Houdini // Capítulo 3
[Corregido 1/2]
Todo el mundo alguna vez en su vida va a estar nervioso por algo. Por lo que pueda concomer su cabeza o su corazón. Yo estoy nerviosa, y la causa claramente es mi primera entrevista de trabajo. Nunca antes he asistido y mucho menos he hecho un curriculum . Las manos me sudan y las piernas me tiemblan. Incluso siento que me voy a caer en cualquier momento. Puede ser de los nervios, puede que estuviera mala. Sin embargo, Mona encuentra rápidamente la cura: me ha dado una bajada de tensión por la entrevista.
Por la noche hicimos el curriculum y elegimos la mejor foto. Me preguntó que me iba a poner e incluso que iba a decir. Me dijo en la universidad que había concertando una hora: 17:45. Supuestamente el primo de Sam era muy estricto sobre la hora y sobre todo con la apertura de la cafetería. Mona vino después de la universidad a mi casa y elegimos la ropa que me voy a poner.
Según ella no tenía casi nada formal. Pero que con unos tejanos ajustados, una blusa blanca y unos tacones voy perfecta. Hemos hecho lo posible con mi pelo, lo hemos lisaso y lo recogimos en una coleta. Mi pelo normalmente es rizado, pero muy rizado. Y las dos hemos hecho lo posible para que no quede como normalmente es.
—Te ves genial— asiente Mona.
Estoy mirándome en el espejo apoyado en la pared. Giro a la derecha y luego a la izquierda. Solamente falta maquillarme y ya puedo irme. Miro el reloj: 16:40. Queda una hora.
—¿Esta es la carpeta del paciente?— pregunta Mona señalando la carpeta que está en la cama temporal.
—Sí, esta mañana antes de irme lo revisé— me encojo de hombros mientras ando a las cajas—. Supongo que se me olvido guardarlo.
—Yo voy hoy, quiero saber bien a donde ir y además conocerlo un poco— abre la carpeta—. Quiero ir apuntando algunas cosas, ya sabes, adelantar un poco.
—Sí, entiendo– remuevo toda la caja pero ahí solo hay libros—. Yo también voy hoy. Cuando salga de la entrevista, sino es muy tarde iré.
—¿Te paso a buscar?
—No, le diré a mi padre, hoy no tiene jornada nocturna.
Encuentro la bolsa de maquillaje en la caja de la ropa de verano. No tengo mucho en esta bolsa, solamente lápiz de ojos, rimen, brillo y un poco de base para tapar los granos que no deben de estar.
—¿Te ayudo?—pregunta tumbándose y encendiendo la tele.
—No hace falta— niego.
Me acerco al espejo, y me miro una vez más en él. Soy una de esas personas que le gusta mirarse. Saber como van y saber si es lo suficientemente bueno para salir a la calle con ello. Casi siempre me echo lo básico para ir a la universidad, intento que mi maquillaje no sea muy llamativo o provocador, pero al menos que sea algo moderno. Mona siempre halaga mi pelo diciendo lo bien que lo cuido y como lo manejo como a mí se me antoje. Ella es la que a veces me pinta cuando hay alguna fiesta y la que me aconseja como combinar la ropa con el tono de mi piel, de mis ojos y como hacer que el maquillaje sea natural.
Es una entrevista de trabajo, por lo que quiero parecer más natural de lo que puedo estar.
—Me tengo que ir, dentro de dos horas empiezo la jornada— mira el reloj apoyado en la pared y apaga la tele—.Y no estoy ni preparada.
—Vale, luego te llamo para decirte como me ha ido— digo en alto, pues ya esta abriendo la puerta de la entrada.
—¡Vale!– contesta y minutos después se oye la puerta cerrarse.
(...)
La única vez que he estado tan nerviosa era cuando me gustaba un chico en el instituto. Intenté por todas mis fuerzas que me prestara atención y cuando se sentó a mi lado en una clase pensaba que tenía al menos una pizca de oportunidad para hablar con él. Sin embargo, solamente se sentó a mi lado porque quería los apuntes de lengua. En esos momentos la vergüenza dominó mi cuerpo y quería escapar de allí.
En esos momentos solamente era una adolescente enamorada perdidamente del chico guapo de la clase. Pero todos sabemos que pasa luego con ellos: son guapos en el instituto pero cuando crecen son difíciles de mirar.
Pues en mi primera entrevista me siento igual. Nerviosa y angustiada por tantas cosas en mi cabeza. He repasado todo lo que voy a decir delante del espejo, memorizando cada palabra. Me siento como el primer día de colegio, cuando te tienen que presentar delante de toda la clase y decir cualquier estupidez tuya que sabes que no le va a importar a nadie.
Suspiro y camino con paso firme a abrir la puerta de la cafetería. Sé que no debo ponerme nerviosa, que es una simple entrevista de trabajo. Que seguramente no soy la única que ha venido a por el trabajo. La cafetería por dentro esta vacía con todos los muebles con el plástico de embalaje puesto y dos personas de pie hablando. No sé si interrumpir su conversación o esperar a que terminen.
—Sabes que no van a estar contentos con esto, Dave— señala la persona que esta espaldas a mí—. Seguramente vendrán a por ti.
—Saben que lo he hecho por pagar mi deuda, no porque yo quisiera— el rubio con ojos negros le mira con rabia—.Sabes bien mi situación y no voy a deja-...— me mira y se calla por unos minutos— ¿Tú quien eres?
El chico que esta dándome la espalda se gira rápidamente con la mano preparada en la cintura. Se relaja en el momento en el que me ve y se cruza de brazos sonriendo burlón. Puedo notar cicatrices en la parte baja de detrás de su oído.
—Al parecer tienes visita, Dave— ríe a carcajada limpia.
—Cállate—sisea—¿Quién eres?
—Armine— susurro intimidada, los dos hombres me miran fijamente.
—¿Qué más?— dice el que tiene la sonrisa burlona, ahora con el ceño fruncido.
—Leightman.
El tal Dave suspira y asiente, sin embargo el moreno se pone tenso y me mira de arriba abajo.
—Tranquilo hombre, no hay problema— le tranquiliza Dave con una sonrisa dirigida a mí—. Es la chica que Sam dijo que vendría a hacer una entrevista de trabajo.
—Si hay algún problema vuelvo más tarde— señalo la puerta de la calle y Dave niega con una sonrisa.
—No tranquila, puede pasar terminaremos rápido—señala una puerta y mira al castaño—.Espera aquí, luego puedes seguir recordándomelo todo.
Asiente y me mira serio. Dave me señala otra vez con la mano la puerta y dice que es su despacho. Camino por detrás de él bajo la mirada del moreno, me siento intimidada por su mirada. Puede que este pensando en algo, que trame algo en mi contra; sin embargo eso no me tranquiliza nada. Además no me gusta que me miren tanto, no me gusta ser el centro de atención de nadie.
—Pasa— abre la puerta dejándome entrar primero—. Puedes sentarte.
Me siento delante de un escritorio. Siento como vuelve el temblor en mis piernas. Se sienta delante de mí y espero a que él diga algo.
—Bien— asiento— ¿Traes el curriculum?
—Sí, aquí lo tengo.
Saco de la mochila que traigo conmigo la carpeta del paciente y de ella el curriculum. Lo había juntado todo con la prisa que llevaba encima. No me dio tiempo a coger otra carpeta y llegué a la conclusión de que juntándolo todo acaba antes. Dave mira con el ceño fruncido la carpeta y luego me mira a mí.
Le entrego el curriculum con el pulso nervioso. Lo coge y pasa sus ojos por todo el papel.
—¿No tienes experiencia?— pregunta.
—Es la primera vez que me hacen una entrevista— asiente y vuelve a mirar la hoja.
—Veo que estas en la universidad— señala con el dedo en la hoja— ¿Podrás repartir tu tiempo?
—Sí, por supuesto— doy respuestas cortas. No quiero fastidiarlo tan rápido.
—Si te contrato, el contrato será de prueba— dice—. Lo que quiero decir es que el contrato será de tres meses, si me gusta como trabajas te contrataré de verdad ¿Me explico?
—Sí— asiente.
Él va a preguntar algo más, pero la puerta se abre dejando ver al castaño de antes. Guardo la carpeta en la mochila y me concentro en lo que va a decir.
—¿Te queda mucho?—le pregunta— Tengo que irme, van ha arreglar a Amy y quiero estar allí lo antes posible.
—¿No puedes esperarte?
—No—niega con la cabeza.
Dave me mira.
—Lo siento Armine, mañana te llamaré para concertar otra entrevista— asiento y me levanto.
—No pasa nada— sonrío educadamente y me despido de los dos con un asentimiento.
Choco mi hombro con el del castaño, enfadada porque haya interrumpido. Parece que no tiene modales y que solamente quiere fastidiar, o que todo gire entorno a él. Me mira ceñudo cuando paso por su lado. Sonrío de lado. Ando a paso rápido por cafetería y llego a la puerta cerrando la mochila.
Salgo a la calle chocando con un viento fresco. Aliviada. Me siento aliviada por salir de ahí. Aunque solamente estuve unos minutos ahí metida. Saco el móvil del bolsillo y busco la dirección a la que debo ir. Mi mirada anda por toda la calle buscando alguna parada de autobús o de taxis. Ninguna de las dos cosas hay allí. Ando un poco preguntando a la gente, he intentado saber donde hay una parada de algún taxi o autobús. He venido en taxi, sin embargo ahora no sé como volver.
—¡Oye!— grita alguien a mis espaldas.
Me doy la vuelta encontrándome a Dave corriendo hacía mí. Se para a cinco pasos de distancia y con la cara roja y la voz entrecortada murmura tomando una profunda respiración :
—Estas contratada— murmura
—¿Perdona?—digo confusa.
—He dicho, que estas contratada— me mira a los ojos y asiento guardando mis emociones.
Miro detrás de él. Está en la puerta de la cafetería y me doy cuenta que no he andado tanto como pensaba. Sin embargo, eso no es lo que me come la cabeza en estos momentos A unos pasos más alejados de nosotros (en la puerta de la cafetería), se encuentra el castaño, con los brazos cruzados y mirando serio la situación. Me mira a los ojos y siento como un escalofrío me recorre la espalda.
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¡Perdón por no subir ayer!
A ver, es que tenía un examen y oye es más importante.
¡HE SACADO UN 10! (hace tanto tiempo que no veo uno)
Espero que os guste este capítulo, no lo he corregido ni nada.
Pregunta:
¿Sabéis quién es el desconocido?
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Marina.x