Hasta el final del camino

By Andrea_ma21

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Después de la extraña desaparición de su alfa, Nevan se encuentra solo en su nueva vida. Sin nadie que pueda... More

PERSONAJES
PROLOGO
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 19
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
CAPITULO 32
CAPITULO 33
CAPITULO 34
CAPITULO 35
CAPITULO 36
CAPITULO 37
CAPITULO 38
CAPITULO 39
CAPITULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPITULO 43
CAPITULO 44
CAPITULO 45
CAPITULO 46
CAPITULO 47
CAPITULO 48
CAPITULO 49
CAPITULO 50
CAPITULO 51
CAPITULO 52
CAPITULO 53
CAPITULO 54
CAPITULO 55
CAPITULO 56
CAPITULO 57
CAPITULO 58
CAPITULO 59
CAPITULO 60
CAPITULO 61
CAPITULO 62
CAPITULO 63
CAPITULO 64
CAPITULO 65
CAPITULO 66
CAPITULO 67
CAPITULO 68
CAPITULO 69
CAPITULO 70
CAPITULO 71
CAPITULO 72
CAPITULO 73
CAPITULO 74
CAPITULO 75
CAPITULO 76
CAPITULO 77
CAPITULO 78
CAPITULO 79
CAPITULO 80
CAPITULO 81
CAPITULO 82
CAPITULO 83
CAPITULO 84
CAPITULO 85
CAPITULO 86
CAPITULO 87
CAPITULO 88
CAPITULO 89
CAPITULO 90
CAPITULO 91
CAPITULO 92
CAPITULO 93
CAPITULO 94
CAPITULO 95
CAPITULO 96
CAPITULO 98
CAPITULO 99
CAPITULO 100
CAPITULO 101
CAPITULO 102
CAPITULO 103
CAPITULO 104
CAPITULO 105
CAPITULO 106
CAPITULO 107
CAPITULO 108
CAPITULO 109
CAPITULO 110
CAPITULO 111
CAPITULO 112
CAPITULO 113
CAPITULO 114
CAPITULO 115
CAPITULO 116 (FINAL)

CAPITULO 97

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By Andrea_ma21

Jax renunció a su puesto como líder de la sección de decorados del club de teatro. Sumando a todos los miembros del club en un gran caos, la reina le pidió explicaciones, quería saber sus razones para abandonar su puesto, con apenas tres semanas para la actuación final, y sin dar explicaciones.

-Me aburré estar aquí. – respondió con desdén. – Seguro que puedes encontrar a alguien que pueda sustituirme, hay varios miembros en mi sección, solo elige uno.

-Tu insististe en ser el líder de los decorados, durante semanas me perseguiste y ahora te vas como si nada.

-Hay cosas más importantes, además, no es un gran drama, elige a otro. Yo me retiro.

Y sin dar más explicaciones, el omega se fue del salón. Scott pudo notar como los ojos de Jax se clavaron en él cuando pasó por su lado, se había negado a hablar con él, al igual que con Oliver. No quería decirles nada, Orión lo abrazó con fuerza para apartarlo del lado de Jax, llamando al omega apestoso.

-No es necesario que hagas esto todo el tiempo, Orión. – le dijo con una sonrisa. – Estoy bien, no te preocupes.

-Pequeño Scott, ahora eres mi hermanito número siete. – inflo su pecho. – Tu papá me pidió que cuidará de ti, así que lo voy a hacer. – Scott sonrió. – Mi deber como hermano mayor, es cuidarte de esos idiotas.

-Harás sospechar a la reina si te quedas tanto tiempo aquí. – el alfa silbó. – Puedo estar con mis compañeros, es mejor que vayas a ensayar, te volverán a castigar si llegas tarde.

-¿Tienes todo lo necesario para que pueda estar tranquilo? – asintió. – Incluso esa cosa que alivia tus pulmones, tu papá me dijo como se llamaba pero no me acuerdo ¿lo tienes, verdad?

-Todo está en mi mochila. – Orión besó su mejilla. – Ahora, por favor, ve con la reina, nos está intentado asesinar con la mirada.

Scott solo tenía un par de líneas en la obra, él ensayaba con Orión en el piso, muchas veces Tania los acompañaba, ella hacía de la madrastra malvada. Se aprendió lo que tenía que decir gracias a ellos, Orión era bastante exigente con él, aunque siempre lo regañaba con cariño cuando no decía bien alguna de las palabras o se olvidaba con algo. Sus castigos consistían en pellizcos en la mejilla.

-Jax abandono, porque su novio le engañaba con alguien más. – dijo una de sus compañeras. – Dicen que esa persona se encuentra en el club, debe ser duro para el líder, tener que verlo a menudo es una tortura.

-¿Cómo sabes eso? – Scott se alejó de sus compañeros. – Jax no tenía pareja, estoy seguro, decía que todos eran aburridos.

-Es uno de los betas del campus. – Scott apretó los labios. – De la facultad de derecho ¿creo? No me acuerdo de su nombre, pero los han visto muchas veces juntos, en la biblioteca... - su compañero puso los ojos en blanco. – Yo los vi, Jax parecía muy feliz a su lado, eran una buena pareja, aunque el fuera un beta, pero que se le hay que hacer, los omegas no siempre se van con alfas ¿no? – rio.

Scott salió de la sala, fingiendo que debía ir al baño. Orión lo miro con tristeza antes de recibir un golpe de parte de la reina, estaba enfadado porque el alfa estaba demasiado distraído esos días, era uno de sus mejores chicos, no podía fallarle él también. Tania se apartó sutilmente de su lado, para seguir a Scott, no le vio buena cara cuando salió.

Oliver solía frecuentar la biblioteca que estaba en su facultad, así que decidió ir por otra dirección. Desde que se fue del piso que compartían, hacia una semana, no lo había vuelto a ver. Scott no respondía a ninguna de las llamadas de Oliver, y los mensajes los dejaba en visto, escuchó algunas de las notas de voz, las cuales le pedía reunirse con él en la cafetería. Siempre las rechazaba, no había vuelto a visitar la cafetería desde ese día, Orión se encargaba de comprarle la comida cuando tenía hambre, junto a Tania comían en el jardín.

Se encerró en el baño para asegurarse que nadie le viera. Le había prometido a su padre que no iba a pasar nada si se quedaba el tiempo que le quedaba, volvería a casa el mismo día que hiciera el examen final y pediría que le mandaran los resultados a casa, desde allí buscaría la manera de inscribirse en la universidad de Lily, por suerte, tenían las mismas clases, así que no sería un gran cambio.

-He escuchado que el beta que está en la facultad de derecho, lleva varios días sin presentarse a clase. – Scott puso los ojos en blanco. – Se ve que su novio le pillo, no sé. Uno de sus compañeros me lo contó, pero no sé lo digas a nadie. – el beta suspiro. – Sí, puede que sea cierto, pero a lo mejor no es tan grave.

-¿Cómo que no es tan grave? – pregunto con curiosidad, Scott se estaba pensado seriamente en perder la audición para no poder escuchar nada relacionado con Oliver. – Ese tipo de relaciones no están permitidas en el campus.

-No es la primera vez que se escuchan, no creo que las cumplan, mientras no te pillen qué más da. – Scott se puso los auriculares. – Aunque muchos estudiantes van a un hotel a follar, para que no les digan nada.

La conversación duro alrededor de cinco minutos, ambos omegas se quedaron en silencio cuando vieron salir a Scott del baño, él se limpió las manos y salió sin decirles nada. Ellos cuchicheaban por lo bajo, diciendo que era de mala educación espiar en los baños.

-¿Te encuentras bien? – Scott no se sorprendió al ver a Tania esperándolo. – ¿Necesitas las llaves del piso? Las tengo en mi mochila, si quieres te las puedo dar para que vayas a descansar...

-Solo he ido al baño. – sonrió. – No me pasa nada, Tania. – miró de reojo la puerta. – Los cotilleos huelan como la pólvora en este lugar ¿verdad? Ni una semana ha durado.

-Te puedo asegurar que ni Orión, ni yo hemos dicho nada. – respondió preocupada. – Escuche algunos comentarios, pero no les hice caso, no quería que supieran nada, por lo sé, Orión aún no ha escuchado nada, espero que siga así un tiempo más.

Tania lo acompaño hasta la cafetería, ella compro unos pastelitos para los dos antes de volver al club. La omega caminaba cabizbaja mientras escuchaba a Scott, él no quería que se preocuparan demasiado, podían estar tranquilos, no iba a volver a pasar lo mismo. Lo tenía controlado. Su amiga asintió, no muy convencida, mientras comía.

-Papá puede ser muy exagerado a veces, seguro que asustó a Orión diciéndole alguna barbaridad. – sonrió. – Y Orión te lo habrá dicho a ti asustado, pero no tienes que tener miedo, ninguno de los dos. Puedo apañármelas yo solo, he pasado cosas peores, mi pecho ya no duele.

Se detuvieron en la puerta, tras escuchar los gritos, Tania escondió a Scott de ella para protegerlo. Pudieron darse cuenta que era la voz de Orión, la que sonaba por encima por encima de las demás, el alfa estaba furioso.

-Quédate aquí, te diré cuando puedes entrar. – el beta asintió. – Alguien le habrá tocado la fibra sensible a Orión, es un chico con gran carácter.

Scott se quedó de piedra cuando escucho su nombre en varias ocasiones, desde la pequeña abertura de la puerta pudo ver como Tania intentaba separar a Orión de uno de sus compañeros de decorado, y como la reina se interponía entre los dos para que no siguiera golpeándolos, mientras le ordenaba que se callara.

-Vuelve a decir algo sobre él y te mató... - les amenazó. – No os han enseñado a mantener el hocico cerrado, par de perras.

-Orión, tranquilízate. – le suplicaba Tania. – Ya está, es suficiente, a Scott no le gustará que hagas todo esto.

-Volved a decir su nombre y te mató. – le grito al omega que tenía bajo sus pies. – Me da igual que seas mi superior, vuelve a decir algo sobre él y... - Tania golpeo su nuca con fuerza. – Ladra todo lo que quieras, me da igual que seas omega, mi papá me enseño que sois más fuertes de lo que aparentáis. – estaba eufórico. – No me contendré la próxima vez, me da igual todo, lo entiendes.

-Orión, sal de la sala... - le ordeno la reina. – Hablaremos de esto después, recoge tus cosas y vete.

-Primero quiero escuchar un perdón de estás perras. – grito. – Pedirle perdón a Scott ahora mismo.

-¡Orión! – le suplico Tania. – No sigas, no sigas. – apoyó su cabeza sobre su espalda. – No sigas, te lo suplico, no sigas. – los ojos de Orión brillaron en rojo. – Él te está escuchando, está aquí, no sigas, no digas nada más.

El omega que estaba bajo sus pies soltó un grito despavorido cuando vio que el puño de Orión se acercaba a él, golpeando el suelo. Los alfas y omegas de la sala pudieron oler las feromonas que desprendía, se pudo escuchar la excitación de algunos de los alfas al oler el miedo de su compañero. Los más cercanos a ellos tenían una sonrisa terrorífica en el rostro.

-No, por favor, Orión. – le rogo su compañera. – Aquí no lo hagas, él no quiere que pase esto.

Orión miró hacía la puerta con tristeza, su frente estaba cubierta de sudor y sus manos temblaban debido a la furia. Tania lo abrazaba para que se calme, sabía que a su compañero no le gustaban demasiado las feromonas de los omegas, así que lucho para no desprender ninguna. El pecho de su compañero iba cada vez más despacio, eso era buena señal.

-Necesito a unos betas aquí, ahora... - grito la reina. – Llevaros a vuestro a la enfermería, que le proporciones unos inhibidores. – se mantenía sereno. – Vosotros, alfas, quitad esa cara de animales y recoged todo este desastre u os patearé el trasero. Los omegas que esteís afectados, id a la enfermería junto a un beta para que os protejan. – sus ojos se clavaron en Orión. – Tú, sígueme, tenemos que hablar. Buscad al pequeño Scott y aseguraros que se encuentre bien, no quiero escándalos, lo que ha pasado aquí, no va a salir ¿lo entendéis?

-Reina, yo...

-Tania, quiero que estés fuera de esto, me importa una mierda que Orión sea tu compañero. – la omega asintió. – No quiero que lo ayudes en esto, has estado cerca de él, así que es mejor que vayas a la enfermería, pide un inhibidor para calmarte, puedo oler tus feromonas desde aquí.

Varias alfas, levantaron a Orión del suelo. El omega que había sufrido su ataque tuvo que ser ayudado, ya que no podía levantarse. La reina pidió al alfa que lo siguiera. Scott agacho la cabeza con timidez cuando su compañero pasó por delante de él.

-Esto fue por tu culpa. – le dijo enfadado. – Tú le quitaste la pareja a Jax, y ahora todos pagamos por lo que hiciste.

-¡Alex! – grito la reina. – Silencio.

Scott los dejo pasar sin decir nada. Orión tenía el rostro desfigurado por el dolor que estaba sintiendo, él salto hacía ese omega cuando nombro a Scott de esa manera tan despectiva, no le gusto escuchar cómo se refería a él. Ni siquiera se lo pensó, le parecía absurdo que alabaran a Jax y Oliver, dejando a Scott como el culpable de todo, no iba a dejar que ellos salieran ganado en esa discusión.

-Pequeño Scott. – sonrió con miedo. – Perdóname, por favor. No quería, lo digo en serio, no era mi intención hacer esto, pequeño Scott.

-Orión, si estás bien sígueme. – el alfa asintió. – Tania, ve a la enfermería, Scott ¿puedes acompañarla? – el beta no respondió. - ¿Te he hecho una pregunta? Vas a acompañar a Tania a la enfermería ¿verdad?

-Sí, reina... - respondió vacilante. - ¿Puedo llevarme mi mochila? Por favor.

La reina cerró la puerta donde guardaban los materiales, cuando Orión entro detrás de él. Scott tembló al escuchar un grito de dolor proveniente de ese lugar, Tania cerró los ojos con pesar. No iba a tener piedad con Orión, esa vez lo había hecho enfadar demasiado.

-Estará bien, Orión es fuerte. – Tania apretó su mano sobre el hombro de Scott cuando escucharon otro grito. – Pronto lo veremos, no te preocupes.

-Ha sido mi culpa ¿verdad? – la omega negó con la cabeza y empujó a su amigo para que saliera. – Pero Alex dijo que...

-Ese idiota puede invocar al demonio si le da la gana. – respondió cansada. – No es culpa tuya, Scott. Lo que ha pasado aquí, y lo que pasó ese día, no es culpa tuya.

-¿Qué le está haciendo a Orión? – Tania negó con la cabeza. – Tenemos que ayudarlo.

-No podemos hacer nada, lo veremos en casa ¿vale? – sonrió. – Seguro que estará bien, él es fuerte, muy fuerte, te lo prometo.

Se estremecieron al escuchar un grito de dolor por parte de Orión. Tania cubrió a Scott como pudo para que no sintiera miedo. No tenía ni idea de lo que le estaban haciendo a su compañero, pero estaba segura de que no era nada bueno. Ella no podía intervenir, ni mucho menos intentar ayudarlo de alguna manera, era demasiado débil contra la reina. Sus feromonas la asustaban desde allí, no se podía imaginar cómo sería dentro de esa habitación.

-Yo puedo entrar, no me afectaran, soy beta. – Tania negó con la cabeza, le daba miedo que Scott sufría. – No me podrá hacer nada, por favor. Deja que vaya.

-Orión no sé lo perdonará. – su cuerpo temblaba con miedo. – No te preocupes, él es fuerte, podrá aguantar.

Los ojos de Scott se llenaron de lágrimas cuando escucho otro grito de parte de Orión, el alfa parecía estar sufriendo demasiado. No quería que la reina siguiera haciéndole daño, pero Tania no le dejaba ir a ayudarlo.

-Cuando llegue a casa, verás cómo está bien. No tengas miedo, son cosas de alfas, nosotros no lo entenderíamos. – apretó los dientes. – Orión es el idiota más fuerte que conozco.

Tania respiro con tranquilidad cuando pudo sacar a Scott afuera, el beta tenía más fuerza de la creía y era bastante ingenioso, casi logra engañarla. Ella le aseguro que no necesitaba ninguna clase de medicina, las feromonas de Orión no le afectaban de esa manera, era imposible que la indujeran a un ciclo de calor acelerado. Esa era una de las razones por las que vivían juntos.

-¡Scotty! Scotty... - Oliver venía corriendo desde su facultad. – ¿Estás bien? He escuchado lo que ha pasado ¿te ha hecho algo? – el beta no le respondió. - ¿Te golpearon? ¿Qué paso? ¿Quién fue?

-Él está bien. – el beta miro a Tania con recelo. – Puedes marcharte.

-No estoy hablando contigo. – las manos de Oliver acariciaron las de Scott. - ¿Estás bien? ¿Qué paso? ¿Te hicieron algo? ¿Quién fue? ¿Dónde te duele? – el beta hizo una mueca de tristeza. – Scotty ¿te duele el pecho? ¿Es muy molesto? ¿Llamó al señor Taylor? ¿Necesitas algo? ¿Quieres que te lleve a algún sitio? Por favor, dime algo...

Oliver buscaba desesperado alguna herida en el cuerpo de Scott, busco por sus brazos y piernas, observo bien su rostro por si lo habían golpeado. Tomaba la temperatura de sus manos para asegurarse de que no iba tener ningún ataque. Estaba demasiado nervioso, salió lo más rápido que pudo cuando escucho los gritos y vio que provenían del salón de teatro. Sus labios temblaban de angustia al ver que Scott no le respondía.

-Scotty... - quería abrazarlo, pero Tania no le dejaba. - ¿Estás bien? Dime que estás bien, dime algo, por favor...

-¿Por qué es mi culpa? – pregunto con tristeza. - ¿Por qué es mi culpa? Oli...

-¿Tu culpa? – asintió. – No entiendo ¿Quién te ha dicho eso?

-¿Por qué me hiciste eso? – Oliver palideció. - ¿Por qué yo soy el malo? ¿Me amabas de verdad?

-Sí, sí... Scotty, yo te amo. – no podía creérselo. - ¿Quién te ha dicho que es tu culpa? ¿Qué te han hecho? ¿Por qué lloras? – Scott no respondió. – Por favor, Scotty, dime que paso...

-Él era mejor que yo ¿verdad? – el beta negó con la cabeza. – Entonces ¿Por qué lo hiciste?

-Lo siento, Scotty, lo siento tanto, yo no quería...

-Pero lo hiciste... - sus ojos ardían. – No querías, pero lo hiciste, porque él era mejor que yo, porque con él no tenías miedo, porque yo siempre fui una molestia para ti ¿verdad?

Oliver negaba con la cabeza, no quería escuchar esas palabras de parte de Scott. No podía escuchar esas palabras de su parte. Tania se mantenía seria delante de ellos, sin decir ni una sola palabra, solo actuaria si Scott se lo pedía.

-Nunca me has molestado, Scotty. – no podía creerle. – Me gusta estar a tu lado, me gusta...

-Podrías olvidarme, por favor. – le rogo el beta. – Haz como si nunca hubiera existido, es mejor para los dos, conmigo no ibas a conseguir gran cosa, yo siempre fui demasiado lado para permanecer a tu lado.

-Scotty, no hagas esto, por favor... - el beta aparto las manos con sutileza. – No te vayas, no me dejes...

-Fuiste el primero en abandonarme, Oli... - rio con el corazón roto. - ¿Dónde estabas? Te veías con él cuando me decías que debías ir a estudiar ¿verdad? – el beta no respondió. – Hablabas con él, cuando me decías que estabas cansado ¿no es cierto? – Oliver aparto la mirada. – No voy a preguntar durante cuánto tiempo paso esto, no quiero saber nada más. – sonrió. – Eras lo más importante para mí ¿Dónde quedó tu promesa? Oli.

Scott comenzó a caminar en dirección contraria a la de Oliver para dejar de verlo, Tania lo siguió sin decir nada. Oliver esperaba a que se diera la vuelta y lo llamará, quería escuchar su nombre en la voz de Scott, pero el beta no le llamó.

-¿Estás seguro de esto? – el beta asintió. – Él te está esperando, no se ha movido de ahí.

-Pronto se cansará, no creo que duré demasiado tiempo, Oli siempre ha sido un hombre con mucha prisa para conseguirlo todo. – rio. – Si voy con él, sería una manera de decir que lo perdono, y por ahora no quiero hacerlo, Tania.

Tania espero a Orión hasta que anocheció, el alfa llego tiritando al piso, su piel se sentía extremadamente fría al contacto, era como si lo hubiera metido en una bañera llena de cubitos de hielo, sus labios estaban morados. Perdió el equilibrio antes de llegar al salón.

-¿Qué te hizo la reina? – Orión no respondió. - ¿Por qué estás así? No era necesario un castigo así, porque...

-El pequeño Scott ¿Está enfadado conmigo? – Tania negó con la cabeza. - ¿Él escucho lo que dije?

-No ha dicho nada, ahora está durmiendo en vuestra habitación. – el alfa agacho la cabeza. – Vimos a Oliver, él fue a hablar con Scott, creo que han roto.

-¿Por qué no me has dicho nada? – la omega negó con la cabeza. - ¿Le hizo algo? Yo voy a...

-Será mejor que preparé un baño caliente para ti, espérate aquí, no te muevas... - le ordeno Tania. – No hagas nada, espera a que te llame.

-¿Él está bien? – asintió. - ¿Segura?

Orión sintió alivió cuando noto que su cuerpo empezaba a calentarse, Tania no sentía ningún tipo de vergüenza al estar con él en el baño. El alfa dejó que lo viera desnudo sin poner ninguna excusa de por medio.

-¿Te hice daño? – ella negó con la cabeza. - ¿Por qué te lanzaste a mi espalda? Pude herirte, Tania no lo vuelvas a hacer.

-Tus feromonas no me hacen ni cosquillas ¿Recuerdas? – se burló. – Era la única persona en aquel lugar que podía calmarte.

-No vuelvas a cometer una locura como esa, me entiendes. – Tania comenzó a reír. – No es gracioso, no estaba al cien por cien en mí ¿y si te hubiera hecho algo? Tania, por lo que más quieras, prométeme que no lo volverás a hacer.

-¿Qué gano yo prometiéndote tal cosa? Eres un torbellino incansable, cualquier persona está en peligro cuando te enfades.

-No quiero que te pase nada malo, cuando me veas en ese estado huye, dile lo mismo a Scott, no quiero que os acerquéis a mi cuando este así. – le gruño. – No me hagas esa cara, si te acercas a mí en ese estado y te hago algo, yo... - apretó sus dientes con miedo. – No, Tania, ni se te ocurra volver a hacer algo como eso, aunque sea lo único que me ayude, no lo hagas.

-Pero no llores, hombre. – sonrió. – Estoy bien, ves, no tengo ni una sola herida, estoy como siempre.

-Durante el castigo de la reina, solo le tuve miedo a una cosa. – le confesó. – Creo que me hizo más daño porque sabía que estaba preocupado por vosotros, ese hombre no podría ganarme a un combate así de fácil. – hincho su pecho con orgullo. – Es la primera vez que dejó que un alfa me someta de esa manera, fue indignante.

Metió su cabeza en el agua para borrar los recuerdos en aquella habitación, mientras Tania acariciaba su espalda con curiosidad, buscando algún tipo de herida, la piel oscura de Orión le dificultaba encontrar algún moratón.

-Espero que mi papá no sé entere de eso. – se burló. – No le digas nada ¿vale? Padre le tiene miedo a papá cuando se enfada, y no es solo por cómo se ponen sus ojos, papá da mucho miedo.

-¿Qué te hizo la reina? – Orión hizo una mueca de dolor cuando paso su mano por su pecho. - ¿Te golpeo?

-Si hubiera sido eso, no me daría tanta vergüenza, Tania. – sonrió. – Son cosas de alfas, no es importante.

-¿De qué manera te sometió la reina? Orión, no debes tener vergüenza por eso, no sé lo diré a nadie.

-Hay cosas que es mejor que nunca sepas...- acarició su mejilla con cariño. – Quiero seguir manteniendo mi orgullo de alfa un poco más, espero que no te moleste. – Tania apartó la mirada antes de que Orión la besará. – Al menos contigo, mi pequeña reina.

-¿Dolió mucho? – el alfa se rio. – No te hagas el fuerte conmigo, imbécil. He visto tus gayumbos de corazones demasiadas veces. – Orión sonrió con ternura. – No debes tenerme vergüenza.

-No quiero hablar sobre lo que ha pasado, Tania. – aparto la mirada. – No es solo por mi orgullo, pequeña reina.

-No voy a dejar que la reina te lleve de nuevo a esa habitación, primero tendrá que pasar por encima de mí. – le amenazó. - ¿Cómo se atreve a tocarte?

-No grites, vas a despertar al pequeño Scott. – sonrió. – Estaré bien, no te preocupes por nada. 

-------

Lo que paso en la habitación, sigue siendo un misterio aún en el presente. Orión hizo todo lo posible para olvidarse de lo que paso. Tania no se lo volvió a preguntar. Cuando Scott le pregunto si estaba bien (al día siguiente), Orión lo aplasto en sus brazos hasta que el beta le pidió clemencia, después beso su mejilla con cariño y le dijo que no había nada por lo que preocuparse. 

La reina, es un alfa dominante, masculino. Su nombre es Joshua, aunque nadie lo llama así, su sobre nombre viene de una especie de burla de los superiores que estuvieron antes que él, ahora todo el mundo le llama de esa manera, no le molesta. 

Tania y Orión tienen una especie de relación romántica "extraña", ambos se adoran, aunque pasen la mayor parte del tiempo burlándose del otro. Su relación es abierta, aunque muy pocos la conocen. A Orión le gusta experimentar nuevas sensaciones con hombres, y Tania hace lo mismo con mujeres. Están bien de esa manera.

La explicación de porque Tania no reacciona a las feromonas de Orión es sencilla (🤣🤣), está tan acostumbrado a él, que ni siquiera se da cuenta cuando las usa. Orión intento engatusarla más de una vez con sus feromonas, pero en todas se llevo una gran decepción. Tania es inmune a Orión.

Espero que os haya gustado :) 

Voten y comenten 💕🥰💕🥰💕💕🥰💕🥰

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