One Shots - Camren

By Ghostly_trick

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Aquí vamos de nuevo, iré subiendo de a poco esperando que me apoyen tanto como en el primer libro Love u <3 More

Mi jefa la idiota
GAMER
GAMER 2.0
CRUSH
Adicciones
Asistencia médica
I hate you
Practicando
Señora Cabello
Prohibido
Purify
¿Cansado de tu esposa?
Cansada de mi esposa
KITTENS
Travesuras
3 a.m.
SUCKER PUNCH
YES SIR
Kink
Play with me
ALL THESE YEARS
Baby C
Baby C + L
KITTY LITTER
MECHANIC
Devil in the details
Be mine
LITTLE SISTER
CANDY
Sex club
Provócame
Maleficent
COWGIRL
LVXVRIA
m o m m y
Firefighter

Lýkos

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By Ghostly_trick



Las mañanas por lo general eran tranquilas, llenasde paz dónde podías disfrutar libremente del climaque la estancia te brindaba. Disfrutaba ver salir el soly la manera en la que calentaba mi piel aunque, mipiel siempre era caliente, no se puede esperar menosde un licántropo. Extrañamente esta mañana no fuebuena, por lo menos para mí, me había despertadocompletamente empapada de sudor al tener extrañasimágenes en mi cabeza, mi sueño había sidoperturbador aunque, no tenía nada claro pues norecordaba mucho de ello.

Éramos una manada pequeña que disfrutaba de suespacio, no nos gustaba mezclarnos mucho con loshumanos pues esos seres eran crueles si así loquerían, lamentablemente al ser su Alfa debíamantener nuestra estancia en orden, hablo en generalpero también de lo económico así que tenía unempleo de humanos. Poco antes de que mis padressufrieran un extraño accidente ellos habían heredadotodo lo que tenían para mi, una pequeña empresa depaquetería y mensajería. No era de mi agrado peromantenía mi cuerpo y mente ocupados.

Cada día para mi era más difícil subsistir, cadadía me hacía más vieja y no había encontrado mipareja destinada por la luna, mi mate, no era cómo sitodo el tiempo estuviera pensando en ello de hecho,cuando recién me había hecho cargo de la manada yde la empresa no tenía cabeza para citas y esas cosasrománticas pero, con el paso de los años mi lobo melo exigía cada día más. Pareciera que sería uno deesos casos extraños donde mi lobo moriría desoledad, trataba de no meter esa idea en mi cabezapero ver a mi familia con sus parejas a veces noshería. 

—Encontraron a una mujer herida cerca de loslímites — Me informó Dakota, mi mano derecha,sacándome de mis pensamientos. Levanté la miradasólo para ver su rostro lleno de preocupación.

—Sólo dilo.

—Es de los nuestros.

—¿A que te refieres? — Fruncí el ceño —¿Hirieron a alguien de la manada? — Gruñí.

—Ella es un licántropo pero... no es de nuestramanada.

—¿Quién es? — Estaba confundida. Nuestramanada era la única en al menos ochenta y cuatro kilómetros a la redonda.

—No lo sé, jamás la había visto... su olor meconfunde.

Me puse de pie sin querer escucharla más, medirigí a toda prisa hacia la casa que considerábamosnuestro hospital.

Todo era silencioso al llegar ahí, me preocupabaver los rostros desencajados de mi gente, nada podíaser bueno. Subiendo de a dos escalones llegué a laúltima habitación, no entendía cómoinconscientemente me había guiado hasta ahí, micorazón latía con fuerza y rapidez mientras abría lapuerta.

Y ahí en medio de la cama, una mujer mediodesnuda con el cuerpo temblando y completamentesudado. Mi visión se nubló enfocando a aquellamujer de tez pálida, escuchaba su corazón latiendotan rápido a la par del mío, en medio del delirio ellaabrió sus parpados posando sus ojos verdes en losmíos, todos los vellos de mi cuerpo se erizaronmientras sentía cómo un millón de descargaseléctricas recorrían toda mi columna, de mi pecho seescuchó un gruñido fuerte y claro.

Estaba acabada.

—Mía - Murmuré.

Me acerqué con decisión hasta la cama dónde mimate yacía lastimada, el curandero de la manada secolocó frente a mí, aquel fue su terrible error. Conun empujón lo envié al otro lado de la habitación,gruñí para él y para el resto en la habitación,asesinaría a cualquiera que quisiera interponerse enmi camino y no sólo eso, mataría a quien habíaherido a mi mate. Mis dientes comenzaron a salivarcómo un perro rabioso mientras me acercaba a ella,mi lobo se apoderaba de mi, para cuando llegue a lacama mi forma había cambiado. Mi lobo se montó ala cama encima de ella lamiendo las heridas queencontraba a mi paso, ella tenía cortes por todaspartes pero una herida profunda en su costadoizquierdo.

Mi enorme lobo se acostó cerca de ellaprotegiéndola de todo, gruñí y mostré mis dientes acualquiera que quisiera acercarse a ella. Dakotaentendió que nadie tenía que estar haciendo nada ahíasí que ayudó al curandero a salir de la habitaciónjunto a los otros chicos que merodeaban por el lugar.

En su inconsciencia la mujer de ojos verdes seacurrucó contra mi cuerpo calentando mi corazón.

Ella era mía para proteger y amar por el resto denuestras vidas.

Sin darme cuenta después de pensar muchotiempo dormí también a su lado, no sabía cuántashoras habían pasado supongo que varias puescuando abrí los ojos estaba todo oscuro, meencontraba en mi forma humana aferrándome alcuerpo de la mujer de ojos verdes, ella estabatratando de alejarse de mi, trataba de deshacerse demi agarre.

Como si pudiese.

Gruñí y fruncí el ceño logrando ponerla tensa, mecoloqué encima de ella pero sin llegar a lastimarla.

Esa mujer sería mi muerte.

No estaba lejos de la verdad. 

—Necesito irme — Fue lo que dijo.

—No — Respondí simple.

—No me hagas daño — Sus ojos gritaban miedo,lo que me hizo relajar mi postura.

Con cuidadoacerqué mi mano a su mejilla y la toqué condelicadeza.

—Jamás te haría daño, mi luna — Susurré —Moriría antes de hacerlo — Ella estaba confundidapero aún queriendo deshacerse de mi agarre.

—Necesito irme — Repitió.

Tal vez debería comenzar por vestirme. 

Así lo hice y también hice que se mantuviera enla cama ya que su herida no estaba del todo sanada,verla en aquella cama hacía a mi lobo querer aullarde gloria, verla en la cama desnuda me ponía másdura y con ganas de montarla para llenarla con miolor y después morderla para que el mundo enterosupiera que esa bella licántropo era mía más nopodía apresurar las cosas. 

Había algo en ella que medesconcertaba, su olor y su manera de actuar eraconfuso para mí. 

Ella olía a poder pero se comportaba comoinferior. 

No quería apresurar nada ni decir algoequivocado pero me atrevía a decir que la mujer enla cama era un Alfa, y si era así, era aún másconfuso para mí. Había escuchado historias viejassobre uno en un millón que ocurría, que dos Alfasfueran emparejados por la diosa Luna aunque, noquería muchas explicaciones, mi lobo estaba enfadado al saber que alguien había lastimado anuestra hembra. 

Fue incorrecto pero cuando salí de la habitaciónpuse a dos hombre cuidando la puerta, no podíaarriesgarme a que ella tratara de huir, no saldría porla ventana porque ella estaba débil aún. Fui a buscaralgo de comida y prendas con qué vestirla, lallevaría a mi casa dónde pertenece. 

Cuando regresé a la habitación ella estaba de piecon una mano sobre las vendas que ahoracomenzaban a sangrar, gruñí más alto de lo quequería haciendo que ella me mirara con temor. Dejéla charola metálica con la comida sobre una pequeñamesa y caminé hasta ella tomándola en mis brazosllevándola a la cama nuevamente.

—Te harás daño, ¿Es que no lo entiendes? — Susojos se aguaron y a mi me daban unas ganasenormes de protegerla de todo el mal posible —Tienes que comer y luego nos iremos a casa.

—¿Casa?

—Sí, a casa. Nadie te hará daño ahí — De algunamanera su cuerpo se relajó un poco y aceptó la sopaque le ofrecía.

Alimenté a mi chica deseando hacer tantaspreguntas posibles pero no quería abrumarla denuevo, ella estaba poniéndose cómoda con mipresencia apenas, no quería arruinarlo. Luego decasi una hora ella estaba satisfecha, lo notaba por lopacífica que se veía, verla de esa manera me hacíatener pensamientos profundos, me encantaría verlallena y satisfecha de mí. Me reprendí mentalmente,no podía estarla viendo cómo si quisiera comerla ola asustaría pero, desde que la había visto estamañana estaba tan dura cómo una roca y no iba abajar hasta marcarla con mi semilla, sabía que estoocurría cuando encontrabas tu alma gemela más nosabía si era cierto pues dicen tantas cosas fantasiosassobre los licántropos.

—¿Cuál es tu nombre? — Pregunté una vez queestuvimos en casa y la coloqué en mi cama. Mi lobosalivaba al verla más cerca de mi. 

—Lauren — Me sorprendió que supiera sunombre pues parecía tan descolocada. Ahora parecíamás confiada —¿Quién vive aquí? — Susurrómientras veía con detalle la habitación. 

—Sólo yo — Asintió.

—Huele sólo a ti — Me senté al borde de lacama. Sabía que ya estaba un poco más consciente y  segura de sí misma, ella hablaría —Eres mi mate —Gruñí mientras sonreía —No puedo quedarme a tulado, no es seguro.

Esperaba que dijese todo, cualquier cosa menosaquello.

Fruncí el ceño mientras comenzaba a mirar enrojo, ella no podía hablar enserio.

—Déjame explicarte — Ella tomó mi mano yautomáticamente mi lobo se tranquilizó, él queríarozarse contra Lauren.

Ella comenzó a hablarme sobre cómo un grupode humanos científicos habían capturado a cada unode los integrantes de su manada hasta que lacapturaron a ella. Lauren me contó el infierno por elque había pasado en aquel domo de pruebas cómo lohacían llamar. Los humanos querían obtener cadacélula de ellos y así poder clonarlos, le inyectarontantas cosas que poco a poco su fuerza y rapidezfueron desapareciendo. 

—Quieren un ejercito de lobos pero tambiénquieren "La cura" — Lauren suspiró con tristeza yno la culpaba, habían asesinado a su familia —Lamento decirte que nuestra raza está en peligro...hay licántropos y transmutadores detrás de todo esto también — Solté un jadeo de sorpresa. Lauren miróhacia la ventana —No confíes en todos aquí, mipropio hermano entregó a nuestra manada... 

Ya no pude responder pues el timbre de mi casasonó, olí a Dakota. 

Miré fijamente a Laurensabiendo de inmediato a qué se refería con suspalabras.¿Dakota?¿Mi maldita mano derecha?Mi mandíbula trono cuando me puse de pie perola cálida mano de Lauren me detuvo por unmomento. 

—No puedes enfrentarla ahora — Susurró tanbajo. Asentí.

Tomé respiraciones profundas mientras bajaba lasescaleras, cuando llegué a la puerta Dakota estabaahí con una mirada curiosa, ella pregunto porqué mehabía llevado a Lauren a lo que respondí que podíadesaparecer con mi mujer del mundo entero siquería. Dakota aún me temía pues sabía que mifuerza era superior a la suya, la traidora hizopreguntas y puse todo de mí para no asfixiarla en esemomento, le respondí que la mujer aún no habíaquerido hablar conmigo lo que pareció convencerla

Casi tuve que echarla de mi casa, nuestra casa,después de casi media hora.Al regresar a mi habitación vi a Laurendurmiendo de nuevo, hacía a mi lobo feliz sabiendoque aunque no lo había dicho, ella me habíaaceptado.

Daría mi vida para protegerla. 

Después de pasar cerca de cuatro horas pensandosobre lo que podía hacer para mantener a salvo a miluna pero también a la manada opté por hablar conLauren en privado donde nadie pudiese escucharnos,aquí no era seguro para ella, mucho menos despuésde que todos supieran que es mi mate. Sabía dellugar perfecto para escondernos por lo menos un parde días, por eso cerca de las tres treinta de la mañanatomé a Lauren entre mis brazos y la llevé al norte apor lo menos veintiocho kilómetros lejos de dondehabitaba nuestra manada. Ahí, una cabaña escondidaen medio de la nada, parecía que apenas teníaespacio por lo pequeña que era pero sabía que eraperfecta para mantenernos a salvo.

Lauren aún estaba débil pues en todo el caminoella no se había movido, permaneció dormidaaferrada a mi cuerpo. Antes de que te lo preguntessí, me la lleve todo el tiempo en brazos, preferíacaminar que usar algún automóvil. Permanecí despierta velando el sueño de Lauren hasta que losrayos del sol se colaron por la ventana dando delleno a su rostro sereno. Supongo que ella sintió mimirada pues comenzó a removerse de a poco hastaque sus ojos se abrieron mirándome fijamente paradespués regalarme una tímida sonrisa.

—¿Hasta dónde fuimos? — Su tono de voz meerizó la piel.

—Hasta donde no vas a preocuparte por nada demomento.

Dije para después ponerme de pie e ir al baño ypreparar una tina de agua caliente para Lauren.Apostaba todo a que esto le sacaría una sonrisa másy así fue. Ella sonrió agradecida mientras la ayudabaa desnudarse y a entrar a la tina, traté de ignorar lodura que estaba mi polla mientras la veía sumergirseen el agua, no vi su cuerpo con lujuria aunquequisiera, la vi con adoración para después salir deahí, ella tenía que saber que la respetaría en todoslos sentidos, ella tenía que saber que podía confiaren mi bajo cualquier circunstancia. Luego de largosminutos escuché sus finos pasos por el pasillo hastaque la vi en el umbral de la cocina, yo la esperabapara que tomáramos el desayuno juntas y después habláramos con calma, saber cada detalle de su vidame tenía ansiosa.

Lauren camino hasta llegar a mi lado y esperé aque se sentara en la silla de madera a mi ladoderecho pero me sorprendió, ella aún con susmejillas sonrojadas se sentó sobre mis piernastomándome la mano para ponerla sobre las suyas.Confieso que, eso me calentó la sangre a niveles queno sabía que eran posibles. Sus ojos verdes brillabanmanteniendo mi cuerpo inmovilizado, veía suslabios moverse pero no podía escucharla estaba tanconcentrada en el gruñido feroz de mi lobo interno ymi polla que estaba queriendo rasgar las capas detela que llevaba encima.

—¿Camila? — Me tomó por las mejillasviéndome preocupada —¿Estás bien? — Fruncí miceño al haberle hecho preocuparse por mi, ella nodebía preocuparse por nada, nunca —Lo siento —Dijo de un momento a otro desviando la mirada yqueriendo levantarse de mi regazo. Coloqué mimano extendida sobre su vientre impidiendo que selevantara para después pegarla un poco más a mi.Escuché su pequeño jadeo cuando sintió la cresta demi polla rozarse bajo su generoso trasero. Ella habíadado ese primer paso, y yo ya no me detendría.

—Nos hice el desayuno — Dije acercando elplato a nosotras pero sin quitar la vista de susmovimientos —Tengo que alimentarte. 

Ella estaba débil aún y si pretendía marcarla conmi olor necesitaba que estuviera un poco másrecuperada.

Tomé su mano cuando trató de alcanzar loscubiertos para comenzar a comer, no mentía cuandodije que necesitaba alimentarla, yo lo haría. Le ditrozos de fruta en la boca obteniendo pequeñassonrisas de agradecimiento, ¿Porqué verla tomar lafruta entre sus labios me estaba poniendo máscaliente? No lo sabía pero no era la única que estabaexcitándose, olía el aroma que Lauren desprendíaentre sus piernas, era dulce y embriagador,seguramente si ponía mi boca ahí querría beberdesde la raíz ese dulce néctar que ella soltaba por míy no querría desprenderme jamás.

Sus dientes mordían la fruta fresca haciendo quesus labios quedaran húmedos por el jugo, en algúnmomento me olvidé del cubierto y tomé la fruta conmis propios dedos acercándola y sintiendo suscarnosos labios calientes rozarse con las puntas,sentía calor, calor intenso, ella gemía ante el saborde la fruta y refregaba su trasero en mi regazo.

Estábamos tan sumidas en nuestra pequeña burbujaque no noté cuando la fruta se había acabado,Lauren sorprendiéndome una vez más cuando agarromi mano entre las suyas y se la llevó a los labios,chupándome los dedos. Mi polla iba a explotar bajomis pantalones de pijama. 

—¿Tú no comerás? — Preguntó cómo si noestuviéramos a punto de devorarnos. 

—Pronto — Dije con la voz temblorosa cargadade deseo por probarla. Ella se removió sobre miregazo haciendo que mi dura polla se encajara entresus glúteos una vez más. Oh tantas cosas que yoharía con ese trasero —¿Te gustó? — preguntémientras la acercaba más a mi, manteniendo una demis manos sobre su grueso muslo. 

Asintió. 

—Mucho — Ella se presionaba contra mierección con las mismas intenciones que yo tenía,aliviar un poco el dolor allá abajo —Me gustó...mucho — Dijo mientras colaba una mano entrenosotras y sentía el grosor de mi polla —Márcame,por favor —Murmuró rogándome. 

Mi lobo internogruñó tan fuerte y claro queriendo salir a buscar lamontaña más alta y aullar en señal de victoria. 

Mis dedos se enterraron en su cabello y muslo,mis labios se unieron a los suyos y gemí sobre ellos, sabía a dulce. La besé durante tanto tiempo hastaque nuestros labios se hincharon por ello, Laurenseguía tocándome a veces haciendo presión en lapunta, se retorcía sobre mí, yo podría estar segura deque había dejado una mancha de su humedad sobremis pantalones. Los platos que había colocado sobrela barra estaban ahora hechos trizas en el suelo,había montado a Lauren sobre la superficie con másfuerza de la que debería pero ella no se habíaquejado, al contrario me había tomado con la mismafuerza del cuello para besarme de nuevo, conmovimientos rápidos y torpes rasgamos nuestra ropahasta quedar piel contra piel, mi dura verga punzabasobre su blanco muslo, manchándola de pre-semen yaunque estuviera doliendo cómo el infierno teníaque asegurarme de que ella estuviera de acuerdo.

—Necesito montarte — Susurré mientras lamia yencajaba un poco los dientes en su cuello —Porfavor — Fue mi turno de rogar mientras mis manostocaban tanta de su piel caliente cómo podía. 

—Soy tuya.

Dijo antes de empujarme un poco y darse lavuelta para ofrecerme su trasero. Me aferre a suscaderas, besé desde su nuca hasta su espalda dejandoun camino de besos por toda su columna. Mi boca salivó cuando mordí sus glúteos llenos de carne, caíde rodillas mientras los abría para revelarme eltesoro por el que había pasado tantos años en espera,su coño era rosado al igual que su pequeña otraentrada, sus labios estaban completamenteempapados. Pasé mi lengua desde su clítoris hasta supequeño agujero donde ensalive un poco más ahí, laimpregnaría con mi olor en todos lados posibles.Lauren siseó ante el primer toque.

—Camila... — Ella gemía mi nombre al sentirmi lengua acariciarle el coño, jugué un poco con susentradas lamiendo y chupando sus labios desde atráshaciendo que se retorciera y de placer se frotara enmi cara. Ella podría marcarme cómo quisiera.Acariciaba sus nalgas con una mano mientras que,con la otra, mis dedos se enterraban en su coño yluego acariciaba su pequeño agujero. —Camila, porfavor... — Moví mi lengua de un lado a otro conrapidez, chupé sus labios y clítoris hasta hacerlavenir. Su cuerpo tembló dándole la bienvenida anuestro primer orgasmo, no sería el último.

Me tome por la base y alivié un poco mi dolorempapándome de ella, pasaba el largo de mi pollasobre su coño caliente y luego perdiéndola entre susglobos de carne de manera perezosa. Acomode lapunta sobre su entrada haciéndome casi perder el control, ella estaba toda caliente, apretaba su coñochupándome la cabeza enrojecida, ella estaba tandesesperada por ser mía.

 Oh, mi luna. 

Me monté encima de ella mientras ibaenterrándome en su coño mojado. Queríaaprenderme cada sensación de esta primera vez.No entendía cómo pude existir sin ella y esteplacer indescriptible. 

Mi polla se hinchó en suinterior cuando estuve enterrada hasta la baselogrando inmovilizarme, Lauren se sentía tanestrecha.Ella se frotaba cómo animal en celo contra mipiel, ella ardía en completo éxtasis de placer. Luegode unos minutos sintiendo cómo relajaba suestrechez me abracé a su cuerpo cuando comencé aentrar y salir de su interior, giró su cabeza tratandode alcanzar mi boca, me acerqué dándole lo quequería, siempre le daría todo lo que quisiera. Sulengua asaltó mi boca. Yo me tragaba sus gemidosde placer cuando sentía tocar un punto esponjoso enla profundidad de su coño, escuchaba lejanos susruegos por que la mordiera, mis oídos estabanensordecidos con los latidos de nuestros corazonesemparejados, solamente escuchaba el sucio sonido húmedo que provocaban mis estocadas en ella,nuestras pieles abofeteándose. Tomé nuevamente suscaderas echándome hacia atrás para llevar laspenetraciones más rápidas, estaba perdida porimpregnarla, desesperada por poner mi semilla enella.

—Eres mía — Murmuraba en medio del placer.Mis dedos se enterraban en su carne con tanta fuerzaque estaba segura quedarían marcados, Lauren sehabía levantado sobre sus palmas tomándose confuerza de la barra recibiendo mi dura polla cómo loque era, un alfa —Lo haces muy bien... eres unabuena chica — Decía entre dientes. Ver mi vergaperdiéndose en su pegajoso coño me había llevado alborde del delirio —Eres mi hembra... una buenachica, pondré a nuestro primer cachorro en ti antesde que el sol se oculte... — Su coño se apretaba.

Lauren echó su cabeza hacía atrás dejándomehipnotizada por la manera tan sensual en la que sucabello azabache caía sobre su espalda, mi manonuevamente se abrazó a su cuerpo siéndomeimposible mantenerme alejada de ella, mi manocompleta ahuecó su vientre mientras la otra llegóhasta sus pechos llenos, ardían conmigo, suspezones duros rebotaban con cada penetración que hacía, no podía esperar para que mi cara se perdieraen ellos.

Gruñí.

—Sé una buena chica y empapa mi verga con tucorrida — Dije con un toque de superioridad —Lléname de ti, mójame y te daré lo que estásbuscando — Pellizqué sus pezones. 

Sentí cómo sus paredes se cernían sobre mi durapolla con cada palabra que salía de mi boca, susgemidos me confirmaban cuánto le gustaba que ledijese aquello, fui reduciendo la velocidad cuando sucoño se abrazó por completo al rededor de mi duropene.

—¡Aah! Camila... sí... estoy... — Lleve misdedos hasta su clítoris dónde presioné un pocojugando con el —Oh así... ahí — Sus piernastemblaron y dejó caer su torso sobre la fría barra dela cocina dónde estaba tomando por primera vez ami mate, ella levantó su culo dejando que llegara unpoco más profundo, ella estaba tan lista para mí. 

Ella era perfecta para mí.

Recibió cada gota de semen que tenía para darle,mis bolas se tensaron mientras continuaba marcándola cómo mía, mía y de nadie más, mía parasiempre.

Mi verga seguía tan dura cuando salí de ella,Lauren seguía inmovilizada debajo de mi cuerpo, surespiración era lenta, tranquila. Me alejé un pocoposando mis ojos en su coño, mi lobo gruñó congusto, yo sonreí orgullosa, mi leche se desbordabagoteando por sus muslos. Pasé mi lengua sobre mislabios, apuesto que me veía cómo un lobo feroz apunto de comerse un dulce ciervo, solamente que,mi ciervo era un fuerte lobo también. Recogí conmis dedos el semen que recorría lentamente susmuslos y los llevé hasta la boca de Lauren dóndecon una sonrisa placentera me los chupó. 

Un par de segundos fue mucho tiempo a lo quépasó realmente para que Lauren de un momento aotro me tuviese contra la pared devorándome la bocacon tanta hambre cómo al principio. Había sentidocómo mi espalda había agrietado la pared, eso meencendió aun más. Lauren mordía mi labio inferiorentre besos, su lengua buscaba obtener el control locual me ponía muy caliente pero no pasaría. Ellamordió mi mentón, ella mordió la curva de micuello, mordió el valle de mis pechos, metió sulengua en mi ombligo haciendo que mi polla seremoviera rozando su pecho. Lauren llegó ahí, hasta mi polla donde me chupó cómo una dulce paleta. Sucabello se sentía tan suave entre mis dedos cuandolo tomé para acariciarlo mientras ella pasaba sulengua al rededor de la punta, me masturbótorturándome al no meterse mi verga por completo,ella sólo se burlaba de mí lamiéndome un poco másde la mitad. Tomé su cabello en un puñado, sus ojosverdes mostraban falsa inocencia cuando se posaronen los míos, le hice saber que no me gustaba quejugaran conmigo, la separé de mi polla haciendo quesaliva escurriera por su barbilla, que imagen tanespléndida. La atraje a mi boca mientras nos girabade nuevo.

Lauren y yo comenzamos una lucha por tener elcontrol, caminamos por la cabaña destruyendomuebles a nuestro paso, una segunda pared seagrietó cerca de la cama donde quería colocar aLauren sobre su espalda. Mi polla palpitante seenterró en su coño haciéndola jadear, sus piernasabrazaron mi cintura cuando comencé a follarlacontra la pared, mis besos se perdieron en su cuello,besaba su pulso ahogando mis gemidos. 

—Quiero marcarte — Dijo gruñendo en mislabios. No respondí, continué enterrándome en sucoño húmedo.

Sentí las uñas de Lauren clavarse en mi cuelloalejando mi boca de su cuello. Nuestras miradas seencontraron mientras seguía marcando mismovimientos lentos, ella jadeaba cerca de mi boca,un momento bajé mi vista a sus labios entre abiertos,estaban hinchados y enrojecidos. 

Hice un simple giro llevándonos a la cama, suspiernas seguían aferradas a mi cuerpo dejándome irmás profundo en su interior, su cabello era undesastre sobre las sábanas, su piel brillaba por elsudor y apuesto a que yo estaba de la misma manera,hundí mi cara en sus pechos llenos adorando el olorque desprendían, pase toda mi lengua por ambospezones sintiéndolos erguidos, los alcé juntándolospara obtener tanto de ellos cómo pudiese.

—Camila... por favor... — Ella estrujaba condesesperación mi cabello. 

Yo era sólo gruñidos y gemidos.

Comencé a follarla con más fuerza, sabía que michica aguantaría. Mordía y metía a mi boca suspechos, lamía al rededor de sus pezones colormelocotón volviéndola loca, su agarre se hacía másfuerte en mi cabello, sentía sus uñas rasgándome lanuca, y me fascinaba. Con más fuerza de la que debería esperar de su parte me llevo hasta su cuellodónde puso mi boca en su punto exacto.

Le di mi marca, la mordí sabiendo que despuésde esto era mía por completo. Ella se sacudió debajode mí, su cuerpo se calentó y luego sentí cómo sucoño se apretaba exageradamente al rededor de mipolla. Mientras clavaba mis dientes en su suave pielme dejé ir en su interior una vez más sintiendo elsemen filtrándose entre nosotras, quería cómo locamarcarla demasiadas veces. Gruñí cuando terminéde vaciar toda mi carga dentro de ella y me separéde su cuello salivando y jadeante. Verle la granmarca roja me hizo sonreír y a mi polla cobrardureza de nuevo, lamí la herida y después mordí mimuñeca izquierda ofreciéndole mi sangre, deinmediato se prendió de mi herida clavando susdientes ahí chupando con locura. 

—Agh... Laur...

Jadeé cuando sentí su mano en mi polla, ellacomenzó a acariciarme de abajo hacía arribamientras me chupaba, sus movimientos eranacelerados y aquello estaba haciéndome tenernublada la vista, el placer que sentía estaba porencima de cualquier cosa, nunca me había sentidoasí, ardiendo, mi corazón latía tan fuerte y rápido que sentía que en cualquier momento estallaría. Mivista se hacía cada vez más borrosa y comencé adebilitarme cayendo encima del cuerpo de Lauren.Ella se desprendió de mi muñeca con los labiosllenos de sangre, me echó boca arriba y su bocaahora estaba en mi polla, me chupó la punta sindejar de acariciarme con sus manos. Cuando sentíami polla hincharse más ella se montó encima de mícolocándose la punta sobre su coño para luegodeslizarse sobre mi longitud, ella saltaba sobre miverga, veía sus pechos rebotar pero no podíatomarlos, estaba hipnotizada, veía mi sangre escurrirpor la comisura de sus labios y entonces, me corrí.Me sentía delirando mientras veía cómo Laurenbailaba sus caderas aún con mi polla dentrohaciendo que su orgasmo llegara, me veía con unasonrisa satisfactoria, era una sonrisa de victoria.

Trate de tomar su mano para atraerla a mi cuerpopero no pude, mi cuerpo no respondía a lo que mimente dictaba, ¿Qué estaba sucediendo? 

Lo último que sentí fueron los labios de Laurensobre los míos antes de caer en un vacío lleno deoscuridad.

. . . .

 "¿La tienes?". 

 "Ella supo que algo estaba pasando y huyó". 

"Así que sólo dejaste que te follara y luegohuyera, sé que estás mintiéndome".

Abrí mis ojos al sentir el miedo de Lauren perono lograba ver nada, estaba dentro de una caja demadera, luché por tratar de hacerla pedazos pero notenía fuerzas estaba débil, me sentía así. 

No hice más movimientos, me quedé ahí tratandode controlar mis impulsos, Lauren, mi mate, mehabía traicionado, se sentía cómo el peor de losdesastres. Sentí la caja ser arrastrada y luego la luzdel día me cegó, pero no me moví.

—Camila... — Lauren trató de tocarme pero laaparté. Me veía con arrepentimiento pero no lo creía,¿Cómo hacerlo? —Camila tenemos que salir deaquí.

—¿Tenemos? — Pregunté con ironía. 

—Yo no sabía quién eras cuando ellos vinieron amí... — Todo lo que me había dicho había sido unamentira. Nadie la había secuestrado, nadie le habíahecho daño —No sabía que eras mi mate.

No me pude contener y con furia la tomé por lagarganta, debería desgarrarla y así terminar con todo esto. 

—Hazlo -Susurró sin siquiera pelear —Al... almomento que te vi yo... lo supe... — Afloje miagarre —Olvide aquel acuerdo y me entregué a ti —Negué incapaz de creer en sus palabras —Soy tuyaCamila, haz conmigo lo que quieras.

La solté dejándola respirar, Lauren se aferró a mitorso con miedo, sentía su miedo por perderme, másno podía hacerla sentir mejor en aquel momento. 

—Déjame demostrarte que esta vez estoy siendosincera. 

—No. 

Aquella había sido mi última palabra, la últimavez que había visto a Lauren del clan extintoJauregui. Me había enterado tiempo después que lahistoria que me había dado había sido modificada unpoco, su hermano los había traicionado siendo ella laúnica sobreviviente por ende, tenía que salir adelantesola, más no justificaba en lo que se habíaconvertido por ello, hacía el trabajo sucio de loshumanos traicionando a nuestra raza.

Todos los días me preguntaba atormentándomeque había pasado con ella, no hubo rastro alguno deella por mucho tiempo hasta ahora, hace unos días una vez más Dakota la había encontradodesvanecida cerca de los límites de nuestroterritorio, embarazada.

Esta mañana había entrado en labor de parto y enmedio de su delirio rogó verme, no había queridotener contacto con ella desde que había aparecido denuevo pero nada cambiaría que ella fuese mi mate.Mis muros se derrumbaron cuando la vi tendida enla cama tan débil y vulnerable, mi dolor se esfumócómo magia cuando escuché el llanto de un bebé. 

—Es niño — Después de escuchar eso pusieronal pequeño bulto en mis brazos, era demasiadopequeño. Lo protegí entre mis brazos mientras meacercaba a Lauren.

—Es... es hermoso — Murmuró ella. Noté suspómulos marcados, sus ojos llenos de tristeza ycansancio, ella estaba demacrada y el sentimiento deculpa se apoderó de mí pero más me invadió el amorque sentía por ella, amor que estaba tratando deevitar. 

—Lo es, se parece a ti... — Dije y entoncesnuestros ojos se encontraron y cómo aquella primeravez mi cuerpo se electrizó —Mía.

Murmuré para después unir mis labios a los suyoscon una promesa silenciosa.

Míos para amarlos y protegerlos.


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