"Perdóneme, Padre. He Pecado"...

By lovegaylove

334K 32.1K 29.4K

Dicen que el amor lo puede todo. Pero... ¿Podrá contra Dios? ---- Portada hecha por: @sugarflowercolors Obra... More

Sinopsis.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Nota
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 17
Capítulo Final
Epílogo
Agradecimientos.
Video.
Final alternativo
Capítulo inédito
IMPORTANTE: Nueva versión
Brothers of The Moon
NUEVO FANFIC: Querida Luna

Capítulo 16

10.5K 1.1K 365
By lovegaylove

Luego de que Louis me confesara que quería huir conmigo para poder estar juntos, yo le pregunté muchas veces si estaba hablando en serio, y luego de que él me jurara que realmente quería irse de allí junto a mi, me largué a llorar y salté a sus brazos. En mi oído me dijo que entráramos al convento para poder hablar sobre el tema, y eso hicimos. Lo discutimos por horas, pensando en los pros y los contras. Yo no perdía nada, es más, ganaba. Pero Louis tenía muchas cosas en las que pensar, sin embargo, me repitió mil veces que él ya no quería seguir viviendo como lo hacía. Louis me dijo con lágrimas en sus ojos que quería ser feliz, y si era a mi lado, mucho mejor.

No podía creer lo que estaba sucediendo. Realmente no podía. Porque había momentos en los que mi soñador interior se imaginaba cosas, escenarios imposibles, pero ahora esas cosas que jamás creí podrían suceder, estaban sucediendo.

Louis iba a dejar todo por mi...

Los días pasaban y nosotros seguíamos hablando sobre el tema, aclarando dudas. Había momentos en los que Louis tendría una sonrisa gigante en su rostro, y al minuto siguiente sus ojos se humedecían o se perdían en la nada misma. Yo no había dejado de sonreír desde la noche en que me dijo que huyéramos.

"¿Pero estás seguro, Louis?" Le preguntaba yo cada dos por tres. "Quiero decir, ¿te das cuenta de la situación?" Él rodaba los ojos y se acercaba a mi con una sonrisa.

Dejaba un casto beso en mis labios que hacía a mi estómago explotar. "Claro que estoy seguro, tonto" Me acariciaba las mejillas, haciendo que mis ojos se cerraran al instante para disfrutar de su tacto. "Te quiero, Harry. Quiero ser feliz y que tú también lo seas" Yo le sonreía y ahí se terminaba la conversación hasta que unas horas después volvía a preguntarle lo mismo.

Cuando recordaba que Louis era casi tan joven como yo, sentía mucho miedo. A veces me olvidaba que no era un hombre grande, alguien mayor. Louis tenía apenas veinticinco años de edad, sólo cinco años más que yo. Tal vez me había dicho eso porque sentía que estaba enamorado pero en realidad sólo estaba confundido, o tal vez sólo quería usarme como una excusa para dejar un trabajo que nunca quiso tener. Pero todos esos pensamientos se esfumaban cuando Louis me besaba, me acariciaba o hasta cuando sus orbes azules me observaban. Era una persona tan buena y sincera, que jamás debería siquiera dudar de él.

Algo que me había preocupado era que no habíamos tenido sexo en varios días, varios, varios días. Louis se había comportado algo extraño y se había negado cuando intenté quitarle la camisa, y desde entonces dejé de insistir. Nos besábamos y hasta me dejaba hacerle sexo oral, y si tenía suerte él me lo haría a mi, pero no habíamos hecho el amor en algunos días. Traté de comprenderlo, aún seguía luchando con el hecho de que su religión, sus creencias, lo castigaban por ser quien era.

Lo que me importaba era que día a día íbamos acercándonos más el uno al otro. Cada día que pasaba yo sentía a Louis más cerca mio, más parte de mi.

Y luego de un mes, Louis y yo ya habíamos preparado absolutamente todo para realizar aquello que él me había propuesto. Aquella locura. La demostración más grande de amor que alguna vez alguien había hecho por mí, la única.

Sigilosamente fuimos haciendo cada cosa que teníamos pendiente. No queríamos irnos de allí con alguna deuda, o sin haber hecho o dicho tal cosa, o visitado a este o aquel. Louis había visitado algunos hospitales y asilos, también había llevado a las Hermanas a unos pueblos cercanos para que cantaran en los festivales religiosos que estos organizaban. Y yo simplemente observaba cómo Louis se iba despidiendo de forma silenciosa de los que quería. Yo, como siempre, sólo observaba. Pero no me sentía triste al no tener a nadie a quién decirle adiós, al contrario, me sentía feliz porque tendría conmigo por el resto de mis días al único hombre que me quiso de verdad. Tratamos de ser lo más disimulados posible, cada uno por su lado, a su debido tiempo. Si todo salía como lo planeado, estaríamos yéndonos en una semana.

Liam iba a prestarnos uno de sus autos, así pensábamos llegar hasta una casa de campo que le pertenecía al Obispo Horan. Sí, ambos se enteraron. Liam, bueno...yo tuve que contarle todo. Y aunque al principio me obligó a marcarle al famoso "Si está sufriendo, llámenos" que pasan por TV, para que ellos expulsen al "demonio que habita en mí", luego de una bofetada se le fue la estupidez. Y, al ser mi mejor amigo, me entendió. Al principio, cuando lo vi entrar en shock, quise salir corriendo antes de que me obligara a dejar a Louis, pero Liam sabía lo mucho que yo necesitaba ser feliz, así que entró en razón y decidió ayudarme. Con respecto a Niall, resultó ser el mejor y único amigo de Louis. Era un Obispo, sí. Pero sobre todo era buena persona, era humano. Y cuando le contamos sobre lo nuestro...nos regaló la (segunda) sonrisa más sincera que alguna vez había visto. Y se dispuso a ayudarnos, y obviamente a guardar el secreto. Todo parecía tan fácil, mucho más fácil de lo que habíamos pensado, que llegué a pensar que era un sueño, o que algo saldría horriblemente mal. Porque...¿Dios nos estaba haciendo todo así de fácil? ¿Dios nos estaba dejando salirnos con la nuestra? ¿A Dios le parecía bien lo que íbamos a hacer? No sabía Louis, porque no quise hacerle muchas preguntas por si se arrepentía, pero yo, aunque feliz, me pasaba las noches pensando en si era realmente una buena idea.

Y siempre llegaba a la misma conclusión: si nos quedábamos allí en Londres jamás podríamos ser felices juntos. No importaba si Louis renunciaba a ser sacerdote y dejaba toda esa vida atrás, seríamos juzgados de todas formas. La gente es cruel. Estábamos seguros de que se burlarían, de que nos apuntarían con el dedo. Nos tendrían asco. Y, aunque yo podría acostumbrarme, el alma pura de mi Lou, jamás. La única solución que vimos fue esa. Irnos de ese lugar para siempre. Empezar una nueva vida donde nadie nos juzgara por lo que fuimos, por lo que somos y seremos. Un lugar donde pudiéramos ser sólo Louis y Harry amándose. Y no "el enfermo de SIDA con el cura gay". Y tal vez no existía tal lugar, pero...estando juntos lo encontraríamos o lo haríamos nosotros mismos.

Nosotros seríamos nuestro propio hogar.

Antes de que Louis y yo nos fugáramos, yo quería que él supiera la verdad. Bueno, la otra verdad que aún no le contaba. Y se lo dije. Una noche cuando terminábamos de hacer el amor, lo miré a los ojos y le confesé que yo sí tenía hogar, bueno, un pequeño departamento que rentaba, pero que tuve que inventar eso para no estar solo esa noche. Y él me entendió, y no le importó. Hasta me dijo que algo sospechó en algún momento. Y, además, si aquello que le dije hizo que nos conociéramos, estaba más que agradecido con mi pequeña mentira. Y ahora sí que ya no tenía nada que guardar, nada que ocultar de Louis. Me sentía libre y feliz a su lado, como nunca creí que una persona como yo se lo merecería. Aunque me ponía triste cuando me daba cuenta que sólo nos amábamos dentro de cuatro paredes, el pensar en el futuro cercano me devolvía una sonrisa.

Hubo momentos, estando acostado con Louis, entre sus brazos, con sus dedos acariciando mis espalda, con sus piernas sobre las mías, en los que pensaba si eso realmente estaba pasando. Era en esos pequeños momentos de felicidad, en los que dudaba de que algo así pudiera durar.

Yo iba camino a la Catedral, donde se encontraba Louis confesando a unos pequeños que pronto tendrían su primera comunión. Él no quería seguir con eso, pues le parecía hipócrita. Me dolía pensar que Louis estaba sufriendo porque me amaba, pero me calmaba saber que pronto acabaría todo. Por ahora no podía renunciar, no había una excusa creíble. Aún debía seguir con eso hasta el día de la fuga. Nada gay hasta dentro de unos días.

Cuando entré, un par de niños salieron corriendo de allí hasta una mujer que los esperaba afuera (supuse que era la maestra de catecismo). Louis estaba sentado solo en un banco de madera, al final de la Iglesia, alejado de todo, con su mirada en sus pies, pero sus pensamientos muy...muy lejos de allí. Me arrodillé en el suelo, a sus pies: "¡Boo! "

"¡Harry! Chilló. "Casi me matas del susto" Puso su mano en el pecho, este le subía y bajaba debido al susto que le había dado. Su cara había sido tan graciosa que habría sido estupendo haberlo filmado para luego reírme por años de ese momento.

"Uy, pobrecito" Hice un puchero y deposité un suave beso en sus labios. Rápidamente miró hacia todas las direcciones para comprobar que nadie nos hubiera visto. Hice como que no lo noté. "Lo siento. Pero no diré que no quería asustarte, porque esa fue justamente mi intención" Él forzó una sonrisa, mientras negaba con la cabeza y volvía la vista al suelo. "Oye, amor...mírame" Toqué su rodilla. "¿Sucede algo?" Yo sabía que sucedía algo.

Él negó rápidamente. "No, yo sólo..." Cerró sus ojos con fuerza y vi como tragó saliva.

Solté un suspiro y me senté en el suelo. "Por favor, dime que no te estás arrepintiendo, Louis Tomlinson" Si las miradas mataran, Louis estaría desangrándose.

"¡No!" Él levantó la mirada y frunció el ceño. "Nada de eso, Harry" Me miró por un momento y luego volvió a bajar la miada. "Es sólo que tengo mucho miedo" Murmuró mientras jugaba con sus dedos. Allí, parecía un niño indefenso y confundido. Sentí tanta lastima por hacerlo pasar por eso, pero también sentí alivio porque, de alguna manera, lo estaba ayudando a ser libre.

Yo lo miré a los ojos y asentí repetidas veces, demostrándole así que yo también estaba muerto del miedo. Tenía terror de que algo malo nos impidiera irnos, o que hubiera consecuencias a largo plazo, o que en algún momento alguno dejara de querer al otro y que todo el esfuerzo haya sido para nada. Pero, como dice el dicho, el que no arriesga no gana.

Su mirada estaba tan inquieta que quise hacer hasta lo imposible para que se sintiera bien."Lou, tranquilo" Comencé a acariciar sus muslos y no pude creer lo que había cruzado mi mente. No creí que funcionara, pero tenía que intentar. "Estás muy tenso..." Él no abría sus ojos, y yo sabía exactamente cómo hacer que se relajara.

Acerqué mi mano hacia su bragueta y sin titubear le bajé el cierre por completo. "¿Qué haces, Harry?" Louis abrió los ojos al instante y puso sus manos sobre las mías. Su respiración estaba agitada, y al menos sus ojos ahora ya no mostraban miedo, nervios sí, pero no miedo.

"Yo sólo quería ver si te funcionaba el cierre del pantalón" Ladeé la cabeza y lo miré con sarcasmo. "¿Qué parece que estoy haciendo?" Me crucé de brazos y vi como la nuez de Adán de Louis subió y bajó. Quitó sus manos de las mías y las ubicó una a cada lado del banco, se quedó quieto y me miró fijo. Pero en ningún momento me dijo que no hiciera lo que ambos sabíamos que yo estaba por hacer. En ese momento me reí por dentro al darme cuenta de que algo lo había corrompido.

Le regalé una sonrisa llena de perversión. Él estaba tieso, sólo moviendo sus ojos, esos orbes azules que en ese momento tanto brillaban. Sin pudor, metí mi mano en su bóxer, y saqué su miembro afuera. "Hola, preciosa" Bromeé mirando su pene, y luego me mordí el labio de las ganas de comérselo que estaba sintiendo. Y, acto seguido, lo metí en mi boca.

"Oh, Dios mío" Louis abrió sus ojos sorprendido y comenzó a observar hacia todas las direcciones para asegurarse que nadie nos veía. Yo lo miraba a los ojos mientras se la mamaba, él se estaba mordiendo el labio inferior. Nunca tuve la fantasía de chupársela a un sacerdote en el banco de una iglesia, pero bueno, no estaba nada mal. No iba a negar que era malditamente excitante.

"Mierda, Louis" Me pasé la lengua por los labios. "Luego deberás ocuparte de mí" Le dije cuando sentí que mis pantalones comenzaban a apretarme. Siempre era así con Louis, era tan hermoso en todos los sentidos, que me excitaba demasiado rápido.

Louis asintió y cerró los ojos, por fin relajándose. "Sí, sí" Jadeó el ojiazul. "Pero ahora chupa, por favor" Aquello último salió como un ruego, su voz afinándose al final y su cabeza yéndose hacia atrás. Comencé a darle pequeños besos en la punta, sabiendo que era su debilidad. Los gemidos de Louis eran silenciosos debido al lugar donde nos encontrábamos. Louis abría los ojos y miraba alrededor, luego los bajaba y me observaba a mi chupársela. Mordía sus labios y me sostenía fuerte del cabello con una mano, haciendo fuerza hacia adelante para que me la metiera más al fondo. Pasé mi lengua por su longitud y luego volví a metérmela entera. Toqué sus bolas y le di lenguteazos, haciendo que, por el rostro de Louis, cómo abrió los ojos y llevó su cabeza hacia atrás con fuerza, algo estallará dentro de Louis. Al segundo sentí cómo se corría en mi boca, y tragué hasta la última gota. Saqué su pene de mi boca con un sonido de 'plop', sabiendo que le gustaba que lo hiciera. Pasé la lengua por mis labios, para limpiar todo rastro de ese espeso líquido blanco. Louis estaba echado hacia atrás en el banco, con los ojos cerrados, recuperándose del bendito orgasmo que yo acababa de ocasionarle. Cuando recuperó la respiración, bajó la mirada y me sonrió. Aunque noté la excitación mezclada con la culpa, traté de sólo enfocarme en la sonrisa en sus labios.

Volví a abrocharle el pantalón con mis largos y torpes dedos y, sentándome a su lado, le susurré en el oído: "Perdóneme, Padre. He Pecado" Para luego dejar un beso en su mejilla y guiñarle un ojo. Yo solté una risita y él negó con la cabeza, divertido. Acto seguido, lo tomé de la mano y lo saqué a rastras de aquel lugar. "Ahora es mi turno, Lou"

A veces pensaba que mi vida estaba siendo algo así como una película porno barata.

Y luego no entendía por qué eso tenía que ser malo.

Quiero decir, ¿qué mejor que porno de bajo presupuesto?


Continue Reading

You'll Also Like

7.9K 743 22
Louis Tomlinson es un importante empresario de Inglaterra está casado con Emilia Lancaster. pero lo que ella no sabe es que por las noches él ha come...
3.9K 501 5
oh ¿un potter que le teme al amor?
5.9K 680 56
Nueve de Noviembre, día en que una depuración se lleva a cabo en los Estados Unidos cada año. Sin embargo, en la actualidad se considera una "tradici...
146K 15.8K 41
- Encontré a mi alfa. - dije de la nada. Mi madre dejó caer un vaso que afortunadamente era de plástico y mi hermana se ahogó con el agua que estaba...