Tras dos años de espera, Oliver decidió empezar el tratamiento, Scott aún seguía un poco asustado por las secuelas que le pudiera ocasionar, incluso se había hecho las pruebas otra vez, por si acaso, pero seguía sin ser apto. No se lo dijo a Oliver, sabía que el beta se iba a sentir mal si se enteraba, así que lo mantuvo en secreto.
-Ponte uno de tus chándales viejos... - le recomendó Scott. – Así estarás más cómodo, ya escuchaste al doctor Corbin, tu abdomen se hinchara un poco, es mejor llevar ropa en la que te sientas bien, aunque sean viejas.
-¿Estás nervioso? Scotty. – el beta aparto la mirada. – Voy a estar bien, no te preocupes, los pequeños están con mi hermana, así que tendremos mucho tiempo.
-¿Estás seguro? – asintió. – Podemos decir que esperen un poco más, no me importa, tu cuerpo es importante, esto podría ser complicado, todos los años que has estado entrenando se perderían.
-Scotty, sé que te hiciste las pruebas. – él negó con la cabeza nervioso. – Vi los resultados, los dejaste sobre la mesita del salón. – Scott gruño. – Es algo que llevamos planeando durante años, estoy preparado, y siempre puedo recuperarme después.
Scott se sentó con miedo a su lado y acarició el vientre de Oliver, tenía la sensación de que algo iba a salir mal, aunque su pareja le asegurará de que todo iba a ir bien. Quería persuadir de nuevo al beta, pero era algo imposible, incluso le pidió ayuda a Lily, pero ella estaba demasiado emocionada con la idea de ser tía.
-Nos tenemos que ir... - Scott se lamentó. – Será rápido, lo prometo, apenas nos enteraremos, volveremos a casa después y será como siempre.
-¿Tienes miedo? – Oliver no le respondió. – Oliver, no te hagas el valiente, tienes miedo ¿verdad?
-Mentiría si dijera que no... - contesto con una gran sonrisa. – La verdad es que estoy temblando de miedo, aunque no lo veas, pero es algo que queremos hacer. Lo hemos hablando durante mucho tiempo y es lo mejor. – beso su mejilla para que dejará de poner cara de tristeza. – Tendremos ayuda, no hay que preocuparse por eso. Liliana dice que así tendrá otra excusa para molestarnos.
-¿Qué piensan tus compañeros? – Oliver apoyo su cabeza sobre el hombro de Scott y pellizco su mejilla. – No estoy jugando, Oli, eres policía, esto es algo que lleváis intentado detener desde hace mucho, es un tratamiento que se vende en el barrio de los omegas...
-Puede parecer lo mismo, Scotty. Pero no lo es, el hospital lleva años haciendo este tratamiento a betas y todos han dado buenos resultados. Confió en el doctor Corbin. – aclaro con sinceridad. – Hemos leído cada uno de los puntos del tratamiento, y no es lo mismo que el que ofrecen en el barrio de los omega. En el hospital está controlado y no es tan agresivo, los que venden en ese barrio son experimentales, lo que mis compañero y yo queremos, es detener la venta ilegal, pero siempre habrá alguien que los consiga. – se quejó. —Hemos detenido a todos, o eso pensamos, no estamos seguros, siempre salen por los rincones como ratas...
-¿Quién lo sabe de tu equipo? – Oliver comenzó a reír. – Es algo serio, Oli. – se quejó ofendido, estoy hablando enserio, no tienes que reírte por esto, dentro de unas horas van a poner una droga en tu cuerpo que va a cambiar tu cuerpo... - le replico molesto. – No es gracioso, Oli. Para nada gracioso, sé que lo quieres hacer por mí y porque quieres tener hijos, pero esto es demasiado...
-Ramírez lo sabe. – sonrió. – Solo lo sabe él, porque la persona en la que más confió en mi trabajo, voy a esperar a que todo esté bien, para comunicarlo al resto. – Scott lo miró de reojo. – Ramírez que encargará de ayudarme, como siempre, es un alfa muy protector, si te digo la verdad. – rio. – Aunque se queje y sea demasiado serio, es alguien en el que dejaría mi vida en sus manos.
El camino al hospital fue silencioso, Scott conducía mirando de reojo a Oliver, el beta estaba releyendo los pros y los contras de la operación, mientras intentaba relajarse. Le había dicho a Scott que no se preocupara demasiado, pero estaba asustado. Había visto casos en el barrio de los omegas demasiado fuertes, y aunque sabía que no era lo mismo, cabía la posibilidad de acabar como ellos si no tenía cuidado. Paso su mano sobre el vientre cuando sintió un pequeño pinchazo, y suspiro para relajarse.
-¿Te encuentras bien? – asintió. – Oli, no intentes mentirme. – le regaño. – Te pateare el trasero si me mientes.
Se sintieron extraños al pasar a la consulta de omegas, no era la primera vez que Scott visitaba ese lugar, pero si era la primera vez que lo hacía Oliver. Algunos de los omegas se les quedaron mirando con recelo, ocultando su vientre por si acaso. Oliver abrazó a Scott para que dejara de gruñirles por lo bajo.
-Es algo normal, pequeño escandaloso. – eso le daba igual. – Están protegiendo a sus bebés, recuerda en la aérea que estamos.
-Pero no somos alfas... - se quejó. – No tienen por qué mirarnos así.
-Los omegas son muy protectores con su crías. – sonrió. – Recuerda lo que me conteste de Nevan. – rio. – Casi muerde tu mano cuando te acercaste demasiado a su vientre, es un método de protección, si te das cuenta, muchos de ellos vienen sin sus parejas. – a Scott le daba igual, no le gustaba que los miraran como si fueran asesinos. – A lo mejor, yo también me comporto así... - se burló. – Tendrás que tener paciencia conmigo a partir de ahora, sobre todo con mis antojos, tendrás que cumplirlos todos.
-No me metas presión, maldito beta... - Oliver estaba feliz. – Te golpearé el trasero cuando lleguemos a casa.
-Estaré adolorido cuando lleguemos a casa, serías tan cruel conmigo... - asintió. – Enserio ¿Aunque me encuentre mal? – Scott dudo en la respuesta. – Dicen que las inyecciones son muy dolorosas... - lo miro de reojo. – Incluso me dolerá sentarme.
-Bueno... - suspiro. – Pateare tu trasero cuando te encuentres mejor.
Oliver movía sus piernas con impaciencia, mientras apretaba su mano sobre el hombro de Scott, quería tenerlo lo más cerca posible. Apenas había desayunado por si acaso, le habían dicho que podía hacerlo, pero no quería vomitar, así que solo se tomó un poco de zumo. La noche anterior tampoco comió demasiado, quería tener el estómago vació, no sabía cómo iba a reaccionar su cuerpo.
-Mira, ese de ahí nos sigue mirando ¿Quieres que le diga algo? – le dijo molesto. – No te quita la vista de encima.
-Scotty, tranquilo. – Oliver apretó su mano para mantenerlo en su lugar. – Puede que le cause curiosidad.
-Es demasiado descarado. – gruño. – No te quita el ojo de encima, ni un solo segundo, Oli, le tengo que decir que deje de mirarte. – susurro. – Le diré que te incomoda.
-No me di cuenta de que me estaba mirando, hasta que me lo dijiste... - se burló. – Debes relajarte, todo va a estar bien.
Scott le sacó la lengua molesto cuando el omega se fue, refunfuñando para sí que no tenía que mirar de esa forma a su beta. Oliver no le respondió, Scott podía enfadarse más si le decía que estaba bien. Estaba preocupado, por eso actuaba así, el beta comenzaba a refunfuñar cuando algo le asustaba, daba igual donde se encontrará, o quien estuviera.
-¿Por qué tardan tanto? – se quejó de nuevo. – Llevamos aquí media hora, ya no quedan casi omega ¿Por qué tardan en llamarnos?
-Vinimos antes de tiempo, así que tendremos que esperar un poco más...
-Si venimos antes, nos atenderán antes... - Oliver comenzó a reírse. – Mamá decía eso cuando me llevaba a las revisiones. – dijo ofendido. – Por eso pensé que era mejor llegar un poco antes para que te atendieran.
-El doctor Corbin nos llamará cuando esté todo listo. – lo abrazó. – Mi pequeño escandaloso es tan tierno. – Scott pellizco su brazo molesto. – Eres muy cruel conmigo.
-Esto te pasa por burlarte de mí. – lo regaño. – A la próxima no seré tan bueno contigo. – sonrió con maldad.
Los llamaron diez minutos después, Scott se tensó al escuchar el nombre completo de Oliver, apretando su mano para que no se levante, necesitaba asegurarse de que el beta se encontrara bien, así que beso su mejilla para asegurarse.
-¿Me estás ayudando? – el beta asintió aunque no estuviera muy seguro. – Puedes quedarte fuera si no te ves muy seguro, no me importa.
-Siempre me acompañas a todas mis revisiones, así que yo haré lo mismo, y no me valen las quejas. – golpeo su trasero. – Eso es solo una advertencia, si te quejas será aún peor, tenlo por seguro, maldito beta...
Scott trago saliva cuando entraron en la consulta, antes de empezar, Joe les indico que se sentaran en las sillas para hacerles unas últimas preguntas. Oliver contesto a la mayoría, lo más importante era saber los antecedentes familiares, ya sabían el problema de los pulmones de Scott, así que necesitaban descartar cualquiera de la parte de Oliver. Lo más frecuente en su familia era la miopía, así que no debían preocuparse.
-Muy bien, puede quitarse la ropa y acostarse en la camilla. – Scott palideció. – No es necesario que te quites los calzoncillos.
-Oli ¿te duele el pecho? – le susurró, él negó con la cabeza. - ¿Estás seguro? – beso su mejilla. – Eso no es una respuesta, si no estás seguro, podemos venir otro día, aun...
-Estoy listo, doctor Corbin... - doblo su ropa y la puso sobre la silla con cuidado. – Scotty, voy a estar bien.
El beta aparto la mirada cuando Oliver lo abrazó, no podía verlo, se avergonzó al verlo casi sin ropa, Oliver solía ser un poco tímido en ese aspecto, pero esa vez no lo fue. Scott se fijó en el ángel de su pecho, parecía que le sonreía.
-Este gel ayudará a adormecer la zona, no te quitara el dolor, pero te aliviara un poco. – asintió. – Sentirás que está frío. – Oliver miro a Scott con una sonrisa. – Esperaremos unos diez minutos para que haga efecto, por favor, no se toque el vientre, le recomiendo poner sus manos debajo de la cabeza, o darle la mano a tu pareja. – sonrió Joe.
Scott pensaba que si ocultaba las agujas de la vista de Oliver, él se sentiría mejor, así que cubrió sus ojos con la mano, mientras observaba con cautela a Joe. Lo conocían un poco, gracias a Nevan, pero no habían hablado demasiado, así que no sabía cómo dirigirse a él, Nevan les había dicho que no le importaba que le hablaran de manera informal, algo que Scott sentía que estaba mal, por eso no lo hacía.
-Doctor Corbin ¿puedo hacerte unas preguntas? – el beta asintió. - ¿Cuan agresivo es el tratamiento? ¿Le quedaran secuelas cuando termine?
-Teniendo en cuenta de que estaremos creando un útero artificial, el paciente puede sentir dolor de estómago, náuseas y algunos mareos, entre muchas otras cosas. – le explico. – Algunas comidas le sentaran mal, recomiendo quitar el picante de los platos, y comer de manera ligera, os daré unas recetas buenas para el tratamiento. Ayudaran al paciente a fortalecer el útero artificial. – Scott estaba atento. – Las secuelas que le pueden quedar son bastante, entre ellas, algún malestar en el vientre, pero con las semanas ira mejorando.
-¿Puede hacer ejercicio? Verás, Oli es policía, y necesita entrenar. – él sonrió. – Es bastante bruto, en más de una ocasión he tenido que curar algún que otro moratón porque no tiene límites.
-Puede caminar o correr. Le recomendaría no hacer deporte de contacto y tampoco levantar mucho peso. – Scott se lo apunto en el móvil. – Le recomendaría tomarse los tres o cuatro primeros días con tranquilidad, es bueno moverse un poco, aliviara el dolor.
-Muy bien... - asintió. - ¿Y el sexo? – Oliver se ocultó el rostro con las manos. - ¿Podremos mantener relaciones?
-Es mejor no tensar tanto el cuerpo, al menos los primeros meses del tratamiento. – sonrió. – Durante esta fase, el paciente se sentirá más cansado de lo habitual, es recomendable no mantener relaciones sexuales hasta que el bebé no cumpla los tres meses.
Oliver estaba completamente rojo, no estaba preparado para ese tipo de preguntas de parte de Scott, el beta no le había mostrado ninguna preocupación por el sexo, incluso pensaba que no le interesaba, ya hacía bastante que no mantenían relaciones.
-Una última pregunta, señor Corbin... - Oliver quería escapar. – ¿Cuántos embriones podríamos fecundar con este tratamiento?
-Lo normal es uno, pero ha habido casos de que ese embrión se ha separado creando mellizos o gemelos. El cuerpo de un beta masculino no está preparado para este tipo de intervenciones, durante el tratamiento, el cuerpo de Oliver sentirá mucha tensión, por eso hablamos de la posibilidad de un solo embrión.
-Nosotros tenemos dos perros en casa ¿es algún problema? ¿tenemos que tener algún tipo de cuidado especial?
-No, mientras estén bien cepillados, aunque procuraría que no se acercaran demasiado al paciente, al menos, hasta el final del tratamiento. Recurriendo, lavarse las manos y la ropa a menudo, por si acaso, por lo demás todo estará bien.
Scott se acercó más a Oliver, al escuchar a Joe decir que ya había pasado el tiempo para el gel hiciera efecto, el beta solo dijo que sentía su vientre frio. Oliver metió su barriga cuando noto que limpiaban la zona con algo, le daba algo de impresión no poder moverse.
-¿Estás preparado? – asintió y llevo la mano de Scott cerca de sus labios para besarlo. – Intenta relajarte, si estás nervioso dolerá más.
Oliver apretó los dientes para no gritar, mientras apretaba la mano de Scott con fuerza. Scott miraba la escena con terror, había visto agujas grandes, pero no como esa, admiraba que el beta no estuviera gritando como un loco. Si fuera él, lo hubiera hecho.
-¿Esperamos un poco o vamos por la segunda inyección? – a Oliver le corría el sudor por la frente. – Está dolerá un poco más.
El beta emitió algunos gemidos de dolor, besaba la mano de Scott para sentirse mejor. Le había dicho que aguantaría el dolor, creía que sería capaz, era un hombre que tenía el umbral del dolor muy elevado, pero lo que estaba pasando pasaba sus posibilidades.
-Está es la final, muchos betas deciden esperar unos cinco minutos para descansar un poco ¿Quieres hacerlo? – asintió. – Está inyección va debajo del ombligo, un lugar bastante doloroso.
-Estoy bien... - respondió entre jadeos. – No ha sido nada, dolor... - sentía que se estaba muriendo.
Scott limpio su frente con un paño húmedo para darle un poco de alivió, Oliver castañeaba sus dientes para regular el dolor, no podía abrir los ojos. Sentía todo su cuerpo pesado, no entendía como había betas que aceptaban someterse a los tres pinchazos después del tratamiento. Él no pensaba repetirlo de nuevo.
-¿Estás preparado? – asintió con miedo. – No te voy a mentir, esto duele más que los dos anteriores.
Oliver gritó, no pudo evitarlo, sentía como si lo estuvieran quemando por dentro y una capa de hielo lo cubriera, era extraño, su vientre se sentía frío pero su interior no. Sus ojos se llenaron de lágrimas, sin poder evitarlo le pidió que se detuviera. No sé había dado cuenta de que ya había terminado.
-Debe estar acostado durante una hora, es mejor que no se mueva, el dolor dejara de ser tan intensó dentro de unos minutos. – Oliver no estaba escuchando. – Estaré en la otra habitación, para que esteís tranquilo, la máquina de allí controlara tus constantes.
Scott lo abrazó con cuidado cuando Joe se fue, el beta se quejó cuando rozo su vientre con el codo, estaba peor de lo que pensaba. Su hermana se moriría de risa si lo viera en ese estado, no quería que se entere.
-Lily pregunta que si puede hablar contigo. – Oliver negó con la cabeza. – Quiere saber cómo estás, le preocupa tu estado, pregunta si necesitas ayuda.
-¿Puede quedarse está noche con Woody y Junior? – Scott asintió. – Dile que ha salido bien.
-¿Te duele el pecho? – asintió. - ¿Mucho?
-Pronto me encontraré mejor. – sonrió. – Creo que fue por el impacto.
-¿Cómo te sientes ahora?
-Como si un camión hubiera pasado por encima de mí. – rio. – O como si hubiera perdido una pelea contra Ramírez.
-¿Quieres que haga algo? – negó con la cabeza. - ¿Un masaje?
-Acércate, Scotty... - el beta le hizo caso. – Más cerca, por favor. – beso su mejilla cuando lo tuvo cerca. – Estoy bien.
Dejo que durmiera un poco antes de que volviera Joe, estuvieron casi dos horas, ya que Oliver se mareo al levantarse. Scott le propuso pasar la noche allí, pero Oliver se negó, necesita acostarse en su cama, para descansar mejor.
-Si no se encuentra mejor, volved, reduciremos la dosis. – Scott asintió. – Recuerde, debe inyectarse la siguiente aguja mañana por la noche, durante quince días seguidos, después debes pasar a las pastillas. – Oliver masajeaba su vientre en círculos. – Le recomiendo beber mucha agua, eso le ayudara a ir al baño y descansar un poco, es bueno estar hidrato, hoy por si acaso, tomo dieta blanda. Si no se encuentra mejor, llámame.
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Hablo de una forma más extensa del tratamiento al que se somete Oliver, en mi novela "Lo que ocultan las palabras.", pero por si acaso lo explico en las notas.
Después de hacerse los análisis, y varias pruebas para saber si son compatibles. Los pacientes betas, pasan a la primera fase, que consta de tres inyecciones:
La primera es para proteger de cualquier infección, la segunda es para reforzar el útero artificial, y la tercera sirve para crear el útero.
Recordad, que es una historia de ficción y no existe en realidad. Este mundo, es diferente al que vivimos, y yo no conozco demasiados temas médicos, tan solo es una historia de ficción. Se que no funciona así, pero es para darle dramatismo a la historia.
Espero que os haya gustado :)
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