Debilidad -Jujutsu Kaisen

Galing kay AngelsinAlas187

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Gojo Satoru, el hechicero más poderoso de la época actual. Ryomen Sukuna, anteriormente un hechicero poderos... Higit pa

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°Especial Cumpleaños Satoru°
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-¡Adiós! -Se despidió Itadori de Deian y de Satoru, quienes también se despidieron para luego aparecer en el apartamento del albino.

Yamada caminó hasta llegar a la cocina y se sirve un vaso de agua porque estaba sediento, escucha como su pareja deja sus llaves en la isla junto con su móvil y se sienta en el taburete. Voltea a verlo mientras bebe su agüita.

-¿Entonces..? ¿Me explicas lo que pasó allá? -Pregunta Satoru cruzándose de brazos- ¿Por qué ya no siento eso?

Deian alza ambas cejas recordando lo que le había prometido que hablarían, alza un dedo diciendo que le de un momento para acabar su agua y cuando lo hace suspira aliviado limpiando su mentón de las gotas que cayeron, dejando ahora el vaso en el fregadero.

-Bien... ¿Recuerdas cuando morí? -Pregunta Deian mientras se apoya en la isla quedando frente a frente de su pareja. El albino asiente haciendo una pequeña mueca- Bueno... No morí como tal...

-¿Cómo así? -Pregunta confuso Satoru sacándose la venda desactivando su técnica para ver al chico con sus ojos descubiertos.

-Verás... mi consciencia se fue al área Innata de Sukuna, ya que cuando lo obligué a volver y así Itadori retomaba el control de su cuerpo, por alguna extraña razón mi consciencia se fue al área de Sukuna... -Explica ladeando su cabeza.

-No tenías pulso... Estabas prácticamente como cadáver... -Balbucea Satoru

-Lo sé... en muy pocos casos el cuerpo queda en ese estado, cuando logras conectar tu energía maldita con la de otro usuario; aunque ahora sospecho que solo yo puedo hacerlo. En este caso con las maldiciones de Rango especial... Pero aún así sigue siendo diferente, estamos hablando de Sukuna, así que es normal que pueda llevar mi consciencia a su área porque está dentro del cuerpo de Itadori... -Ve a su chico asentir- Bien... Entonces, a lo que iba, cuando aparecí allí Sukuna me comentó que había sentido algo raro en mi energía maldita una vez estando en su área innata, algo que no podía sentir estando fuera... Así que simplemente lo sacó... Sacó el sello que me pusieron los viejos...

Satoru lo mira sorprendido, ¿por qué el rey de las maldiciones le sacaría un sello a alguien a quien había jurado matar?

-Yo tampoco me lo explico... -Murmura Deian al sentir lo confuso que estaba su pareja- No hizo ninguna especie de trato, ni nada... solamente me dijo que mi energía maldita iba a estabilizarse con el pasar de los días... Y que el sello se iba a romper por completo luego de un tiempo... He recuperado mi fuerza, pero mi energía maldita sigue estabilizandose...

-Eso... son buenas noticias... -Sonríe leve Satoru tomando la mano del menor.

-No te ves exactamente feliz... -Murmura Deian.

-Estoy preocupado, el motivo del por qué Sukuna decidió quitar tu sello así sin más... Debe tener algo en mente y eso me inquieta... -Satoru hace una mueca.

-Lo sé... a mi también... Pero, hey, al menos ya no tengo algo con lo que retengan mi energía maldita o me controlen otra vez... -Sonríe el chico de cabellos grises y Gojo sonríe leve.

-Tienes razón... Ven...

El albino toma su mano con cuidado y lo hace rodear la isla para sujetarlo de sus caderas, alzarlo y sentarlo en su regazo. El menor lo abraza del cuello.

-Dejando de lado el hecho de que fue Sukuna quién retiró el sello... Me alegro mucho de que estés libre otra vez... -Sonríe Satoru dejando un suave beso en sus labios- ...Ya no tendrás dolores de cabeza ni te va a sangrar la nariz, ni vas a tener daños severos en tus órganos...

Deian ríe suave por cada negativa que tenía el sello hacia él.

-Mañana volveremos a entrenar con Itadori, si te vuelven los dolores de cabeza de hoy me avisas y te me vas a descansar... -Deian quería reclamar por las palabras de Satoru, pero este lo calló con un casto beso- ¿OK...?

Deian Bufa despacio, ocultando su rostro en el cuello de su pareja y segundos después se escucha un pequeño grito del albino quejándose.

-¡Deian!

El menor le ha mordido el cuello en venganza.

Los días fueron pasando con el entrenamiento de Itadori y Deian quien también decidió entrenar para fortalecer su fuerza, cada día que pasaba sentía como el sello iba debilitándose tal como le dijo Sukuna. Itadori observaba los entrenamientos de Deian con Gojo-Sensei y agradecía que no se llevara mal con su compañero. En cada batalla del albino con el pelo grisáceo quedaban empatados o solo faltaba poco para que Deian derrotara a Satoru, pero el primer nombrado siempre paraba la pelea antes. Por lo que nunca quedaba claro si ganaría o no.

[Un mes después]

Resgistro: Septiembre de 2018
Kanagawa, kawasaki, Cine Kinema

Tras una función se hallaron los cadáveres desfigurados de tres alumnos de preparatoria

Causa: Alta presión intracraneal y parálisis respiratoria por deformidad craneal.

Un sujeto se cabellos claros y cicatrices en su cuerpo caminaba por un callejón viendo a un gato blanco salir corriendo al notar su presencia.

-Disculpa...

El sujeto detiene su andar algo sorprendido al escuchar una voz tras suya dirigida a él, notando como pasos se acercaban a él hasta detenerse unos cuantos metros.

-Lo del cine... -Murmura un chico de cabellos negros cortos cubriendo su ojo derecho con un mechón- ¿Fue obra tuya?

El sujeto de cabellos claros esboza una sonrisa para luego voltear a verlo.

-Vaya, ¿puedes verme? -Pregunta el sujeto mirando al chico de cabellos negros.

[...]

Frente al edificio de un cine, se encontraban tres sujetos con un paraguas sobre sus cabezas para evitar mojarse con la lluvia que estaba cayendo esa mañana.

-Será un panorama repugnante... -Habla un hombre con voz monótona arreglandose las gafas que trae puestas- ¿Estás preparado, Itadori-kun?

Itadori lo único que hace es asentir despacio emitiendo un sonido de afirmación. Deian los ve avanzar y suspira pesado, sabe que no le cae para nada bien al hombre de pelo rubio. De hecho, sólo lo soportaba por gajes del oficio.

[...]

Lunes, 10:10 a.m.

-¿Qué harías si hubiera sido yo, reprochármelo? -Pregunta el sujeto de cabellos claros con gracia- ¿Eran personas importantes para ti?

El chico de cabellos negros se pone tenso al recordar cosas que hicieron unos antiguos compañeros suyos hace unos días atrás y que ahora yacían muertos deformados en el cine a causa del sujeto que se encontraba frente suyo.

-¿Podría... Hacer lo mismo que tu? -Murmura preguntando haciendo sonreír al sujeto.

[...]

Lunes, 10:30 a.m.

El sonido de las sirenas de tanto ambulancias como de la policía retumbaba en el lugar, junto con el sutil sonido de la lluvia cayendo, voces de personas algo alteradas, el llanto de una chica por la pérdida de sus amigos, oficiales pidiendo que nadie se acerque a la escena del crimen.


-Parece que las víctimas eran estudiantes de preparatoria. -Informa un oficial por la radio.

-¿¡Quiénes eran esos tres!? -Exclama molesto un hombre dentro de una oficina sentado en un sofá- ¿¡Por qué entraron a la escena antes que los forenses!? ¡Y dos de ellos eran unos niños!

-Yo tampoco sé mucho al respecto, -Habla otro hombre que está escuchando las quejas del contrario frente a una computadora fumando- Pero tú también viste los cadáveres, ¿no? Ningún ser humano podría hacer algo así. -Le da una calada al cigarro para luego expulsar el humo por su boca- Haz la vista gorda. Si es que quieres vivir hasta jubilarte, claro. -Murmura viendo la pantalla donde se ve al hombre rubio junto con Itadori y Deian en la sala del cine donde ocurrió el crimen.

-¿Puedes verlo? -Pregunta el hombre mirando a Itadori- Es un rastro de energía maldita. -Señala al camino que lleva a la salida de la sala.

-Yo no veo nad... -Dice itadori volteando a ver al hombre de traje.

-Porque no lo estás intentando. -Interrumpe a itadori- Es normal que veamos a las maldiciones sin esfuerzo, pero un ritual deja marcas residuales. Eso es un rastro. Pero los rastros son más sutiles que los espíritus. Fija la mirada y Concéntrate.

Deian estando apoyado en la pared mira como Itadori coloca ambas manos en cada costado de sus ojos achinando la mirada para ver "mejor". Segundos después escucha un sonido de sorpresa del pelo rosado. Ha logrado ver las huellas de siluetas de zapatos.

-¡Puedo verlos! -Exclama Itadori sorprendido.

-Claro que puedes. Pero un buen hechicero los percibe antes de verlos. -Aquel comentario del sujeto hace que Itadori se desanime un poco.

El sujeto sale de la sala siendo seguido por Itadori y Deian. Siguiendo, valga la redundancia, el rastro de energía maldita.

-¿Por qué no me elogias un poquito más? -Pregunta Itadori caminando a un lado de Deian y ambos detrás del hombre rubio.

-No elogio ni denigro a nadie. O bueno, eso último hay excepciones... -Mira de reojo a Deian quien se encoge de hombros- El punto es que me mantengo a los hechos y juzgo basándome en ellos. Así soy yo. Hubo un tiempo en el que creía que así funcionaba la sociedad, pero basta de parloteo. Los seguiremos. -Indica a ambos.

-¡Bien! ¡Vamos con todo! -Exclama itadori chocando su puño en la palma de su mano.

-No, iremos con calma. -Indica e Itadori vuelve a desanimarse, a lo que Deian Bufa despacio viendo al hombre aburrido caminar.

-No congeniamos en lo más mínimo. -Susurra Itadori a Deian.

-Es como hablarle a un muro. -Susurra ahora Deian.

[...]

-No podré guiarte esta vez. Pero no te preocupes, llamé a un colega en quien confío. -Habla Satoru mientras que los tres van caminando por un pasillo de rocas siendo iluminados por farolas. Una vez que llegan Satoru abre las puertas corredizas del lugar dejando ver a un hombre de traje, rubio ceniza y lentes parado en medio del lugar- Este es Kento Nanani, antiguo oficinista y actual hechicero. -Presenta Satoru abrazando del hombro al tal Nanami.

-Deja de llamarme así. -Habla Nanami con un tono de voz monótono.

Itadori puede notar lo muy diferentes que son ambos hombres con solo verlos.

-Aunque varios hechiceros son estrafalarios, él es bastante serio gracias a todo el tiempo que fue oficinista. Y es un hechicero de 1.ª clase. -Continúa hablando Satoru.

-No eres quién para hablar de los demás. -Dice Nanami mientras se acomoda las gafas.

-Varios ocultan los ojos, sea con vendas o lentes. -Piensa Itadori viendo a los tres que se cubren los ojos- ¿Eras oficinista? ¿Y cómo acabaste como hechicero?

-Lo primero es saludar. -Indica Nanami para hacer una leve reverencia- Mucho gusto, Itadori-kun.

-Ah, sí, igualmente. -Itadori también hace una leve reverencia.

-Al estudiar en la preparatoria de Hechicería descubrí... ¡Qué los hechiceros son un asco! -Exclama Nanami con determinación.

-¿Eh...? -Balbucea Itadori confuso.

-Y tras trabajar en cierta compañía descubrí... ¡Qué trabajar es un asco! -De nuevo habla Nanami con determinación.

-¿¡De verdad!? -Habla Itadori incrédulo.

-Siendo igual de asquerosos elegí lo que se me daba mejor. Esa es la única razón por la que regresé. -Habla Nanami bastante monótono.

-Qué triste. -Susurra Itadori a Satoru

-¿Cierto? -Susurra bajito Satoru

-Itadori-kun, no creas que comparto la mentalidad de Gojo-San. -Señala a Satoru- Admito que es alguien en quien confío, -Deian e Itadori ven como Satoru hace una pose de orgullo. E Itadori desvía la mirada.- Pero, ¡no lo respeto! -Satoru se queja.- Detesto cómo actúan los peces gordos, pero sí creo en las reglas y las normas. -Comenta mientras camina un poco, volteando a ver a Deian- Me estoy poniendo a divagar. -Para luego mirar a Itadori- Pero, para resumir, tampoco te reconozco como hechicero. -Mira a Deian- Y mucho menos a tu compañero... -Vuelve a mirar a Itadori al ver como Satoru coloca a un lado suyo a Deian- Puede que lleves contigo la bomba que conocemos como Sukuna, pero espero que me demuestres tu valía.

-Últimamente me he visto obligado a reconocer cuán débil soy en realidad. Pero me haré más fuerte. De lo contrario, no podré elegir cómo moriré. -Dice Itadori mirando al suelo apretando los puños.

Satoru y Deian esbozan una pequeña sonrisa mirándolo.

-Pretendía ganarme tu respeto antes de que me lo dijeras. Espera un poco y verás. -Sonríe Itadori

-Eso díselo a los peces gordos, no a mí. -Comenta Nanami con su voz monótona mirando a otro lado.

-De acuerdo... -Murmura Itadori algo torpe.

-¡A mi me importa un bledo! -Habla con determinación Nanami.

-¡Bien! ¡bien! -Dice Itadori.

Satoru suelta una pequeña risa y apoya su mano en los cabellos de su pareja.

-Necesito que vayas con ellos... -Al decir eso Satoru, tanto Nanami como Deian fruncen el ceño mirándolo.

-¿Jah...? -Deian voltea a ver a Satoru con el ceño fruncido.

-No llevaré a ese mocoso conmigo... -Declara Nanami señalando a Deian.

-Te guste o no Nanami-kun, tiene que ir con ustedes... -Vuelve a ver a Deian- Se que no te agrada... -Ve como su pareja alza una ceja como si él no hubiera recalcado lo más obvio- ... Pero eres el único que puede mantener a raya a Sukuna en caso de que se salga de control... No debo pedirte esto pero...

-Basta... -Murmura Deian interrumpiendolo, suspirando haciendo callar a su pareja- Está bien... quieres que cuide a Itadori... -Satoru asiente despacio

-Y quiero que tú también te cuides... Que no veas esto como la misión que te dio Ijichi de protegerlo con tu vida... -Itadori hace una mueca ante eso-... quiero que lo veas como otro entrenamiento para trabajar en equipo...

Deian asiente despacio. Pero Nanami carraspea llamando la atención de los tres.

-¿Debo hacerte recordar Gojo-San que soy yo el que estaré allí? No quiero a alguien responsable de... trabajando conmigo... -Comenta Nanami mientras se cruza de brazos, su voz monótona más seria de lo que ya era- algo sucede...

-No lo hará... -Cortó las palabras Satoru a Nanami, un tono de voz serio, algo grave. Nanami tragó, todos los hechiceros adultos sabían que a Satoru no le agradaba la idea de que hablaran de su pareja de esa manera. Era como tentar a jugar fuego con el mismo diablo- Así que te pido, no... -Satoru se pone en una pose segura a un lado de Deian con una mano sobre su hombro- Si no lo tratas como un alumno de segundo año, como debe de ser... No quiero tener que añadirte a mi lista... Kento Nanami...

Eso claramente fue una amenaza. Pensaron todos en la habitación, se podía sentir la tensión en el lugar y el ligero aumento de poder de Satoru para dar veredicto a sus palabras. El albino nunca lo había llamado por su nombre completo en la vida y que sea la primera vez, con ese tono, protegiendo a alguien que no debe ser protegido por sus actos en el pasado... Bajaba más sus estadísticas de tener un respeto hacia el hechicero de clase especial, el más fuerte de Japón.

Nanami suspira con pesadez, tenía que tratar al chico de cabellera gris como un alumno más y no por gusto propio. Realmente no quería estar en la lista de Gojo-San y más sabiendo lo que significaba esa lista.

-Espero que no estorbe, Joven Yamada... -Habló Nanami con voz monótona a Deian, quien volteó a verlo, quitándose las gafas negras que traía puestas, sintiendo como aquel azul casi rozando al celeste penetraba su alma. Similar a los seis ojos de Satoru.

-No se preocupe... Nanami-San... No seré un estorbo... -Murmura Deian con una mirada inexpresiva pero con una leve sonrisa, casi burlándose de él.

Y eso le hizo arder más la sangre.

[...]

Los tres se encontraban subiendo unas escaleras siguiendo el rastro de energía maldita, Nanami e Itadori iban adelante mientras que Deian iba tras ellos. Ni en sueños iba a caminar a la par del Señor monotonía.

-¿No había nada en las cámaras de vigilancia? -Pregunta Itadori a Nanami.

-No, solo un jovencito además de las víctimas. -Responde Nanami

-Entonces, ¿fue obra de un espíritu? -Pregunta nuevamente Itadori

-Sí, es posible... -Responde Nanami en un tono bajo. No estaba seguro.

Los tres salieron con paraguas en mano cubriéndose de la lluvia que caía como cántaros. Avanzando uno tras del otro.

-Existe la remota posibilidad de que fuera el joven, pero identificarlo es trabajo de la policía... -Nanami detiene su hablar al escuchar como solo hay un par de zapatos siguiéndolo, él detiene su andar volteando a ver a Deian quien está observando fijamente a un punto oscuro del lugar.

Y ahí se encontraba, medio oculto entre las sombras, apoyado tanto del suelo como de los espaldares de las sillas que habían allí.

-Lon, lon, ¡Lonchera! -La maldición volteó a verlos e Itadori se puso en pose de batalla pero Nanami coloca su brazo frente suyo para detener cualquier acción suya.

-Alto. Yo me encargaré de este. Tú encárgate del de por allá. -Indica Nanami mientras cierra su paraguas con tranquilidad.

Itadori sorprendido voltea viendo otra maldición observarlos.

-Debiste habernos informado que habían maldiciones viendo... -Habla Nanami, obviamente a Deian.

-No me ibas a escuchar... -Murmura Deian inexpresivo, viendo a una maldición y luego a otra.

Había algo en ellas...

-Detergente... -Habla la maldición.

-Si te ves incapaz de ganar, llámame. -Claramente Nanami no estaba incluyendo a Deian en la misión.

-¿No crees que me subestimas demasiado? -Murmura Itadori desganado.

-No es que te esté subestimando. Yo soy un adulto y tú un niño. -Habla Nanami con su voz monótona mientras se desabrocha el saco que trae puesto y afloja un poco su corbata- Tengo el deber de poner tu vida por encima de la mía. -Empieza a caminar hacia la primera maldición que vieron.

-Prefiero que me subestimes a que me trates como a un niño. -Gruñe Itadori mientras se pone en pose de batalla mirando fijamente a la maldición frente suyo a unos cuantos metros.

-Has pasado por varias situaciones de vida o muerte, pero eso no es lo que te convierte un adulto. -Indica Nanami mientras saca un arma que tenía oculta bajo su saco.- Encontrar más cabellos en tu almohada al despertar, ver que descontinuados tu emparedado favorito... La acumulación de esas pequeñas desesperanzas es lo que nos convierte en adultos.

Deian bosteza aburrido por el discurso que acababa de dar el rubio. Como él no iba a participar en eso, no si Itadori estaba en peligro, se sube a la parte superior de uno de los muros que se encontraba sobre ese edificio.

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