Hailey miraba a Oliver con cariño, con ocho meses ya había aprendido a decir "papá", palabra que usaba todo el tiempo para llamar la atención de ambos betas. Scott bromeaba diciendo que Woody y Junior se encontraban en peligro estando cerca de Hailey, ya que ella siempre intentaba acercarse a ellos cuando se despistaban.
-Hailey, no tires del rabo de Woody... - podían escuchar la risa de la pequeña cada vez que se ponía a jugar con ellos. – No le quites la comida a Junior. – ambos canes los miraban cansados. – No te subas ahí, Hailey, es peligroso.
Scott estaba preparando el almuerzo de Hailey, a la pequeña le encantaban los yogures, así que le sirvió uno con cuidado, Oliver corría peligro si alcanzaba el yogurt antes de que él se diera cuenta, así que debían de ser rápidos. Aprovecharían de que Hailey estaba jugando con Woody para pasar la comida por delante de él.
-Mañana es el día, Oli. – sonrió Scott. – Estoy un poco nervioso ¿lo tenemos todo? Creo que nos olvidamos de algo.
-Incluso les compraste ropa por si acaso. – se burló Oliver. – Tienen una cama nueva y varios juguetes. – Scott suspiro. – Los papeles están en orden, tan solo debemos ir a por ellos.
-¿Es buena idea dejar a Hailey con Lily? – pregunto preocupado. – Recuerda lo que paso la última vez, podríamos decírselo a Nevan, por la mañana Emily está en el colegio así que podría venir.
-Liliana está emocionada por quedarse de nuevo con Hailey. – la pequeña se acababa de apoderar de Woody por completo. – Estarán bien, le he dicho a mi hermana que no puedo volverlo hacer.
Hailey se puso a llorar cuando Scott la cargo en sus brazos, no quería que el beta le diera de comer, intento quitarle la cuchará un par de veces, ensuciándose las manos y pringando la camisa de su papá. Oliver los dejó solos por un momento, para ir a ducharse, debían turnarse para no dejar a Hailey sola ni un momento.
-Papá Oli ya viene. – le prometió Scott. – Estará antes de que termines tu yogurt, vamos a enseñarle a papá que podemos apañárnosla solos. – Hailey comenzó a berrear. – No puedo dejarte la cuchara, Hailey, ayer casi te ahogas, no te la voy a dar.
La pequeña se quedó en silencio, antes de entrecerrar los ojos. Scott sabía lo que significaba aquella mirada. Su madre le había explicado que él también lo hacía cuando era pequeño, el beta se preparó para un gran berrinche.
-Hailey, no hagas eso... - le advirtió, la pequeña estaba empezado a hacer pucheritos. – Hailey, papá te dará el yogurt, no te preocupes. – sonrió. – Mira un avión, vamos, princesa... - el rostro de Hailey estaba cada vez más rojo. – Con papá Oli no te portas así. – se mostró indignado. – Vamos, que viene el avión, preparada...
Scott puso los ojos en blanco cuando Hailey comenzó a llorar de nuevo, podía escuchar como Oliver se reía de él desde el baño. Scott quería ganarse la confianza de su hija sin la ayuda del beta, se veía capaz de cuidarlo él solo, pero ella no le dejaba hacerlo.
-Si no te comes el yogurt, no te dejaré jugar con Woody y Junior. – las piernecitas de la pequeña golpeaba su brazo. - ¿Me pregunto de quien has sacado ese carácter? Vamos Hailey, solo te quedan dos cucharaditas...
Tras varios intentos, sin éxito, Scott se rindió. Dejo que Hailey tomara la cuchara por ella sola, mientras rezaba que no la tirara por ningún lado. Woody estaba atento para saber si caía algo, Junior estaba escondido detrás del sofá para que no lo encontrara.
-Deja que te ayude. – la pequeña le gruño. - ¿Qué modales son esos? Señorita... - Scott se asustó al recibir la mirada asesina de su hija. – Eres muy pequeña para hacerlo tu sola, deja que papá te ayude, mira... - el beta corría peligro. – Hailey no sigas haciendo eso, por favor.
Scott trago saliva antes de empezar a sentir que estaba en completo peligro, Hailey tan solo tardo tres segundos en atacar, la pequeña empezó a reírse cuando la cuchara cayó en la camisa de su papá. Scott suspiro agotado, era la segunda vez que se cambiaba aquel día.
-Ya has hecho tu travesura, así que ahora toca comer bien... - Hailey se durmió antes de terminarse el yogurt. – Enserio, Hailey.
-¿Cómo te ha ido hoy? – Oliver tenía una pequeña sonrisita en el rostro, por cómo había acabado la ropa de Scott sabía que su hija lo había vuelto a ganar. – Comió más que ayer, es un avance.
-¿Cómo lo haces? – pregunto cansado. – A ti no te hace estos berrinches, creo que no le gusto, mira la acabo de sacar de la secadora y me toca limpiarla de nuevo.
Oliver estuvo consolando a Scott hasta que los llamó Nevan, Emily se preguntaba si podía ir a jugar con Hailey, estaba escondida detrás del escritorio de recepción para que no la encontraran, le había quitado el móvil de nuevo.
-Tío Scotty ven a por mí, por favor. – sonrió. – Me aburró mucho, papá no para de escribir. – se quejó. – Dijo que cuando terminara iríamos al parque, pero está tardando mucho, papá escribe muy lento.
-Emily. – la pequeña alfa se quedó en silencio. – Te estoy viendo. – hizo como si no lo escuchara, Nevan la observaba con los brazos en jarra. - ¿A quién estás llamado está vez?
-Al tío Scotty. – rio. – Bueno... El tío Scotty fue quien llamó. – sonrió con picardía. – Se preguntaba si mi papá me podía llevar a jugar con Hailey ¿verdad, tío Scotty?
-¿Qué pasa si cuentas mentiras, Emily? – la pequeña cubrió su boca. - ¿Por qué estabas escondida?
-Estaba mirando si había polvo, papá. – suspiro. – No estaba escondida ¿verdad, tío Scotty? Tan solo miraba si estaba limpio.
Nevan hablo con Scott para pedirle perdón de nuevo. Emily tenía la manía de quitarle el móvil cada vez que estaba distraído para llamarlo a él o a Lily, la pequeña no se sentía culpable cuando lo hacía, ella misma le explicaba a su padre que habían sido ellos quienes querían hablar, no podía ser maleducada por eso les respondía.
-¿Has terminado tus deberes? – asintió y le señalo su mochila para que los viera. - ¿Todos?
-Papá, la tía Celia me ha ayudado a hacerlos. – sonrió. – Los hice todos con ella, mientras escribías en el ordenador.
-¿Has preparado la mochila para mañana? – con una mirada picara le dijo que sí. - ¿Estás segura?
-Papá, mañana no tengo clases. – se burló. – Los colegios están cerrados los sábados, y no puedo preparar mi mochila hasta que lleguemos a casa, allí están todos. – Scott se rio al otro lado de la llamada. – Lo tengo todo echo, incluso el regalo para Dan e Igor, tenemos que ir a casa del tío Scotty para poder dárselo. – se quejó. – Papá dijo que sería rápido, pero no lo es.
-Son las cinco, es pronto... - Emily entrecerró los ojos. – El tío Scott dijo que Hailey está dormida, así que terminaré este informe e iremos a verla. – ella asintió. – Podrías recoger los juguetes que dejaste en el jardín. – suspiro. – Esconderlos detrás de la casita, no significa que los hayas recogido, no puedes dejárselos todo a la tía Celia.
Entre dientes Emily acepto recoger los juguetes, ya que Nevan le dijo que no irían a ningún sitio si no lo hacía. Scott les dijo que iba a preparar algo para comer mientras tanto, Oliver aprovecho el momento de paz para ir a pasear con Woody y Junior. Hailey dormía en el salón, Scott podía verla a través de la cámara, así que estaba tranquilo.
Hailey se despertó antes de que sonase el timbre, Scott pudo ver como estiraba sus brazos en busca de alguno de ellos, Hailey se ponía muy nerviosa si no veía a nadie al despertar. Debía dormir entre Oliver y Scott toda la noche, si no querían despertarse mil veces, Hailey debía tocar con alguna parte de su cuerpo a sus padres, ya fuera solo un dedo.
-Ya voy, tranquila. – Hailey se había dado la vuelta para poder levantarse. – Papá está aquí, no tengas miedo. – tenia las mejillas rojas. – Solo fueron tres segundos, papá no se ha ido. – la pequeña apretó con su mano la camisa de Scott.
Emily tenía dos juguetes en sus manos, al volver del colegio había convencido a Nevan para pasar por una tienda de juguetes, recordándole al omega que se lo había prometido por la mañana. En su mano derecha había un pequeño sonajero que era para Igor, en su mano izquierda tenía un juego de cartas para Dan, Scott tenía que enseñarle a jugar para que los tres pudieran hacer competiciones, quería enseñarle a Dan como engañar a Scott para conseguir todos los dulces del premio.
Los juegos con Hailey empezaron antes de que llegara Oliver, ambas se quedaron en el parque de la bebé mientras sus padres hablaban en el sofá. Emily le intentaba enseñar a Hailey como jugar con las formas, pero no llegaba a ningún resultado, Hailey lanzaba las piezas de goma Eva por encima de su cabeza.
-Es amarillo. – le dijo enseñándole la figura. – El amarillo debe ir aquí, mira... - Hailey abrió la caja. – Así no es, mira, debes ponerlo en este agujero, probemos con el azul, ese va aquí, es un círculo.
Emily intentaba ordenarlo todo antes de que Hailey formara un nuevo desastre, al ver que no servían para nada las figuras, lo cambio por el osito más grande que tenía en el parque, Hailey empezó a moverle los brazos y piernas.
Finalmente, Emily se rindió y le pidió ayuda a Nevan, quería enseñarle a subir por la escalerita del tobogán, pero a Hailey le daba miedo, la pequeña comenzó a gatear hacía Scott cuando se empezó a cansar.
-Papá, papá... - estiraba sus brazos para que la abrazará. – Papá, papá...
Hailey se escondió cuando vio de nuevo a Emily, no quería jugar más.
Oliver llegó una hora después, por las patas de Woody y Junior, Scott pudo averiguar el motivo de que llegaran tan tarde, el beta dejó las llaves y las bolsas sobrantes en el cuenco de la entrada para poderlos limpiar.
-Parece que llovió un poco anoche. – rio. – Estos dos han aprovechado para saltar en los charcos. – Woody aullo. – No te estoy haciendo daño, solo limpio tus patas antes de llevaros a la bañera. – Junior intento huir. – No podéis entrar en casa llenos de barro. – les regaño. – Vosotros habéis sido los saltarines, ahora toca baño.
Scott comenzó a reírse al ver como Woody y Junior intentaban escapar, que les gustara el agua, no significaba que fueran fans del baño. Cada vez que llegaba el momento huían, incluso cuando los llevaban a la peluquería. Les intentaban comprar champuses que no tuvieran olor fuerte, incluso consiguieron uno que no tenía ningún tipo de olor, pero aún seguía sin gustarles.
-No tengo tiempo de llevaros a la peluquería. – les advirtió. – Mañana tenemos algo importante, no podéis estar llenos de barro. Woody no te escapes, ven aquí.
Oliver tuvo que cargar a Woody para que no volviera a escapar, mientras Scott sujetaba a Junior para que no saliera del baño. Hailey balbuceaba para que estuvieran quietos, o eso es lo que llegaban a entender.
-Diles que es la hora del baño. – Hailey apretó su puño. – Y que no pueden jugar con el barro cada vez llueve. – Scott intentaba aguantarse la risa. – Muy buenas palabras.
-Saltaron en todos los charcos. – suspiro Oliver. – Son como niños... - se quejó. – Junior no salgas de la bañera. – le advirtió. – Scotty puedes traerme sus toallas por favor. Woody no bebas esa agua. –
Hailey se quedó con Nevan y Emily mientras Scott y Oliver intentaban bañar a los canes. El omega anhelaba volver a tener un bebé, se dio cuenta de que Emily creció muy deprisa y ni siquiera pudo disfrutarlo como quería. Cuando su hija tenía la misma edad de Hailey apenas podía cuidarla por el solo, no tenía ninguna foto de Emily en esa época, las únicas que tomo fueron los de las primeras semanas de nacidas. Había muchos meses sin fotos, hasta que volvió a estar de nuevo con Scott y Celia.
Muchas veces, Emily le preguntaba cómo se veía ella como bebé, sobre todo desde el nacimiento de Hailey, se entristecía cuando Nevan le decía que no tenía muchas fotos, incluso le pregunto a Celia si tenía algunas.
-Papá... - sonrió con tristeza. - ¿Dan e Igor tendrán fotos de bebés? – el omega encogió sus hombros.
Se fueron antes de la cena, Woody fue regañado por subirse al sofá aún mojado por la ducha, los ignoró cuando le dijeron que se bajará. Junior dejó que Scott lo cepillara mientras dormitaba en su cama, había sido un paseo agotador.
-Tío Scotty, recuerda avisarme cuando vengan Dan e Igor. – suspiro. – Estaré en clase, dile a Dan que puede venir a mi clase cuando quiera, hay muchos juegos. – rio. – Tengo muchos compañeros omegas, les gustara.
Hailey se quedó completamente dormida después del baño, después de una tarde de juegos y de terminarse el biberón sus ojos se cerraron antes de que Oliver pudiera llevarla a su cuna. Scott estaba leyendo de nuevo los papeles de la adopción para asegurase de que no se dejaba nada.
-Todo va a salir bien. – le animó Oliver. – Hablamos con Lander ¿Recuerdas? – asintió. – Dan se despidió hoy de sus compañeros, está todo bien, Igor a aprendido a caminar. – beso su mejilla. – Nos han dicho que debemos tener cuidado con él. – rio. – Es bastante rápido, sobre todo si consigue sujetarse a una silla.
-¿Esto está bien? – Oliver asintió. - ¿Seremos buenos papás para ellos? Y si no les gustamos.
-Dan habla de nosotros todo el tiempo. Lander me contó cómo se enfadaba cuando le decían que no era para tanto. – Scott lo abrazó. – Igor no nos conoce, pero Dan sí. Ha estado estudiando duro para empezar el nuevo curso.
-¿Le gustará su habitación? – Oliver comenzó a reír. - ¿No crees que es demasiado infantil? Tenía que haber esperado un poco.
-Le encanta leer. He escuchado que quería sorprender a alguien cuando lo volviera a ver. – lo abrazó con fuerza. – Ha estado practicando su escritura y escribiendo muchas cartas para un tal "señor Taylor", no sé si lo conoces...
Scott apenas durmió aquella noche, estaba incluso más nervioso que el día que nació Hailey. Había soñado con el reencuentro de Daniel en varias ocasiones, siempre veía al omega más mayor de lo que recordaba. En uno de sus sueños, él le decía que había cumplido ya veinte años y que estaba a punto de comenzar la universidad. En otro sueño le hablaba de cómo había sido su vida en el orfanato y como se tuvo que despedir de Igor. Había veces que le pedía ayuda, Scott se despertaba sobresaltado de aquellos sueños, Daniel le contaba como su padre lo había encontrado y le había vuelto a hacer daño.
-Scotty, duerme un poquito. – susurro Oliver. – Quedan algunas horas, no tendrás energía por la mañana.
-Dan, está bien ¿no? – asintió. - Lo adaptamos a él y a Igor ¿verdad? – le dijo que sí. – Su padre no puede reclamarlos ¿Cierto?
-Ya hemos hablado de todo esto, todo va a estar bien, Scotty.
-¿Seguro? – el beta suspiro. – Son ellos ¿verdad?
-Scotty, tú mismo los viste cuando fuimos a visitarlos. – sonrió. – Dan a crecido un poco pero sigue siendo él, Igor sigue teniendo la marquita en su mano y está mucho más mayor. – rio. – Son ellos, lo comprobaste mirando las fotos.
Lily fue a su casa a primera hora de la mañana, Hailey se había despertado hacía poco más de media hora así que se alegró al verla, Oliver tuvo que luchar para cambiarla. Ya que era ver a su tía y querer ir con ella.
-No habrá nada de agua. – les prometió. – Ni espuma. – sonrió. – Hermanito ¿puedo hacerme fotos con ella? – le guiño el ojo. – Es que mis compañeros se han cansado de ver siempre las mismas, quiero enseñarles cuanto a crecido.
-En la nevera he puesto todas sus tomas, puedes darle de las galletitas que hay aquí si tiene hambre, también están sus yogures aquí. – Lily asintió. – Si salís a dar una vuelta recuerda ponerle crema en sus brazos, piernas y rostro, en su carrito está su gorrito, ten cuidado con el sol.
-No es la primera vez que me quedo con ella. – Scott la miro de reojo. – Se lo que tengo que hacer.
-Si ocurre algo no dudes en llamar. – la beta asintió. – En el segundo cajón del cambiador se encuentran los polvos de talco y la crema, ponle si ves que esta un irritada. – Oliver le enumeraba cada cosa que tenía que hacer. – Si ves que empieza a morder sus juguetes, dale el mordedor que está en la nevera, eso alivia sus encías, le están saliendo los dientes.
-¿Algo más? – Oliver cruzo sus brazos. – Dime hermanito ¿Qué más tengo que hacer?
-Dale el mordedor si ves que empieza a llorar, debes mirar que no esté muy frio. – Lily suspiro. – Le duele mucho, así que ten cuidado, no le des ninguno de tus inventos.
Oliver estuvo a punto de volver a por Hailey cuando la escucho llorar, no le gustaba que se pusiera triste cuando se iban. Llamó a Lily para saber si la pequeña estaba bien, antes de subir al coche, Lily le mostro como gateaba por su parque para conseguir el osito.
Scott condujo con cuidado, se sabía el camino de memoria así que no tenía miedo de perderse, quería ver pronto a Daniel, habían salido antes de la hora acordada, tan solo para poder verlo. Oliver le preguntaba de vez en cuando a Lily como se encontraba Hailey, temía que su hermana volviera a hacer algo para destruir su baño. Aun recordaba el día que encontró la bañera de Hailey llena de espuma, la busco asustado, su hija se encontraba en la cuna durmiendo. Lily había usado demasiado jabón para bañarla.
Las manos de Scott empezaron a temblar cuando llegaron al orfanato, desde el parking tan solo se podía ver el gran jardín que los separaba. Debía ir un por pequeño pasillo para encontrarse con Lander, la noche anterior, como no pudo dormir, preparó un pequeño discurso para dirigirse al alfa. No sabía cómo debía hablar así que estaba bastante nervioso.
De fondo podían escuchar a varios niños jugar, Scott levanto la vista para ver si Daniel se encontraba con ellos, pero eran demasiado pequeños. Oliver lo imito con la esperanza de ver a Igor, ambos fallaron en el juego.
-El señor Corbin os espera en su despacho. – les avisó una omega. – Quiere hablar con vosotros antes de llamarlos. – Scott trago saliva y miro a Oliver.
Scott le dio la mano a Oliver antes de entrar, Lander le daba mucho respeto, no solo por el hecho de que fuera alfa, sino porque lo veía extremadamente serio. Oliver sonrió antes de dirigirse esperando a que Scott dejara de estar tan solo.
-Tan solo quería contaros un poco sobre Daniel e Igor. – sonrió. – Es tradición, mi padre me dijo que era importante saber que les gusta y que no, antes de presentárselos a sus futuros padres. – rio. – Comencemos por Igor, es un bebé muy curiosos, como sabéis aprendió a caminar hace poco, así que aún parece un poco desconfiado, eso no significa que tengáis que quitarle la vista de encima. A Igor le encantan los animales, va siempre a visitar a los conejitos que tenemos en el jardín. – cruzó sus dedos antes de seguir. – Los juguetes que más le gustan son las botellas de plástico. – comenzó a reír. – Las llenamos de arroz para que suene, Igor se emociona jugando con ellas, hemos intentado darle otros juegos, pero se aburre enseguida. Le cuesta un poco comer, ya que se entretiene con facilidad, tenéis que estar atentos a lo que tenga en las manos, más de uno de sus cuidadores ha sufrido un ataque de su parte, os recomiendo tener un babero si aprecias vuestra ropa.
-¿Cómo se encuentra de salud? – era lo que más le preocupaba a Scott.
-Solo ha tenido un pequeño refriado este invierno, como los demás bebés, todas sus vacunas están puestas, aquí está su cartilla para que lo comprobéis. – Scott la reviso. – Mi padre siempre decía que después de las vacunas debemos mimarlos muchos, a Igor no le gustan y le cuesta mucho calmarse, así que tenéis que tener paciencia, abrazarlo con fuerza y darle confianza, ahora vosotros seréis sus papás. – entrecerró los ojos. – Normalmente duerme solo, aunque le costará acostumbrarse a su nueva cama, sé que tenéis un bebé en casa, si podéis, hacer que duerman los dos juntos, al menos al principio.
Después de una largar charla sobre Igor, vino la parte de Daniel, el omega cambio un poco desde que lo conocieron, sobre todo en su humor.
-Lee un cuento antes de dormir, le gustan los de dragones, creo que se conoce todos los que están en la biblioteca. – rio. – Adora hacer manualidades con la arcilla y dibujar. – les enseño una pequeña caja. – Quería que el señor Taylor viera sus creaciones, así que me pidió que te las enseñara, aquí están también sus dibujos y cartas, podéis llevárosla a casa.
Scott sostuvo algunas cartas, podía ver cómo había cambiado su letra poco a poco, al principio Daniel escribía sin apenas apretar y con miedo, sus letras siempre eran irregulares y en mayúscula. El beta se sintió conmovido de ver su esfuerzo.
-Le recomiendo leer las cartas con tranquilidad, quedan diez minutos para ver a los pequeños. – sonrió. – Hoy ha sido su último desayuno en el orfanato, así que han preparado algo especial para ellos, suelen tardar un poco en llegar, no os preocupéis.
-Señor Corbin, puedo hacerle una pregunta. – el alfa asintió. - ¿Cómo ha sido su recuperación? Ya debe saber la historia de Daniel ¿verdad?
-Aún le cuesta comprender algunas cosas, intentamos mantener a los alfas algo apartado de él. – le explico con sinceridad. – Conseguimos que no les tenga tanto miedo, y confíe un poco en ellos, aún sigue siendo bastante cauteloso.
-¿Los niños lo han llamado monstruo? – Lander negó con la cabeza. - ¿Saben algo?
-Daniel no quiso contar nada, así que mantuvimos sus deseos. – sonrió. – Igor se parece mucho a él, ahora mismo podéis comprobarlo, así que dijimos que son hermanos. Solo saben su historia las personas con las que más confianza tengo, Daniel ha sido tratado como un niño desde su llegada.
Scott no podía mantener sus piernas quietas, Lander les dijo que podían esperar en los bancos que habían fuera de su despacho, mientras iban a buscar a Dan e Igor. Se habían retrasado un poco ya que Daniel se estaba despidiendo de uno de sus cuidadores, el omega no quería dejarse a nadie atrás. Su estadía allí había sido corta, pero había conseguido muy buenos amigos.
-Están viniendo. – les avisó. – Daniel quería despedirse de Luke, él lo cuido la mayor parte del tiempo.
Daniel estaba más alto, Scott se dio cuenta enseguida, el omega había subido de peso en ese tiempo, su cabello había crecido hasta cubrirle las cejas, llevaba una pequeña mochila con el osito que Scott le había regalado, según Lander, no dejaba que nadie lo tocara. Igor iba en brazos de una mujer, su cabello era igual de rizado que el de Daniel, en una de sus manos llevaba una botella de plástico, ambos iban vestidos con petos.
-Señor Taylor, Señor Roux... - les saludo Daniel. - ¿Qué hacéis aquí? ¿Conocéis a nuestros nuevos papás?
Los betas se miraron con complicidad antes de responderle, Daniel levantaba la cabeza para buscarlos. Lander no le había contado nada, Daniel les había visto visitar el orfanato en varias ocasiones, pero nunca había preguntado.
-El señor Lander, dijo que nuestros papás estaban aquí... - sonrió.
-Pequeño Dan... - Scott no podía hablar. – Os echábamos de menos, el señor Taylor habla de vosotros todo el tiempo. – el beta tenía el rostro escondido detrás de Oliver. – Sabemos que estabas buscando unos papás como nosotros, así que decidimos adoptaros.
Daniel miró al alfa para saber que no le estaba mintiendo, Igor apoyo sus manos sobre las rodillas de Scott mientras le enseñaba su botella nueva, podía ver cómo le faltaban diente a su sonrisa. Igor intento subirse a sus brazos.
-En casa tenemos una habitación para vosotros, Woody y Junior están esperando para poder jugar con vosotros. – sonrió. – Nuestra bebé también os quiere conocer, le hemos hablado mucho sobre vosotros.
-Señor Taylor ¿quieres ser mi papá? – pregunto sorprendido, el beta asintió. - ¿Aún tienes los libros del guerrero Igor?
-Toda la colección está en tu habitación. – Daniel comenzó a reír. – Creo que incluso hay algún peluche del guerrero Igor ¿verdad, Oli? – el beta asintió. - ¿Quieres verlo?
Scott abrazó a Igor, el pequeño olía a colonia de bebé, era la misma que usaban con Hailey. Igor se emocionó al ver que Oliver hacía sonar su botella.
-¿Podemos ir con vosotros? – pregunto con miedo. – ¿Es seguro ahora? Señor Roux. – el beta le dijo que sí. - ¿Es para siempre?
-Eso esperamos, pequeño Dan... - rio Scott. - ¿Recuerdas todas las promesas que te hice? – el omega sonrió. – Mañana cumpliremos la primera, pero necesitamos que elijas un bañador ¿Estás preparado?
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Fin.
Más sobre la historia.
Nevan tiene una pareja, que no he presentado. Tan solo diré que adora a Emily. Ambos se conocieron en el hostal, al principio Nevan tenía miedo de relacionarse con él, así que se mantenía alejado. Scott fue a hablar con ese alfa un par de veces para asegurarse de que era buena persona.
Lily tuvo varias parejas, aunque ninguna termino de ser completamente seria. Lily dice que es un espíritu libre, que no le importa esperar.
Celia le dejo el hostal a cargo de Nevan, cuando se jubilo. Confiaba en el omega, ya que sabía lo que era capaz de hacer.
Scott y Oliver pensaron en ampliar la familia un par de veces (sobre todo Scott). Aunque al final decidieron que estaba bien quedarse como estaban. Daniel, Igor y Hailey se llevaban como hermanos, Woody y Junior siguen siendo los consentidos de Scott.
De Nash no se sabe mucho, el alfa quiera mantenerse en el anonimato, al igual que su prima. Así que no tengo mucho que contar sobre ellos.
Espero que os haya gustado esta historia :)
Si has llegado hasta aquí, te lo agradezco. 🥰
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