Hasta el final del camino

By Andrea_ma21

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Después de la extraña desaparición de su alfa, Nevan se encuentra solo en su nueva vida. Sin nadie que pueda... More

PERSONAJES
PROLOGO
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 19
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
CAPITULO 32
CAPITULO 33
CAPITULO 34
CAPITULO 35
CAPITULO 36
CAPITULO 37
CAPITULO 38
CAPITULO 39
CAPITULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPITULO 43
CAPITULO 44
CAPITULO 45
CAPITULO 46
CAPITULO 47
CAPITULO 48
CAPITULO 49
CAPITULO 50
CAPITULO 51
CAPITULO 52
CAPITULO 53
CAPITULO 54
CAPITULO 55
CAPITULO 56
CAPITULO 57
CAPITULO 58
CAPITULO 59
CAPITULO 60
CAPITULO 61
CAPITULO 62
CAPITULO 63
CAPITULO 64
CAPITULO 65
CAPITULO 66
CAPITULO 67
CAPITULO 68
CAPITULO 69
CAPITULO 70
CAPITULO 71
CAPITULO 72
CAPITULO 73
CAPITULO 74
CAPITULO 75
CAPITULO 76
CAPITULO 77
CAPITULO 78
CAPITULO 79
CAPITULO 80
CAPITULO 81
CAPITULO 82
CAPITULO 83
CAPITULO 84
CAPITULO 85
CAPITULO 86
CAPITULO 87
CAPITULO 88
CAPITULO 89
CAPITULO 90
CAPITULO 91
CAPITULO 92
CAPITULO 93
CAPITULO 94
CAPITULO 95
CAPITULO 97
CAPITULO 98
CAPITULO 99
CAPITULO 100
CAPITULO 101
CAPITULO 102
CAPITULO 103
CAPITULO 104
CAPITULO 105
CAPITULO 106
CAPITULO 107
CAPITULO 108
CAPITULO 109
CAPITULO 110
CAPITULO 111
CAPITULO 112
CAPITULO 113
CAPITULO 114
CAPITULO 115
CAPITULO 116 (FINAL)

CAPITULO 96

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By Andrea_ma21

Scott pasó dos días en el hospital, antes de volver de nuevo a la universidad. Sus padres habían insistido en que no fuera, ellos se encargarían de llevar todas sus cosas a casa, pero él quería terminar el curso, tan solo le quedaba un mes.

-¿Estás seguro? – asintió cuando su padre se detuvo en el parking. – Mi príncipe, podemos buscar la manera para que puedas terminarlo desde casa.

-Papá, voy a estar bien. Orión y Tania se han ofrecido quedarme en su piso lo que queda de curso, solo quiero que te lleves la ropa de invierno. – sonrió. – No la voy a necesita.

Aún se sentía un poco débil, le costaba mantenerse erguido, debía apoyarse en su padre para poder caminar, pero no le importaba. No iba a vivir con Oliver ese último mes, se había encargado en darle la información a través de Lily, así que esperaba que no le moleste cuando llegara. Orión lo estaría esperando en el campus hasta que terminará de preparar sus maletas, luego irían a su piso.

-No debes sobre esforzarte. Si ves que no puedes, mi vida... - apretó su mano. – No nos importa que tengas que repetir el curso, mamá y yo nos aseguraremos de que puedas conseguirlo.

-Solo me quedan unos exámenes, quiero asegurarme de pasar a segundo curso. – no quería rendirse, le costó demasiado conseguir ese lugar. – Lily me ayudará a inscribirme en su universidad, voy a estar bien.

Pensó en entrar, al tender las llaves para abrir la puerta sus dedos temblaron. Scott se imaginaba a Jax en los brazos de Oliver, podía escuchar sus gemidos, aunque sabía que no estaba. Sus compañeros lo saludaron cuando abrió la puerta, preguntándole como estaba, su padre se presentó antes de ir a la habitación donde dormía su hijo. Scott ignoro la puerta de Oliver, estaba entreabierta.

-¿Qué quieres que me lleve? – su padre observaba la habitación con curiosidad. - ¿Seguro que cabe todo en una maleta?

-No son muchas cosas, papá. – le señalo la caja que descansaba en el rincón. – Allí estás las sabanas que me regalo mamá y también mi abrigo, en la maleta tan solo pondré las sudaderas y los vaqueros. – el beta asintió. – Solo voy a necesitar estar sandalias, así que pondré también las deportivas.

-¿Dónde está la máquina? – Scott agacho la cabeza. – Mi vida ¿se rompió?

-Está en la habitación de Oliver. – respondió con tristeza. – Dormía con él, así que se debió quedar allí

-¿Quieres que vaya a buscarla? – negó con la cabeza. – Aún estoy un poco confuso, normalmente Oliver siempre está contigo ¿Cómo es posible que no sé diera cuenta?

-Él estaba estudiando, papá. – mintió, no le gustaba hacerlo, pero su relación con el beta seguía siendo un secreto.

El beta se asomó con disimulo a la habitación de Oliver, no le parecía normal la actitud de su hijo. Antes hubiera estado durante horas hablando sobre su amigo, contándoles historias que ya conocían, pero le daba igual. También pareció raro que Oliver no se presentará en el hospital, él iba aunque le dijeran que no lo hiciera, muchas veces se peleaba con sus padres porque no le dejaban ir.

-Scott ¿has discutido con Oliver? – su hijo trago saliva. - ¿Por qué no hables de él?

-Papá, no es momento de pensar en esas cosas... - el beta entrecerró los ojos. – Por favor, cierra la puerta, me molesta el ruido de fuera. No puedo concentrarme. – no había nadie en el salón, y todo estaba relativamente silencioso. – Podrías mirar si caben estos cuadros en la caja, por favor.

Todo lo que estaba pasando era extraño. Lo había hablado con su mujer, a ella también le parecía sospechosa el comportamiento de Scott, cuando les dijo que iba a mudarse durante un mes con Orión y Tania quedaron boquiabiertos, su hijo había insistido tanto en estar con Oliver. Scott estaba enfadado, podía verlo en sus ojos, lo conocía muy bien, era capaz de guardarse para el solo lo que estaba pensado, por el simple hecho de que lo regañaran.

-Parecen buenos chicos... - comento el beta. – Los del club, ese alfa parecía estar muy preocupado por ti, cuando llegamos al hospital fue el primero en recibirnos, incluso antes que los doctores.

-Orión es un buen chico. – sonrió. – Ya lo conocías papá, él vino con nosotros al centro comercial. – asintió. – Tania se hizo muy amiga de mamá, bromeo con ella diciendo que la iba a adoptar como hija.

-Al que no vimos fue a ese chico omega, creo que se llama Jax ¿no? – Scott dejo caer su estuche sobre el escritorio. - ¿Te encuentras bien? ¿Te has mareado?

-Jax no es importante, papá. No tienes que preocuparte por él. – sonrió con resquemor. – Cierra bien la caja, no quiero que se pierdan las cosas que hay dentro.

Scott se sentó en la cama agotado después de quitar toda su ropa interior de los cajones y ponerla en la maleta. Aun le costaba respirar un poco, sentía sus hombros tensos. Le molestaba bastante que su padre le preguntará por Oliver o Jax, quería pedirle que no hablara de ellos, pero sospecharía más. Así que esquivaba las preguntas con cualquier orden. Oliver estaba ocupado, decía cada vez que preguntaba si podía visitar su habitación.

-Papá, lleva la caja y la maleta al coche, yo me encargaré del resto. – el beta frunció el ceño. – Voy a estar bien, no tienes que preocuparte por nada, voy a llamar a Orión para que me ayude a bajar las cosas.

-Mi vida ¿Quieres que os lleve a su piso? – era la segunda vez que se lo preguntaba. – No veo muy correcto cargar con la maleta y las mochilas hasta allí, podría ser peligroso, ya sabes que la máquina es muy delicada.

-Le diré a Orión que me acompañe al parking, puedes esperarnos allí, por favor. – asintió. – No tardaremos mucho.

Suspiro aliviado cuando su padre se fue, Orión llegaría en cinco minutos, tiempo suficiente para ir a por lo que le quedaba y bajar al jardín. No veía necesario despedirse de Oliver, así que simplemente llamó a la puerta para avisar que iba a pasar y agacho la cabeza para que no lo viera.

-Scotty... - lo ignoró. - ¿Te encuentras mejor? Me alegro de que...

-Ahórrate las felicitaciones, y los halagos, Oliver... - el beta mordió su labio. – He venido a por esto, me voy con Orión, no debes preocuparte más por mí.

-¿Podrías mirarme al menos un momento? – negó con la cabeza. – Scotty, quiero hablar contigo.

-Por si me olvida, feliz cumpleaños. – dijo sin emoción. – Es dentro de unos días ¿no? – asintió. – Tu regalo está en mi habitación, búscalo si lo quieres, espero que te guste. Me voy.

-Scotty. – le gruño. – Puedes escucharme, un segundo.

-Está en el segundo cajón... - respondió con desdén. – A la izquierda, el papel tiene estrellas, adiós.

-Scotty. – no respondió. – No quería hacerlo, te lo prometo, yo fui...

-No necesito explicaciones innecesarias, yo sé lo que escuche. – sonrió con tristeza. – Lily me dijo que con él no tenías miedo a hacerlo, así que no veo ningún problema con que continuéis vuestra relación, está vez no tendrás que ocultarte ¿verdad? – rio. – No habrá ningún problema, Jax es mejor que yo en muchos aspectos, felicidades.

-Scotty, eso no es verdad, escucha, solo un segundo, yo...

-Ya no te molestaré, eres libre, Oliver. Felicidades, disfruta de tu nuevo novio.

Cerró la puerta antes de que Oliver le respondiera, no quería escuchar excusa de parte del beta. No veía necesario que le explicará lo que había pasado, él sabía lo que hacía. Por más veces que intentará pedirle perdón, no sabía si creerle. Si se lo hacía una vez, podría volver a hacerlo, de eso estaba seguro.

-Espera, pequeño Scott, yo llevo eso, se ve pesado. – sujeto la máquina con miedo. – Puedes con la maleta, Tania está cerca, puedo llamarla para que nos ayude, no es ningún problema.

-Tiene ruedas. – sonrió. – Papá la compro a posta, dice que es más fácil transpórtala, es la que solemos llevar de vacaciones.

Pudo escuchar un pequeño gruñido de parte de Orión cuando pasaron por la puerta de Oliver, por lo bajo, con la intención de que Scott no le escuchará, insinuó que ese lugar apestaba a omega y luego estornudo de manera escandalosa para que Oliver lo escuchara. Tania le había dicho que debía ser menos rencoroso y portarse como un adulto que era, pero Orión no podía soportar al fortachón en ese momento.

Orión no sé veía como el mejor hombre para opinar sobre lo que había pasado, él había estado con algunos omegas, pero nunca los había engañado con otra persona durante su relación. Cuando entro en la universidad decidió en dejar de tener una pareja sería y pasárselo bien, ya tendría tiempo para encontrar a su media naranja, como decía su padre. Aunque él no deseaba tener tantos hijos.

-Voy a preparar una cena especial está noche, Tania lleva insistiendo con que lo haga desde hace varias semanas. – se burló. – Me tiene como si fuera su criado ¿te lo puedes creer? Pero es peligroso dejarla sola en la cocina, hace unos meses intento quemar mi sopa, menos mal que me dio cuenta. – Scott sonrió. – No te preocupes, pequeño Scott, me aseguraré de que tú comida este en condiciones para tomarla, mantendré a Tania alejada de allí.

Scott escucho con atención a Orión, el alfa se quejaba de lo desastre que podía ser su compañera como ama de casa. Él debía encargarse de todo para que su piso se viera bonito, aunque dejaba que Tania añadiera algunas decoraciones de vez en cuando para que no sepa enfadará mucho.

-Los sábados solemos ir a tomar algo por la ciudad, por si te interesa. – sonrió. – No sé qué pensará tu papá sobre esto, le voy a asegurar de que estarás bien para que no haya ningún problema.

-Papá pensará que está bien, mientras no me emocione demasiado. – suspiro. – Siempre me lo repite cuando voy a hacer algo nuevo. – rio. – Scott, mi príncipe, con cuidado, no te asome demasiado aquí, no apoyes el pie ahí ¿llevas el nebulizador? – todo eran preocupaciones. – Espera, yo me acerco primero para ver si es seguro, lo voy a probar por si esta envenenado, recuerda masticar bien...

-¿Aun lo hace? – asintió. – Y yo que pensaba que mi padre era pesado. – sonrió. – Nunca me ha dicho tantas cosas en una sola frase.

-No te puedes imaginar cómo se pone cuando me resfrió. – suspiro. – Es como si se acabará el mundo, aunque no esté muy enfermó, él debe llevarme al hospital por si acaso, para asegurarse. Mamá es más tranquila en ese aspecto, aunque a veces se complica con él para convertirse en pequeños monstruitos blancos.

-¿Monstruitos blancos? – Scott rio. - ¿Qué es?

-Debido a que me solía enfermar con regularidad de pequeño, mis padres adquirieron algunos conocimientos sobre medicina, ellos conocen lo que debo tomarme antes de que todo vaya a mayores, por eso son monstruitos blancos, así se llamaban cuando era niño y ese nombre se han quedado cuando he crecido.

Su padre los esperaba apoyado en la puerta de su coche, en su mano se encontraba el móvil, lo más seguro era de que había estado con su madre, podía notarlo por la pequeña sonrisita de su rostro. Orión lo saludo con una gran sonrisa llamándolo monstruito blanco.

-¿Se lo has contado? – asintió. – Así conseguíamos que Scott tuviera menos miedo. – sonrió. – Nos solíamos disfrazar para ocultar las pastillas, aunque muchas veces se daba cuenta, era un genio fingiendo que las había tomado. – Scott se sonrojo. – Lloraba menos si nos disfrazábamos, así que conseguimos varios.

-Papá, no necesita saberlo todo. – se quejó. – Se pensará que soy un cobarde.

-Me gustaba disfrazarme para mi príncipe. – el beta inflo sus mejillas. – Era muy divertido ver como sus ojos brillaban, se volvía un gran torbellino cuando veía que se acercaba la hora de las pastillas, cerraba la boca con fuerza para que no pudiéramos...

-¡Papá!... – suspiro. – Ya ha pasado mucho, no es necesario recordarlo.

-Lo volvería a hacer de nuevo, si con eso lo viera sonreír como en ese entonces, era encantador, mira... - Scott gruño cuando su padre empezó a enseñarle fotos a Orión. – Aquí le había caído su primer diente, era muy tierno. Y aquí, su primera vez en la piscina desde su operación, y aquí...

-¿Vas a enseñárselas todas? – asintió. – Me esperaré en el coche, no tardéis demasiado...

Orión empezó a enseñarle imágenes de sus hermanos, Scott pudo notar como su padre palideció cuando le dijo que eran seis hermanos. Compartieron varias historias antes de que el beta se queje, llevaban media hora viendo fotos y querían empezar con los videos, iba a ser una tortura si seguían allí.

-Señor Taylor, cuando lleguemos al piso podemos seguir hablando... - rio Orión al sentarse detrás de Scott. – Aún no te enseñado las fotos de mis papás, muchos se sorprenden cuando los ven, me preguntaron si son mis hermanos.

Scott intento esconderse de la mirada de Orión, cuando su padre contó la vez que se perdió de paseo por la playa y confundió a una mujer con su madre. Orión comenzó a reír cuando le explico que Scott estuvo llorando durante horas cuando lo encontraron.

-Solo fue un minuto, pero él creyó que lo iban a secuestrar. – sonrió. – La noche anterior, se quedó mirando una película con nosotros que no debía ver, y pensaba que esa mujer quería llevárselo.

-Papá, tú también te pusiste a llorar. – el beta encogió de hombros. – Mamá nos tuvo que consolar a los dos, deja de reírte de mí.

-No se movió de nuestro lado el resto de la tarde, donde íbamos su mamá o yo, él nos seguía, incluso me acompaño al baño, por si un hombre con capucha intentaba llevarme. Él me protegería, tan solo tenía tres años... - su sonrisa se borró. – Era un niño muy tierno y cariñoso, amaba ir en brazos, a todos lados.

Espero a que su padre cuente su aventura en la playa, antes de preguntarle si podía salir con sus amigos los sábados, Orión se adelantó a decir que con él estaría a salvo. No debía de preocuparse por nada, él lo cuidaría como si fuera uno de sus hermanos.

-Mi padre trabaja en el teatro. – le explicó Orión, antes de enseñarle las fotos. – Solía acompañarlo, en sus clases era un alumno más, padre siempre me trataba como uno de sus niños, me regañaba igual que a mis compañeros si me portaba mal, y me amenazaba con contarle a mi papá las travesuras que hacía.

Scott le recordó a su padre, la vez que se equivocó de fila y se coló en una que no debía, tan solo porque le había llamado la atención un cartel, él y su madre tuvieron que buscarlo para poder entrar a ver la película, ya que era él quien tenía las entradas. Mientras tanto, su padre estaba disfrutando de una película que no tenían planeado ver, aún no sé explican cómo pudo entrar.

-Tuvimos que comprarlas otra vez, ya que no servían. – se quejó. – Mamá lo regaño bastante, para que yo no me enfadará con él me compro chuches, esa noche me acosté más tarde de lo normal.

-Estabas demasiado emocionado, mamá quería llevarte al cine por tu cumpleaños, habían pasado dos años desde tu operación y todo estaba bien, por eso lo celebro por todo lo alto. – sonrió. – Vinieron Oliver y Liliana, junto a sus padres y algunos de sus compañeros, Scott se emocionó mucho, tengo el video de cuando abrió los regalos, te lo enseñare...

-No hace falta que le enseñes el video, papá... - suspiro. – Orión ya ha visto suficiente, eres capaz de enseñarle la foto de cuando me hizo daño en la rodilla ¿verdad? – asintió. – No entiendo cómo puedes tener tanto espacio en el móvil.

-Me compre una de esas tarjetas para tenerlo todo, así no tengo que borrar nada. – Scott puso los ojos en blanco. – Mi príncipe siempre nos pedía un perrito para su cumpleaños, pero como no estábamos apenas en casa, no pudimos adoptar a ninguno, lloraba mucho cuando veía que no tenía un perrito en casa.

-Mamá me compraba de peluche, para que los cuidará, diciendo que esos si me los podía llevar al hospital, aún los tengo. – los guardaba con la plaquita a su nombre. – Deje de pedir un perrito cuando cumplí los doce años, en ese momento quería un dinosaurio, tengo una colección de perritos y dinosaurios enorme.

Orión le pidió a su padre que subiera a su piso, allí tenía más fotos para enseñarle. Scott puso los ojos en blanco cuando él acepto, vio como le enviaba un mensaje a su esposa diciéndole que iba a llegar tarde, ya su pequeño necesitaba abrazos de su papá. Scott preparó su parte de la habitación, Orión lo dejaba dormir en la cama de abajo, así que no había ningún problema. También aparto alguna de sus prendas, para que Scott estuviera más cómodo.

-Voy a tomar una siesta. – no le hicieron mucho caso, su padre había sacado el arsenal de videos. – Estaré en la habitación.

Scott apago el móvil cuando vio todos los mensajes que le había enviado Oliver, para poder hablar con él. En todos ellos le pedía que lo escuche antes de decidir que quería hacer, suspiro cansado cuando leyó que quería quedar con él.

-Es muy tarde. – le dijo a la almohada. – Ya no sé de qué podemos hablar, Oli.

Podía escuchar las risas de Orión y su padre, no sabían de que estaban hablando, se lo estaban bastante bien, le gustaba notar como él aceptaba a sus amigos, siempre había tenido miedo de que no aceptará a alguien más que no fuera Oliver y Lily.

Al quedarse dormido, soñó con Oliver y la primera vez que lo beso, fueron torpes, pero no había problemas. Le causo risa ver el rostro del beta cuando abrió los ojos, nunca lo había visto tan avergonzado, le pidió que no se volvieran a besar hasta que pudiera procesar la información.

-Te amaba de verdad, Oli. – sonrió. – Te quería, no me importaba que fueras tan gentil conmigo, aunque siempre notaba que no era suficiente para ti. – sus ojos ardían. - ¿Por qué lo hiciste? 

-------

Creo que serán dos o tres capítulos más del pasado de Oliver y Scott, antes de ir de nuevo al presente.

Como curiosidad, cuando Scott se despertó de la siesta, su padre y Orión seguian mirando fotos como si no hubiera pasado nada. 

Espero que os haya gustado :)

Voten y comenten 🥰💕🥰💕🥰💕🥰💕

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