Una Corte De Sombras Y Sangre...

By TheGirlUnderTheLines

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El destino a veces es caprichoso, y con ellos no iba a hacer de menos. Viejas leyendas cobraran vida, peligro... More

P R Ó L O G O
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° V Y N E E A °


         —Vyneea —No podía detenerme.

        Los dedos de Cassian me recorrieron de arriba a abajo, recorriendo cada centímetro de mi como si estuviera estudiándome.

         Las sábanas de la cama hacían un contraste frío contra mi por la húmedad de la camisa empapada que se pegaba a mi piel. Mis manos no podían parar de tratar de aferrarse aún más a él, escalando por los pliegues mojados de su propia ropa y buscando un rincón donde colarse para poder sentir la dureza y calidez de su cuerpo.

        —Dioses —Gimió él contra mis labios mientras uno de sus dedos jugaba tentadoramente contra mi entrada —Jodidos malditos dioses.

         Iba a deshacerme entre sus brazos. Cada movimiento de sus labios contra los míos, contra la piel de mi cuello. Cada caricia de sus dedos sobre mi humedad era como fuego sobre yesca. Ahogué un grito ronco cuando sus labios descendieron hasta mis clavículas y se detuvieron en un punto sensible.

         —Aún puedo detenerme —Volvió a advertir deteniéndose. No levantó la mirada, se mantuvo escondido contra mi cuello dejándome sentir la caricia de sus dedos en mis pliegues y su aliento tras mi oreja —Aún puedes pedirme que pare.

         —No quiero parar, Cassian —Murmuré con el aliento entrecortado mientras giraba mi rostro para obligarle a mirarme los ojos —Quiero esto. Te quiero a ti, ahora.

         Había un brillo nervioso en su mirada. Una duda que lo carcomía y atemorizaba.

         —No sé si podré controlarme... —Su voz temblaba —No quiero hacerte daño...
Su gesto, casi infantil en ese momento, descongeló algo más en mi interior. Y como si todo esto no fuera una experiencia nueva para mi, como si él no fuera el primer macho que me tocaba de aquella manera y me hacía temblar hasta los huesos, deslicé mi mano entre nuestros cuerpos hasta rozar la dureza que abultaba sobre su pantalón.

          —Nunca lo harías —Sonreí ampliamente sintiendo como ante el más mínimo tacto de mi mano a su alrededor él había comenzado a temblar —Lo prometiste y confío en tí.

          —Vyneea...—Dice mi nombre como una última advertencia pero no le dejó continuar y me levantó ligeramente para volver a alcanzar sus labios.

         No queda ni un solo muro de pie. Todo ha caído hecho añicos y no pienso dejar que este momento se escape de mis manos, incluso si eso supone arrepentirme al amanecer.

          Vuelvo a separarnos y al abrir los ojos y ver el fuego devorar su mirada sé que he ganado.

           —Este cuerpo —Su mano abandona mis pantalones y ambas se detienen en mi cadera, rodeándola casi por completo con su figura —Apenas he podido dejar de mirarte desde que has regresado. Solo quiero tocarte, incluso cuando duermo no dejo de pensar en esto.

           Mis pulmones liberan todo su aire cuando sus manos escalan hasta mis pechos y este los toma en sus palmas, tomándolos por completo y apretando ligeramente haciéndome sentir que la tela que los cubre no es más que un estorbo.

          Y sé que esta clase de necesidad no es natural. Que lo que nos mueve no es otra cosa que ese instinto primigenio que provoca el lazo que vibra y canta en nuestro interior, que de no existir ese lazo quizás esto no sería tan...intenso pero, si ambos lo permitimos, si ambos seguimos el impulso, no hay nada de lo que arrepentirse.

           Es peor reprimirlo.

           Los labios de Cassian vuelven a mí y su lengua vuelve a recorrerme por completo.

          Sabe a menta y Cassian, como si él mismo fuera una esencia que mi cuerpo pudiera describir.

           —He soñado con esto —Murmura mientras su pulgar comenzaba a acariciar la punta álgida de uno de mis pechos que se alza a través de la tela mojada.

            —Cassian —Mi mano se colocó sobre la suya y arañó su dorso, deseando más, rogando por más —Tocame...tócame como antes.

            Sus labios se alzan en una sonrisa contra los míos y una carcajada casi gutural se escapó de su garganta.

            —No hace falta correr, cielo —Aquel nuevo mote me lanza una lluvia de cosquillas hasta el manojo de nervios entre mis piernas —Voy a tomarme todo el tiempo del mundo en descubrir cada parte de ti.

           Sentí la vergüenza apoderarse de mis mejillas pero él no me permitió siquiera asimilar sus palabras antes de que sus dedos tomaran el borde de mi camisa y tiraran de ella para sacarla de mi cuerpo, continuando rápidamente con la suya dejándonos en igualdad de condiciones.

            Mis ojos recorrieron la extensión de su abdomen y admiraron como su pecho subía y bajaba rápidamente debido a la velocidad de su respiración. No había un solo rincón de su piel que no pareciera esculpida por un artista, desde la V que se escondía en el borde de sus pantalones hasta las fibras de sus músculos visibles en los anchos hombros.

           Mis dedos escalaron hasta quedar junto a una gran cicatriz que surcaba la mayoría de su costado derecho. Era más clara que las demás, más reciente.

            —¿Cuándo ocurrió? —Pregunté en un murmuró.

           Él agachó ligeramente la mirada y observó el trayecto que mis dedos estaban surcando en mi piel.

            —Hace un par de años, en la guerra contra Hiberno —Cassian cerró los ojos y tragó saliva cuando mi mano siguió el trayecto de la cicatriz casi hasta la altura de su ombligo —En Adrianta, Verano....

             Mis ojos volvieron a encontrar los suyos.

             Había estado apunto de morir. No solo una vez, pude que cientos, incluso miles. Había estado apunto de perder a mi compañero sin siquiera haberlo conocido.

             Una sensación pesada y agonizante retorció mis entrañas y la vista en mis ojos comenzó a volverse borrosa.

             —Casi mueres —Un esbozo de sonrisa llenó el gesto del macho sobre mi.

          Su mano acunó mi mejilla y su pulgar recogió la solitaria lágrima que descendía por ella.

           —Hubiera vuelto de entre los muertos si hubiera sabido antes que tú volverías —Sorbí mi nariz y sonreí —Hubiera hecho un trato con el mismo dios de la muerte si es que este llegará a existir. Hubiera vuelto por ti.

            —Y yo he vuelto por tí —Los ojos de Cassian se agrandan con sorpresa y su rostro se vuelve una clara descripción de la sorpresa que siente cuando mi voz suena dentro de su cabeza —Sé que en el fondo, tú has sido el ancla que me ha permitido regresar.

           —¿Cómo...?—Pregunta con una amplia sonrisa.

           —Cosas de familia supongo —Me limito a contestar.

           Él amplía el gesto en sus labios y luego vuelve a lanzarse sobre mí, atrapando mi rostro entre sus manos y con sus labios. Sonrió contra sus dientes y una carcajada me abandona cuando puedo aún percibir sus pensamientos sobre lo genial que resulta que pueda hablar directamente en su cabeza.

           Cuando las manos de Cassian vuelven a hacer su recorrido hasta mis pechos y sus dedos juegan con mis pezones no puedo evitar soltar un grito ahogado que él calla con su beso.

             —Deberías verte —Gruñe contra mis labios —Eres preciosa, cielo. Jodidamente perfecta.

             Y lo hago. Quizás por curiosidad, o porque en este momento no soy completamente consciente de mis acciones pero me veo. A través de sus ojos. Mi cabello el cual aún tiene restos de tinte rojizo extendido por las sábanas sin control, mi rostro pálido y ha tomado un notable color rojizo y mi cuerpo resalta contra el color de las sábanas.

            —No tienes ni idea de las veces que he soñado con poder hacer esto —Muerdo mi labio inferior cuando Cassian, con sus ojos clavados en mi, rodea uno de mis pechos con su mano y deja que su lengua juegue con mi pezón.

              Me retuerzo de placer y no puedo evitar mantener mis ojos sobre los suyos.

              El hambre voraz en ellos.

              Sus dedos vuelven a trazar un camino ondulante y tortuoso hasta el elástico de mis pantalones con los que juega peligrosamente hasta que decide que estos no son necesarios y los desliza habilidosamente por mis piernas sin dejar de triturar mis pechos.

              La única prenda que queda en mi cuerpo es la fina capa de ropa interior, la cual no tardó tampoco mucho en desaparecer por completo.

             No sé exactamente qué hacer, que tocar o cómo reaccionar cuando Cassan vuelve a atacar mis labios y su mano vuelve a hundirse en la humedad entre mis piernas dejando caricias lentas sobre el manojo de nervios en mi centro.

             —Eres tan suave —Me besa con más necesidad y sus dedos me recorren de arriba a abajo por completo.

            Mi cabeza da vueltas en una tormenta que aún se siente demasiado pequeña. Las cosquillas que recorren mi abdomen se acumulan y comienzan a sentirse como una jauría de lobos al acecho, como si algo quisiera estallar dentro de mi.

            Mis caderas se alzan en busca de un contacto más intenso, de algo más. Mis manos recorren su espalda y estoy segura de que mis uñas estarán marcadas en su piel en la mañana.

           —¿Sabrás tan dulce como te ves? —El calor es insoportable.

          Soy una hoguera, soy el fuego más puro y vivo que hay, y lo único que puedo hacer es gemir mientras un par de dedos hacen cada vez más caricias sobre mi centro y otro de ellos se hunde en mi interior.

           —Cassian —Grito de manera entrecortada ante la sensación.

           —No tienes ni idea de lo mucho que me estoy controlando, cielo —Mis músculos se tensan cuando lentamente otro de sus dedos se hunde en mi interior. Mi cuerpo lo toma por completo y se tensa a su alrededor —No tienes jodida idea.

           Su voz suena más ronca que nunca.

           Mis manos se hunden en las ebrias de su cabello y tiran de ellas con fuerza obligándolo a levantar el rostro y besarme con más intensidad.

           Si esto es lo que puedo conservar por el resto de mi vida, a él, estas caricias, estas sensaciones, estoy dispuesta a arriesgar hasta la última gota de sangre de mi cuerpo.

          No me importan las consecuencias, ni ahora ni después.

           —Ojalá pudieras verte. Eres exquisita, Vyneea —Un escalofrío me recorre la espalda por completo cuando su voz es la que resuena en mi mente esta vez.

           No había cesado la unión, no había. Cerrado el canal entre nosotros y la sensación del sonido de su voz vibrando en mi interior envió un centenar de descargas por todo mi cuerpo.

            —Cassian —Suspiro mientras me pierdo por completo con el placer de sentir sus dedos entrar y salir de mi lentamente.

            Me dejó caer en el pozo de las sensaciones que me envuelven y cuando su pulgar vuelve a posarse sobre mi centro estalló en mil pedazos.

            Mis labios se abren y dejan escapar un silencioso gemido que él recibe rápidamente contra sus labios. Puedo sentir su sonrisa y orgullo mientras intensifica los movimientos de su mano. Mi mente queda en blanco y mi cuerpo tiembla sin control liberando una tensión desconocida.

           La ola de placer me traga por completo y me hace perder los restos de cordura que aún pudiera conservar.

          Quiero más, necesito más de él. Más que sus dedos.

          Cassian sonríe y saca lentamente sus dedos de mi interior. No soy más que un amasijo de jadeos y temblores, de deseo y necesidad. Mi mano se estira y tira de la tela de sus pantalones con un pulso tembloroso.

          Quiero que se deshaga de ellos. Necesito sentirlo por completo, necesito que su calor reemplace a las llamas que no dejan de consumirme segundo a segundo.

           Cassian no me hace de esperar y responde a mis plegarias deshaciéndose de las últimas prendas de su cuerpo. Mis ojos recorrieron de nuevo la extensión de su cuerpo. La cicatriz en su pectoral izquierdo, en su costado derecho, sus músculos tensó y marcados casi como si hubieran sido cincelados, y más abajo.

            El aliento quedó atrapado en mi garganta.

            Nunca había visto a un macho desnudo como tal pero, conocía la anatomía de estos y, sin embargo, Cassian excedía todos los límites de lo que ella conocía.

           Desde la anchura de sus hombros, la dureza de su abdomen y hasta eso...

           Era enorme.

           Sentí la humedad empaparme y la vergüenza y nervios escalar por mi rostro de nuevo.

          ¿Cómo se suponía que algo como aquello pudiera entrar en ella?

          Un ronroneo profundo vibró en mi interior cuando Cassian volvió a inclinarse sobre mí, pegando su pecho al mío y tomando mi rostro entre sus manos. Me beso con ternura, un beso lento y profundo que volvió a hacerme dejar a un lado la vergüenza.

           Estaba temblando, era incapaz de dejar mis manos quietas en un solo lugar. Mis dedos habían recorrido su espalda un millón de veces y aún así no podían parar.

           Su mano volvió a ahuecar mi sexo una vez más, empapándose con mi humedad y acariciando el punto aún sensible de mi centro.

           Cassian jadeaba cuando se alzó de nuevo para dejar que sus ojos conectaran con los míos.

           No podía moverme, no podía hacer otra cosa que bañarme en el reflejo de sus ojos ardientes.

           Entonces Cassian deslizó la mano que estaba sobre mi a si mismo y tomó su pene entre sus dedos. Mi mirada descendió hasta el lugar y observé con la boca abierta como se conducía hasta mi. Cerré los ojos y dejé la cabeza caer hacia atrás cuando se acarició a sí mismo contra mi.

            El roce me hizo gemir. Él gruñó.

            La ancha punta de su miembro me recorrió de arriba a abajo, empapándose de mi y deteniéndose finalmente en mi hendidura.

            —Relájate —Susurró contra mi oreja en un ronroneó que envió escalofríos por toda mi espalda.

            Mis brazos rodearon su cuello y mis manos hundieron sus uñas en la piel de sus hombros.

             El primer empujón de Cassian fue lo suficientemente profundo como para lograr sacar un jadeo de mi garganta. Mi cuerpo se levantó y mi rostro se escondió contra su cuello. Las lágrimas quemaron en la parte trasera de mis ojos cerrados.

             Era una sensación extraña. La tensión era dolorosa pero bajo ese manto inicial había algo confuso que no sabía describir.

            Se detuvo por completo. Sus manos rodearon mi cuerpo y me abrazaron contra él, sus dedos picoteando ligeramente mi costado en una súplica porque me soltara y él pudiera mirarme a la cara. Cassian tembló, aún manteniéndose en mi interior, cuando me negué a soltarlo.

           Quería que terminara, que entrara en mi por completo. Lo quería ya.

           —Vyn —Suspiró él pesadamente dejando caricias en mi espalda —Cielo, mírame...

           —Sigue —Supliqué en un lloriqueo —Te quiero dentro, necesito...

            —No quiero hacerte daño —Me cortó rápidamente mientras dejaba un beso en mi cuello —Quiero que me mires, necesito que me mires.

            Mis dedos se clavaron más profundo en su interior. No quería que viera el dolor en mis facciones, no quería que él se arrepintiera...

            —Vyneea...

            A pesar de la necesidad de negarse, mis brazos se aflojaron alrededor de su cuello lentamente. Los ojos de Cassian volvieron a arder frente a ella.

       La miraba con una intensidad tal que las llamas de su propio cuerpo no parecían más que trozos de hielo comparado con el fuego de él.

        Él volvió a empujar lentamente, se deslizó un par de centímetros más en mi interior.

         Mi respiración nerviosa se compenetró con la suya a medida que Cassian empujaba ligeramente su miembro un poco más allá, abriéndome con suavidad y cuidado.

          Me sostuvo la mirada en todo momento, una de sus manos acariciando mi rostro y borrando las lágrimas rebeldes que se desbordaban de mis ojos.

           Entró por completo y no pude evitar sentirme extasiada por la sensación de su plenitud en mi interior.

         Ninguno se movió, ni siquiera respirábamos. No dijimos nada, simplemente permanecimos hundidos el uno en la mirada del otro.

          Mi compañero. Mío.

          Largos segundos después él volvió a deslizarse, esta vez hacia el exterior, casi con la misma lentitud y cuidado con el que había entrado. Y cuando volvió a empujar hacia el interior enterrándose hasta la empuñadura en mi interior no pude evitar sollozar.

          Cassian se agachó y recibió el llanto con un beso.

          Apenas podía respirar. La sensación era tan confusa, tan intrusiva como placentera, que no podía siquiera tratar de comprenderla.

          Mis brazos volvieron a aferrarse a su cuello y esta vez mis manos volvieron a enredarse con las hebras oscuras de su cabello mientras las suyas escalaban hasta los mechones plateados del mío.

           —Te amo —Murmuró contra mis labios —Mi compañera, mia.

          Cassian me abrazó con fuerza contra él y dejó su peso caer ligeramente sobre mí, llenándome por completo de todo él.

           Incluso así, la necesidad de más aún estaba presente.

           Cassian levantó ligeramente las caderas comenzando un movimiento lento que entraba y salía de ella mientras sus manos dejaban caricias sobre su espalda y cabello. Gemí ante la sensación de ardor dolorosa, era casi extasiaste.

            Él marcó el ritmo, en movimientos cuidadosos pero profundos que me hacían estremecer cada vez que alcanzaba su fin. No podía evitar sentir como mis paredes lo atrapaban cada vez que entraba por completo, esto haciendo que gruñidos y gemidos escaparan de su garganta y me bañaran en una sensación de gozo estremecedora.

            Agaché la mirada ligeramente hasta el punto donde su pene se hundía en mi interior, sintiendo cómo poco a poco la sensación que me había recorrido un par de minutos atrás volvía acumularse en mi estómago.

             —Jodidos dioses.

             Algo más se despertó en mí al verlo así de desarmado. Algo que reconozco por primera vez en semanas como mi magia me recorre la piel con una exigencia nerviosa y frenética.

             Mi cuerpo volvió a tensarse a su alrededor y la frente de él se llenó de líneas tensas mientras su cuerpo se alzaba ligeramente hasta quedar sus sus rodillas. Sus manos tomaron mi cadera y la boca se me hizo agua al notar como bajo las suaves luces fae su cuerpo parecía brillar por la fina capa de sudor que le recorría el cuerpo.

             —Joder —Volvió a maldecir mientras aumentaba ligeramente el ritmo de sus embestidas.

             Pero de alguna manera aquello seguía sin sentirse lo suficiente. Lo necesitaba más profundo, más rápido.

              El nudo de placer escala con rapidez y ya no puedo silenciar mis propios gemidos mientras Cassian me penetra una y otra vez. Mientras su propio cuerpo parece perderse por completo en el placer y su cuerpo se vuelve a dejar caer contra el mío. Mientras sus labios vuelven a devorarme con necesidad y sus manos escalan hasta mis pechos que se sienten pesados y adoloridos.

           Abrí los ojos de nuevo y no puedo evitar perderme en él. En lo hermoso que se ve con el pelo revuelto y el gesto lleno de placer.

            El dolor poco a poco desaparece y cuando su mano baja de nuevo hasta mi punto central casi puedo decir que me olvido por completo de este. Sus dedos trazan caricias rápidas e intensas que me hacen retorcerme y moverme en necesidad de más fricción.

           Cassian me tiene en el mismo límite que esta él y no sé cuánto más vamos a poder aguantar.

            —Más —Suspiró con la voz entrecortada —Necesito...más.

            Su contención, el poco autocontrol que le quedaba se hace añicos.

           Cassian vuelve a erigirse sobre sus rodillas y sus manos vuelven a mis caderas arrastrando y tomando mi cuerpo para llegar más profundo con cada una de sus embestidas. 

            Su respiración acelerada hace que su pecho suba y baje con tanta rapidez que ni siquiera creo que sea posible. Él deja escapar un sonido sordo de necesidad.

            Mi clímax explotó con tanta fuerza que no pude evitar gritar, una sensación de electricidad me recorrió de pies a cabeza y me hizo temblar, mis manos hundiéndose en las sábanas que se arrugaron a mi alrededor, mi cuerpo tensándose alrededor del suyo.

            Cassian rugió y el sonido reverberó tanto que incluso debía de poder escucharse fuera de la cabaña. Su cuerpo se volvió una roca y aumentó su velocidad apuntes de explotar por completo derramándose en mi interior.

             Temblando solo podía temblar y temblar.

           Cassian se dejó caer contra mi, aún en mi interior, y me besó con la misma ternura de unos minutos cuando había entrado por primera vez en mi interior. Se sentía tan bien, tan malditamente bien.

             Los brazos de este me rodearon con fuerza.

              —Te amo—Volvió a susurrar contra mi oreja.

             Apenas podía respirar por su peso pero no me importaba. Se había sentido tan bien, que nada podía compararse con ello.

            Cassian susurró mientras se incorporaba lentamente.

            —¿Te he hecho daño? — Sus manos ahuecaron mi rostro con suavidad, y luego sus ojos escanearon mi cuerpo, quedándome curiosamente atrapados unos cuantos segundos en mi pecho y en las marcas rojas que sus besos habían provocado.

             Apenas pude percibir el calor en mis mejillas por culpa del ardor que me bañaba por completo.

              —No —Suspiré aún  tratando de controlar mi respiración —No me has hecho daño.

             Cassian sonrió y agachó la mirada al punto donde aún estábamos hundidos.

              —He hecho un desastre de ti —Había cierto orgullo y satisfacción en su sonrisa mientras se deslizaba lentamente fuera de mi.

             La sensación de su semilla deslizándose consigo hacia el exterior envió un beso frío a mi sexo.

             No me moví. No podía moverme, no quería hacerlo.

             El cuerpo de Cassian viajó hasta quedar sentado a un lado de la cama, sus pies tocando su suelo, su mano se estira y aparta los mechones de pelo de mi rostro.

              La expresión en su rostro es tan hermosa y dulce que el corazón me da un vuelco.

               Lo amo. Lo amo tan malditamente fuerte y desesperadamente que me siento estúpida por haber tratado de ocultarlo.

               —No debería de gustarme tanto verte así —No ha dejado de sonreír —Tan cansada y  llena de mi.

              Traté de moverme pero no pudo hacerlo, un dolor punzante me hizo volver a quedarme tendida en la cama.

              El gesto de él cambia y la sonrisa se difumina ligeramente.

              —Estoy bien —Acoto rápidamente, luego deslizo la mirada a causa de la vergüenza hacia la pared —Es lo que es incómodo.

              Cassian se levanta, aún totalmente desnudo y va hacia el baño, del cual sale segundos más tarde con un paño húmedo.

               —Déjame limpiarte.

               Dejó que lo haga, aunque la vergüenza no me permita agachar la mirada para ver cómo lo hace. Cuando termina vuelve al baño y se deshace del paño. Al regresar se vuelve a tumbar en la cama junto a mi y las luces fae se apagan dejándonos a oscuras.

           Y vuelve a besarme, con suavidad y lentitud, con un cariño que me hace estremecer y rápidamente el deseo de más vuelve a despertarse.

            —Duerme —Susurra mientras me toma entre sus brazos deja un beso en mi frente —Estaré aquí cuando despiertes.

           Y aunque no lo deseo, aunque lo único que quiero hacer ahora es volver a aferrarme a él y dejar que me él me llene por completo de nuevo, mis ojos se cierran rápidamente.

            Lo último que puedo percibir es su cuerpo acunando el mío con delicadeza, con amor.










×               ×               ×




🌶🌶🌶

¡ESTOY MUY ORGULLOSA DE MI SPICY!

No se me da muy bien estas cosas y cuando tengo que escribirlas me tengo que poner 100% a ello porque si no, da mucho crimen.

Pero esta vez la verdad, siento que hasurgido bastante bien y fluidamente .
Vyn y Cass son algo que surge naturalmente para mi,  más allá de su lazo de compañeros hay algo más que aún no sabéis (aunque no queda mucho para que lo descubraís 🫣)

El siguiente capítulo terminaremos de ver que tiene planeado Eris, y para que mentir, habrá un reencuentro 🫢

Entre otras cosas 7w7
Como ya quizás sabéis algunxs, en verano del año pasado publiqué en formato digital mi primer libro, Llamas.
Pues bueno, puede que afinal de año, publique mi primer libro en físico.

Estoy trabajando en el borrador para que esto se haga realidad y quizás esto provoque algún que otro retraso en la publicación de ACOSAB, aunque intentaré que esto no sea así.
Pero prefiero dejar un aviso 🫡

Sin más, espero que os haya gustado 💕

Bye~

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