Emilia
Cerré mi casillero después de haber dejado mis cosas en él, a lo lejos vi a mi mejor amiga y apresuré el paso para llegar a su lado.
—Tú me debes algo —enarco una ceja
—¿Qué cosa?
—Todo el fin de semana te pasaste ignorando el tema de porque estabas de malas el sábado —asintió entendiendo
—Ah, eso —asentí— no era nada importante —enarqué una ceja
—Eliza —bufo
—En verdad Emilia, no era nada —tome mi bandeja para colocar mi desayuno
—De acuerdo —tome ensalada— ¿todo bien con Raúl? —suspiró
—Las cosas no andan bien en casa últimamente ...—la vi tomar unas papas— mis padres y su estúpida comparación de mi hermana y yo —rodó sus ojos— quería distraerme, la fiesta era buena opción —nos encaminamos hacia una mesa— y como siempre, quería ir con mi novio, él me dijo que no podía porque iría a casa de sus abuelos, me invito a ir pero yo quería pasarla bien, divertirme, tomar unos tragos para olvidar esos problemas ¿entiendes? —asentí, nos sentamos y vi a lo lejos que las chicas se acercaban— y le dije que no, obviamente él lo entendió, lo conoces, sabes que siempre respeta mis decisiones —asentí dándole la razón
Las chicas nos saludaron y les contestamos de vuelta, no dijeron nada más, sabían que cuando Eliza y yo hablábamos, eran temas íntimos y agradecía porque entendieran eso.
—Normal, él fue a casa de sus abuelos y yo a la fiesta, me sentí mal por haber rechazado su invitación, pero más mal me sentía porque él no quiso ir conmigo —soltó una amarga risa— estúpidamente me enoje y no quise hablarle, ya cuando estaba con copas encima entendí que hice mal, ese día de la fiesta que me perdí y estaba en el baño —rio ante mi cara, recordaba bien ese suceso—, le marque y le pedí disculpas por comportarme como una completa idiota. Conoces a Raúl sabes que es difícil que se enoje conmigo —asentí—, fui una estúpida
—Sabía que lo de Westerby solo era una excusa —soltó una risa
—Mis padres están cada vez más insoportables, es todo
—Sabes que cuando quieras, puedes ir a mi casa —sonrió— aparte necesitas ir, mi madre está diciendo que hace mucho no la visitas —fruncí mi ceño—, pregunta más por ti que por mí —soltó una carcajada
—¿Que puedo decir?, todos terminan extrañándome —la mire mal
—Última semana de descanso —Dennis llego a la mesa dejando dos bandejas
—Cierto, ¿Para donde el fin? —mire a Eliza ante esa pregunta, Dennis rio
—Tengo planes, lo siento —Creo que a todas nos tomó por sorpresa que Dennis, siento Dennis allá rechazado una invitación a una salida
—A todo esto... ¿dónde dejaste a Selene? —pregunto Melissa
—Fue al baño
—Hola chicas
—Hola Janet
Empecé a desayunar al ver que Eliza ya lo estaba haciendo.
—¿No se iba a quedar tu novia? —escuche a Dennis preguntar
—No, tiene algo que hacer —mire mal a Eliza cuando me dejo una rodaja de tomate en mi ensalada— Capitana, quería hacerle una pregunta —asentí mientras me limpiaba con una servilleta
—Dime, Janet
—¿Es verdad que el torneo de primavera dará inicio en Westerby?
Todas tenían su mirada sobre mí, incluso Selene que recién llegaba.
—¡¿Jugaremos en Westerby?! —preguntaron al unisonó.
El ruido de Eliza tomando su batido me hizo mirarla.
—¿Tu sabías? —pregunto Melissa
—Obvio, por algo soy su mejor amiga —comento sin importancia mientras empezaba a merendar su sándwich
—Se supone que esa noticia la teníamos que saber todas. ¡Somos un equipo!
—A ver no se extralimiten —me puse de pie— Sí, sé que estuvo mal decirle a Eliza antes que, a todas ustedes, pero ella me pregunto y, no sabía que más hacer —puse mi mano detrás de mi cuello— sé que la entrenadora les haría llegar la noticia a todas por igual, solo que la «imprudente» de mi mejor amiga se entrometió—Eliza estaba fuera y despreocupada de la platica
—Lo que hiciste estuvo mal, Emilia —asentí— somos un equipo
—Lo sé Gabriela, lo sé. Pero no sabía cómo darles la noticia, por eso cuando preguntaron en el grupo, solo les envié los horarios de juego
—No es tu culpa —sentí la mano de Dennis en mi hombro—, lo entendemos perfectamente, digo entiendo lo metiche que puede ser Eliza
—¡Hey! —protestó Eliza, fuera de la plática. Iba a decir algo más, pero una sola mirada de enojo mía bastó para que cambiara de idea y cerrara la boca.
—Al final, nos íbamos a terminar enterando
—¿Estamos bien? —las mire, se miraron entre sí
—Sí, solamente nos tomó de sorpresa —contesto Janet y asentí
—Yo solamente quiero saber, ¿porqué en Westerby?
—Es lo que dije —apunto Eliza
—Son órdenes del director, por lo que la presidenta dijo, Westerby les venía pidiendo dar inicio desde varios partidos pasados y, hasta ahora le dan el honor — asintieron entendiendo
—De cualquier forma, se juegue donde se juegue, les terminaremos dando una paliza —asentí riendo.
—Exacto
El desayuno trascurrió en ellas haciendo bromas entre sí. Las clases pasaron completamente aburridas sin nada interesante de por medio.
Mientras dejaba mis cosas en el casillero escuché una notificación de mensaje, abrí el mensaje, se trataba de la secretaria del consejo diciéndonos que el transporte saldrá a las siete y media de la mañana para llegar a buena hora al partido, minutos después me llega otro mensaje en el grupo del equipo.
Entrenadora: Junta en cinco minutos
—Carajo —cerré mi casillero antes de salir corriendo para los vestidores, mi siquiera me moví mucho cuando sentí chocar con alguien.
A veces me sorprendo de que tan bien tengo los reflejos activados.
Coloque mis manos en su espalda para evitar que cayera. Y... por reflejo de ella, coloco sus manos en mis hombros.
Por inercia sonreí, al ver aquellos ojos azules tan conocidos.
El mundo se detuvo unos instantes, instantes que sentí eternos. Sus ojos son los más bellos, tan claros como el cielo y tan profundos como el mar, un mar en el cual yo me hundiría sin preocupaciones.
—Presidenta —murmure, sin despegar mi mirada de la suya—, vaya encuentro los nuestros —comente sonriendo, recordando que también había chocado con ella en la fiesta
—Es ágil corriendo, pero no esquivando, Capitana —mi mirada viajo a su boca
—¿Quién dice que la quiero esquivar? —murmure
Regresé mi vista a sus ojos, pero estos ya no me miraban, estaban concentrados en otra parte y ahí me di cuenta.
Me estaba mirando la boca.
De repente el aire se volvió tenso, no había nadie en los corredores, solo éramos ella y yo, podría pasar de todo, podría hacer algo, podría quitarme la curiosidad de que sabor tendrán esos dulces labios, ¿sabrán al mar al igual que sus ojos? Pero no lo haría, ella también quería sí, pero de lo poco que la conozco no lo admitiría, el beso terminaría en yo recibiendo una cachetada, era un riesgo que no quería tomar, pero ¿Que sería la vida sin tomar riesgos?
—Ujum —nos sobre saltamos al escuchar a alguien aclarándose la garganta
La ayude a colocarse de pie. Enfrente de nosotras estaba mi mejor amiga y la secretaria. Ambas nos miraron, luego compartieron una mirada.
—¿Ya terminaron? —pregunto Stella
—Les hizo falta el beso —comento Eliza imitando una voz, y luego ambas rodaron los ojos—. Tenemos junta —comento firme
—Y nosotras tenemos que irnos —comento Stella, en el mismo tomo que Eliza
El ambiente se tornó incomodo, me despedí de la presidenta, pero ella no dijo nada, no quitaba su mirada de Stella que me miraba mal. Camine junto a mi mejor amiga que iba de brazos cruzados, entramos al vestidor sin decir nada.
—Por fin llegaron —comento Melissa, haciendo que la entrenadora levantara su mirada de la tabla
—Muy bien —me senté junto a Dennis, Eliza se fue al otro extremo del vestidor—, el inicio del torneo de primavera se llevará a cabo el lunes en Westerby —asentimos—, los autobuses escolares estarán aquí a las siete de la mañana, para salir a las siete y media, y llegar a buena hora allá —Janet levanto la mano
—¿A qué hora sería el partido de nosotras?
—Está programado para las dos de la tarde, eso si Westerby hace tres juegos a la vez y si no... quedaríamos hasta las cuatro. Tal vez antes, tal vez después, debemos estar atentas a los juegos
—De acuerdo
—Bien señoritas, ya pueden retirarse
—¿Era todo?
—Por el momento sí, al menos que la capitana tenga algo —me miraron
—Sí, sobre el torneo de temporada —la entrenadora abrió los ojos como platos y saco su teléfono
—Cierto chicas, disculpen no recordaba —miraba atentamente su teléfono
—Calificamos para los cuartos de final
Todas empezamos aplaudir.
—Todavía me enviaran el horario en que jugaremos el próximo partido, pero estén tranquilas por mientras
—Cuatro partidos más y ese trofeo es nuestro
—Muy bien, es todo por hoy —nos apresuramos para salir— las veo la próxima semana para los entrenamientos
—La última semana de descanso
—¿Última? —pregunto Gabriela— últimos tres días dirás, vamos a mitad de semana
—Me la pasare durmiendo estos dos días, si no atiendo el teléfono ya saben porque es —informo Melissa
—¿Que le hiciste a Eliza? —mire a Selene ante su pregunta
—Nada —fruncí mi ceño— ¿por qué?
—Entro molesta contigo al vestidor, y ahora salió como rayo, como si no quisiera verte —bufé
—Tonterías —se encogió de hombros
—Nos vemos capi, nos vemos Selene
—Nos vemos chicas
—¿Te llevo? —negó
—No, tengo un par de cosas que hacer —mire para donde ella miraba, Dennis la esperaba recargada en su auto
—De acuerdo, nos vemos
—Nos vemos Capitana —me despedí de Dennis a lo lejos y ella me regreso el gesto
Entre a mi auto y empecé a buscar una canción antes de salir del estacionamiento, antes de darle play, unos mensajes de Raúl aparecieron.
Raúl: ¿Qué le hiciste a mi novia?
Raúl: Se está desquitando conmigo
Raúl:No me parece nada justo
Solté una carcajada antes de salir del estacionamiento.
Sabía porque estaba molesta, la presidenta y yo nos habíamos visto con mucha confianza en ese momento y ella se preguntaría desde cuando tengo esa confianza con ella y comenzaría a interrogar, aparte de que la presidenta no le cae del todo bien. Sé que ahora tengo que hacer todo lo que está en mis manos para que su enojo se le pase y podamos hablar.
Alex
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