Un juego a la vez

By Alex_escritor08

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Emilia Matthews es una amante jugadora del fútbol, no piensa en otras cosas más que en entrenar y ganar sus p... More

Sinopsis
Prólogo
1. El equipo
3. El consejo
4. Un desliz
5. Descanso
6. Cambios
7. Admirable
8. Un trato
9. No somos amigas
10. Mentiras
11. Póker
12. Última semana
13. Sentimientos olvidados
14. Entrenamiento
15. Mal genio
16. Partido de entrenamiento
17. Invitaciones
18. Decisiones
19. Noche estrellada
20. Impulsos
21. Buscando a Emilia
22. Competitividad
23. El cielo
24. Charla en el patio
25. Asfixiante
26. Top tres
27. Distracciones.
28. Cerrando un capítulo
29. Confesiones
30. Salida de cuatro
31. Mala jugada
32. Charla nocturna
33. ¿Celos?
34. Cena importante
35. Bailes
36. Baile a la luz de la luna
37. Cargos
38. Cena a las afueras
39. Charla con los padres
40. Partido reñido
41. Un partido ¿amistoso?
42. Compañia
43. Tarde de películas
44. Pesadillas
45. Tarde con mamá
46. Independiente
47. Montaña rusa de emociones
48. Dulce y salado
49. Peliculas y princesas
50. Llovizna
51. Naturaleza
52. ¿De vuelta?
53. Deseos
54. Cena con los Lambert
55. Calma
56. Ridículamente romántico
57. Portada
58. Último juego
Epílogo
Agradecimientos
Aviso
Extra I. Sorpresas
Extra II: Cena a la luz de la luna

2. Un cargo más

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By Alex_escritor08

Christine

A pesar de ser parte de una familia tan grande, el estrés nunca descansa y, aunque ya sea parte de mí, nunca terminas de acostumbrarte a este tipo de cosas.

—¿Quién? —pregunte al escuchar toques en la puerta

—Elia —suspire

—Adelante

Me incorpore en mi cama y me senté, esperando a que mi hermana se sentara a mi lado.

—No tenías por qué hacer nada de eso

—Si no lo hacía iba decir que era una mal agradecida y que... como siempre "nunca quiero ayudar en la casa" —hice comillas

—Te estas estresando por nada —rodé mis ojos

Me tensé cuando sentí sus brazos rodearme, coloco mi cabeza en su pecho, empezó acariciar mi cabello y comencé a relajarme.

—Siempre te he dicho que no te tomes tan literal lo que mamá dice

—Es imposible no hacerlo

—Tienes carácter Chris

—Sabes lo que pasa cuando le muestro ese carácter a ella

—Lo sé —soltó una risa— la que debería estar estresada soy yo, no ustedes —me aleje de ella

—Mucho contacto físico no me gusta —asintió entendiendo— ¿Por qué vas a estar estresada?, ¿no se supone que casarte es lo que quieres?

—Oh. Sí, claro que quiero casarme, es el día de mi boda estoy feliz por eso, pero debo de asegurarme que todo esté bien, debería ser una de esas novias preocupadas por los arreglos, las mesas y demás cosas, por eso debo de estar estresada —suspiro— en lugar de eso estoy aquí, charlando contigo

—¿No te importa como salga la boda? —me levante de mi cama

—No mucho, mientras este mi familia presente lo demás me da igual, sabes que nunca me ha importado nuestras apariencias y ese tipo de cosas

—Por esa razón mi madre está viendo la organización —asintió riendo—, tienes suerte que el hombre al que amas sea alguien que mis padres acepten —me miro melancólica

—Sí, iba ser difícil mantener una relación fuera del plano de mis padres —frunció el ceño— bueno, de mamá, sabes que a papá igual le importan poco las apariencias

—No puedo creer que en unas horas estarás casada —solté sin verla—, será extraño ya no verte en la casa —se rio y camino hacia mí

—Vendré a visitarlos

—Claro que lo harás

—A veces tu egocentrismo me molesta

—A veces siempre —nos reímos

—Elia —la puerta se abrió de golpe—, estoy buscándote por toda la casa —mi madre entro a la habitación

—Estoy aquí con Christine

—Ya vi —rodé mis ojos cuando cambio rápido su mirada— la maquillista llegó, es hora de que te arregles

—Voy, voy —empezaron a salir de mi habitación

—Christine cariño, ponte hacer algo productivo —me mostró esa típica sonrisa "sé una buena hija y no molestes" de siempre—, por favor

—Mamá, vamos ya —Elia la tomo del brazo— deja de molestarla

No escuche que más dijeron ya que mi hermana había cerrado la puerta antes de que mamá contestara.

El día había comenzado como cualquier otro, solamente que hoy mi hermana se casa, y mi madre estuvo desde temprano viendo los preparativos, que todo estuviera en el lugar que correspondía, y como mi madre no sabe manejarse sin nadie quien le mantenga una agenda, me involucro a mí, cabe aclarar que nada salía bien porqué tanto ella como yo teníamos el mismo carácter y mis cosas a ella no le parecían.

El día estaba tan hermoso, el sol brillaba, había muchas nubes en el cielo, el aire fresco se sentía, los pájaros cantaban, era un gran día para una gran ocasión, lástima que mi madre tuvo que arruinarme este bello día.

💼

Había terminado de vestirme, me senté en mi tocador para empezar a maquillarme, y escuche unos golpes en la puerta.

—¿Quién? —pregunte

—Stella

—Adelante

Termine de maquillarme cuando Stella entro a mi habitación.

—Es un caos allá abajo —me coloque el labial—. Si me permites decirlo, te ves hermosa —la mire de reojo

—Igual luces bien —sonrió

Stella llevaba puesto un vestido azul rey, súper largo y con un escote en v, le quedaba muy bien ya que ella era delgada, su cabello negro caía en ondas, y sus ojos verdes tenían un perfecto delineado.

—¿Ya llegaron todos?

—Algo así, no sé a cuantas personas invito tu hermana

—Solo a la familia —me levante y me mire al espejo— y un par de amigos supongo —conteste al mirar mi vestido

—Te miras estresada, ¿todo bien? —me senté a su lado

—Sí, todo bien. Estuve ayudando a mi madre con los preparativos y... fue un caos— suspiré, moviendo mis manos al aire— ya sabes cómo se pone cuando nuestros caracters chocan

—Sí, es todo un problema —asentí

—Detesto las fiestas —bufé

—Lo sé

—Pero mi hermana no se casa todos los días

—Le prometiste qué harías el más mínimo esfuerzo de estar ahí

—Y lo haré —suspire—. Vamos antes de que mi madre mande a alguien a buscarme

Salimos de mi habitación en silencio. La casa estaba vacía, nuestros tacones eran los únicos que se podían escuchar en toda la sala.

Al llegar al patio a lo lejos se miraba a toda mi familia. Debo admitir que la decoración era muy bonita en todos los aspectos posibles —gracias a mi hermana por convencer a mi madre de esta decoración— adornos color crema, las flores blancas daban un sendero precioso hacia el altar.

Mi familia me miro mientras iba avanzando, Stella se quedó junto a sus padres, cuando divisé a mi madre y mis hermanos me senté a su lado.

—Mamá estaba a punto de mandar a buscarte

—Sabes que soy puntual —comente sin mirarla

—Lo sé, por eso no estaba preocupada

La clásica música empezó a sonar, mi padre entro junto a mi hermana, su vestido color crema se miraba precioso, aunque no era de tanto encaje, fue algo sencillo, pero precioso.

El evento no duro mucho, mi madre derramo un par de lágrimas a lo largo de este, y nosotros solo nos dedicamos a escuchar las palabras del juez. A la hora de los votos mi hermana también derramo un par de lágrimas, la ceremonia fue tranquila.

—Y por el poder que me concede la ley, los declaro marido y mujer. Puede besar a su ahora esposa —los aplausos se hicieron presentes

—¡Felicidades!

—Mujer deja de llorar, se te está escurriendo el maquillaje —murmuro mi padre

—Vale la pena por este momento —la mire de reojo—, sabes mejor si me arreglo, Mattheo

—Mande, madre

—Ve por mi maquillaje a mi recamara, por favor

—Esta bien

Mi hermano se alejó de nuestro lado para obedecer a mi madre. Nos acercamos a mi hermana una vez que terminaron de tomarse fotos, los invitados se habían ido a las mesas que estaban más a lo lejos para la celebración. Mamá fue a ver a mi hermano que no regresaba con el maquillaje.

—Muchísimas felicidades mi amor

—Gracias Papá

—Felicidades —sonreí amablemente, pero ella me abrazo

—¿Puedes mostrar una verdadera felicidad?

—Estoy feliz —abrió sus ojos como platos al escucharme

—¿Esa es tu mejor sonrisa de felicidad? —alce mis hombros

—Yo si estoy feliz por ti hermana —Alysa se metió en nuestra charla para abrazarla

—Gracias Alysa

—¿Y mamá?

—Se fue a retocar el maquillaje

—Estuvo llorando durante la ceremonia —murmuré

—De acuerdo

Mamá llegó después de un rato con mi hermano. El ahora esposo de mi hermana llegó a saludarnos y mis padres lo felicitaron, un rato después terminamos de tomarnos la foto familiar, foto donde mi familia empezó a decir...

—¿No pudiste mostrar una mejor sonrisa?

—Esa es mi mejor sonrisa —conteste, cruzando los brazos

—El día que la miremos verdaderamente feliz, va a llover y relampaguear

—Dejen de molestarla, la foto no salió mal, ella esta perfecta con esa media sonrisa— rodé mis ojos

Ni siquiera sé por qué me tomaban mucha importancia, la foto no salió arruinada.

No volvieron a comentar nada después de eso.

La fiesta comenzó y la servidumbre empezó a servir los platos principales, me limite a comer mientras miraba a mi hermana discutir con los cubiertos.

—Atención todos —unos golpes en una copa logrando captar nuestra atención—, primero que nada, quiero dares las gracias a todos por estar aquí, tanto a nuestras familias como nuestros amigos, a todos los que han sido testigos de este hermoso amor que ha surgido a través de los años, espero que disfruten esta noche tanto como nosotros. ¡Salud! —alzamos las copas

—¡Salud!

La noche se hizo presente en el pateo de mi casa, la fiesta transcurrió sin nada importante, después del brindis empezaron con los bailes tradicionales, ahora mis padres estaban bailando en la pista.

—Hola —reconocí aquel tono de voz un poco ronco y coqueto— ¿Puedo sentarme?

—Si quieres —murmure sin mucha importancia

—De acuerdo

No aparte la mirada de mi padre, que se miraba divertido al bailar con mi hermana.

—Estas muy hermosa esta noche

—Gracias. Tú también luces bien con ese traje, formal y... bello

—Gracias, elegancia de familia ya sabes —asentí—, no te veo con muchos ánimos, si quieres me puedo ir

—No —coloque mi mano sobre la suya antes de que se levantara— discúlpame, no es tu culpa solo soy yo, las fiestas no me agradan mucho

Me sonrió en cuanto lo mire.

Andreus Beckett, chico alto, guapo, elegante, formal, lo que toda chica sueña con encontrarse algún día o chico depende de los gustos de cada uno, cuñado de mi hermana mayor, hijo de los señores Beckett.

Él seguía mostrándome una encantadora sonrisa, sus ojos grises me miraban con un bonito brillo, su cabello negro estaba peinado perfectamente.

—Todo el mundo merece divertirse de vez en cuanto —contesto, mostrándome una agradable sonrisa

—No creí que vendrías —intenté cambiar el tema mientras tomaba mi copa antes de darle un trago

—No podía perderme la boda de mi hermano mayor —asentí—, y quería verte de nuevo —lo miré de reojo para regresar mi vista a la copa—. Somos buenos amigos ¿no?

—Sí, buenos amigos

—Hola, perdón por interrumpir su platica

—Stella —él tomo su mano dejando un beso en esta— luces, muy hermosa

—Gracias Andreus, igual estás guapo —sonrió

—Con su permiso, las dejo platicar —él se levantó cediendo su lugar a Stella—, disfruten la noche señoritas

—Gracias —comentamos al unisonó

—Gracias por eso —murmure haciendo que frunciera el ceño

—¿No estaban hablando bien?

—Con él nunca se puede hablar bien —di otro trago a mi copa

—¿Te seguía coqueteando?

—Creo que esa idea nunca se le ha ido de la cabeza

—Creí que en Europa encontraría alguna chica que por fin le hiciera caso

—Muchas chicas están interesadas en él, el problema es que cuando a él solo le interesa una, esa idea tarda en irse de su mente

—Enamorado lo tienes —solté una risa irónica

—No está enamorado, él solo quiere hacerle el capricho a su padre de andar conmigo, así como su hermano es esposo de mi hermana, pero ellos si se aman

—Pero es un caballero

—Y eso no lo niego, tiene buenos sentimientos y valores, pero no me interesa

—Chicas —reconocí aquella voz varonil formal

—Damián, ¿Dónde estabas? —coloco una silla enfrente de nosotras

—Mirando el último partido de la temporada —lo mire

—¿Y? —ajusto sus gafas

—Inicio bien, luego se fue complicando, sacaron a la capitana en el medio tiempo— fruncí mi ceño

—Pero ella juega bastante bien ¿Por qué hicieron eso? —pregunte extrañada

—No lo sé, mi tío dijo que no haría nada, pero cuando vio que estábamos por debajo por dos puntos fue que intervino, al parecer la entrenadora la saco porque no estaba dando todo el potencial

—No la miraste mucho ¿o sí? —pregunto Stella

—Siempre los vigilo muy bien —se ajustó sus gafas—, los chicos están acostumbrados

—Los chicos, no las chicas. En el juego final siempre voy yo, pero no podía perderme la boda —se quejó

—Bueno ya, dejen de discutir —los detuve— ¿Y qué paso con el partido?

—Ella entro a jugar y el marcador regreso, ganamos como siempre —sonrió— seis a cuatro

—Genial —Stella aplaudió

—El trofeo sea llevado el lunes a la vitrina, mientras lo tiene la capitana

—De acuerdo

—Chicos —la voz de mi padre nos interrumpió

—Buenas noches, Tío

—Buenas noches, ¿me permiten un momento con mi hija?, por favor

—Sí, claro —ellos se levantaron después de despedirse

—Mi amor —mi padre se sentó a mi lado—. Vamos levántate, desde que nos sentamos a comer, no te has levantado para nada

—No veo la necesidad papá

—Cariño, es la fiesta de tu hermana

—Lo sé papá, estoy haciendo un gran esfuerzo por no irme a mi habitación

—Cariño, apenas son las ocho —suspiro— Christine, tu hermana quiere que vayas a bailar con ella, me lo pidió a mi primero, sabes que si tu madre viene...

—Lo sé —suspire, mire hacia la pista de baile donde mi familia se estaba divirtiendo—.  De acuerdo —tome lo último de la copa para levantarme

—Sabía que no me dirías que no —me abrazo y dejo un beso en mi frente

—A ti nunca te digo que no

Me aleje de él para ir hacia donde mis hermanas estaban bailando.

—Y creí que te habías pegado a la silla

—Ahora yo si podre ir a sentarme —contesto mi hermanita antes de desaparecer entre la multitud

—¿Cómo estás?

—¿La verdad o lo que le he dicho a la mayoría? —alzo una ceja y bufé

—Nunca hemos tenido secretos entre nosotras —tomo mis manos para moverme un poco

—No me gusta bailar —murmuré mirándola mal, soltó una carcajada

—Lo sé y es justo el momento para que me pueda sentar —me llevo hacia la mesa de honor para poder sentarnos— ¿retomo la pregunta?

—Solamente estoy cansada y aburrida —explique sin muchas ganas

—Es momento perfecto para poder escapar de todo Chris, trabajas mucho en la universidad

—Extrañamente me siento bien ahí

—Te acostumbraste tanto que cuando salgas no sé qué harás

—¿Ejercer mi carrera? —se rio

—Te vi hablando con Andreus ¿te está molestando de nuevo? —negué

—Lo mismo de siempre, pero sabes que no se sobrepasa

—Lo sé, a pesar de todo es un caballero —asentí—. ¿Algún día tendrás una oportunidad con alguien? —la miré de reojo

—La tuve, sabes cómo termino

—Existen más personas Christine, más amores

—Sí, vendrán más amores tarde o temprano supongo —tome una copa— y si no, pues está bien, lo que el universo tenga para mí lo agradeceré

—Nunca está de más tener un romance adolescente —alce una ceja

—Ya tuve uno, ¿te lo recuerdo? —sonreí para luego rodar mis ojos— además para la edad que tengo dudo que siga considerándose "romance adolescente" —ella rio

—Cierto —suspiro—, dicen que la persona que elijas ahora será tu acompañante de vida —ella miraba a su esposo—, los veinte son una buena edad de madures

—Nuestra edad no define nuestra madurez, las cosas por las que hemos pasado sí

—Cierto —me tomo de las manos—, solo quiero verte de igual o más feliz como lo soy yo ahora

—Soy feliz, tengo una buena casa, educación, salud, tengo excelentes calificaciones, tengo una gran amiga, no me hace falta nada, y para el amor siempre tendré las puertas abiertas no lo niego, aunque sé que no me va también en ello —solté una risa amarga— tampoco es tan necesario

—Un complemento siempre es necesario —me serví otra copa de vino, la escuche suspirar—. Va llegar ese amor que te hará valiente, tan valiente que esta vez no tendrás miedo de enfrentarla —mire mi copa, escuchando atentamente sus palabras— permítete volver a sentir, volver a enamorarte con locura, permítete volver a vivir. A esta edad elegimos a nuestros compañeros de vida —repitió

Deje que sus palabras hicieran eco en mi cabeza. Ella tenia razón, no quería recordar viejos momentos, no quería amargarme más de lo que ya estaba en esta fiesta.

No tenia las puertas cerradas al amor, el amor es un juego y como siempre... debemos llevar un juego a la vez. No quería que sus palabras divagaran en mis recuerdos, al final la vida sigue corriendo, y como siempre, lo que la vida me tenga preparada lo recibiré de buena manera.

—Dejemos de hablar de mí, esta es tu noche, yo estaré bien —negué para apartar los malos pensamientos y le di un trago a mi copa, la escuche suspirar

—Eso es lo que me preocupa, me iré primero a mi luna de miel, luego me mudare a mi propia casa —me sonrió— eres la hermana mayor ahora, ¿puedes con un cargo más?

—Aprendí de la mejor —me abrazo

—Te quiero tanto

—Yo también a ti

Después de charlar un rato, regresamos a la pista a bailar un rato o hacer el intento de bailar ya que no me agrada mucho. Me fui a sentar en cuanto ella anuncio que lanzaría el ramo, una de sus mejores amigas lo atrapo después del tercer intento.

—¿Por qué siempre dejan el pastel a lo último? —pregunto sentándose a mi lado

—No tengo la mínima idea

—Fue un buen día para terminar la semana —sentí su cabeza recargada en mi hombro

—Y es un buen inicio para comenzar una nueva etapa

—¿El cargo de hermana mayor? —asentí— Lo harás bien, siempre has cuidado bien a tus hermanos

—Lo sé, no me preocupo tanto

—Siempre positivamente ante nuevas cosas, eso es lo que admiro de ti, eso y otras cosas claro

—Siempre hay que verles el lado bueno a las cosas

—Lo sé —mire al cielo que estaba cubierto de estrellas— ¿Cansada?

—Muy —bostezó — ¿Te quedas a dormir? —pregunte mirándola

—Me parece una buena invitación

Mis hermanos se fueron a dormir después de haber probado el pastel, me quede un rato más con Stella hasta que fue a pedirle permiso a su madre para quedarse, cuando el permiso fue positivo, fui a decirle a mis padres que me iría a dormir.

—¿Ya te vas? —asentí a lo que mi hermana pregunto

—Son las... —mire mi teléfono— doce de la madrugada, es justo dormir —ella rio

—De acuerdo —me abrazo—, gracias por estar

—Gracias a ti, por haber sido una gran compañera de vida —no la aparte, me permití este abrazo, sabía que sería el último como hermana mayor, ella tenía que volar y hacer su propia vida, ella ya no tenía que ver por mí. Dejo un beso en mi cabeza después de unos largos minutos.

—Vendré a visitarte —me reí

—Que no sea diario, por favor —ella rio—. Ten un buen viaje, y disfrútalo mucho

—Gracias, descansa

—Hasta luego

Llegue junto a Stella que me estaba esperando en la puerta trasera de mi casa. La música entraba solo hasta la sala, gracias al cielo. Al subir las escaleras se dejó de escuchar la música.

Una vez que entre a mi habitación le coloqué el seguro a la puerta, deje mis zapatillas de lado, Stella tomo un par de prendas que tenía guardada en uno de mis cajones, para luego decirme que se cambiaría, mientras ella estaba en el baño empecé a desmaquillarme tranquilamente. Me quite mis accesorios, amarre mi cabello en una coleta floja, y me cambie mi vestido por una pijama cómoda, al acostarme Stella salió del baño.

—Amo andar en vestido, pero necesitaba sentirme cómoda —se acostó a mi lado— fue un buen día

—Fue una gran noche —apagó su lampara

—Buenas noches Christine

—Descansa Stella

Sería mi última noche en paz, mi hermana se iba y eso me descolocaba mi vida de mil formas posibles, todo iba ser más difícil aparir de ahora, pero era un reto que debía tomar. Empezaba una nueva etapa, un cargo más.

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