P.O.V. Angie.
Después de llegar con Leona y los chicos a la vecindad, me dirige al departamento de David para darme un baño y cambiarme.
Una vez lista, iba a volver al departamento de Leona, pero me topé con David quien estaba sentado en el mueble con la mirada baja.
—¿David, estás bien?—el levantó la mirada—.
—Si, si Angie, gracias por preocuparte—me dio una sonrisa—¿tú cómo estás?
—Mucho mejor—sonreí—la visita de mis padres me dejó muy feliz, si fue algo difícil verlos después de mucho pero me alegró que vinieran.
—Fue lo mejor que pudiste hacer, tenías que hablar con ellos, estaba claro que lo necesitabas.
—Si—el asintió—¿seguro que estás bien? Te veo medio triste.
—Estoy bien tranquila, no quiero abrumarte con mis cosas.
—Para nada, David—me senté a su lado—cuando he estado mal, tú has estado ahí para mi, es mi turno—él volvió a bajar su mirada—es por Leona ¿verdad?
Él tardó unos segundos, pero finalmente asintió.
—La amabas mucho ¿no?
—Más que a nada... pero las cosas no se dieron, lastimosamente—me daba tristeza verlo así, suspiré y tomé su mano—.
—Quizás no están destinados a estar juntos, tal vez la vida te tiene reservada a alguna mujer hermosa que te ame con la misma intensidad que tú lo haces—él apretó mi mano y me miró—.
—Eres una niña increíble, Angie—le sonreí levemente—tu familia tiene suerte de tenerte.
—Pues ahora tú y tu familia también me tienen, les he tomado mucho cariño y estaré para ustedes cuando lo necesiten.
Sin evitarlo lo abracé, él me correspondió al instante y dio un beso en mi cabeza.
P.O.V. Lili.
Teo y yo estábamos preparando una parte de la comida que Leona nos había pedido, estaba por tomar el aceite pero Teo lo hizo primero así que ambos terminamos con las manos juntas.
—Ah... ¿lo echas tú o lo echo yo? Acuérdate que Leona nos dijo que le echáramos poquito—dije mirándolo, pero él tenía la mirada nuestras manos—.
—Eh si... dale tú, si, perdón—dijo él sacando su mano—.
—Ok—dije tomando este y echando un poquito en el bold—tú y yo tenemos una plática pendiente, eh, no creas que se me olvidó.
—Ah si, no pero a mi si, digo se me olvidó lo que te iba a decir pero seguramente no era importante—hice una mueca—.
—Teo, no quiero que me sigas ocultando lo que sientes—coloqué mi mano en su hombro—tú me importas mucho, y veo como sufres por el bullying que te hacen en la escuela, y eso a mi me duele—el no dijo nada, solo bajó la mirada—tú tienes un valor muy alto y nadie puede hacerte sentir menos.
—Gracias, bueno por lo qué hiciste en la escuela me ayudó un montón—dijo él—y siempre pienso como defenderme pero... pues no sé cómo que me quedo trabado o no se que decir o...—sonreí algo divertida por cómo estaba, lo abracé fuerte y antes de separarme le di un beso en la mejilla—.
—Pues yo te quiero así como tú eres, y te quiero mucho, igual y eso te sirve en algo—el asintió y sonrió—bueno, hay que probar.
—Si.
P.O.V. Ana Julia.
Con Jimmy entramos a la vecindad, él me había acompañado a comprar unas cosas junto a Leona, pero ella tuvo que volver rápido así que Jimmy me ayudaba a traer las bolsas.
—¿Y todo esto es para ti rubiecita? O ¿vas a dar regalos?—reí—.
—Son para mi, son cremas, shampoo y eso.
—Pues te trajiste media tienda—dijo divertido, negué riendo—.
—Tenía ahorros, y todo estaba barato así que me alcanzó perfectamente.
—No bueno, con todos tus "ahorros"—reí—yo me hubiera podido ir a Miami si quisiera.
—Que exagerado eres.
—Lo sé—ambos reímos y entramos al departamento—.
—Chicos, que bueno que llegan—habló Itzel—ya Leona iba a llamar a la policía—Jimmy y yo reímos—.
—Solo nos quedamos conversando ¿verdad?—el asintió—.
—Pues bueno, hay que cocinar ¿no?—habló Leona apareciendo—.
—Si, me parece Perfecto—sonreí—¿te quedas?—le pregunté a Jimmy—.
—Claro—sonrió él—.
—Bien, yo iré por Angie—avisó mi hermana saliendo de la cocina junto a Teo—.
P.O.V. Liliana.
Salí del departamento de Leona, e iba a subir las escaleras para ir al de David pero una voz me interrumpió.
—Liliana ¿no?—me volteé para ver a él hermano mayor de los Valle—.
—Ah... si, si—sonreí levemente—y usted es Diego.
—Si, pero trátame de tu, no soy tan viejo—reí divertida—si tienes la edad de mis hermanos, te llevo doce años, si soy algo mayor pero no tanto.
—Está bien, está bien—asentí—entonces, Diego...—él sonrió—¿necesitabas algo?
—No, para nada, solo te vi y quería saludarte—asentí con una pequeña sonrisa—.
—Bueno, pues... fue un placer verte, pero debo irme, iré a ver a mi prima—hablé algo rápido, la verdad él me causaba cierto nervio e inseguridad—.
—Claro, no te quito más el tiempo, ve.
Sonreí levemente y me di vuelta para subir hacia el departamento de David.
P.O.V. Angie.
Después de que todos ayudáramos a Leona a cocinar, cenamos y después hicimos el show de marionetas que Cristóbal hizo para Consuelo y Leona. Ahora ya estaba por acostarme a dormir pero un mensaje en mi celular hizo que viera este.
Benja
¿Ya estás dormida?
No, no Benja ¿sucede algo?
Benja
No, solo quería darte las
buenas noches, pero no puedo ir
para allá porque estoy con mi
abuela.
Reí levemente.
Tranquilo, no hace falta.
Buenas noches.
Benja
Buenas noches, bonita,
te quiero, descansa.
Me incorporé rápidamente y solté un chillido bajo. No podía creer que me emocionara tanto por esas simples palabras.
Angie entró a la casa de Samuel Gutiérrez, su mejor amigo desde que había llegado a Francia, viaje al que solo habían asistido ella y su mamá.
—Angie, que bueno que viniste—sonrió Samuel haciéndole una seña para que pasara—creí que no eras mucho de fiestas.
—Y no lo soy, pero te prometí que te ayudaría ¿no?—sonrió ella—.
Ambos se metieron entre la multitud para así pasar el rato riendo y bailando.
(......)
Angie y Samuel estaban recostados en el sillón aliviados, por fin habían terminado de recorrer todo después de que la gente se fuera.
—Ni más doy una fiesta en mi casa—Angie rió ante lo dicho por su amigo—.
—Y yo ni más me comprometo para ayudar a alguien a ordenar.
El rió, ambos se miraron sonriendo. Para Angie fue la sorpresa cuando esté junto sus labios con los de ella. La chica se quedó estática sin saber si corresponder o no, pero todo empeoró cuando el chico empezó a subir su mano por el muslo de ella. Esta se levantó rápidamente.
—No, y-yo... debo irme—dijo ella intentando irse, pero este la jaló del brazo—.
—No, linda, divirtámonos un rato ¿no?
—No, no Samuel, no quiero...
Este la ignoró e hizo fuerza para arrastrarla al sofá, esta intentó empujarlo pero el chico era más fuerte. El logró recostarla en este y empezó a besarla a la fuerza, esta lo golpeaba como podía pero le era en vano, pues el chico parecía como si eso le divirtiera más.
—¡S-Suéltame!—lloró la chica forcejeando—.
—Vamos, linda, solo disfrútalo...
Esta negó desesperada, más cuando sintió como el chico empezaba a levantar su falda.
Desperté rápidamente algo exaltada por aquel recuerdo, como me hubiera gustado que solo fuera una pesadilla, pero lastimosamente era una imagen que había ocurrido y que jamás se iría de mi mente.
Si, con ayuda de psicólogos pude superar y no cerrarme a la idea de tratar con chicos. Pero eso no evitó que tuviera ese recuerdo, porque es algo que jamás se olvida.
Samuel no llegó a hacerme nada, para mi suerte sus padres llegaron y yo salí huyendo. Pero aún así logró tocarme de más, y ese recuerdo no me deja en paz, menos ahora que lo tengo tan cerca, y lo veo todos los días.
—Angie...—limpié mis lágrimas cuando oí la voz de David del otro lado de la puerta—¿estás bien, puedo pasar?
—Si, si, adelante—dije, él abrió la puerta y entró para sentarse delante de mi—disculpa si te levanté, fue una pesadilla.
—¿Estás segura?—asentí con una media sonrisa—.
—Ve a dormir, estaré bien—dije colocándo mi mano en su hombro—.
—Pues no creo que pueda dormir—dijo este—.
—¿Aún sigues triste?—le pregunté, el solo hizo una pequeña mueca—ay David, créeme que te entiendo, los dolores por amor son unos de los más dolorosos.
—Así es, Angie—murmuró él—más cuando sabes que no se puede hacer nada.
Asentí con una mueca.
—David... he estado pensando mucho, y con mis primas decidimos algo... ¿puedo contarte y así me dices lo que piensas?
—Claro que, estoy para escucharte, después de todo ninguno puede dormir ¿no?
—Pues si—ambos reímos—.
Bueno, ya saben que fue lo qué pasó con Angie y Samuel. Pero créanme que la historia no se va a quedar ahí.
Adiós 👋