era menor que Sehun, tenía casi la misma edad que Nahee, la única chica entre ellos. A Soji no le incomodaban las cenas de equipo, pero después de lo que había escuchado hoy, se sentía un poco extraña allí.

-¿Por qué están tan callados? ¿Te incomoda la señorita Do? — preguntó Suho, recibiendo un codazo de Sehun.

-De haber sabido que venía, habríamos reservado un sitio mejor — comentó Sehun.

-No, no era necesario. El lugar es perfecto, puede estar tranquilo — Soji sonrió, no tenía ningún problema con el lugar en realidad.

-Se suponía que era una fiesta de bienvenida para Jeong — explicó Nahee.

-Para la primera ronda, pidamos somaek como si nada.

Suho preparó algunos tragos, demostrando sus habilidades para hacerlo, Guwon rechazó la oferta de beber, con la excusa de que estaba en horario laboral, así que Soji aceptó beber, sintiendo como repentinamente, Guwon agarraba su muñeca. A Nahee se le cayeron unos cubiertos, cuando se agachó para recogerlos, pudo ver el agarre de Guwon en la muñeca de Soji, y esta se percató de ello, por lo que se liberó del agarre.

Un rato más transcurrió, el lugar donde estaban ya estaba casi vacío, habían bebido mucho, tanto así que Nahee ya estaba borracha, por lo que no tarde mucho en caer dormida, a diferencia de los otros dos, quienes habían tomado más de lo normal, pero se encontraban de pie.

-Señorita Do, se ha puesto roja — mencionó Sehun.

-Usted está aún más rojo, Sehun — la pelinegra recordó que Guwon había vuelto a agarrar su muñeca desde hace algunos minutos —. Pero, es normal, debe ser por el trago.

-Claro, es normal.

-¿Puedo preguntarte algo? — Suho dijo, dirigiéndose a Guwon —. ¿Por qué rechazaste a la señorita Do?

-¿Estamos jugando verdad o reto? — susurró Sehun.

-¿No es tu tipo? — continuó Suho.

-Yo digo que es mejor que lo dejemos por hoy — sugirió Soji, no queriendo poner al pelinegro en una situación incómoda.

-No es eso. Me gusta — declaró Guwon con seriedad, Soji volteó a verlo por unos segundos mientras los otros dos festejaban.

-¿Por qué?

-Si a alguien le gusta el cerdo, no se casa con un cerdo, ¿no? — Soji bufó al escuchar eso, los demás no sabían como reaccionar ante lo dicho por Guwon, así que, optaron por cambiar de tema para poder irse y llevarse a Nahee con ellos, dejándolos solos —. Ahora puedo recargarme...

-No, ahora no. No estoy de humor — Soji se puso de pie, saliendo del lugar.

-¿Por qué? — repetía él la misma pregunta, caminando detrás de ella, al ver que no se detenía, la agarró del brazo —. ¿Qué pasa ahora? O hay gente o no estás de humor. Entonces, ¿cuándo puedo recargarme?

-Sólo... Olvídalo, ¿bien? — la chica continuó con su caminar, se detuvo un momento, mirando de reojo, se percató de que él ya no estaba allí.

Decidió seguir con su camino, yendo por algunos callejones que estaban completamente solos, se sentía observada de alguna manera, no se sentía bien, sacando su teléfono, marcó el teléfono de Guwon, pero él simplemente no contestaba sus llamadas, y ella presentía que algo estaba sucediendo con él. No tenía idea de como, pero terminó justo frente a un grupo grande de hombres con trajes, tenían a alguien acorralado, ella vió que se alguien era Guwon, como no se habían percatado de su presencia, sacó un silbato, haciéndolo sonar repetidas veces, los hombres detuvieron sus movimientos, volteando a verla. Fue entonces cuando pudo ver a Guwon de rodillas, con sangre cubriendo un costado de su rostro.

-Jeong Guwon — susurró solo audible para ella.

-Do Soji — lo mismo hizo él.

-¿Qué quieres? — preguntó uno de los hombres que estaban cerca del pelinegro.

-Ah, ¿no es un poco obvio? Estoy aquí por él — señaló a Guwon, su tono de voz era serio, al igual que su mirada —. Utiliza un poco tu cerebro, hombre.

-¿Eh? ¿Cómo puedes hablarme así? Ocupense de ella.

Justo cuando el grupo de hombres iba en su dirección, sacó un gas pimienta, disparándolo en los rostros de ellos, logrando así, llegar hasta donde estaba Guwon, quien al tenerla ya casi cerca, se puso de pie con sus pocas fuerzas, agarrándola de la muñeca con una mano, y con la otra rodeó la cintura de ella, atrayendola hacia él, como si fueran a bailar. Las luces del callejón de apagaron, solo una quedó encendida, la que estaba sobre ellos, Soji pudo observar mejor la sangre en el rostro de él, pero esa sangre rápidamente desapareció.

-¿Sabes bailar el tango? — cuestionó él.

-¿El tango? — él quitó su mano de la cintura de ella, solo para chasquear sus dedos, ocasionando que todas las luces se encendieran y que a los hombres de traje se les comenzara a mover un pie contra el suelo, generando un ritmo.

-Cuando bailas el tango, hay que confiar en la pareja.

-Eso lo sé. ¿Por qué estamos hablando de tango? — fue entonces cuando empezaron a bailar, con un cierto ritmo, de esa manera, fueron acabando y golpeando a cada uno de los hombres, pero ellos dos siempre mantuvieron su mirada fija en el otro.

Regla número uno: no la pierdas de vista.
Regla número dos: nunca te alejes de ella.
Y regla número tres: nunca te enamores de ella.

Pero... Estás rompiendo una regla lentamente, Jeong Guwon... Y cuando te percates de ello, ya no habrá vuelta atrás.

Gracias por su apoyo. Por favor, lo único que quiero pedirles es que dejen su voto y/o comentario, eso me motiva a seguir, no sean lectores fantasmas... Espero que disfruten y que les guste este capítulo.

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