Vento Aureo (Versión Female)

By JanisHilares

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Cuando Joruko le pide a Koichi que viaje a Napoles para investigar a una persona conocida como Haruna Shioban... More

Gold Experience, Parte 1
Gold Experience, Parte 2
Viene Bucciarati
Conoce al gángster tras la pared
El ingreso a la familia
¡A buscar el tesoro de Polpo!
El contraataque de Moody Blues
Aparece Sex Pistols, Parte 1
Aparece Sex Pistols, Parte 2
La primera misión del Jefe
La Squadra Esecuzioni y Bella Morte
Little Feet y Kinks
La segunda misión del Jefe
Man in the Mirror y Purple Haze
The Grateful Dead y Beach Boy
Soundgarden
Baby Face y Def Leppard
¡Dirígete a Venecia!
White Album y Smoke on the Water, Parte 1
White Album y Smoke on the Water, Parte 2
La última misión del Jefe
El misterio de King Crimson
A oídos de Radiohead
La G de Agallas
Clash y Talking Head
Master Puppet, Parte 1
Master Puppet, Parte 2
Tenemos un desacuerdo
Speciale Natale
El infierno de los Olivieri

El expreso a Florencia

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By JanisHilares

Ha sido casi una hora de conducción, pero el equipo de guardaespaldas llegará a Nápoles. Se dirigen hacia la estación de tren con la llave que adquirieron con éxito en Pompeya. La primera mitad del grupo, que consta de Giorgia, Bruno, Abbacchio y Narancia, se sienta en los asientos delanteros. Los demás se sientan en la parte de atrás, Trish y Fugo se sientan juntas y al frente estaban Mista y Amaretti.

- Déjame ver la llave una vez más, Narancia- Abbacchio habló, levantando la mano.

Narancia ha estado leyendo el mensaje en la llave ornamentada. Casualmente le arrojó la llave a Abbacchio. La llave cayó sobre la mano derecha de la mujer mayor, que fue cosida por Sticky Fingers, y provocó que ella se estremeciera de dolor.

- ¡Desgraciado!- Abbacchio hizo una mueca, sosteniendo su mano derecha.

- No exageres. Que sientas dolor, es buena señal, ¿sabes?- dijo Narancia con sarcasmo.

- Volvieron a ponérmela hace apenas 30 minutos. ¡Aún duele, maldita sea!

Abbacchio se tragó su dolor y leyó el mensaje del Jefe en la joya:

[Gracias por proteger a mi hija, Bucciarati. Ve al bebedero con la tortuga en el sexto andén de la estación de Nápoles y usa la llave allí. Lleva a mi hija a Venecia en tren.

P.D.: No recibirás más misiones mías cuando lleguen a Venecia]

- ¿Qué habrá junto al bebedero de la estación?- preguntó Abbacchio.

- ¿Desde cuándo la estación de tren tiene una tortuga?- preguntó Amaretti desde atrás- He estado en la estación antes y nunca vi una.

- Dijo que era un método para viajar sin ser detectados por el enemigo- dijo Bucciarati- La estación es peligrosa, pero hay que confiar en él.

- ¿Creen que el Jefe esté en Venecia?- preguntó Narancia- Por lo que dijo en la nota...

- No nos compete pensar en eso. Solo haremos lo que nos ordene- Bucciarati consultó la hora en el reloj del coche. Ahora son las 4:25 p. m.- En diez minutos parte un expreso a Florencia. Lo tomaremos.

- Ohhh, siempre quise visitar Florencia- suspiró Amaretti soñadoramente, sus ojos brillaban- Después de todo, es el lugar de nacimiento del arte del Alto Renacimiento. Ahí es donde puedes encontrar el David de Miguel Ángel y El nacimiento de Venus de Botticelli. Lástima que no podamos detenernos en el camino.

- Mista, ¿nos sigue alguien?- preguntó Bruno.

- Por ahora, todo en orden- dijo Mista, quien ha estado observando el camino detrás de la camioneta- Pero la estación es otra historia. De seguro le pagaron a gente para que nos reporten si nos ven.

Amaretti miró para ver a Trish, que tenía la cabeza baja y tenía una expresión sin emociones. Trish finalmente se enteró de que hay personas que la atacan, pero nadie en el grupo puede decirle por qué. Amaretti se preguntó cuán diferente habría sido la situación si Trish los conociera cuando no está en peligro. 

Luego, sus oídos aguzaron a Mista susurrándole a Amaretti.

- Vaya, vaya, Amaretti...- Mista se rió con picardía- Yo tampoco puedo evitar mirarla.

- ¿Eh?

Amaretti no sabía a que se refería y se dio cuenta de que Mista había estado echando un vistazo al escote de Trish. Su cara se puso roja de inmediato y volteo la cabeza a un lado.

El auto se desvió bruscamente y Amaretti fue arrojado al pecho de Trish. Mista gritó y separó a Amaretti de Trish.

- ¡Perdona a Amaretti, por favor!- Mista le suplicó- ¡No tenía malas intenciones! ¡No se aprovecho del frenazo para verte los pechos ni para tocarte los muslos por debajo de la falda! ¡No pudo evitarlo! ¡No le cuentes al jefe, por favor!

- Y-yo, yo, yo n-no qu-quería...- tartamudeo Amaretti.

Tenía la cara tan roja como un tomate que empezó a sangrar por la nariz y se desmayó en el suelo.

- ¡Amaretti!- Fugo exclamó- ¡Se ha desmayado!

- ¡Por Dios, Amaretti!- le regaño Mista- ¡¿Como puedes ser tan miedoso para reaccionar así?!

**

En el interior de la estación de Nápoles, son las 4:31 p. m. y estaba tan ocupado que nadie notó que un par de hombres llegaban a la estación. Prosciutto y Pesci han estado en Nápoles todo el tiempo, buscando pistas sobre el paradero de Bucciarati. Investigaron las casas del capo y sus subordinados, pero no encontraron nada. Anteriormente, recibieron un par de llamadas telefónicas de Ghiaccio y Melone de que sus camaradas Formaggio e Illuso habían sido eliminados por el equipo de guardaespaldas. La noticia sacudió tanto a Prosciutto como a Pesci, y tan pronto como se enteraron de un aviso de que Bucciarati y su equipo habían regresado a Nápoles, los dos hombres siguieron la información.

Un informante les dijo que Bucciarati compró ocho boletos de tren. Por lo que saben, hay siete miembros en el equipo de guardaespaldas, incluido el propio Bucciarati. El octavo boleto debe ser para Trish, la hija del Jefe. Y los billetes son para el tren expreso que sale para Florencia.

Los dos hombres llegaron a la estación cuando faltaban solo unos minutos para que saliera el tren. Vieron a Bucciarati agachado frente a la fuente de agua potable al lado del vagón delantero del tren. Parecía que el resto de su equipo y la hija ya estaban a bordo. Prosciutto se preguntó por qué vino a la estación, ¿será porque Bucciarati ya había sido perseguido hasta el final? ¿O es porque confía en que podrá evadir la persecución de la Squadra?

- Y pensar que se muestra en una estación donde podríamos encontrarlo enseguida...- gruño Pesci- ¡Lo mataré!

Prosciutto chasqueó la lengua.

- Tal vez perdió la cabeza por la presión o tal vez confía demasiado en que podrá perdernos.

- ¡Sea como sea, lo mataré!- exclamó Pesci- ¡Tengo que vengar a Formaggio e Illuso! ¡Lo mataré!

- Oye, imbécil- dijo Prosciutto en un tono severo- ¿Hasta cuando seguirás con eso de "voy a matarlo"? Esa frase no existe en nuestro círculo. Solo la pronuncian debiluchos. Porque cuando una idea parecida llega a nuestras mentes, nuestro objetivo ya esta muerto, y el trabajo, hecho. Por eso nunca la he dicho en mi vida.

Lentamente clavó su dedo en el grueso cuello de Pesci, lo que hizo un sonido gomoso.

- Pesci, también quieres ser así, ¿no? Como eres uno de los nuestros, comprendes lo que digo, ¿cierto?

Pesci retrocedió y jugueteó con los dedos con nerviosismo.

- Si... ¡Lo entiendo, aniki!

- Lo que sí puedes decir es "Lo maté".

Pesci miró hacia otro lado al azar y vio a alguien parado al otro lado de una vía.

- ¡A-aniki!

- ¿Qué pasa ahora?

- Ese chico de allí... ¡nos esta observando!

Prosciutto miró hacia donde señalaba su compañero. Un chico de estatura normal los esta mirando. Su cabello es puntiagudo de color verde oscuro y claro, lleva unos anteojos oscuros. Una camisa con una correa entrelazada con diseños de ramas y hojas y en sus pantalones tenía un pañuelo a cuadros. En sus manos llevaba una maseta con una planta que estaba marcado con las iniciales B.H.S.

- ¿Es uno de los asesinos de Bella Morte?- preguntó Pesci- Él debe estar aquí para ayudarnos.

Pesci estuvo a punto de levantar el brazo para saludarlo, pero Prosciutto agarró su mano y la bajó.

- Ni siquiera te molestes- advirtió Prosciutto. Tiene una expresión oscura en su rostro- De hecho, preferiría que te mantuvieras alejado de él.

- ¿Por qué, aniki? Risotto dijo que tenemos que trabajar con Bella...

- Y también dijo que no confía del todo en Anthrax. Yo tampoco confío en él, especialmente desde lo que me informó Ghiaccio...

- ¿Q-qué dijo Ghiaccio?

- ¿Recuerdas que se suponía que Formaggio estaba trabajando con alguien de Bella Morte? Ghiaccio encontró el cadáver de Formaggio...- Prosciutto hizo una pausa por un momento- Dijo que Formaggio estaba lleno de balas y quemaduras graves. Lo único que se destaca es que en su piel tenía grandes hinchazones como si un insecto lo hubiera picado... Ahora, ¿quién crees que posiblemente lo haya atacado?

- ¿Estás diciendo que Formaggio fue traicionado?- preguntó Pesci.

- Es solo una teoría, pero ellos no comenzaron a unirse a nosotros hasta después de la muerte de Polpo... Se siente demasiado conveniente. Pero incluso si Bella Morte no tiene nada que ver con esas muertes... Prefiero dejar este trabajo a los verdaderos profesionales.

Prosciutto comprobó la hora en el reloj de la estación. Son las 16:33 p.m. Les quedan dos minutos para que salga el tren expreso.

Prosciutto decide seguir acechando a Bucciarati a través de la plataforma mientras Pesci camina hacia el auto líder. Los dos se encontrarán al final y tenderán una emboscada a Bucciarati y su equipo. Justo antes de que Pesci aborde el tren, vuelve a mirar al chico de antes, pero él ha desaparecido misteriosamente. Al recordar la sombría advertencia de Prosciutto, Pesci se asustó por un momento y rápidamente se alejó.

A medida que los asesinos se acercan a Bucciarati, este último está perplejo de que ningún candado presente encaje en la llave. Dentro del coche líder, el equipo de guardaespaldas espera ansiosamente que su líder suba a bordo.

Giorgia estaba parada en la entrada del vagón, esperando a Bucciarati.

- ¿Tomamos el tren siguiente?- preguntó Giorgia- El próximo parte a Roma en quince minutos.

- ¡No!- dijo Bucciarati- Ya debieron decirle al enemigo que estamos aquí. Debemos partir de inmediato.

Mirando a la tortuga, Bruno notó algo que había pasado por alto antes, la miró más de cerca, notó que el caparazón de la tortuga tenía un agujero grande y extraño... que se parecía a la forma de la llave.

- La tortuga...- murmuró.

Bruno colocó la llave dentro de la marca grabada, encajando perfectamente. Tomó la tortuga entre sus manos y luego corrió hacia la puerta del tren donde estaba Giorgia. 

Después de ver a Bucciarati corriendo dentro del tren, Prosciutto lo siguió pero perdió el rastro del joven gángster una vez que entró al tren. La única persona en el coche era Pesci, que acababa de llegar.

- Oye, Pesci, ¿por qué me topo contigo?- exigió Prosciutto.

- ¡Lo mismo te pregunto yo!- Pesci dijo, perplejo- ¿Dónde se metió Bucciarati?

Prosciutto miró el baño y el otro lado del tren desde una ventana.

- Bucciarati subió al tren delante de mis ojos- dijo Prosciutto- ¡Es demasiado raro que no se topara contigo en el pasillo! ¿Y bien? ¿Me equivoco?

- ¡No me encontré con nadie!- protestó Pesci- No estaban aquí ni Bucciarati, ni el equipo, ni la novata ni la hija del jefe.

- Aquí hay algo extraño...

Ante la insistencia de Prosciutto, siguió a su compañero al tren justo antes de partir. Prosciutto tenía la sensación de que Bucciarati y los demás todavía estaban escondidos en algún lugar del tren.

Prosciutto se arrodilló junto a la puerta de la cabina del conductor. Se asomó por el hueco pero apenas pudo ver nada. Le parecía imposible que ocho personas entraran ahí, pero uno nunca sabe.

- Usa tu Beach Boy para atacar el cuarto- ordenó Prosciutto.

Pesci se oscureció a una expresión enfocada. Una línea atada a un gancho metálico se deslizó de su dedo.

- Hazlo 

Pesci invocó su Stand al materializarlo de su palma; Beach Boy aparece como una simple caña de pescar con una monstruosa calavera como carrete. Pesci lanzó el anzuelo y la línea a través de la puerta de la cabina del conductor, y el área de superficie alrededor del anzuelo tiene un efecto similar a una onda de agua.

A pesar de la apariencia inofensiva del Stand, Pesci usó hábilmente su caña de pescar para buscar un objetivo a través de los obstáculos y, como un pescador, los atrapa cuando el anzuelo hace contacto.

La línea elástica de Beach Boy también actúa como un sensor de forma de vida muy sensible, pudiendo decirle a Pesci la cantidad de personas dentro de una habitación determinada e incluso puede transmitir la vibración de un latido del corazón.

- No hay ocho personas... solo dos...- dijo Pesci. Sintió un tirón en la línea- ¡Lo tengo!

Pesci tiró del sedal y tiró de la caña. La puerta fue abierta por la fuerza por un hombre inconsciente, cuya boca ensangrentada fue la que quedó atrapada por Beach Boy.

Los dos asesinos rápidamente se dieron cuenta de que el hombre al azar era solo el conductor. Se asomaron a la habitación y vieron lo pequeña y estrecha que es.

- Sé que están en algún lugar del tren- dijo Prosciutto.

- ¿Eh? Un momento- dijo Pesci, ahora confundido- ¿Solo había uno? Sé que sentí a dos seres vivos ahí dentro.

- ¡Oye, Pesci! Registraremos este tren de arriba a abajo. Sacaremos al grupo de Bucciarati de su escondite. Quédate aquí.

- ¿Eh?

- Si descubren que estamos aquí, podrían venir a detener el tren. Están con la chica, así que no podrán moverse ni saltar del tren con tanta facilidad. Eso nos dará la ventaja. Los mataremos a todos antes de llegar a Roma y nos llevaremos a la chica.

- Si trabajamos juntos, acabaríamos más rápido- dijo una nueva voz.

Prosciutto y Pesci lo escucharon, y sonaba como un joven. Sin embargo, no vieron a nadie en la zona.

- Ya me subí al tren antes que ustedes dos.

- ¡Fantasma!- Pesci chilló. Se asustó tanto que dejó caer Beach Boy, lo que canceló la habilidad del Stand- ¡Este tren está embrujado!

- ¡No es un fantasma, idiota!

Atrás de ellos, estaba el chico de la estación. Este seguía cargando su planta con una mano y con la mirada baja.

- Mi nombre es Limoncello- se presentó- Estoy aquí para ayudar.

- ¡Puedes empezar saliendo de nuestro camino!- Prosciutto gruñó, agarrándolo por la parte delantera de su camisa.

- ¡Aniki, ¿qué estas haciendo?! grito Pesci.

Prosciutto abrió la puerta a pesar de que el tren seguía moviéndose a gran velocidad. 

- ¡Espera!- gritó Limoncello- ¡Si me matas, entonces no podrás derrotar a Bucciarati y su equipo!

- Los dos podemos hacer bien el trabajo por nuestra cuenta- gruñó Prosciutto. Él sostiene su cuerpo sobre el suelo, listo para dejarlo caer en cualquier momento- No necesitamos ayuda de alguien de tu equipo.

- ¡Espera! ¡Prometo no causarles problemas como Tiramisu!

- ¿Qué dijiste?- exigió Prosciutto.

- ¡Escuché lo que pasó en Sorrento! Sabemos que Tiramisu estaba con uno de tus hombres, Formaggio, ¿no?

- ¿Le causo problemas a Formaggio?

- Desafortunadamente, si... ¡ella no quería hacer equipo con él en primer lugar pero la obligaron! ¡Tiramisu siempre ha sido testaruda y engreída que pensó que podía capturar a Trish sola!

- Si eso es cierto, entonces solo nos estorbarías- Prosciutto frunció el ceño- Nos darías problemas a nosotros también.

- ¡Yo no soy como Tiramisu!- Limoncello volvió a protestar- ¡Si me matas, nunca sabrás dónde se esconde el equipo de Bucciarati!

- ¡¿Sabes dónde están?!- Pesci jadeó- ¡Eso hace que nuestro trabajo sea más fácil!

Sin embargo, Prosciutto simplemente soltó a Limoncello antes de cerrar la puerta de golpe.

- ¡Aniki! ¡¿Por qué hiciste eso?!

- Estaba mintiendo, Pesci- insistió Prosciutto- Él dijo eso para poder salvarse... Vamos a revisar todo el tren.

- ¿Pero y si él estaba diciendo la verdad?

- Pesci, ¿estás dudando de mí?

- N-No, yo no estaba...

Pesci gimió y su espalda golpeó contra la pared. Prosciutto se clavó un dedo en la garganta con enfado.

- Lo último que nunca debes hacer es dudar de tu compañero- siseó Prosciutto- Si no puedes confiar en mí, nunca ganarás.

- ¡Entendido, aniki!

**

- No iba en una cerradura. La llave encajaba en el caparazón de la tortuga. Gracias a eso, se activo el poder de la tortuga, lo que convirtió la llave en una entrada y creó un espacio donde escondernos- dijo Bruno.

Él, su equipo y Trish estaban dentro de la llave por extraño que sonara. Para ser más exactos, técnicamente estaban dentro del Stand de la tortuga, una "habitación" de algún tipo accesible solo para aquellos que conocían el Stand de la tortuga.

La habitación en sí estaba bien amueblada. Lleno de cómodos y lujosos sofás rojos, sofás de dos plazas, sillones e incluso una mini nevera. También había otros detalles, como las paredes y pinturas de color crema junto con una singular mesa de café con clase colocada directamente en el medio. La habitación habría sido normal: una escena pintoresca sacada de una sala de estar perfecta si no fuera por la cúpula obvia en el techo que daba al exterior. 

- ¿La tortuga es un usuario de Stand?- preguntó Narancia. Lentamente, extendió su mano hacia el cielo. Su cabeza y su brazo quedaron afuera. Se encontraba debajo del asiento donde estaba la tortuga.

Narancia retrocedió, cayendo directamente en un sillón.

- ¡Es genial! ¡Es como una nave espacial!

Mientras, Fugo estaba ocupado tocando los muebles.

- El cuarto no parece una ilusión. Es de verdad. El sofá y los muebles son reales...

- Incluso hay bebidas frías- Abbacchio dijo, agachándose junto a la mini nevera.

- Supongo que el jefe dejó todo esto pensando en nosotros- habló Bruno- La tortugas prefieren la sombra, no hacen ruido y no se mueven mucho. Esto nos permitirá ir a Venecia en tren sin preocupaciones.

**

De vuelta en la cabina del conductor, Pesci estaba revisando la pequeña habitación en busca de pistas. El cuerpo del conductor quedó tirado en el lado en el que Pesci no chocaría con él.

- Sería imposible que alguien estuviera en un casillero...Por desgracia, no soy tan intuitivo como él...- suspiró- No puedo creer que Aniki haya matado a ese chico tan fácilmente. Podría haber estado diciendo la verdad y sería más fácil encontrarlos...

Algo llamó la atención de Pesci. Hay una pequeña forma oscura debajo del asiento del conductor. Se acercó y lentamente extendió su mano. Estuvo muy cerca de encontrar a la tortuga, pero se detuvo cuando notó que una ligera niebla comenzaba a llenar la habitación. Pesci sintió un poco más de calor y la niebla tiene un ligero olor a aceite quemado...

- ¡¡Guau!! ¡¡Aniki!!- gritó, dándose cuenta de lo que es la niebla- ¿Acaso...?

Pesci miró hacia afuera desde la cabina y se horrorizó de que Prosciutto sacara su Stand, The Grateful Dead.

El Stand apareció como un torso humanoide con brazos largos, manos grandes y numerosos ojos en ángulo de varios tamaños incrustados en toda su cara y cuerpo. Al carecer de una parte inferior del cuerpo, hay cuatro tentáculos segmentados que cuelgan de su cintura. Era fácil ver que la niebla misteriosa estaba siendo liberada de los numerosos ojos de The Grateful Dead, y eso significa que Prosciutto acababa de activar la habilidad de su Stand.

- ¡¿De verdad piensas hacerlo?!- Pesci gritó de miedo- ¡¿Lo harás con todos los pasajeros?! ¡Ni siquiera sabemos si están en este tren!

- ¡Ya te lo dije! ¡De arriba a abajo! Sé que están aquí- dijo Prosciutto sombríamente- ¿Cuál es el problema? Varios trenes se accidentan al año en todo el mundo. Esto no será tan brutal.

Prosciutto se alejó para comenzar su búsqueda. En lugar de flotar, The Grateful Dead siguió a su usuario caminando directamente sobre el suelo con las manos.

**

Son casi las 16:50.

Dentro de la tortuga, el grupo trata de matar el tiempo lo mejor que puede. Bucciarati y Trish están sentados en los únicos sillones, mientras que el largo sofá lo ocupan Giorgia, Fugo y Abbacchio. Las tres jóvenes están muy agotadas por su pelea con Man in the Mirror, por lo que se están tomando un profundo y merecido descanso. Mista y Narancia están apoyados contra la pared, para vigilar el techo en caso de que alguien encuentre a la tortuga.

Bucciarati está bebiendo de un vaso de agua fría y hielo que le dio Amaretti. Este último también hizo otro vaso para Trish y le incluyó una pajita.

- El agua mineral que te gusta, del tipo francés- dijo Amaretti.

- Gracias, estoy extremadamente deshidratada- dijo Trish. Ella tiene una revista abierta en su regazo.

Trish tomó un sorbo de su agua.

- Qu-Quisiera disculparme por... lo de antes- dijo Amaretti tímidamente- No lo hice a propósito.

- Estas perdonado- habló Trish con simpleza. Como si ya le hubiera restado importancia.

Amaretti pensó que aún estaba resentida así que intento pensar en un tema de conversación y notó la revista.

- Y... ¿qué estas leyendo?- preguntó.

- El último número de Italian Vogue- responde Trish.

Amaretti miró por encima del hombro de Trish para ver la revista. Hay una página de una modelo llamada Hannelore Knuts que usa ropa de calle.

- ¿Qué opinas?- Trish preguntó, con los ojos en la página.

- Le queda bien- dijo Amaretti genuinamente. Luego miró a Trish- Aunque... creo que esa ropa te quedaría mejor a ti...

- ¿Qué?- Trish miró hacia arriba.

- ¡No dije nada!- Amaretti tartamudeó, fingiendo mirar a su alrededor.

- Sabes... siempre me ha gustado el canto- murmuró Trish.

Amaretti volteó la cabeza para prestar atención.

- Mi madre y los niños de mi antiguo vecindario pensaron que tengo una gran voz y que podría ser una cantante. Me encantaba esa idea... Pero después de qué le pasó a mi mamá... Se siente como un sueño tonto.

- Eso no es tonto en absoluto- dijo Amaretti- ¡Estoy seguro que tu mamá estaría feliz de que cumplas tus sueños! Nunca te he oído cantar pero si tu mamá dice que tienes una gran voz entonces eres talentosa y... podría escuchar tus canciones.

Amaretti sintió que su cara se calentaba tan pronto como dijo esas últimas palabras. Pensó que sonaba ridículo, pero Trish no pensó que fuera una mala idea.

- Si fuera así...- dijo la chica de cabello rosa- Te podría hacer mi asistente personal.

Esto hizo que el corazón de Amaretti se acelerara y comenzó a ver destellos.

- ¡E-Esta bien!

Bucciarati está mirando en secreto a los dos jóvenes teniendo una conversación tranquila y eso lo preocupa. Podría decir que Amaretti se esta siendo cercano a Trish. Hay reglas que dicen que los guardaespaldas no deben enamorarse de sus escoltas, y Bucciarati tiene la intención de mantener la relación entre Trish y cualquier miembro de su equipo de manera profesional. Trish no solo es la hija de su jefe, sino que pronto estará fuera de sus vidas.

Cerca, Mista notó un aumento extraño en la temperatura. 

- Debe ser porque estamos en una tortuga, pero me abochorno- comentó. Abriendo la nevera.

- Oye, Mista, ¿me das un lata de cola, por favor?- preguntó Amaretti.

- Esta bien- Mista le lanzó una lata y este la atrapa- ¿Quieres algo de beber, Narancia?

Narancia miraba al techo con una expresión perezosa.

- Solo son bebidas frías...- continuó Mista- pero hay refresco de cola, agua mineral con y sin gas y jugos de manzana, naranja y piña.

Narancia aún no ha respondido, como si no pudiera escucharlo.

- ¿Me estás escuchando?

- ¿Eh? ¿Qué dijiste?- preguntó finalmente Narancia, con la mano en la oreja.

- ¡Que si quieres algo de beber!- dijo Mista- ¿Por qué no descansas un poco? Luces bastante cansado. Yo vigilaré el techo.

Narancia se dejó caer lentamente en una silla de madera frente a la mesa baja.

- De pronto se me tensaron los hombros y me duele la espalda- Narancia se masajeó los hombros- Preferiría beber algo caliente que no me sentara mal al estómago.

- ¡Ya te dije que solo hay bebidas frías!- espetó Mista- Nunca escuchas, ¿eh?

- Pues comeré una banana.

Narancia tomó un solo plátano del frutero y comenzó a hojear las páginas de una revista sobre jardines.

- Los jardines como ese me hacen suspirar- Narancia suspiró- Que tranquilidad... Son tan bellos... Desearía recostarme al sol en un jardín como ese y recordar los buenos días de mi niñez...

- ¿De qué estas hablando?- preguntó Amaretti, terminando su lata de cola.

Narancia se lamió los dedos antes de pasar a la página siguiente. Luego repitió lo mismo. Tanto Mista como Amaretti pensaron que era asqueroso. Narancia ya no se sienta derecho y comenzó a toser. Fue entonces cuando ambos notaron que su diente se cayó al toser, aunque todavía estaba colgando de una encía suelta.

- Por alguna razón...- Narancia habló con voz áspera. Su cabello comenzó a volverse gris lentamente- no puedo comerme esta banana. Esta seca y dura.

- ¿Estas bien, Narancia? ¿Qué es eso que te cuelga en la boca? Se parece a un...- preguntó Amaretti, señalando con el dedo.

- ¿Qué? ¿Dijiste algo, Amaretti?- Narancia levantó la vista- Hablas muy bajo... No te oigo bien... 

Narancia levantó la cara; ahora parecía un anciano, su rostro se veía seco y cubierto de arrugas. El plátano en su mano está tan duro y seco que comenzó a desmoronarse, por lo que Narancia ni siquiera puede comerlo. Incluso el resto de las frutas en el tazón se ha secado.

- Como te decía, la banana se desarma...- gimió Narancia- No me la puedo comer... Esta toda seca... Todas las frutas...

- Oye... ¡¿qué te pasa?!- gritó Mista.

Sus gritos alertaron tanto a Buccellati como a Trish. Se sorprendieron al ver a Narancia luciendo como una persona mayor.

- ¡Se acaba de convertir en un abuelo zombi!- chilló Amaretti.

- ¿No me oíste?- gritó Narancia. Su cabello se ha vuelto completamente blanco- ¡Lo diré más fuerte! ¡¿Me estas escuchando?! ¡No puedo comerme esta banana! Mira. Se desarma sola...- pellizcó la punta del plátano, viéndolo caer como arena- Esta añeja...

- ¡Bucciarati!- exclamó Mista.

- ¡Lo sé! ¡Nos ataca un Stand!- dijo Bruno- ¡Debe haber un enemigo en el tren!

Narancia sin saberlo se sacó un mechón de su cabello blanco. Lo miró y se confundió. 

- ¿Eh? ¿Qué es esta cosa blanca? Salió de mi cabeza... ¡¿Qué es esto?!

Trish, la más aterrorizada de todas, no podía apartar los ojos de la anciana Narancia. Sus ojos escanearon cada parte de él, cada vez más aturdida por segundo. 

- ¿Qué pasa?- gimió alguien- ¿Sucedió algo?

Giorgia levantó la cabeza para revelar que ella también había envejecido, su cabello completamente blanco y su rostro tenía algunas arrugas. Lo mismo ocurre con Fugo y Abbacchio, que siguen durmiendo en el sofá y no se dan cuenta del peligro. Cerca, las rosas en una maceta comenzaron a secarse y desmoronarse como las frutas en el tazón. Bucciarati descubrió lo que les sucedió a sus subordinados.

- ¡Todos han envejecido!

Narancia se está volviendo loco por su repentina apariencia envejecida. Mista y Amaretti también están comenzando a mostrar signos de envejecimiento; sus dos cejas se volvieron grises y aparecieron gruesas arrugas debajo de sus ojos. Trish también saco un par de arrugas en su rostro, pero nada prominente como los demás.

- ¿Un Stand que te hace envejecer?- Mista apuntó su arma hacia el techo- ¡¿Saben que estamos en la tortuga?!

- ¡Cálmate, Mista! Si supiera que estamos en la tortuga, habrían utilizado un ataque más directo- dijo Bucciarati mientras le crecían enormes arrugas alrededor de los ojos- Y como no lo han hecho, significa que no nos han encontrado. El enemigo solo debe saber que estamos en algún lugar del tren y por eso atacan indiscriminadamente a todos en el tren para encontrarla.

Trish lo miró, sorprendida.

- ¿Indiscriminadamente? ¿No correrían el riesgo de matarla?- preguntó Amaretti.

- Tal vez... Están desesperados. Usarán cualquier artimaña y sin siquiera dudarlo- Bucciarati asintió- Esto nos deja dos opciones... La primera es salir del tren con Trish. La segunda es encontrar el enemigo sin conocer su alcance y abatirlo.

- La primera suena como un plan decente- sugirió Amaretti- El enemigo no conoce nuestro escondite exacto. Podemos abrir un agujero y saltar de este tren.

- ¿Te das cuenta de lo rápido que pueden llegar los trenes a toda velocidad?- Mista protestó-Terminaríamos con los huesos rotos en el momento en que aterrizamos en el suelo.

- Quieres decir que...

- La segunda, por supuesto. Hay que parar el tren si queremos huir con ella. Es muy peligroso- Mista levantó su arma cargada- ¡Será mucho más seguro asesinarlos con Sex Pistols!

Bucciarati estuvo de acuerdo.

- Sí, es como dices. Pero no hay tiempo. Envejecemos a un ritmo alarmante...

La piel alrededor de los ojos de Bucciarati continúa combándose y arrugándose, haciéndolo parecer un hombre de mediana edad en el cuerpo de una persona joven. En cuanto a Narancia, se ha vuelto tan moteado y seco que sus manos curtidas continúan marchitándose hasta el punto en que comienza a desprenderse escamas de piel. Incluso varias de sus uñas comenzaron a resquebrajarse. Amaretti vio con horror como el cuerpo de Narancia se encogía lentamente dentro de su ropa suelta. La piel de su espalda también comenzó a tensarse hasta que el contorno de su columna vertebral se muestra como una serpiente espantosa y huesuda.

- Es cierto, Bucciarati. No tenemos tiempo- Mista dijo con urgencia mientras se subía a la parte superior de la silla de madera. Está preparado para salir de la tortuga.

- Un momento, Mista...- Giorgia habló débilmente- Aún es muy pronto...

Mista, Bucciarati, Amaretti e incluso Trish la miraron.

- ¿Qué estas diciendo, Giorgia?- Mista preguntó con impaciencia.

- Digo que es muy pronto para salir- El rostro de Giorgia estaba arrugada y su cuerpo encogido.

- ¡No hay tiempo que perder!

- Espera. Escuchémosla- dijo Bucciarati- ¿Qué intentas decir, Giorgia?

La antigua joven de cabello dorado miró de la mitad mayor del grupo a la mitad más joven. Hay algo en esta situación que no cuadra. 

- ¿Por qué envejecemos a un ritmo distinto al de Bucciarati?

Los ojos de Bucciarati se abrieron y se miró a sí mismo.

- Mis síntomas y los de Mista y Amaretti son ligeros... Los de Trish son aún menores. ¿Por qué?

- ¡Envejecemos a ritmos diferentes y ya está!- resopló Mista, alcanzando el techo de nuevo- ¡Me voy!

- ¡Espera, Mista!- insistió Amaretti- ¡Éramos los más cercanos a Narancia antes, justo antes de que sucediera! Entonces, ¿por qué ese Stand enemigo lo afectó más que a nosotros?

- Y hay algo que señalaste antes- agregó Giorgia- Si hacen envejecer a todos indiscriminadamente... podrían matarla sin querer pese a ser a quien buscan... La velocidad del envejecimiento depende de algo... Les diré lo que creo... creo que diferencia a hombres de mujeres juzgándolos por su temperatura corporal...

- Una vez leí que dado que las mujeres almacenan más grasa en sus cuerpos, sus temperaturas corporales cambian menos- continuó Giorgia- Además, las mujeres envejecen mejor que los hombres y viven más... ¿No creen que empezó a hacer calor hace poco? El enemigo regula la velocidad del envejecimiento de acuerdo a los cambios en la temperatura corporal. En resumen, los hombres envejecen más rápido, y las mujeres, más lento.

- Si, admito que tiene su lógica, pero...- dijo Mista, luciendo inseguro- ¿Te olvidaste? ¡Soy un hombre y tú eres una chica! ¡¿Estás tratando de sugerir lo contrario?!

- Cambios en la temperatura...- Trish habló de repente- Ahora que lo pienso, nuestros cuerpos estaban un poco más fríos. Porque bebimos algo frío... Narancia no bebió nada.

- ¡Ya veo!- Amaretti también se dio cuenta- ¡Bucciarati también bebió la misma agua con hielo! ¡Y yo tome una lata de cola fría! Mista no ha bebido nada, ¡pero estaba expuesto al aire fresco del refrigerador!

Narancia, que parecía medio desmayado, estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared. Trish se arrodilló a su lado y le colocó un cubo de hielo en la cara. Una pequeña área de la piel de Narancia volvió a su estado juvenil y brillante.

- ¡Eso es, Giorgia! ¡Es tal como dices!- exclamo Mista- ¡Envejecemos más lento porque nuestros cuerpos estaban más fríos!

Mista corrió hacia la mini nevera, sacando la bandeja de hielo.

- ¡Enfríen sus cuerpos! ¡Que todos enfríen sus cuerpos!

- ¡Espera, Mista! ¡Te llevarás ese hielo contigo!- exclamó Bucciarati.

Mista miró la bandeja solo para ver dos cubos de hielo.

- ...¿Solo queda esto?

- Lo de abatir al enemigo sigue en pie- dijo Bucciarati- Mista, te llevarás ese hielo y vencerás al enemigo. Antes de que se derrita y no puedas seguir usando tu Stand.

Mista comprendió en silencio y tomó los últimos dos cubos de la bandeja. Tomará un tiempo para que el refrigerador haga suficiente hielo para todos. Mista se subío a la silla de madera y salío de la tortuga.

- Ve con él, Amaretti...- sugirió Giorgia- No estás tan afectado como el resto de nosotros.

- Mista estará bien solo- dijo Bucciarati.

- No, Bucciarati... Teniendo en cuenta los eventos recientes a partir de hoy... hay una pequeña posibilidad de que tengamos más de un enemigo en este tren. Y si uno de ellos es alguien de Bella Morte... Mista no podrá solo.

- Dije que Mista...

Cuando Bucciarati se dio la vuelta y vio que Amaretti ya se había ido.

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