Debilidad -Jujutsu Kaisen

By AngelsinAlas187

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Gojo Satoru, el hechicero más poderoso de la época actual. Ryomen Sukuna, anteriormente un hechicero poderos... More

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°Especial Cumpleaños Satoru°
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Las risas se escuchaban dentro del hogar, más que nada una femenina y otra adolescente, mientras que otros dos estaban silencio.

-¿Y después? -Preguntó la madre de Junpei con diversión.

-Entonces, lleno de confianza, Takashi nos dijo: ¡Es la larva de una especie invasora! ¡Podría ser venenosa! ¡Qué nadie la toque! -Imitó Itadori haciendo bufar a Deian por su horrible imitación de niño pequeño- Y cuando la levanté... ¡Era un trozo de fideo del almuerzo!

La madre de Junpei ríe con ganas mientras sostiene una lata de cerveza entre su mano izquierda, Junpei se le queda mirando medio raro mientras sostiene un vaso de coca-cola con hielo.

-¿¡Un fideo!? ¿¡Era un trozo de fideo!? -Se ríe la mujer.

-Mamá, bebiste demasiado. -Recrimina Junpei.

-¡Qué gracioso eres! -Exclama la mujer- ¡Haz una imitación con esto! -Le pasa un plato a Itadori.

-Es del peor tipo de ebria. -Piensa Junpei con lástima mientras le da un sorbo a su bebida.

Deian solo está ahí escuchando los malos chistes de Itadori, teniendo un vago recuerdo de su pareja contándole de estos mismos, ahora que lo pensaba Itadori y Satoru tenían el mismo tipo de humor. Yamada suspira con pesar mientras se lleva algo de comida a la boca.

-¡Wilson! ¡Wilson! -Exclama Itadori sosteniendo el plato y unos cebollines estando arrodillado en el suelo- ¡Lo siento, Wilson!

Junpei Escupe la bebida a un costado y Deian tose atragantandose con lo que ha comido dando un rápido sorbo a su bebida.

-Eso es de Náufrago, ¿no? -Pregunta Junpei con la voz algo ahogada.

-¡Acertaste! -Exclama Itadori sonriendo mostrandole el plato que Deian no sabe de donde le ha dibujado una cara. Junpei tose intentando calmar el ahogo que le ha dado, Deian decide palmar despacio su espalda.

-Yo no lo entendí. -Murmura la madre de Junpei- ¿Es una película?

-¡Fuego! -Ahora Exclama Itadori sosteniendo con ambas manos los cebollines.

Junpei empieza a reír y Deian le sigue detrás, ambos riendo por las cosas/tonterías que hacía Itadori. Era la primera vez que Deian reía con más gente que él no conocía en su totalidad, pero por muy extraño que le parezca, el chico se sentía cómodo.

Deian entre las risas calmandose un poco, desvía su mirada hacia la madre de Junpei notando como ésta los ve con una mirada nostálgica llena de cariño, la mujer al ver que le está mirando esboza una suave sonrisa.

-Deian... ¿Quieres que te ayude?

Una voz suave retumba en sus pensamientos, sin poder desviar la mirada de la madre de Junpei que no deja de sonreír de la misma manera.

Una mujer de cabellos grisáceos, ojos azul claro casi rozando el celeste lo observa con una mirada llena de cariño, quien al notar su mirada esboza una dulce sonrisa.

Deian sale de sus pensamientos por otra de las risas de Itadori, ahora teniendo un ligero y muy sutil temblor en su labio inferior. Sintiendo un extraño nudo en su garganta, algo que logra disimularlo sin problema alguno. Pero seguía siendo molesto.

Más tarde, la madre de Junpei estaba dormida en la mesa, todos habían terminado de comer. Junpei decide cubrir a su madre con una manta mientras que Deian e Itadori lo observan sonriendo leve.

-Tu mamá es una buena persona. -Comenta Itadori sonriendo leve y Junpei asiente despacio esbozando una suave sonrisa.

-Si. -Afirma Junpei con cariño. Luego desvía su mirada a Itadori y a Deian.- Itadori-Kun Yamada-Kun, ¿Cómo es su madre?

Deian se tensa leve ante la pregunta.

-Pues nunca la conocí. -Responde con tranquilidad Itadori- Aunque tengo algunos recuerdos de mi padre. Siempre estuve con mi abuelo. -Sonríe leve rascándose su cien con su dedo índice.

Junpei lo mira ligeramente con sorpresa para luego mirar a Deian quien traga saliva.

-No la recuerdo... -Murmura Deian siendo observados por el par-... Pero... Tengo la sensación de que fue una gran madre... -Sonríe leve con nostalgia.

Una mujer de cabellos grisáceos tarareaba una dulce melodía, vestía con un lindo Kimono blanco con detalles celestes. En sus piernas, había un pequeño niño de tan solo cinco años de edad esbozando una sonrisa cariñosa disfrutando la melodía que le cantaba la que sería su madre. La bella mujer acariciaba los cabellos de su hijo, de la misma tonalidad que los de ella, vistiendo un kimono negro con detalles rojos.

Aquello siendo observados por un hombre sentado a unos cuantos metros lejos de ellos, no queriendo interrumpir la escena de su pequeña pero querida familia.

-Nunca olvides, mi pequeño Deian... Que siempre estaremos para ti... Tu madre y tu padre... Te protegerán cueste lo que cueste... Porque eres nuestro pequeño milagro... Nuestro adorado hijo, el fruto de nuestro amor...

Aquel recuerdo había sido más nitido que los anteriores, seguramente porque dicha memoria era de la que sería su madre. Más no recuerda su rostro, porque en ese entonces solo tenía sus ojos cerrados, lo único que mantenía en su memoria eran la dulce y cariñosa voz que salía de esa mujer más las caricias suaves que repartía en su cabello grisáceo.

-Yamada-Kun... -Murmura Junpei con sorpresa- Lo siento... no sabia que era un tema delicado para ti...

Deian vuelve en sí mirándolos algo extrañado, confundido, cuando desvió la mirada a Itadori este señala sus propias mejillas dando a entender que él tenía algo en ellas. Lentamente pasa una mano por sus pómulos sintiendo algo húmedo en ellos... ¿Qué era eso? ¿Por qué estaba...?

-Estas llorando... -Explica Itadori en un tono suave. No queriendo que su compañero se exalte.

-Ah... -Balbucea Deian secando lo que serían las lágrimas, que una vez vio en Satoru, con la manga de su chaqueta- Lo siento...

Los chicos niegan teniendo una mirada de comprensión en ellos, eso no le gustó a Deian. Apenas y los conocía, no tenían que verlo de esa manera, más aún no dijo nada y solo se quedó callado.

El silencio fue interrumpido por el teléfono de Itadori sonando en su bolsillo.

-Lo siento, me llaman. -Se disculpa Itadori agarrando su móvil, apartándose un poco para responder la llamada- ¿Hola, Ijichi? Sí, estamos bien. -Responde el chico de cabellos rosas- Pero vamos a ver una película. -Se queja leve.

Junpei lo mira y luego mira a Deian, posando su mano en el hombro del chico que desvía su mirada hacia él. Haciendo contacto visual, ojos cafés y azul claro.

-Supongo que es normal extrañar a una madre, más aún cuando no la recuerdas del todo... -Murmura Junpei sonriendo leve- Lo siento si fui algo intrusivo... -Se disculpa Junpei a lo que Deian niega leve- Puedes venir cuando quieras, te puedo prestar mi madre... -Ríe despacio a lo que Deian sonríe leve con una sutil sorpresa en su rostro- En ese caso, si te presto a mi madre, seríamos medio hermanos, ¿no?

Deian alza ambas cejas con sorpresa, ¿medio hermanos?, no sabía qué era eso pero Todo lo había mencionado una vez. Más no le quedó claro. Seguramente era algo similar que tenían él con Yuuta aparte de ser mejores amigos.

-Sí... Gracias... -Murmura Deian despacio esbozando una leve sonrisa, la cual es correspondida por Junpei.

-Bien, bien... -La voz de Itadori suena de fondo- En dos horas... ¿¡En dos...!? -Logra escuchar la voz desconcertada de Ijichi de fondo antes de que Itadori le cuelgue.

Junpei se aleja un poco de Deian a lo que este se acerca a Itadori confuso.

-Itadori-Kun... Yamada-Kun... Son hechiceros, ¿no es así? -Pregunta Junpei en un Susurro.

-Sí. -Responde como si nada Itadori a lo que Deian frunce leve el ceño, debería enseñarle a no decir tal información como si nada- ¿Habrá estado bien decírselo? -Escucha los pensamientos de Itadori a lo que Deian le pega un suave codazo negando leve- Ah... creo que no...

-¿Han matado a alguien? -Pregunta nuevamente Junpei.

-No. -Responde Itadori, pero Deian se queda callado. Él sí que ha matado gente, hasta una masacre hizo y no se acuerda de los detalles de eso.

Ambos chicos se quedan viendo a Junpei que está colocando una película en la televisión.

-Pero algún día tendrán que pelear contra hechiceros malos, ¿no? ¿Qué harán entonces? -Pregunta Junpei sin voltear a verlos.

-Ni aún así querría matarlos. -Responde Itadori en un tono bajo pero audible, desviando su mirada al suelo.

-¿Por qué no? Son malos. -Junpei voltea a verlos confuso por la respuesta de Itadori.

-¿Cómo te explico? Creo que al matar a alguien, mi vida se abriría a la opción de "matar". Si el valor de la vida se volviera difuso, no apreciaría debidamente a mis seres queridos. -Responde Itadori inclinando su cabeza hacia abajo- Me aterra. -Murmura

Deian nota como Junpei desvía la mirada algo afligido, como si las palabras de Itadori hayan tocado algo en él.

Más tarde, luego de una película, ambos chicos se retiraron despidiéndose de Junpei al ser recogidos por Ijichi. Deian iba detrás junto con Itadori observando las calles oscuras que eran iluminadas por las luces de los edificios.

Ijichi los llevó a ambos al instituto donde podrían utilizar los dormitorios. Deian tenía que quedarse allí por mera obligación ya que Satoru estaba de viaje, por lo que no podía mantenerse alejado sin ser supervisado. Aún si el lugar al que iría fuese a la tienda de la esquina o el hogar de su pareja.

Suspiró con pesadez tirándose a la cama que había en ese cuarto pequeño, mirando el techo como si fuese la gran maravilla del mundo, perdido en sus pensamientos sobre lo antes conversado con Itadori y Junpei. Quizás Itadori no quisiera matar a nadie por mucho que fuese un asesino en serie y tal. Pero él no podía opinar lo mismo, realmente le daba igual quién moría y quién no, más si era alguien a quien no tenía una cierra cercanía. Claramente era diferente con Satoru o sus actuales amigos, se enfureceria y quizás mataría al causante o seguramente no sepa cómo reaccionar realmente.

El recuerdo del segundo encuentro de él y Satoru llega a su mente, cuando el chico estaba desplomado en el suelo manchado de tanto sangre roja como morada, rodeado de cadáveres de hechiceros y de maldiciones. Masacre que ocurrió porque lo persiguieron, lo irritaron, lo molestaron a tal punto que no pudo soportar más y los mató a todos, incluidas las maldiciones que lo acompañaban o más bien controlaba.

Un suspiro pesado sale de sus labios, él estaba seguro que si no le hubiera llegado ese colapso de ira hacia los hechiceros de ese entonces, de ese momento, no se habría topado ni con Satoru ni tampoco estaría ahí en el instituto de Hechicería. ¿Sus padres estarían molestos por eso?

Se reincorporó de golpe en la cama ante dicho pensamiento. ¿Padres? ¿Por qué pensaba justo ahora en ellos cuando jamás lo hizo? ¿Quizás deba ser por la pregunta de Junpei? Negó frunciendo ligeramente el ceño. No recordaba, osea, solo recordaba vagamente la voz de la que sería su madre.... ¿Su padre? Oh, su padre era de quien más recordaba... Al menos su apariencia y presencia, el poder que el hombre emanaba...

Se tiró nuevamente en la cama suspirando con pesadez, maldiciendo en voz baja, debía tratar de entablar una conversación con el hombre. Pero no quería, no podía y no se atrevía. Pero quería respuestas, respuestas del por qué tenía recuerdos tan vagos, tan borrosos...

Sus pensamientos fueron disueltos cuando su móvil vibró constantemente y lo tomó entre sus manos viendo que era una llamada de Satoru, por lo que decidió contestar.

-¿Hola~? -La voz de Satoru salió de la otra línea, bastante animado a pesar de la hora.

-Hola Satoru... -Responde Deian sonriendo leve mientras se acomoda en la cama.

-¿Cómo está el chico más guapo de todos después de mi? -Pregunta Satoru con tono coqueto, haciendo reír leve a Deian, sabiendo que el albino se encontraba solo.

-Acostado, Aburrido... -Murmura Deian bufando despacio- ¿Por qué no me llevaste contigo?

-Porque tenía que hacer algo aquí donde ando y a la vez iba a ser una sorpresa para ti... -Comenta el albino con cierta gracia.

-¿Sorpresa...? -Pregunta Deian ahora curioso, no le era de extrañar que a su pareja le encantaba darle sorpresas o regalos, incluso en su supuesto "cumpleaños". Básicamente Satoru le puso la fecha en que lo encontró nombrandolo su cumpleaños- ¿Qué clase de sorpresa es ahora?

-No sería una sorpresa si te lo dijera... -Murmuró el albino en la otra línea. Deian podía imaginarlo haciendo un mohín por lo que soltó una suave risita.

-¿Vas a tardar mucho? -Pregunta ahora Deian luego de unos segundos de silencio.

-Justo para la fecha de la competencia entre ambas escuelas y un poquito antes... necesito prepararle una entrada espectacular a ustedes dos para ese día... -Comenta el albino.

-¿Y qué quieres hacer? -Pregunta el chico sabiendo que ya no había forma de hacerlo cambiar de opinión.

-Aún no lo ... sigo pensándolo... ¡Por cierto! ¿Quieres que te lleve un recuerdo? ¡Te llevaré un recuerdo! -Exclama el albino sin darle tiempo para responder, haciéndole sonreír leve- ....Te extraño...

El repentino comentario del albino lo sorprendió y le sacó una suave sonrisa, teniendo un pequeño rubor en sus mejillas.

-Yo también... -Murmura Deian sin dejar de sonreír.

-Es extraño no tenerte aquí, conmigo, en la cama... Abrazándonos, besándonos... Quizás yo tocando tu cuerpo, tentandote a tener... -El albino Balbucea esbozando una suave sonrisa.

-OK, creo que te he entendido... -Interrumpe Deian al albino sacandole una risa, mientras que él cubre sus ojos con un notorio rubor.

-Oh, vamos... También me extrañas... -Dice el albino con arrogancia, como si fuese obvio que lo haría.

-Joder... -Ahora es él quien ríe, escuchando un bufido del otro lado de la línea.

-¡No te rías! Realmente te necesito aquí conmigo...

-Nadie te manda en no llevarme... -Reprocha Deian acomodándose en la cama.

-Quería que te quedaras con Itadori, el pobre niño tiene una mente bastante suicida, si lo podemos decir así... Lo viste tu mismo en la primera misión en la que los mandaron, no dudó en sacrificarse para darle tiempo a Megumi e ir por Nobara... -Comenta el albino, Deian hace un sonido de afirmación- ...No es malo la verdad... pero es el primer recipiente de Sukuna luego de... Décadas... y es la única manera de mantener a esa maldición a raya... Aparte, es un niño aún... No puede ir así como si nada a lanzarse a morir...

Entendía la preocupación de su pareja, ningún punto planteado era malo. Itadori no podía morir por el hecho de ser uno de los primeros humanos hechiceros en presentarse de manera inesperada como el recipiente de Ryomen Sukuna; También está el hecho de que aún era un adolescente de ¿Cuánto? ¿15? ¿16 años? No podía simplemente darse el lujo de morir a tan temprana edad, por mucho que tuviera el pensamiento constante de "elegir cuando muero y como".

-Te entiendo... Lo mantendré vigilado lo más que pueda... -Murmura Deian mirando el colgante que le dio su pareja, una mitad del Ying Yan, la negra para ser precisos, teniendo una piedra de cuarzo blanca colgando debajo- Por cierto... Hoy conocí a alguien...

-¿Debería ponerme celoso? -La voz de Un tono claramente falso de celos salió del otro lado de la línea haciendo que el de cabellos grisáceos coloque sus ojos en blanco con una pequeña sonrisa en sus labios.

-No...

-Ah, entonces está bien... Continúa... -Regresa aquel tono infantil característico de su pareja.

-Se llama Junpei, está relacionado con un caso que estamos viendo ahora con Itadori y Nanami... Es.... Agradable... -Murmura el chico algo confuso.

-¿Qué te parece raro? -Pregunta Satoru tranquilo, acostumbrado a ello.

-Me recuerda mucho a mi... Digo, no en el aura deprimente que tiene... -Aclara rápidamente- Sino, en su manera de pensar... Hacia la muerte misma...

-Oh... -Un sonido de ligera curiosidad salió de Satoru- ¿Y eso a qué se debe?

-Nos hizo una pregunta... Con respecto a si ya habíamos matado antes... Yo no respondí por obvias razones... -Escucha a Satoru hacer un sonido de afirmacion-... E Itadori dijo que él no podría matar aunque fuera un enemigo, por ciertos motivos, en medio de eso logré leer los pensamientos de este chico Junpei... Piensa igual que yo... Ve la muerte con indiferencia cuando son gente que no tiene un lazo de cercanía...

-Vaya, eso es sorprendente... ¿Tiene la edad de Itadori? -Deian hace un sonido de afirmación- Teniendo en cuenta eso, es algo perturbador, que un chico de esa edad piense de esa manera... Pero seguramente cada quien ve las cosas de forma distinta para saber sobrellevarlo o tener un impacto menor en su consciencia... La diferencia sería si es en un familiar...

-Claro... Se enteró que yo no recordaba a mi madre... -Comenta Deian riendo leve- Y me prestó a su madre, por lo que dijo que seríamos medios hermanos... Supuse que sería lo mismo que dijo Aoi Todo, que seria mi hermano a partir de ahora...

-Así es... Los medios hermanos son aquellos que son hijos de diferentes madres y del mismo padre, pero en tu caso tú no tienes eso... Son hijos de padres diferentes como también de madres diferentes, se podría decir que eres como adoptado político... Pero a la vez no... Sino, que simplemente la familia dijo que te "adoptaba" de manera verbal sin papeles de por medio... Por lo que ese chico Junpei hubiera dicho que son hermanos ahora daría lo mismo... Porque no se hizo por papeles o de la forma legal... -Explica Satoru estando recostado en la cama del hotel en el que se estaba hospedando, acariciando el collar del Ying Yang, la parte blanca teniendo una piedra de cuarzo negra colgando debajo, dejando suaves caricias en el colgante. Deian hace un sonido de haber comprendido mejor el término.

-El chico es curioso... Ojalá poder pasar más tiempo con él... -Murmura Deian trazando círculos en la piedra del colgante mientras sonreía leve.

-Mientras no te robe de mi... todo bien... -Comenta Satoru con celos falsos, porque vamos, ¿por qué estaría celoso de un chico de instituto cuando estaba él? Era guapo, rico, fuerte, poderoso, atento con su pareja. ¡Lo tenía todo! No tenía de qué preocuparse.

-Mmm... Quizás su timidez sea linda... -Bromea Deian fingiendo un tono de interés, sacando un jadeo indignado del albino haciéndolo reír.

-¡Con eso no se Bromea, Yamada!

•••

Una pequeña referencia al collar que comparte la pareja, como se dijo antes el negro es de Deian y el blanco de Satoru.

Adeu♡

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