Una Corte De Sombras Y Sangre...

By TheGirlUnderTheLines

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El destino a veces es caprichoso, y con ellos no iba a hacer de menos. Viejas leyendas cobraran vida, peligro... More

P R Ó L O G O
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. . .

º V Y N E E A º

Sus ojos se iluminaron con un brillo ardiente y mortal que envió un escalofrío desde el inicio de mi columna hasta su final.

Sus manos agarraron mis caderas y tiraron de mi figura hasta que ésta chocó con las suyas dejándome sentir por completo la dureza que lo estaba haciendo arder en necesidad.

Luego su cuerpo se abalanzó sobre él mío y sus labios me empezaron a devorar.

No había control o ritmo en el beso que me estaba robando la respiración, no había caricias suaves como las que me había dado anoche, no, era todo duro y decidido, necesitado.

Sus dientes atraparon mi labio inferior y tiró de él haciéndome gemir mientras sus caderas se pegaban a las mías y se frotaba contra ellas creando una fricción demoledora.

-Oh dios -Murmuré mientras mi cuerpo se retorcía de placer y se inclinaba aún más contra él calor que él emanaba.

-Tócalas -Gimió él contra la piel de mi cuello -Tócalas para mí.

Mis manos viajaron nerviosas a lo largo de su abdomen, sin saber bien que tocar ante su pedido pero, cuando su rostro se separó de mí y sus ojos volvieron a conectar con los míos llenos de una súplica casi deshecha, supe a lo que se refería.

El lazo en mi interior se tensó y vibró con fuerza cuando el primero de mis dedos se posó en la cicatriz más alarga y ancha de sus alas.

Cassian se tensó durante un segundo y su cabeza cayó directamente contra mi pecho, la sensación de su cálido aliento contra mi piel me hizo temblar a mi también.

-Son tan profundas -Murmuré mientras las trazaba una a otra -Y son tantas...

Una parte de mi no podía evitar sentir horror al mirarlas, al pensar en el dolor que debían de haber supuesto para él pero, la otra, más predominante en este momento, se estaba volviendo loca al ver la reacción que mi tacto provocaba en él.

Cassian se frotó aún más contra mi y sentí la punta de su miembro jugar con mi entrada de manera tentadora.

-Tus alas-Mis dedos se apoyaron sobre la articulación donde el hueso y el cuero translúcido se juntaban y creaban una garra capaz de desgarrar cualquier armadura -Son tan hermosas.

Un grito ahogado se quedó atrapado en mi garganta cuando se enterró en mi hasta su mitad de una sola estocada.

Cassian se incorporó rompiendo el contacto de mis manos con sus alas y sus manos volvieron a sostener mis caderas, esta vez, dejándome la visión de él dentro de mi y de la fina capaz de sudor que cubría su torso y abdomen dándome una excelente visión de todos y cada uno de sus músculos.

Mis labios entreabiertos y el gesto en mi cara debió de ser de lo más placentero porque una sonrisa de satisfacción le cruzó el gesto antes de hundirse por completo en mi interior.

-Estas tan malditamente mojada -Una de sus manos viajó hasta mi centró y su pulgar comenzó a jugar con la punta de nervios haciéndome cerrar los ojos y morder mis labios -¿Te encanta, verdad?

Asentí vaga y torpemente.

Realmente la sensación me encantaba. La manera en el el lazo en mi interior se encendía y vibraba, la manera en la que su cuerpo llenaba el mío, como su ser se pegaba y se compenetraba de una manera en la que ambos dejábamos de ser y nos volvíamos solo uno...

No había manera en la que pudiera cansarme de esto. De él.

-Cassian -Supliqué mientras él comenzaba a moverse lentamente y con suavidad, en moviéndose demasiado largos y tortuosos, casi como si se divirtiera y me desafiara a pedir más -Por favor.

Una carcajada ronca y deliciosa vibró en su pecho antes de volver a inclinarse sobre mí y que sus labios volvieran a conectar con los míos. Sus manos tomaron mi cintura y nos alzó hasta que yo quedé sobre su regazo y la sensación de él en mi interior no pudo ser más intensa.

Hundido hasta su empuñadura fue él quien con su manos guio mi cadera en un vaivén que creaba una fricción que por poco logra deshacerme.

Podía sentir el vapor del agua caliente a mi espalda, y sabía que él también, mis rodillas se apoyaron en la piedra ya tibia de la bañera y recobré algo de equilibrio.

Fue por inercia el alzarme ligeramente sacándolo de mi interior y luego volver a dejarme caer disfrutando de la sensación de su pene enterrándose en mi hasta su tope.

-No puedo permitir que mi compañera haga todo el trabajo mientras yo disfruto ¿verdad? -Me detuve y observé con fascinación cómo se inclinaba ligeramente hasta tomar una de las pastillas de jabón de la cesta al extremo de la bañera -Puedo ir ayudándote ligeramente.

Mis brazos rodearon su cuerpo y la mano que no sujetaba el jabón rodeó mi cadera sosteniéndome en mi lugar, su cuerpo se inclinó hasta que pudo meter su mano en el agua y mojar el jabón, a su vez, también las puntas de mi cabello que, cuando volvió a erguirse en el borde de la bañera conmigo aún sobre él, estas se pegaron a mi espalda.

-¿Qué vas a hacer? -Pregunté mientras volvía a mecerme suavemente y observaba cómo frotaba el jabón en ambas manos.

Cassian sonrió antes de dejar el jabón a su lado y sus manos se posaron en mi trasero, tomándolo con fuerza y haciéndome apretarme a su alrededor.

-Voy a asegurarme de que mañana no tengas agujetas -Sus manos enjabonadas se deslizaron hacia mis muslos -Por el ejercicio de antes.

Una risa divertida y algo nerviosa me asedió a mi esta vez mientras volvía a retomar los movimientos de alzarme y dejarme caer.

-¿Y por esto? -Pregunté con obvio desafío -¿Tendré agujetas por esto?

Sus ojos brillaron con malicia y una sonrisa felina que envió descargas hasta el punto más sensible entre mis piernas. Sus labios rozaron el lóbulo de mi oreja y entonces ronroneó:

-No vas a poder ni caminar, cielo.

Sus manos volvieron a mis caderas y abandonaron la tarea de limpiar mi piel. En su lugar estás me tomaron con fuerza y fue él quien marcó el ritmo de mi cuerpo sobre el suyo, sacudiéndome y haciéndome viajar aún más profundo sobre él si era posible.

Mi cuerpo estaba borracho de placer y aunque estaba segura de que de alguna manera la casa nos había dejado algo de privacidad, me era imposible no sentir algo de vergüenza cuando los altos y agudos gemidos escapaban de mis labios.

Cassian nos mantuvo en esa posición durante un par de minutos hasta que mis piernas dejaron de tener fuerza a causa del movimiento, en ese momento volvió a tomarme por el trasero y se puso en pie conmigo colgando de su cintura y su pene aún en mi interior.

Dio un paso y nos introdujo en el agua. Un cosquilleo agradable me recorrió el cuerpo cuando el agua caliente cubrió la parte baja de mi estómago y rozó mis pechos con sus ondas.

-Necesito follarte -Sus manos apretaron los músculos de mi trasero y dio una estocada con tal fuerza que el agua entre nuestros cuerpos salpicó hasta mis clavículas -Necesito follarte hasta quedarme seco.

Mis manos, las cuales estaban a aferradas a los humedecidos mechones de su cabello tiraron de él en mi dirección.

-Quiero que lo hagas -Suspiré en respuesta antes de lanzar mis labios contra los suyos.

Lo siguiente fue salvaje. Esa fue la única palabra que pude encontrar para describirlo.

Su lengua invadió todo, jugó con la mía hasta dominarla y sus manos recorrieron mi cuerpo lentamente mientras me dejaba hacer pie en la bañera.

-Date la vuelta -Casi rogó mientras me soltaba.

Yo lo hice y rápidamente una de sus manos agarró mi cabello ya empapado y la otra empujó mi espalda hacia el frente.

Mis manos se apoyaron en la piedra del borde de la bañera y mis piernas se abrieron para él cuando este separó mis tobillos con uno de sus pies.

Su cuerpo cubrió el mío y con el simple roce de su pecho contra mi espalda ya sentía mis rodillas flaquear.

-Te voy a hacer gemir tan alto que toda la ciudad podrá escucharte, cielo -Dos de sus dedos recorrieron mi columna en un camino de caricias que por poco me hacen correrme en ese mismo momento -Voy a follarte de tal manera que mañana en el entrenamiento me pedirás piedad -Sus dedos llegaron a la curva de mi culo -Y yo no la tendré, porque volveremos a este punto -El golpe fue rápido y lo suficiente fuerte como para que por unos segundos la zona ardiera, sin embargo, en lugar de un quejido lo que brotó de mis labios fue un alto y sonoro gemido -No puedo estar satisfecho. Nunca estaré satisfecho, siempre querré más de esto.

Su mano volvió a repetir el azote mientras que la que mantenía mi cabello preso tiraba hacia él, llevando mi rostro en su dirección y dejando que de nuevo sus labios devoraran los míos.

Grité de placer en su boca cuando su pene volvió a introducirse en mi interior de manera rápida y completa.

Era grande, demasiado si era sincera, pero estaba tan malditamente mojada que era tan sencillo deslizarse en mi interior que ni siquiera había una pizca de dolor.

Las estocadas eran profundas y el agua a nuestro alrededor se sacudía con fuerza con cada movimiento.

Cuando Cassian comenzó a tensarse en mi interior mientras la sensación del orgasmo también comenzó a cosquillear en mi abdomen.

-Cassian...-Supliqué casi en un llanto necesitado.

Necesitaba un poco más, quería que llegáramos juntos al éxtasis. Lo necesitaba.

-Voy a correrme, cielo -Asentí jadeante mientras él bombeaba con más fuerza y rapidez -He estado tomando el tónico.

-Yo también -Respondí rápidamente.

Antes de haber ido a despertarlo para entrenar, cuando había ido al baño me había encontrado con un pequeño fresquito obviamente dispuesto por la propia casa. Y no había necesitado leer la pequeña etiqueta para saber de qué se trataba por lo que lo había tomado.

-Tócame -Rogué antes de que mi voz fuera entrecortada por otro gran gemido cuando él volvió a azotar mi trasero -Quiero llegar junto a ti...Tócame.

Cassian soltó una gruesa y ronca carcajada.

-Lo que mi compañera desee.

Su cuerpo volvió a cubrir el mío y su mano viajó a mi centro, al manojo de nervios en él.

Las caricias me llevaron a la locura.

Fueron solo unos instantes hasta que él gruñó mientras encontraba su orgasmo derramándose en mi interior, yo lo hice apenas un segundo después cuando su pulgar presionó ligeramente en un punto exacto.

Su mano soltó mi cabello que cayó alrededor de mi rostro y su brazo rodeó mi estómago para sostenerme mientras bombeaba un par de veces dejando hasta su última gota en mi. Mis manos soltaron la piedra y se aferraron a su brazo mientras mi cuerpo se doblaba hacia atrás para apoyarse contra él suyo.

-Te amo -Susurré agotada y con la respiración entrecortada mientras cerraba los ojos.

-Te amo -Respondió él de la misma manera mientras dejaba un peso en mi frente -Te amo, cielo.

Cuando se deslizó fuera de mi y nos condujo hasta uno de los asientos en el borde de la bañera dejando que el agua caliente cubriera por encima de mis pechos, no pude evitar sentir como mis ojos eran incapaces de abrirse.

Me había agotado por completo.

-Duerme -Murmuró contra mi oído -Te limpiaré y vestiré -Su mano viajó por el borde de la bañera hasta encontrar algo, el olor a jazmín y limón llegó pronto a mi nariz, jabón -Te despertaré cuando sea la hora de la comida.

-Por favor -Susurré mientras poco a poco iba dejando de ser consciente de todo.

-Te quiero -Volvió a susurrar contra mi oído mientras sentía como deslizaba el jabón por mis hombros con extrema suavidad -Estaré aquí cuando despiertes. Siempre.

Y me dejé ir por completo.




. . .





Cuando abrí los ojos, él estaba ahí.

-La comida está lista -Dijo en un bajo susurro mientras apartaba los mechones de cabello plateado fuera de mi rostro y sonreía con un gesto dulce y casi empalagoso.

-¿Cuánto he dormido? -Dije mientras abrazaba con fuerza la almohada sobre la que se apoyaba mi cabeza y estiraba mis piernas bajo las sábanas.

-Dos horas y medía -Hizo un pequeño gesto hacia la mesilla de noche y el reloj en ella -Son las dos y media.

Asentí y suspiré mientras dejaba que fuera él quien apartara las sábanas de mis piernas.

-¿Estaremos solos? -Pregunté mientras me enderezaba hasta quedar sentada en el borde del colchón.

-Rhys y Feyre están aquí, hemos estado entrenando mientras dormías -Escaneé su aspecto de arriba a abajo, y en efecto, se notaban las horas de ejercicio, y también la ducha que se debía de haber dado antes de despertarme pues su cabello volvía a estar mojado de nuevo -Supongo que ellos se quedarán.

Arrugué el gesto mientras aceptaba su mano para levantarme.

-¿Hay alguien más? -Cassian asintió y por el cambio en sus facciones supe rápidamente de quién se trataba.

-¿Nesta está aquí? -Asintió y vi la tensión acumularse en sus hombros.

-Si no quieres verla todavía la llevaré a la ciudad. No le importará en absoluto... -Negué rápidamente cortando sus palabras.

-Quiero hablar con ella -Agaché la mirada a las líneas en su pecho, a las marcas de mis uñas en sus hombros -Antes de comer, quiero hablar con ella a solas.

Los ojos de Cassian me miraron llenos de algo semejante a la preocupación.

-¿Estás segura? -Su mano acunó mi mejilla -¿Estás lista para ello?

Alcé los hombros sin saber bien la respuesta.

-No lo sé -Sonreí para él -Pero si no lo hago ahora, no sé cuándo lo haré.

Él asintió y dejó un suave beso en mi frente antes de caminar a la puerta y dejarme saber que le pediría a Nesta venir hasta aquí, para que ambas tuviéramos algo de privacidad.

En el tiempo en que estuve sola tomé unas mallas de algodón y cubrí mis piernas. Cassian únicamente me había puesto una amplia camisa como camisón y recibir a Nesta en ese aspecto no se veía adecuado. También cepillé mi cabello con los dedos y en el reflejo del espejo sobre la cómoda observé cómo de largo estaba este mismo.

Incluso cuando lo había cortado unos cuantos centímetros apenas unas semanas atrás este parecía crecer sin parar y volvía a estar casi rozando mi trasero de nuevo.

Cuando dejé el pelo caer sobre mis hombros y el cepillo en el tocador, dos suaves golpes en la puerta me hicieron tensar y cuando la voz de Nesta traspasó la puerta, un nudo de nervios se aferró a mi garganta-

-¿Vyneea? -Su voz sonaba suave y tranquila, casi tímida -¿Puedo pasar?

Estaba tan nerviosa de un segundo a otro que tardé en percatarme de que estaba asintiendo como si ella pudiera verme a través de la madera. Ráìdamente me puse en pie y asegurando tomando una larga y profunda inspiración, abrí la puerta.

Lo primero que noté nada más nuestros rostros se encontraron, fue que. al igual que Feyre. ella también había cortado su cabello y que sorprendentemente, lo llevaba suelto, esté cayendo húmedo, seguramente por una reciente ducha, hasta la altura de sus hombros.

Sin embargo, no había nada diferente más allá de eso-Su rostro de facciones marcadas y casi cinceladas seguía siendo brutalmente hermoso. Sus ojos grises con ese tono azulado que podría llegar a helarte el alma si cometías algún acto que la hiciera rabiar seguían mirándome con una suavidad y dulzura que no merecía.

-Hola...

-Perdón... -Hablamos las dos a la vez.

Sentí mis ojos arder y antes siquiera de poder ser consciente, sentí la lluvia de lágrimas deslizarse por mis mejillas.

Di un paso atrás y casi con vergüenza llevé ambas manos a mis ojos y los froté con fuerza obligándome a mí misma a borrar el llanto.

-Oh dios -Murmuré sintiéndome patética -No quería...yo no pretendía empezar así...

Nesta se quedó en su lugar, casi estática, con la mirada fija en mí y los labios entreabiertos.

La necesidad de saber que es lo que rondaba su mente, de lo que pensaba de mí, o si me odiaba, gritaba con necesidad en mi mente, hacia el poder daemati que vibraba con curiosidad dentro de mi pecho pero no lo hice.

No me lancé a su mente. Porque me daba auténtico terror saberlo.

Nesta había sido tan malditamente amable conmigo, se había abierto para dejarme conocerte. Y yo le había arrebatado a su prometido.

Yo le había quitado todo de un momento a otro, y ya no solo era Cassian, este lugar...esta casa. Era su amiga y ahora yo vivía en ella...

Yo...

-Estás temblando -Fue lo primero que dijo -Estás temblando por mí...

Negué e iba a hablar cuando agaché la mirada y ví mi manos tambalearse, con mis dedos aferrados al material de la camisa incapaz de dejar de moverse.

Levanté la mirada de nuevo y esta vez, esta vez el cariño en sus ojos había desaparecido y algo semejante al más puro de los horrores y decepciones brillaba en ellos.

-Estás asustada de mí -Grité en respuesta rápidamente.

-¡No es eso! -Me detuve y tomé un tono más normal, aunque tembloroso -No es eso...es solo que...-No sabía que decir, cómo explicarle la cantidad de miedos e incertidumbres que me recorrían el pensamiento en ese mismo instante -Tengo miedo...No sé cómo explicar, que decirte...yo...-Mis ojos volvieron a los suyos y esta vez, yo no era la única que amenazaba con empezar a llorar -Tengo miedo de que me odies...

Sus hombros cayeron inertes y toda su figura pareció ser golpeada con tal brutalidad que juraría que su pecho dejó de moverse.

-Desde que Cassian lo adivinó...desde que yo lo supe...-Mordí mi labio inferior y traté de controlar mi voz, tratando de no quebrarme -Solo podía pensar en ti...En lo doloroso que debía de ser para i ver cómo todo eso se derrumbaba por mi culpa -Sorbí mi nariz y agaché la mirada sintiendo como no era capaz de retener las lágrimas en mis ojos por más tiempo -Solo podía sentirme culpable. Y lo siento. Lo siento tanto Nesta...llevo semanas queriéndolo decir pero no tenía el valor de volver, de enfrentarte...Estaba tan aterrada de que me odiaras que no quería hacerle frente aunque merecías una disculpa, lo siento mucho, yo realmente no deseaba nada de esto, lo siento, realmente lo siento y creeme que si pudiera te devolvería todo, incluso a él, a Cassi...

-Para -Alzó su voz sobre la mía en una clara orden.

Sentí mis piernas temblar y cerré los ojos mientras arrugaba el gesto en un sollozo silencioso. me encogí sobre mi misma y me abracé obligando a mi cuerpo a controlarse, a no dejar que el pánico me controlara pero era inútil. No podía detener los temblores que amenazaban con derribarme.

-Nesta yo...

-He dicho que te calles Vyneea -Su voz se mantuvo rígida y dura -Ni se te ocurra decir ni una sola palabra más -Mordí mi lengua y tragué el sonoro sollozo silenciándolo -Ni se te ocurra pedir perdón de nuevo...

Levanté la mirada apenas unos centímetros y ella.

Ella me miraba de tal manera que no pude evitar dejar de respirar.

Nesta estaba ahí, parada aun en el marco de la puerta, estática, y sus ojos brillaban con la más grande de las culpas mientras sendos caminos de lágrimas descendían por sus mejillas. Sus labios estaban presionados en una línea curva descendiente y su ceño estaba ligeramente arrugado demostrando que a pesar de lo estable que era su voz, ella no estaba en mejor estado que yo.

-Nesta...

-No tienes que pedir perdón por absolutamente nada, maldita sea -Esta vez fue ella quien alzó la voz -No hay nada que perdonarte, mucho menos por lo que disculparse.

-Pero yo...-No me permitió interrumpirla.

-Tú no hiciste nada, Velaris -El uso de mi verdadero nombre en sus labios logró abrir algo más allá en mi de por sí roto corazón en el momento, lo hizo todo más intenso y profundo -No hiciste absolutamente nada -Su mano se movió en el aire, señalando el amplio espacio entre ambas -Todo esto, es mi culpa. Solo mía.

Quise negar pero su mirada me dejó saber enseguida que ni siquiera tenía permitido moverme en ese momento.

-Todo esto nace de mis mentiras -Su voz finalmente se quebró y se convirtió en algo agónico casi -De mi miedo a la verdad. Mentí a Cassian, diciéndole que podía sentir el lazo entre ambos, mentí a Eris marchándome con otro, mentí a Feyre, a Rhysand y a todos dejando que Cassian me pusiera ese anillo, te mentí a ti...y me mentí a mi misma -Sus manos se posaron sobre su pecho -Me mentí a mi misma pensando que todo esto, toda esta bola de mentiras, miedo y desprecio por mi verdadero yo me llevaría a algún lado.

Nesta finalmente dio un paso dentro de la habitación, y yo no pude evitar retroceder.

No por ella, si no por sus palabras, por el desprecio propio que desprendían, el odio que vibraba en ellas, candente y doloroso, que se clavaba sobre su misma espalda abriendo heridas horribles.

Casi podía ver la sangre descender de ella.

-Todo esto es mi culpa -Su cabeza se movió en mi dirección, señalándome -Que tú sufrieras de esa manera, que Cassian sufriera como lo hizo...Lo que siento ahora mismo, no es culpa de nadie más que de mi misma.

-Detente -Supliqué dando un paso en su dirección -Deja de hacer eso, prof avor.

Ella negó y fue esta vez quien agachó el gesto. Sus manos se apretaron sobre la tela del vestido gris que cargaba, la seda se arrugó bajo sus uñas-

-¡No lo entiendes! -Sollozó con fuerza -No lo entiendes...

-Nesta por favor -Mis manos invisibles escarbaron en mi interior tratando de alcanzar el alzo brillante en mi pecho.

Necesitaba ayuda, necesitaba que Cassian la ayudara. Yo no sabía como detener esto, como soportar los pedazos de la mujer que se estaba desmoronando frente a mi.

Rompí la distancia entre nosotras y traté de abrazarla pero sus brazos me empujaron con fuerza hacia atrás, lejos de ella.

Seguí buscando desesperada en mi interior.

-Cassian...--Me detuve por completo cuando ella dijo su nombre -Cassian es más que el hombre que amo -Su cuerpo descendió lentamente hasta quedar arrodillado en la alfombra de la habitación, yo por supuesto la seguí -Es quien me enseñó que no necesitaba ser perfecta para ser amada, fue quien me obligó a afrontar mis errores, a pedir perdón. Me hizo enfrentar mis miedos y descubrir que yo era más fuerte que ellos...-Cuando ella alzó la mirada, no había nada de la Nesta que -yo conocía en ellos, no quedaba rastro de esa mujer fuerte y segura, de esa guerrera. No, ahora solo había pedazos de una mujer que llevaba rota demasiado tiempo -Él fue quien me recordó que yo también merecía vivir. Que merecía ser feliz.

A este punto yo no podía respirar, no podía hacer otra cosa que llorar junto a ella, compartiendo su dolor.

-Y me aferré con todas mis fuerzas a él, a lo que me daba y lo viva que me hacía sentir. Y sé que una gran parte de mi jamás podrá dejar de amarlo, de amar todo lo que hizo por y para mi, jamás podre abandonarlo pro completo -Sus ojos conectaron con los mis y su mano buscó la mía sobre la alfombra hasta unir nuestros dedos -Pero él es tuyo. Y yo te lo arrebaté egoístamente -Negué incapaz de decir ni una sola palabra -Lo mereces, y jamás te arrepientas de ello por mi. Jamás te des por vencida con él, por mucho que me duela dejarlo ir. Nunca, nunca, pidas perdón por amar algo. Nunca, ¿me oyes?

-¿Pero qué hay de ti? -Sollocé cuando su mano ahuecó mi mejilla con una suavidad que me hizo desear desaparecer -Tú lo amabas, ¿por qué te disculpas?

Ella sonrió de una manera tan triste que tuve que apartar la mirada de nuevo. Sus ojos estaban tan apagados, tan...rotos.

-Porque mi amor os hizo daño, y eso no es justo. Para ninguno de los tre... cuatro -Aquello me hizo mirarla de nuevo.

Eris.

De alguna manera, él parecía quedar fuera de todo esto pero no era así. Yo misma lo había visto sufrir cuando la veía, había experimentado la misma necesidad de cercanía que él y eso era...una tortura.

-Él es bueno -Susurré -Y él te ama.

-No lo sabía -Las lágrimas se deslizaron por su gesto ahora serio, casi de piedra -No quería saberlo.

-No te forzará a aceptarlo -Limpié mis mejillas y sorbí mi nariz -Nunca te forzará a aceptarlo si tú no lo deseas. Luchará para liberar Otoño, y entonces, dejará caer todo, las mentiras, las máscara -Sonreí vagamente cuando en sus ojos fue cobrando vida un brillo nuevo, una ínfima luz de esperanza -Todos veréis lo que es en realidad.

-¿Y si no lo amo? -Mordió su labio inferior con fuerza -¿Y si no puedo dejar nada de esto atrás y no logro amar a nadie? ¿Y si cuando me conozca realmente es él quien no me quiere a mi?

La mano que mantenía entrelazada con la suya en el suelo la rodeó por completo, y le di un suave apretón.

-Lleva esperando todo este tiempo. A ti. No a su corona ni a nadie más -Ella tembló -Eris te está esperando Nesta, y sé, que te amará pase lo que pase. Incluso si tú no deseas ir a su lado. Él respetará tu decisión.

-No puedes decir eso -Limpió sus mejillas de lágrimas -No puedes saberlo. He hecho tantas cosas, he mentido pro tanto tiempo que...-Soltó un suspiro cansado -A veces no sé quien soy. Incluso a día de hoy...no me conozco.

-Su color favorito es el plateado -Nesta abrió los ojos casi con sorpresa -Pero nadie lo sabe, ni siquiera sabe que yo lo sé -Solté una suave carcajada -Pero lo es.

-¿Cómo? ¿Por qué...?

-Porque es el color de tus ojos cuando usas la magia del Caldero, cuando eres tú... -Sus labios dejaron escapar un suspiro -Resulta que habla en sueño, y es propenso a dar siestas en la tarde en la biblioteca.

Algo semejante a una corta risa le brotó de los labios.

-Te amará, e da igual qué clase de monstruo creas que seas, él no le tiene miedo a las apariencias.

Nesta volvió a dejar caer su rostro y sus hombros se sacudieron mientras lloraba. Esta vez, cuando mis brazos la rodearon, ella no me empujó si no que me rodeó de la misma manera.

-Lo siento -Sollozó contra mi -Lo siento todo.

Acaricié su espalda mientras sentía como él alzó en mi pecho recibía una caricia desde su extremo contrario que yo respondí de la misma manera, casi una manera silenciosa decir "Ella está bien. Ambas estamos bien".

-¿Sabes? -Dijo con una voz más calmada mientras finalmente se reincorporaba minutos después -Alguien una vez dijo que el mayor gesto de amor es dejar ir, y creo, que tiene razón.

Yo sonreí y la envolví de nuevo en un abrazo.





. . .


WHO'S AFRAID OF A LITTLE OLD ME?!?!?
TEMAZO


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