Emilia
¡Christine y yo, ya somos novias!
Que bien se siente decir aquello.
Toda la semana estuve dando vueltas viendo las cosas que necesitaba para que todo saliera a la perfección.
Eso era algo que llevaba planeando con las chicas desde que calificamos a los cuartos de final, pero por mi accidente no pude ensayar con ellas, creí que ellas esperarían hasta que yo me mejorara, pero al parecer a ellas nada las detiene, y en verdad agradezco que hayan ensayado sin mí.
Era complicado pensar en cómo haría para aprender el baile sin estar coordinada con ellas, pero en la semana que me quitaron el yeso practicaba cuando no estaba con Christine, el siguiente paso era ensayar con ellas, así que en cada oportunidad ellas aprovechaban para que ensayáramos.
—Capi, iremos a casa de Janet a celebrar ¿vienes?
Habían pasado a la final, sabía que merecían celebrar y lo necesitaban, igual hace mucho no salgo con ellas.
—Claro, ya las alcanzo
Me aleje de ellas para ir a donde Christine estaba.
—Las chicas quieren ir a celebrar —comente llegando a su lado
—De acuerdo, diviértete —sonrió
—¿Quieres acompañarnos?
Ella siempre me incluía a sus planes —aunque fueran con su familia—, en verdad me encantaría tenerla en un plan con mis amigas.
—Ah, no creo que sea buena idea —fruncí mi ceño
— es tu equipo y no quiero que se sientan incomodas con mi presencia —solté una pequeña risa negando
—No creo que eso pase
—De verdad Emilia, ve y celebra con ellas —sentí un cálido beso en mi mejilla—, nosotras nos veremos mañana ¿de acuerdo?
—De acuerdo —deje un beso en su mejilla
No iba obligarla a venir, tal vez no se sentía en confianza y yo no podía hacer nada para remediar eso.
En el camino a casa de Janet, fui escuchando las quejas de mi mejor amiga sobre lo que las chicas hicieron mal.
Los padres de Janet habían montado una mesa en su jardín, habían hecho una parrillada para las chicas.
—Emilia, que bueno verte de pie
—Hola Tanía, también es bueno verte
Comimos, charlamos, nos reímos, hasta que Selene hablo de un tema que no habíamos tocado.
—¿Has estado practicando tu parte? —sentí las miradas de las chicas
—He visto la película un millón de veces y también lo he practicado —tome de mi cerveza—, creo que lo haré bien
—¿Y si practicamos? —mire a Janet— Tenemos que estar coordinadas —la vimos levantarse—. La apuesta de sol apenas esta, tenemos tiempo
Mire a las chicas, Melissa, Gabriela y Selene se .
—De acuerdo —comente levantándome igual
Selene hablo a Dennis y las otras, Tanía puso la canción e hice la entrada. Tardamos alrededor de dos horas, los pasos me salían, pero no podía coordinarme con ellas, dejamos de intentarlo hasta que nos salió.
—La semana que viene serán puros entrenamientos —asentí ante el comentario de Melissa—, podemos ensayar terminando los entrenamientos
—Eso sería matarnos —Eliza se quejo
—Es tu mejor amiga Eliza, mínimo esfuerzo podrías poner —Selene la regaño
—Si todas están de acuerdo, no veo porque no —todas asintieron
Desde el lunes, terminando cada entrenamiento ellas pusieron todo su esfuerzo por ayudarme con la propuesta para Christine. En verdad a veces dudaba que pudieran seguir haciéndome ese favor tan grande, porque terminábamos muy exhaustas de los entrenamientos, pero ellas tenían energía, para el miércoles decidí darles un descanso, diciendo que el jueves tendríamos el último ensayo —no fue fácil convencerlas—, pero agradezco porque entendieran, si no hubiera propuesto aquello, no sé qué habría pasado con Christine, tampoco quiero imaginarlo, ese tipejo ya estaba pagando por sus actos, como debió hacerlo hace mucho.
El día había llegado y las chicas estaban dudando más que yo, en ese momento no importaba el partido, importaba lo que pasaría después del partido, sé que a como yo, ellas igual estaban nerviosas, pues sentían que no habían ensayado lo suficiente, pero yo confiaba plenamente en ellas.
El juego se jugó mal —no demasiado—, pero si se veía que no estábamos dándolo todo, como les dije no nos importaba el juego, porque sabíamos que fácilmente nos podíamos mejorar en la siguiente ronda, nos importaba lo que pasarían después.
Cuando cayó el primer gol del equipo contrario sabíamos que debíamos hacer algo, miles de veces intente anotar, pero iba sola y no podía, hasta que después de varios intentos logramos empatar.
En cuanto vi a Christine y bromeamos acerca de una escena ridícula, mis nervios habían desaparecido, el detalle era por y para ella, para demostrarle lo mucho que me importa y cuanta atención le presto. Había practicado millones de veces la canción que me la termine aprendiendo de memoria y uno de mis miedos era que se me olvidara, pero al solo ver a Christine sabía que todo eso valía completamente la pena.
Cuando me acerqué a ella, temí un poco, porque creí que el acto fue tan malo que la hice llorar, pero, al sentir sus labios sobre los míos, el corazón quería salirse de mi pecho, Christine había aceptado ser mi novia.
¡Christine y yo somos novias!
—Quiero saber ¿en qué momento planeaste todo esto?
—¿Por qué? —pregunte riendo
—Si no mal recuerdo, tú tenías un yeso y no podías caminar —asentí— ¿Entonces como le hiciste para aprender la coreografía?
Estebamos en su habitación, venimos a dejar sus rosas, pero ya no quiso salir así que nos tumbamos a la cama para ver películas, pero estábamos más entretenida charlando.
—¿Recuerdas la vez que vimos Descendientes por primera vez en mi casa? —asintió
—Esa misma noche cené por primera vez con tu familia —asentí recordando
—Me dijiste que la escena del partido era tu favorita y, como a mí me gustan los deportes —hice un ademan— ¿Que mejor manera de hacer una pedía así de romántica? —rio negando— Quería recrear tu película favorita
—Lo hiciste, vaya que si —dejo un tierno beso en la comisura de mis labios—. Eres la mejor
—Tú me haces ser la mejor —sus preciosos ojos azules me escanearon, me incline a dejar un pequeño beso en sus labios—. Siento que la galleta que me diste, tenía algo —ella soltó una carcajada haciéndome reír
—Créeme, no tengo ese libro de hechizos
—Entonces en verdad estoy locamente enamorada de ti —sus mejillas se tornaron rojas, deje un mechón de cabello detrás de su oreja—. Me encantas tanto
—Tú también a mi —comento antes de besarme
Seguí contándole como hicimos todo, y como las chicas ayudaron ensayando sin mí, pasamos la tarde entre besos y caricias, hasta que me quedé dormida debido a la semana tan cansada que había tenido.
⚽️
Era lunes en la tarde, una semana más había comenzado y, eso significaba una semana más de entrenamiento pesado.
Nos dirigíamos a la cancha para empezar el entrenamiento.
—¿Ya vio esto capitana? —tome el periódico que Gabriela me paso
En la primera plana del periódico escolar estaba una foto mía y de Christine, del momento en el que le entregue las flores, con el encabezado La presidenta y la capitana, fuertes figuras de la escuela.
—También hay una foto en el reverso de la hoja
Hice caso a lo que Janet comento, en el reverso de la hoja había una foto de nosotras haciendo la coreografía.
—Eliza piensa que es una pésima foto
—No me vuelvan a mencionar eso —mascullo a mi lado
Mire bien la foto, Eliza no se miraba, la tomaron cuando se estaba agachando por el paso que haría.
—Si lo piensas bien, todas salimos igual —comento Melissa
—Muy bien señoritas —le di el periódico a las chicas cuando la entrenadora se acercó—, no quise preguntar qué fue lo que hicieron en la cancha el viernes, por el papel este que hicieron para la presidenta —miré a las chicas, todas tenían su mirada en mi tratando de reprimir su risa—, pero ahora que dejamos eso de lado ¡¿Qué clase de juego fue ese?!
Sabíamos las ganas que tenia de gritarnos.
—¿Acaso no entrenaron tanto? ¡Ustedes jugaron la semifinal! —suspiró— en verdad esperaba más de ustedes —me señalo—. La capitana llevaba un mes sin jugar, un mes sin entrar a la cancha, y logro empatar el juego
—Entrenadora —miramos a Melissa—, con todo respeto, pero hicimos todo lo que pudimos
—No Harrison, pudieron haber hecho más —su silbato sonó— ¡Treinta vueltas a la cancha!
Las chicas querían quejarse, pero sabían que no era una opción por el estado en que la entrenadora estaban.
—Matthews —me detuve al escucharla
Me di la vuelta acercándome a ella.
—Dígame, entrenadora
—Tengo que felicitarte —fruncí mi ceño—, lo hiciste muy bien el viernes —me dio unas pequeñas palmadas en la espalda—. Sabía que regresarías mejor que nunca
—Gracias entrenadora —mire a las chicas que estaban corriendo—, pero si quiere castigar a alguien es mejor que sea a mí —sentí su mirada encima—. Las chicas no jugaron bien, porque estaban nerviosas respecto al favor que me harían —la mire, su mirada estaba en la cancha—, ellas entrenaron muy duro, y terminando los entrenamientos, ensayábamos todos los días, terminaron exhaustas
—Bueno, tú no las obligaste ¿o sí? —negué
—No, no, nada de eso
—Bien, la responsabilidad es de toda —hizo sonar su silbato— ¡A la cancha y dame cuarenta! —asentí alejándome
Me lo merecía, vaya que sí, pero valía toda la pena del mundo.
Después de un par de horas, estaba cansada, la entrenadora me había puesto el doble de los entrenamientos de las chicas.
Eliza cayó al pasto.
—No puedo más —se quejo
—Animo Eliza, apenas es lunes —solté una pequeña risa ante el comentario de Dennis
—Gracias por ese comentario motivacional —comento Eliza
—Chicas —todas me miraron—, en verdad estoy en deuda con ese favor
—Emilia por favor, es la cuarta vez en el día que nos dices eso —reímos ante el comentario de Melissa—, sabemos que cuando puedas nos vas a pagar, no hay prisa
—Melissa tiene razón capi, no te angusties por eso
—De acuerdo
El ruido del silbato fue lo que nos hizo sobre saltar.
—Muy bien señorita, vayan a descansar, mañana será otro día
Nos levantamos para ir a las duchas, sentí el brazo de mi mejor amiga por mis hombros.
—Necesito una siesta después de esto
—Bueno, ya somos dos
Me detuve al ver la silueta de mi novia en la entrada del colegio, Eliza se alejó de mi para darnos espacio.
—Hola —sonreí
—Hola —deje un beso en su mejilla—. Creí que estabas en casa
—Voy llegando, quería verte —sonreí mientras caminábamos hacia las duchas
—También te extrañaba —hice un ademan—, solo tengo que darme una ducha y soy toda tuya —asintió sonriendo
—De acuerdo, puedo esperar
—Genial —dejé un beso en su mejilla— ¿quieres pasar? —reí al ver sus cejas elevarse ligeramente
—No me parece buena idea —reí negando, la tomé de la cintura
—Ya has estado aquí —comente mientras entrabamos
—Sí, pero la vez que estuve no había nadie
Las chicas dejaron de reír en cuanto nos vieron entrar.
—Chicas —todas se miraron entre sí
—Hola capi —Janet la miro—, presidenta
—Hola... —murmuro
Vi a una de las chicas saliendo de la ducha, me alejé de Christine para tomar mis cosas y entrar, si había una ducha libre.
Una vez que terminé de asearme y colocarme una ropa limpia, salí al vestidor, las chicas se estaban riendo junto con Christine.
—Pero lo testaruda que la capitana es —fruncí mi ceño ante ese comentario
—¿Ya están hablando mal de mí? —las chicas rieron
—No me están diciendo mentiras —la mire ofendida
—Bueno, mejor nos vamos antes de que terminen de acabarme —todas rieron
Tome mis cosas despidiéndome de Eliza y las chicas, Christine salió después de despedirse de ellas.
—¿Iremos a algún lugar?
—¿Tienes energía para salir?
Verdaderamente estaba agotada, pero para ella siempre tenía energía.
—No tengo muchas ganas de salir, podemos ver películas y ordenas un par de hamburguesas si te parece bien —abrí la puerta del copiloto para que entrara a mi auto
—Creí que querías salir —comenté encendiendo mi auto
—Quería verte, el plan es lo de menos —reí asintiendo
—De acuerdo
Hicimos una parada en el envoltorio de la hamburguesa, hicimos la orden y decidimos ir a mi casa para ver películas.
—Sabes que tenemos que decirles a nuestras familias ¿cierto? —comento una vez que estábamos en mi cuarto escogiendo la película
—Lo sé, si quieres cenamos con mis padres y le decimos ahora —negó riendo
—Conociendo a mis padres se enojarán si porque no les decimos a ellos primero —reí asintiendo
—De acuerdo, entonces ¿Que propones?
—Primero decirle a mi hermana, porque si se entera después —ambas reímos
—Sí, dijimos que sería la primera en enterarse
—No quiero ni imaginar que dirá cuando sepa que toda la escuela sabe —volvimos a reír
—De acuerdo —di pley a la película—, cuando tu hermana sepa me dices —asintió
Pasamos la tarde en mi habitación viendo películas y charlando, hablamos igual de que lo nuestro era rumor, ambas no se nos hacía extraño que salimos en el encabezado del periódico escolar, las chicas igual le habían enseñado el periódico a ella, la escuela no hablaba del fracaso que el equipo había tenido en el juego, hablaban de la gran pedida que le hice a Christine, y eso era bueno, ya que en los últimos días ella había sido el centro de atención por lo que paso, pero me alegro que desviáramos la atención.
Denle para el siguiente:) >>>>
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Alex ⚽️