Una Corte De Sombras Y Sangre...

By TheGirlUnderTheLines

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El destino a veces es caprichoso, y con ellos no iba a hacer de menos. Viejas leyendas cobraran vida, peligro... More

P R Ó L O G O
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° C A S S I A N °


      Feyre, Nesta y Elain descendieron por la amplia escalera.

      A Rhys le faltaba poco para babear mientras sus ojos brillaban únicamente enfocados en su compañera. Feyre estaba guapísima enfundada en un vestido plateado largo hasta los pies. Este se extendía lo suficiente para crear una pequeña cola que Nesta sostenía mientras ambas descendían las escaleras.

      Nesta tampoco se quedaba atrás. Ella había optado por un vestido totalmente negro, aunque la tela estaba repleta de pequeñas joyas plateadas que con cada paso la hacían deslumbrar. Casi como si con cada paso un rayo de luz de la luna la siguiera.

      Elain por su parte se mantenía fiel a su estilo algo romántico de colores claros y alegres.

      La tela rosa y vaporosa de su vestido la hacía ver algo más voluptuosa de lo que realmente era y, eso sin duda, había logrado captar la atención de cierto Cantor de Sombras quien no podía despegar la mirada de la castaña.

      —¡Qué elegantes! —Elogió Feyre una vez las tres llegaron finalmente a los pies de las escaleras —Jamás puedo disfrutar lo suficiente de veros a los tres vestidos así.

      Rhys no se hizo de esperar, caminó hasta ella envolviendo sus brazos alrededor de su cintura y dejando un rápido beso en sus labios.

      —¿El cuero no te gusta lo suficiente, Feyre querida? _Bromeó Rhys con un tono de obviamente doble sentido.

       Feyre sonrió ampliamente y pellizcó el brazo de Rhys, dejando que este soltara ligeramente su cintura y le devolviera la oportunidad de enfrentarnos a Az y a mi.

      —Me encanta el cuero pero veros así, tan formales, es casi algo histórico —Sus manos jugaron con las solapas del traje de Rhys, trazaron los hilos plateados que surcaban la muy oscura tela morada —Tengo que disfrutar del momento para poder recordarlo.

      Elain se colocó junto a la pareja y sonrió suavemente.

      —Feyre tiene razón, os veis muy bien con ropas formales —Sus ojos brillaron con cierta picardía mientras éstos observaban únicamente a Azriel.

      Este no dijo nada pero sus ojos tampoco se movieron de Elain y joder, era más que obvio la mierda que había entre ambos.

      Rhys rompió su momento girando para sonreír ampliamente a Elain quien, sin poder evitarlo, dirigió toda su atención al compañero de su hermana cuando este tomó su mano y dejó un suave beso en el dorso de esta.

      —Tú también estás deslumbrante, Elain.

     Observé de reojo a Azriel cruzarse de brazos y apartar la mirada con un gesto algo más serio pero decidí no darle mucha importancia.

      Nesta caminó hasta quedar a mi izquierda y no pude evitar recorrer toda su figura con la mirada.

      Estaba hermosa con aquel vestido y, para rematar, sobre su cabeza había una fina tiara que le daba un aspecto aún más elegante si eso era posible.

      —Estas preciosa —Murmuré solo para ella manteniéndome en mi lugar.

      Era extraño no tocarla, ni abrazarla o besarla pero, a su vez, tampoco sentía la necesidad de hacerlo a modo de una necesidad como seguramente Rhys sentía cada vez que veía a Feyre sonreirle.

      Ella tampoco parecía sentir nada parecido porque alzó la mirada y me sonrió con elegancia.

      —Tú tampoco estás nada mal —La diversión y burla llenaron sus rostro por un instante —Ahora si que pareces un lord.

      Rodé los ojos y golpeé suavemente uno de sus hombros con una de mis alas.

      La tela se sentía ligeramente demasiado apretada a mis músculos e incluso no estaba muy seguro de cómo de cómodo me encontraría en el aire. Aunque no podía decir que no encontraba elegante y bonita la tela oscura del traje. Sobre todo los bordados en color rojo que rodeaban los sifones para los cuales se había hecho un lugar especial en ciertas partes del atuendo.

      —No os acostumbreis demasiado —Protesté removiendo incómodo a causa de las innecesarias capas de ropa —Esto es una ocasión especial que espero no vuelva a darse en mucho tiempo.

      —La última vez acudisteis con vuestro traje de batalla, ¿por qué no esta vez? —Preguntó Elain con curiosidad.

      Fue Rhys quien respondió.

      —Me apetecía molestarlos obligándolos a ir elegantes —La sonrisa divertida que expresó dejaba ver que no había mucha mentira en esa frase.

      —Imbécil —Murmuré, Azriel asintió dándome la razón.

      —Oh venga —Protestó el lord en respuesta —No finjas que no os gusta. Cuando éramos adolescente me rogabas que os dejara trajes caros apr fingir ser un príncipe.

     —Y tú te pasabas los días echando barro en la cara diciendo que te ayudaría a prevenir que te salieran las mismas arrugas que a tu padre.

      Azriel no pudo reprimir la sonrisa que le abordó al seguramente recordar la misma imagen mental que yo guardaba.

      Feyre miró con los ojos abiertos como platos a Rhys y luego guardó la carcajada para sí misma aunque tuvo que tapar sus labios para ocultar la sonrisa.

      —¿Barro para las arrugas? —Preguntó Nesta con el rostro encogido con asco.

      —Sí —Afirmó Rhsyand orgulloso —Y tenía razón. Vosotros comenzáis a tener cara de perro arrugado, y por el contrario sigo teniendo una piel tersa y fina. Como un bebe.

      —Nyx tiene definitivamente mejor piel que tú —Feyre sonrió y acarició la mejilla de Rhys —Pero aun así no necesitas ese barro, ¿no eras ya el alto lord más guapo de todo Prythian?

      Él asintió y se agachó ligeramente para dejar un beso rápido en los labios de su compañera.

       Fue Azriel quien pareció hartarse primero de toda la cursilería y palabrería por lo que dando un paso adelante llamó la atención de todos.

      —Si queremos llegar a Verano a tiempo deberíamos salir ya —Señaló el balcón con un gesto de cabeza —Además, Mor y Helion nos esperan en la frontera de Día. Dijo que nos llevaría en uno de sus carruajes voladores.

      —¿Vamos a ir en carruaje? —Preguntó emocionada Elain.

      Azriel sonrió suavemente y asintió.

      —Al aparecer tiran de él sus pegasos —Informó en respuesta —Dicen que es un viaje único.

      Elain asintió con emoción y acarició la mano de Feyre incitando a dar la orden de marchar.

      Esta también estaba sonriendo ampliamente. Dio un vistazo a su espalda donde las dos espectros se mantenían en las sombras esperando a despedir sus los altos lores.

      —Cuidar de Nyx —Ambas asintieron —Por mucho que Mor trate de ganarse el favor de Nyx no creo que soporte sus llantos todo el día y Amren...dadle mucho vino, creo que con eso lo llevará algo mejor.

      Todos sonreímos divertidos y sin más, nos distribuimos. Feyre y Nesta se tamizaron juntas, yo con Azriel y Rhys con Elain. Esto último no fue elegido a suertes si no que fue Rhys quien sin esperar a un movimiento de Az o Elain se situó junto a la castaña y ambos desaparecieron en seguida.

      Azriel observó el lugar donde ambos habían desaparecido con algo de molestia por unos segundos pero pronto situó una mano en mi brazo y nos trasladó a través del espacio.

      El proceso logró únicamente revolverme el estómago pero en cuanto mis pies se posaron sobre el blanco mármol del palacio de Helion todo volvió a la normalidad.

       El sol brillaba en lo más alto del cielo decantando que o era ya el medio día o quedaba poco para ello.

      Pasos resonaron frente a nosotros, Feyre ya se encontraba junto a Helion, Nesta también, los tres conversaban tranquilamente mientras Rhys y Elain también aparecían a la misma altura que nosotros más o menos.

       El macho vestía una toga dorada que contrastaba de manera increíble con su piel oscura y le dotaba de una luz dorada que no estaba de si él mismo estaba causando o era simplemente el contraste de su aspecto.

       Había atado su cabello enrasado en un recogido que únicamente dejaba alguna de sus largas rastas caer sobre sus hombros.

       —Un minuto tarde Rhysand —Saludó Helion caminando hasta nosotros acompañado de las dos mujeres.

       —Siempre tan quisquilloso Helion—Respondió Rhys antes de responder a la sonrisa de Helion.

       —Ya está todo dispuesto. Si salimos ahora llegaremos bien a Verano. Sabes que Tarquin no es muy fan de las faltas de puntualidad.

      Rhys asintió.

      Feyre levantó ligeramente la mano como si quisiera pedir permiso para hablar y enfocó sus ojos en mi. Había algo de diversión en ellos, enseguida supe por donde iba a salir.

      —¿Estamos seguros de que Cassian realmente ya puede volver a Verano? ¿Ya le han perdonado por aquel edificio?

      Le di una carcajada irónica. Todos los demás sonrieron genuinamente con diversión.

      —¿No serás tú la Alta lady más graciosa, no?

      —Puesto que soy la única Alta Lady hasta ahora supongo que sí.






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° V Y N E E A °

      Mis dedos se fundieron con la tela cobriza del traje de Eris. Los nervios escalaron por mi garganta con cada paso que dábamos descendiendo al gran escalera.

      ¿Seré capaz de fingir? ¿Nadie percibirá el glamour de Eris? ¿Seré capaz de verdad adentrarme en la cabeza de Beron?

       Mis rodillas amenazaron con dejarme caer pero, el brazo de Eris que se entrelazaba con el mio me animó a mantenerme en pie.

      —Todo va a ir bien —Murmuró Eris contra mi oreja —Comienza a concentrarte.

       Asentí y tragué saliva. En cuanto los pies de las personas al final de la escalera aparecieron en mi visión, yo me adentré en los caminos mentales que había estado practicando durante una semana completa.

       Adentrarme en la mente de ambos hermanos menores fue fácil, casi como untar mermelada en una tostada cada mañana. Jugar con la imagen mental tampoco fue muy complicado, recordé para mi misma la imagen que yo misma había observado en el espejo durante los últimos días, el pelo del tono de las hojas apunto de caer, ligeramente más corto quedando así por la mitad de mi espalda, y ahora recogido cuidadosamente apenas dejando un mechón cayendo sobre mi hombro. El vaporoso pero a su vez sencillo vestido de encaje blanco hueso y el rostro ligeramente maquillado por Luciana.

        Su reacción fue ligeramente graciosa, ambos abrieron los ojos con sorpresa, casi asombrados ante mi aspecto.

      Realmente no era una hembra tan horrible de admirar supongo.

       La mente de la Lady de Otoño fue algo más complicada pero, la imagen mental de mi misma dentro de su espacio baldío aún se estaba formando para cuando me adentré en ella. Era un cajón aun sin cerradura y con la tapa abierta, una que supongo que no se cerraría hasta que el propio día terminase por lo que copiando lo que hice con sus hijos menores, dejé mi imagen dentro de su cabeza.

       Gracias al Caldero Beron aún no se encontraba en la estancia, y la verdad me alegraba de ello.

      Necesitaba unos segundos más para reunirme de valor.

       —Wow —Murmuró él que parecía más pequeño de los dos hermanos menores —Al parecer tu hembra no era una simple potra famélica hermano.

      Eris gruñó a mi lado y tiró ligeramente de mi para colocarme estratégicamente detrás de él, casi protegiéndome de la visión de sus hermanos y solo dejándome observar a su madre.

       No me había cruzado con sus hermanos lo suficiente como para que estos causaran una impresión en mí pero, él era quien se había abalanzó sobre mí nada más se había despertado en aquella cabaña.

      —Rahan, te aconsejo morderte la lengua si no quieres perderla —Eris mostró sus afilados colmillos de fae y eso provocó que su hermano cambiara su rostro por una mueca seria y distante.

      Ciertamente era sencillo notar cómo a lo largo de los años Eris se había hecho camino hasta la cima de poder entre sus hermanos. No solo por la edad, no creo que eso importara demasiado en este lugar, era sencillo notar en sus aromas la fuerza y poder que cada uno contenía dentro de sí mismo.

      Rahan por ejemplo desprendía un aroma agrio y ligeramente desagradable, como si su envidia rezumara en estos momentos por cada poro de su cuerpo.

       Su hermano, del cual no recordaba su nombre, tenía un intenso aroma a madera y castañas. aunque aquel aroma de la envidia también estaba presente, casi imperceptible, como si tratara de disimularlo pero, estaba ahí.

       La Lady en su lugar olía flores marchitas, un aroma extraño pero que de alguna manera sorprendente, no resultaba desagradable. Simplemente era...¿triste? ¿Así olía la tristeza?

      Eris tenía un aroma imponente, a madera y hojas caídas, a pomelo y a humo. Era una mezcla extraña pero que resultaba llamativa y deseable.

      —Comportaros —Ordenó con un suave tono demandante la mujer presente.

      Su aspecto no era muy distinto a los días anteriores. El vestido que cargaba esta vez era de un oscuro tono rojizo que hacía resaltar su pálida piel dándole un aspecto aún más demacrado y consumido que de costumbre.

      Extraño, porque dudaba que Beron quisiera mostrar a su esposa como alguien herida, incluso por poco interés que este tuviera en ella. Sin embargo, no había pasado suficiente tiempo en este lugar para averiguar todos sus entretejidos por lo que me limité a quedarme callada y llevar mis pensamientos a otra parte.

       Los ojos de la mujer nos recorrieron a Eris y a mi de pies a cabeza para luego dar un simple sentimiento.

       —Me complace ver que las prendas elegidas os sientan bien a ambos —Eri asintió suavemente _¿Sentís alguna incomodidad?

      —No —Contestó simplemente el cobrizo hacia su madre _Agradezco la preocupación, mi lady.

       El tono distante entre Eris y su madre era algo a lo que dudaba poder acostumbrarme pronto. Sobre todo cuando los pocos recuerdos que yo conservaba de la mía estaban llenos de calidez y amor.

      No había "mi lady" o "madre", era siempre "mamá", o "mami", ella jamás me había hablado con distancia o referido a mi por mi nombre de manera fría, siempre era "cielo, cariño, mi niña".

       Pasos firmes y pesados resonaron a nuestra espalda obligándome a girar rápidamente para encarar de nuevo las escaleras. Beron ya estaba aquí.

       No me permití dudar o arrepentirme, me lancé silenciosamente en su dirección.

       Me deslicé dentro de su mente y para mi sorpresa, las espesas puertas de acero que encontré frente a mi, simplemente se abrieron de par en par sin esfuerzo alguno. Dudé un segundo, medité si era yo misma quien se había colado gracias a mi habilidad o si había sido él quien me había dejado entrar. ¿Me habría notado? ¿Era todo una trampa?

       Negué todo eso para mi misma y seguí adelante, fui rápida. No me permití asombrarme por la cantidad de recuerdos que había en aquel lugar, todos almacenados en montañas tan altas que mi visión apenas podía alcanzar el final de las misma. Llegué al punto exacto donde podía ver como el recuerdo y la imagen mental de todos los presentes se creaba poco a poco, y dejé caer allí la imagen mental.

      Me deslicé fuera de su mente tan rápido que no me molesté en ser cuidadosa, simplemente salí huyendo después de haber completado mi tarea.

       Solté el aire que no sabía que había estado reteniendo. A mi lado, Eris apretó ligeramente el agarre que había posado sobre mi cintura, dándome una silenciosa palmadita de apoyo.

       No pude evitar deslizarme dentro de su mente para confirmar lo que él ya sabía.

        "Está hecho, todos me verán como soy" Dejé aquel fantasmal canal abierto, no muy segura de si sería necesario comunicarme con él más adelante.

      ¿Quienes irían a esa reunión? Claramente mi hermano y Feyre estarían presentes pero, ¿irían también Mor, Azriel, Amren y él? ¿Acaso Nesta y Elain irían? Fuera como fuera, la duda me estaba comiendo viva por dentro y el ardor que sentía en la garganta comenzaba a marearme.

      Beron se deslizó con gracia y elegancia hasta los últimos escalones donde fue recibido por la Lady de Otoño quién fue la primera en inclinarse ante él, los demás copiamos el gesto segundos después.

       —Todo está dispuesto para nuestra marcha, esposo —Anunció la mujer poniéndose de nuevo en pie.

       Beron ni siquiera le dedicó su atención, en su lugar sus ojos cayeron sobre mí con cierta advertencia y sospecha. Me miró de pies a cabeza y por un segundo dudé de si realmente mi trabajo había funcionado.

      "Mi trabajo está hecho, el glamour está sobre ti y tu aroma está lleno del mio. Nadie podría decir que no eres mi compañera" Informó Eris directamente a mi cabeza. Yo relajé mis hombros y tomé una larga inspiración.

      —Al menos ahora no parece una simple intrusa —Murmuró Beron con desprecio, su rostro arrugado en disgusto —Sigue siendo débil. Sigue siendo inutil.

       Ciertamente aún seguía siendo delgada, pero poco a poco mi cuerpo se estaba amoldando con curvas saludable sy los músculos me permitían poco a poco adaptarme a situaciones en las que antes me habría desmoronado indefensa.

       Eris respondió en mi lugar.

       —Yo me encargaré de hacerla digna de su posición padre, no tenéis que prestar atención a eso —El Alto Lord de Otoño observó con algo de incredulidad a su hijo pero decidió no contestar.

       En su lugar volvió a fijar toda su atención sobre mi y luego en su mujer.

      —¿Le has enseñado a comportarse durante el día de hoy? ¿Conoce nuestras reglas? —La lady asintió silenciosamente —No permitiré ni una sola falta.

      —Ella conoce las reglas a la perfección, si las incumple yo misma me encargaré de disciplinarla adecuadamente —Beron mantuvo el gesto de desprecio.

       —¿Conoces tu castigo si ella desobedece? —La lady asintió y a mi se me revolvió aún más el estómago.

       A mi lado Eris se tensó con violencia pero lo disimuló rápidamente.

       Conocía bien las reglas, sí. A partir del momento en que abandonáramos la mansión mi boca debería estar sellada pasara lo que pasara. Nos e me permitía entablar conversación con nadie, a diferencia de que fuera macho o hembra quien se dirigiera a mí, yo permanecería muda daba igual las circunstancias.

      ¿El castigo para mí? No estaba muy segura pero, ¿el castigo para la lady? Seguramente una noche de golpes dados por el propio Beron.

       No me gustaba del todo la idea de no tener ni voz ni voto, sobretodo cuando la reunión trataba sobre aquella Sombra que alguna vez me había llamado, afectándome como nada hasta ahora lo había hecho. Aun no me había atrevido a contarle a Eris sobre aquel día pero, sabía que tarde o temprano necesitaría contárselo porque, incluso cuando yo misma no volviera a pisar Bajo la Montaña, necesitaba conocer los detalles de lo que estaba ocurriendo.

        —Marchemos de una vez —Gruñó Beron encarando la amplia puerta que nos conducía al exterior de la mansión —No seremos los últimos esta vez.

        Nadie dijo nada más, simplemente todos seguimos al Alto Lord hacia el exterior.

        Verano era la corte colindante por lo que no estaba muy segura de cómo nos trasladaremos pero, al ver que no había un carruaje o caballos preparados al final de la terraza del jardín pronto deducí que nos tamizaríamos.

       —Aférrate bien a mi, el viaje puede ser movidito —Murmuró Eris en mi oído. Yo no esperé para obedecer y envolví mis brazos alrededor de su cintura mientras él hacía lo mismo conmigo, llevándome fuertemente contra él.

        La última vez que me había tamizado no había terminado muy bien, ya que había estado inconsciente por uno o dos días.

       Rahan para mis sorpresa posó una de sus manos en el hombro de Eris a disgusto, y no me dió tiempo de interrogar mediante el canal con Eris el porqué de aquel esto antes de que el mundos se dobló en dos y un viento violento nos sacudió durante largos segundos antes de que la calma volviera a nuestro alrededor.

       Me mantuve aferrada a Eris aun cuando estaba segura de que mis pies había vuelto a tocar el suelo y la brisa cálida propia del verano golpeaba mi rostro.

       Escuché una risa y luego un grueso gruñido, Eris palmeó suavemente mi cadera y eso me animó a abrir ligeramente los ojos.

       —Ya está, ya puedes abrir los ojos —Murmuró solo para mi.

       Poco a poco me adapté a los imponentes rayos de sol y, mi boca casi cayó al suelo ante la imagen frente a mi.

       Tuve que cerrar ligeramente los ojos para adaptarme al brillo que se reflejaba sobre las aguas turquesas frente a nosotros, y tuve que suspirar par asegurarme de que el calor no porvenir ni de mi ni de mi cercanía a Eris si no del propio aire seco que nos rodeaba.

         Parpadeé varias veces observando la extensa playa frente a nosotros y a como el agua mojaba sus orillas tornando la arena dorada en un marrón claro.

        Habíamos aparecido en una plataforma en la base de un palacio construido en una piedra de color tostado semejante a la arena mojada a tan solo unos peis de distancia. A lo lejos, se podían observar un montón de edificios de piedra blanca que brillaba bajo el sol.

        En el cielo un centenar de aves sobrevolaban el palacio y piaban con un grito agudo. Gaviotas.

        No había ni una sola nube en toda la inmensidad azul sobre nuestras cabezas.

        También había un centenar de puentes que unían la isla con el resto de la tierra a su alrededor. Algunos lo suficientemente altos como para que los barcos que llenaban las aguas cruzaban bajo ellas con las velas sin replegar.

        —Bienvenidos a Adriata —Mi atención recayó entonces hacia el grupo de cerca de veinte personas que no esperaban al otro lado de la plataforma.

       El macho que habló debía de ser Tarquin, el Alto Lord de Verano. Esto lo deducí gracias a su cuidado aspecto y a lo caras que lucían sus prendas, aunque, para mi sorpresa, su rostro era bastante joven si se comparaba con cualquiera de los otros Altos Lores.

        Su piel bronceada era unos tonos ligeramente más clara que la de Helion pero, no había mucha diferencia y esta resultaba un gran contraste con su blanco alrededor y las prendas claras que vestía, estas tenían un suave tono aguamarina que conjuntaba con el tono de sus ojos.

       Era muy atractivo, eso también era innegable. Sobre todo lo que más llamaba mi atención era el tono platinado de su cabello, semejante al que yo había tenido semanas atrás y aún conservaba bajo las capas de tinte anaranjado.

       —No finjas amabilidad Tarquin —Bramó Beron en respuesta caminando hacia él y su séquito. Eris lo siguió de cerca y me incitó a seguirlo.

       Yo me mantuve detrás de él, casi a la misma altura con la que la Lady seguía a su esposo. No muy lejos pero nunca a su altura. A mi espalda los dos hermanos menores de Eris.

       Para mi sorpresa, la atención del joven Alto Lord de Verano rápidamente cayó sobre mi y no pude evitar buscar esconderme detrás de Eris.

       —Veo que finalmente hay una nueva suma a vuestra familia _La atención de Tarquin fue hacia Eris quien lo recibió con una mueca violenta —Me alegro de que hayas encontrado a tu compañera.

       —Aprecio tu amabilidad pero no le dirijas la atención si no quieres perder tus bonitos ojos, Tarquin —Amenazó Eris con un tono suave.

        Era extraño verlo de aquella manera después de todos estos días, de nuevo con aquella estúpida máscara de crueldad y maldad, sin embargo no había otra manera.

       —Recordar que esta reunión es un lugar libre de violencia, no queremos que ocurra nada semejante a la última vez ¿Verdad?—Había algo de diversión en la voz de Tarquin y la verdad, no se esforzó mucho por ocultarlo.

        La fresca brisa marina azotó mi cabello y me obligó a dirigir la mirada al suelo para evitar que los mechones de cabello sueltos se entrometieran en mis ojos.

      —Si el murcielago rabioso de Rhysand vuelve a ponerme la mano encima sus manos no serán la única parte de su cuerpo que acabe chamuscada —Respondió Eris desafiante.

        La mención de Azriel enseguida me hizo cuestionarme qué había ocurrido durante la anterior reunión de Altos Lores pero, no era ni el momento ni el lugar para preguntar por lo que decidí mantenerme al margen.

       Tarquin iba a responder algo pero el aire se sacudió junto a nosotros y un grupo de personas apareció a pocos centímetros de nosotros.

      Al observarlos comprendí porque Beron había pensado que yo venía de invierno.

       Kallias y Viviane, el Alto lord y la Lady de Invierno, eran casi una especie de imagen de lo que yo había sido, aunque sus pieles tenían un tono más frío que la mía y sus ojos se alejaban mucho del tono rojo que yo poesía.

       Sus ojos eran de un tono azul que parecían trozos de hielo cortados del pico de una montaña. Vestía una chaqueta azul de un material que se veía demasiado caluroso para el lugar en el que se encontraba, con hilos de plata y un forro blanco que envolvió su cuello y mangas.

       A su lado, la mujer era deslumbrante. Con una figura esbelta a excepción de su estómago el cual se encontraba muy, muy hinchado. Estaba embarazada y a juzgar por el tamaño, no le debía de quedar mucho tiempo para finalmente convertirse en madre.

       —Beron —Saludó Kallias con un tono tajante.

       Definitivamente la relación de Otoño con todas las cortes no era la mejor.

      —Kallias —Respondió este. Sus ojos fueron entonces hacia la mujer y hacia su abultado vientre —Veo que no te falta mucho para conocer a tu heredero.

       —Heredera —Interrumpió la mujer, Viviane, dando un paso al frente para situarse junto a su esposo _Según la matrona seguramente sea una hembra.

       El rostro de Beron se encogió con desagrado. Estaba segura de que este respondería algo desagradable, y no era la única puesto que Tarquin interceptó el momento y, llamando la atención de todos, habló en alto.

       —Bueno, basta de saludos. Adentrémonos a esperar a los demás, este sol no hará nada bueno por vuestras pieles desacostumbradas —Viviane sonrió ampliamente a Tarquin y no esperó para acercarse a él a el resto de personas que lo acompañaban.

       Ambos rápidamente entablaron una conversación mientras dirigen el camino hacia el interior del amplio palacio, Killias los seguía de cerca, esté conversando con una mujer muy semejante en aspecto a Tarquin.

       No me pasaron desapercibidas las miradas que ambos me dedicaron ligeramente durante todo el trayecto y, no necesitaba ser muy inteligente para saber que durante la reunión de hoy, y también los días siguientes, yo misma sería un buen tema de conversación.

       "¿Quién es ella?" Pregunté directamente a Eris de manera en que nadie más pudiera escucharme "La mujer que habla con Kallias"

       Él levantó ligeramente la mirada fingiendo observar la cuidada decoración del lugar.

       "Cresseida, princesa de Adriata" Murmuró en respuesta "Una hembra bastante desagradable si me preguntas a mi"

       Quise sonreír pero guardé el gesto.

        "Estoy segura de que si le pregunto por tí recibiría una respuesta semejante" Eris se giró ligeramente para darme una mirada de reojo, y ví la diversión flotar en sus iris cobrizos "Puede ser, pero la verdad solo me importa una opinión de los aquí presentes"

       Abrí los ojos sorprendida y ese gesto no pude ocultarlo.

       "¿Quien?" Cuestioné de vuelta.

       Él volvió a mirar al frente y sostuvo ambas de sus manos a su espalda.

       "La tuya"






×           ×           ×






° C A S S I A N °

       Verano era el mismo lugar de siempre, pero sin uno de sus edificios supongo.

       Al parecer, y en una primera visión del territorio sobre el que sobrevolaba, aún no habían decidido reconstruir el viejo faro.

       Ligeramente por detrás, el carruaje tirado por los pegasos de Helion había comenzado a descender por lo que Azriel y yo lo hicimos también.

      En la plataforma de aparición no había nadie, más allá de un muchacho que observaba a sombra a los caballos alados de Día.

       Cuando mis pies pisaron la piedra tostada la puerta del carruaje se abrió dejando que Helion y Rhysand barajan primero, este se giró seguidamente para tender la mano a Feyre quien no tardó en aceptarla y descender del amplio transporte, luego Helion hizo lo mismo para Nesta y este para su hermana menor.

       Ambas dos observaron con los ojos como platos su alrededor, y es que, aunque Nesta ya hubiera pisado otras cortes como Amanecer, no se podía negar que estuviera asombrada. Ninguna corte se parecía a otra y, siendo sincero, Verano tenía un encanto que ninguna otra corte tenía.

        —Es precioso —Sonrió ampliamente Elain mientras se encaminaba a la baranda que daba directamente al mar. Nesta la siguió de cerca fingiendo algo de desinterés, aunque sabía perfectamente que estaba tan asombrada como su hermana.

       —Adriata es hermosa —Dijo Feyre observando a sus hermanas —Si Tarquin nos lo permite, estaría encantada de enseñaros la ciudad más tarde.

        Elain asintió rápidamente y Nesta fue la que respondió con elegancia.

       —Elain y yo estaríamos encantadas —Feyre asintió y le dedicó una amplia sonrisa a su hermana mayor.

       Ciertamente su relación mejoraba con el paso de los días y, después de lo que había sucedido durante las últimas semanas, su vínculo se había vuelto ligeramente aún más estrecho ya que, durante todos los días que Nesta había estado recluida en su habitación, Emerie y Gywn no habían sido las únicas que la habían hecho compañía.

       —Altos Lores, Día y Noche —Habló el muchacho de piel oscura que aún seguía embelesado por los animales a tan solo unos metros —Invitados —Se dirigió al resto de nosotros —Si me permitís, os guiaré al interior junto al resto de cortes.

      Tanto Helion, como Rhys y Feyre asintieron y el joven dió inicio hacia nuestro camino al interior.

      Nos llevaron al interior del palacio y me sorprendió que no había grandes cambios desde la última vez que había pisado aquel lugar.

       Algunos detalles se veían más nuevos, o algunos simplemente reparados. Había pasado bastante tiempo desde el ataque de Hybiern a la ciudad pero, no todos se reparaba en un día.

       Los pasillos seguían con su usual decoración de salpicaduras de conchas marinas, de ventanales infinitos que llenaban el lugar de una luz impresionante y de fuentes de agua fresca. Los candelabros de vidrio marino se balanceaban suavemente gracias a la brisa marina.

       Los cortesanos que nos cruzabamos en nuestro camino todos iban vestidos con sedas de color claro que resaltaba la mayoría de veces su piel bronceada por el sol. No había ni un solo mortal inferior. Ni uno solo.

      Mirando al frente me percaté de que Feyre y Elain habían comenzado una conversación con el muchacho que nos guiaba sobre la festividad de Nynsar, no era una fiesta muy importante por lo que yo tenía entendido y aún quedaban varios meses para su celebración pero Elain se había visto interesada en las flores autóctonas de la corte.

        Las grandes puertas de una habitación con el techo en cúpula se abrieron para nosotros. Las paredes de la misma semicircunferencia estaban revestidas con roble blanco, —o eso es lo que yo creía—, también vidrio verde, los ventanales del lugar daban al borde de la bahía desde donde se veía el mar infinito.

       El agua de verano era ciertamente especial, con un tono y una viveza que no se encontraba en ninguna otra costa del territorio.

       Voces llenaron la sala y rápidamente mis ojos recayeron sobre el grupo de personas ya presentes, todos dispuestos en algunos de los nueve sillones de roble colocados en forma de círculo.

        Pero no fue eso lo que me hizo girar la cabeza, no fue que el gran vientre de Viviane el que llamó mi atención, ni tampoco la manera en al que Feyre sonrió hacia la embarazada, no, fue el grupo alejado y silencioso de Otoño, con Beron ya ocupando su lugar en el gran sillón de roble.

      Fue la menuda figura que se escondía entre Eris y la Lady de Otoño, el rostro delgado y desconocido que me miraba con ojos nerviosos.















.

×          ×          ×

¡AYYYYYYY!
Se vienen cositas.

La verdad, he estado gritando uuuun poquito mientras escribía este capítulo y el siguiente 🫣
Espero que vosotrxs lo hagáis leyéndolo.

Esta semana ha sido algo estresante porque, seguramente no lo sabéis, o si, pero soy disléxica y, aunque no tengo un grado muy alto, a veces me dan momentos en lo que no sé escribir.
Esta semana ha sido un momento de esos jajajajaja

Tendríais que ver las patadas que le he metido al diccionario.
Igual encontráis alguna porque incluso corregir me ha costado.
Entended mi estupidez, por favor <3

Sin mucho más, os voy a dejar moriros de la intriga, aunqueeeee....

Estoy pensando celebrar los 20k de lecturas con un pequeño maratón de tres capítulos, haciendo así que tengáis la reunión de Altos Lores de manera más fluida.

¿Qué os parece?
¿Os gusta la idea?

Para despedirme os dejo estos fanarts de los que me he enamorado y que, si imagino un poco puedo ver a Vyneea en ellos <3

Son Nesta y Eris pero, imaginar a Vyneea y Eris en la escena en el bosque
🥹

Y aquí, pues el futuro que espero que Eris y Nesta tengan algún día 🥹❤

Y también informaros, —o recordaros ya que no sé si alguna vez lo he dicho—, de que teneís la playlist que utilizo para escribir disponible en Spotify.
Por si quereis ver que canciones uso para escribir este fanfic, os advierto, tengo gustos algo deprimentes.

Usáis el codigo de la imagen o ponéis ACOSAB ✨ en el buscador y os debería de salir 🤭

BYEEEEEEEE!

Redes: @/Thegirlunderthelines
              @/marta_xff

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