El verde de mi primavera ♡ Cy...

By reazurah

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A Cyno nunca le había llamado la atención el color verde. Le parecía insípido; no era bonito, y mucho menos... More

zero
capítulo uno
capítulo dos
capítulo tres
capítulo cuatro
capítulo cinco
capítulo seis
capítulo siete
capítulo ocho
capítulo nueve
capítulo diez
capítulo once
capítulo doce
capítulo trece
capítulo catorce
capítulo quince
capítulo dieciséis ♡ xiaoven
capítulo diecisiete
capítulo dieciocho
capítulo diecinueve
capítulo veinte
capítulo veintiuno
capítulo veintidós
capítulo veintitrés
capítulo veinticuatro ♡ primera parte
capítulo veinticinco ♡ segunda parte
capítulo veintiséis
capítulo veintisiete
capítulo veintiocho
capítulo veintinueve
kavetham ♡ treinta
capítulo treinta y uno
capítulo treinta y dos
capítulo treinta y tres
capítulo treinta y cuatro
capítulo treinta y cinco
capítulo treinta y seis
capítulo treinta y siete
capítulo treinta y ocho
capítulo treinta y nueve
capítulo cuarenta
capítulo cuarenta y uno
capítulo cuarenta y dos
capítulo cuarenta y tres
capítulo cuarenta y cuatro
capítulo cuarenta y cinco
capítulo cuarenta y seis
cuarenta y ocho
cuarenta y nueve
cincuenta
AVISO

kavetham ♡ cuarenta y siete

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By reazurah

🌺

—A-Alhaith-am, es-espera un segundo... —se quejó Kaveh en cuanto fue empotrado contra la puerta de su hogar.

La lengua de Alhaitham invadió la boca del rubio sin pudor, mezclando su saliva y respiraciones, batallando contra su inquieta lengua. Con la mano izquierda, abrió sin dificultad la puerta de su hogar, utilizando la derecha, colocada en la espalda baja de Kaveh, como soporte para evitar una caída indeseada.

Alhaitham empujó a su novio, haciéndolo chocar contra el mueble de la entrada. Una vez hecho esto, cerró la puerta de su hogar con llave y volvió a dirigirse a él.

—¿Qué te costaba esperar? ¡No era necesario que me besaras en un lugar donde todos pueden vern-! ¡Hmpf!

El rubio no pudo quejarse por la interrupción. Joder, era la primera vez que Alhaitham lo trataba de esa forma y se sentía muy excitado.

Un gemido, amortiguado por la boca de su novio, abandonó su garganta en cuanto unas manos amasaron sus nalgas: —¿Desde cuándo te importan esas cosas? —le preguntó Alhaitham al separarse—. Si luego buscas follar en cualquier lugar...

El rubio se puso rojo hasta las orejas: —Cállate, no hace falta que me lo recuerdes... A-Ah, Al'ha-haitham —jadeó al sentir el aire caliente que expulsaba por la boca chocar contra su cuello.

—Esta noche pienso devorarte —Kaveh intentó escapar de las garras de Alhaitham, pero este se lo impidió.

—Vayamos a la habitación, por favor... —rogó. Sin embargo, al ver que Alhaitham no parecía dispuesto a ceder, decidió rendirse. Lo único que hizo fue subirse al mueble y abrir sus piernas, dejándolas a cada lado del cuerpo de su novio—. ¿Vas a follarme aquí mismo? —preguntó.

—Luego te llevaré a la cama —Alhaitham mordió su cuello.

Por algún motivo, durante el Festival Utsava la excitación de Alhaitham había ido en constante aumento. Tal vez fue por la actitud de Kaveh, tal vez porque su ropa estaba mostrando de más y él no dejaba de tocarse para provocarlo, o tal vez por ambas.

—¿N-No me vas a dejar hacer nada? —preguntó el rubio. Su novio no dejaba de mordisquear y lamer (parecía más un perro que un ser humano) y él era el único al que le estaban quitando la ropa.

—La última vez lo hiciste tú todo. Déjame disfrutar hoy. Simplemente estate quieto y déjame hacer lo que quiera.

Kaveh obedeció. Era extraño que Alhaitham estuviese tan animado.

Los largos dedos de su futuro esposo retiraron su blusa hasta dejar su pecho al descubierto. El rubio echó la cabeza hacia atrás, pensando que la mejor opción que tenía en ese momento para no morir de vergüenza era mirar al techo.

—¿Es eso lo que llevas esperando toda la noche? —Kaveh tragó en seco al sentir un dedo hundiendo su pezón—. ¿Es por eso que estás tan duro?

—Y cada vez que veía tu espalda —confesó—. Quería apretarla hasta dejar la marca de mis dedos en ella. Quería lamerla y besarla mientras te follaba.

—Bueno, ahora puedes hacerlo —Kaveh cerró sus ojos. Aceptaba gustoso su destino.

Kaveh apoyó su espalda contra el espejo que había tras él. ¡Ah, con lo que había trabajado para decorar como era debido el horrible hogar de su futuro esposo! ¡Y ahora resulta que cada mueble no era más que un lugar en el que podía sentarse mientras Alhaitham se apoderaba de su cuerpo!

—Y no dudes cuando te digo que lo pienso hacer —Alhaitham lamió su pezón izquierdo. El simple toqueteo los había dejado tan erectos y sensibles al tacto que Kaveh tenía que contener sus jadeos cada vez que su novio los tocaba.

—¿Y no piensas dejar que te chupe la polla?

—Hoy no —su futuro esposo apoyó ambas manos en su cintura y la apretó.

Kaveh tenía un cuerpo trabajado, pero su cintura seguía siendo algo más pequeña de lo que debía, esculpida a consciencia para que encajase a la perfección con las manos de Alhaitham.

El hombre volvió a besarlo. La distancia entre ellos se redujo a cero, lo que significaba que la polla de Alhaitham había quedado prácticamente pegada a la suya. Kaveh se removió, empujándose contra ella. Estaba dura, tan dura, que en cuanto la sintió, la mente de Kaveh pidió a gritos tenerla dentro. La necesitaba ya, necesitaba tragarla toda, hundirse en ella mientras se ahogaba en sus propios gemidos.

—Alhaitham, fóllame ya, por el amor de...

—Pero si apenas acabo de empezar.

Alhaitham descendió hasta su vientre y lo lamió. Sus manos aterrizaron en la espalda de Kaveh, donde enterró sus ansiosas uñas. Anhelaba marcar esa caliente y tierna piel, dejar la huella que le diría a todos que el rubio tenía a un hombre a sus pies, un hombre que no estaba dispuesto a compartirlo con ningún otro.

—Alhaitham... A-Alhaitham —jadeaba Kaveh mientras la húmeda lengua de su futuro esposo trazaba senderos a lo largo de su torso.

—¿Qué es lo que quieres, amor? —Kaveh bajó la mirada. Lo encontró ahí abajo, mirando hacia arriba, buscando su mirada.

—Te quiero dentro de mí —respondió, obedientemente. Una sonrisa surcó el rostro de Alhaitham, haciendo que todos los vellos de Kaveh se erizaran. Eso era extraño. Muy extraño.

—Sigue rogando, entonces.

Alhaitham desabrochó la bragueta de los pantalones de Kaveh y bajó su ropa interior, permitiendo a su erección respirar. El rubio suspiró, aliviado.

—Thamtham, me duele la espalda... Necesito apoyarla en algo más blando —se quejó Kaveh.

Últimamente había estado trabajando de más, por lo que su espalda estaba sufriendo las consecuencias. Alhaitham sabía esto, así que, a pesar de su poca delicadeza, estaba haciendo todo lo posible por no molestarlo.

—Perdón. Vayamos a la habitación —el hombre cargó a su futuro esposo y se dirigió a la habitación.

Durante el camino, Kaveh trazó círculos invisibles en la fornida espalda del hombre. Supuso que sería el único gesto de cariño que alguno de los dos daría esa noche: Alhaitham parecía dispuesto a follarlo como un animal y él no pensaba negarse.

—Esta noche te noto raro, Thamtham... ¿No estarás celoso o algo?

—En absoluto.

—¿Seguro que no ha pasado nada?

—Segurísimo. Simplemente tengo muchas ganas de hacerte mío —Kaveh fue dejado con cuidado sobre la cama. Ese detalle hizo que su corazón bombeara con fuerza.

Alhaitham era consciente de que le había hecho daño a Kaveh, así que, a pesar de que no pensaba controlarse al follar (a menos que Kaveh se lo pidiera), no moriría por tratarlo con algo de dulzura antes de la tormenta.

Antes de subir a la cama, Alhaitham desnudó completamente a Kaveh y se deshizo de su propia ropa también. Debía ser justo.

—Voy a dejar los móviles en la mesita de noche —avisó.

—Mnn.

—¿Qué tal lo has pasado hoy? —Alhaitham se aseguró de que Kaveh estuviera cómodo antes de separar sus piernas, dejando su zona más íntima completamente expuesta, toda para él.

—No ha estado mal. Aunque- a-ah —Alhaitham lamió el miembro de Kaveh, logrando hacerlo estremecerse—, supongo que al final, no hay nada mejor que las noches.

Sus palabras parecieron satisfacer a su futuro esposo. Así que eso era lo que quería escuchar.

Kaveh sonrió. Lo había descubierto.

—Kaveh, ¿dónde estaba el lubricante? —preguntó.

—En la mesita de noche, tercer cajón empezando por arriba —respondió el rubio—. Ay... ¿Ni siquiera vas a darme un poquito de atención? —se quejó.

—¿Quieres que te la chupe?

—¿Acaso no tienes vergüenza? —Alhaitham soltó una carcajada.

—No lo haré. Haré que te corras sin tocarla.

Cuando regresó a la cama, miró a Kaveh. Tenía un extraño brillo en sus ojos, uno que no había visto nunca. Podía verse a simple vista que la lujuria lo estaba consumiendo, que el anhelo de sentirse lleno se hacía más grande por cada segundo que pasaba.

—¿Tan desesperado estás? —el hombre dejó el lubricante a un lado y se inclinó hacia delante.

Introdujo la lengua en la caliente entrada de Kaveh, buscando jugar un poco antes de penetrarlo. El rubio se encogió en su lugar.

Sin embargo, esto no detuvo a Alhaitham. Porque los gemidos de su futuro esposo le indicaban que podía continuar, que podía usar su lengua hasta el cansancio.

Al empujarla un poco más profundo, Kaveh dio un salto en su lugar.

—Alhaitham, por favor... —ronroneó—. Fóllame ya...

—Si tú me lo pides.

Alhaitham, tan meticuloso como de costumbre, no se excedió ni escaseó con el lubricante. Utilizó la cantidad justa, perfecta para entrar en Kaveh sin hacerle daño.

Cuando colocó la punta de su pene en la entrada de Kaveh, Alhaitham descubrió que este ya estaba ansioso. Su único deseo en ese momento era tenerlo dentro.

Como era el anhelo de su futuro esposo, Alhaitham no pudo posponerlo más. Finalmente empezó a entrar, sintiendo las cálidas paredes de Kaveh envolver su pene, tragándolo con deseo.

El rubio rodeó la cintura de su futuro esposo con su piernas, empujándolo hasta meterlo todo en su interior. Un gemido abandonó su garganta. Esto era lo que quería.

—Me tiene a su merced, esposo —bromeó Kaveh. Sin embargo, sus palabras tuvieron un efecto extraño en Alhaitham. Le habían gustado mucho más de lo que el rubio podía imaginar.

—Esposo... —murmuró Alhaitham.

—¿Pasa algo? —preguntó el rubio—. ¿Acaso le gusta cuando lo trato de “usted” y lo llamo “esposo”? Puedo seguir haciéndolo el resto de la noche~ —con su dedo índice acarició la barbilla de su futuro esposo.

—Te vas a arrepentir de esto, Kaveh.

—No lo creo.

Alhaitham no esperó ni un solo segundo más para empezar a embestirlo. Por primera vez se olvidó de preparaciones y arremetió directamente contra la próstata de su futuro esposo, arrancándole un aullido. Kaveh se aferró a su espalda, pues era lo único que tenía a su alcance en ese momento.

—Alhait-haitham, A-Alhaitham —gemía el rubio. Se sentía tan lleno.

En medio del acto, el hombre sujetó la cintura del rubio para mantenerlo en su lugar, aumentando la excitación que el rubio sentía.

—M-más... E-esposo, de-me más —rogó. Su propio miembro había quedado desatendido, goteando por la estimulación.

—T-Te dije que no pensaba tocarla, Kaveh —jadeó. Al rubio se le pusieron los vellos de punta.

Alhaitham siguió embistiendo con fuerza, sin piedad alguna. Los jadeos pronto empezaron a abandonar su garganta, siendo el nombre de su futuro esposo lo único que era capaz de decir.

Ambos se dejaron envolver por la lujuria, quien vino acompañada de una capa de sudor. Los brazos de Kaveh cayeron a cada lado de su cabeza, ya no podía aguantar más en la posición anterior.

Su futuro esposo lo contempló, maravillado. Tenía el rostro rojo y los ojos bañados en lágrimas. La boca permanecía siempre bien abierta, repitiendo siempre su nombre, lloriqueando penosamente mientras rogaba por más.

El sudor le había pegado el cabello rubio a la frente y sus pezones estaban erectos, necesitados. Alhaitham se sentía orgulloso del desastre que había hecho.

—E-esposo, ya no aguanto más...

—Un poco más, Kaveh. No seas tan apresurado —rogó Alhaitham. Aunque lo cierto es que el también sentía el orgasmo al acecho—. Un poco...

El móvil de uno de los dos comenzó a sonar. Alhaitham detuvo sus movimientos en seco, sacándole un quejido a Kaveh.

—¡Ignóralo! Simplemente termina de follarme —el hombre lo ignoró deliberadamente y miró el móvil, que no dejaba de sonar.

—Mamá —le mostró el móvil antes de lanzárselo—. Responde. Estará preocupada por su hijo.

Kaveh dudó antes de aceptar la llamada. Pegó el móvil a su oreja, intentando contener sus jadeos. Estaba algo cansado.

¡Kaveh, cariño! Estaba muy preocupada por ti. ¿Por qué no respondías mis mensajes? —Alhaitham sujetó las piernas de Kaveh y las subió a sus hombros. El rubio lo observó, horrorizado. No pensaba hacer lo que él pensaba, ¿no?

—Lo siento, mamá. Estaba en el Festival Utsava- ah... —su novio siguió a lo suyo. Los habían interrumpido justo cuando estaban alcanzando el orgasmo, y él no pensaba quedarse con las ganas solo porque la mujer lo había llamado.

Kaveh se mordió el labio inferior. Estaba al límite, joder. No podría contener sus gemidos.

¿Pasa algo, Kaveh? ¿Te encuentras mal? —preguntó la mujer, preocupada.

—N-no te preocupes, mamá. Es solo que el ambiente en el Festiv-al es un poco... —no podía. Simplemente no podía.

El pene de Alhaitham no dejaba de golpear su próstata con fuerza, y lo único que Kaveh quería hacer era gritar y gemir su nombre hasta quedarse ronco.

Cuando el rubio supo que no sería capaz de aguantar más, Alhaitham le arrebató el móvil y lo acercó a su oreja: —Perdone, señora. Su hijo está demasiado ebrio y no está en condiciones de hablar. Espero que no le moleste.

Kaveh sabía que se estaba arriesgando mucho, pero ya no podía aguantar más. Dejó escapar todos los gemidos que acababa de guardarse, permitiéndose decir el nombre de Alhaitham por cada uno de ellos.

¡Ah, Alhaitham! Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos. ¿Estás bien?

—Perfectamente. Muchas gracias por su preocupación. Y ahora, si no es molestia... Debo cuidar a su hijo.

—¡Claro, claro! Siento mucho que tengas que cuidarlo. Es todo un desastre... ¡Como sea, te dejo ya! Muchas gracias por cuidar de él —Alhaitham colgó sin ni siquiera despedirse y dejó el móvil a un lado.

—Kaveh, joder... —jadeó.

Kaveh cerró sus ojos con fuerza, sintiendo los labios de su pareja chocar contra los suyos. Era su forma de silenciarlo.

El rubio llegó al límite un poco antes que Alhaitham, quien tuvo que dar un par de embestidas más antes de finalmente expulsar todo en el interior del rubio.

🌺

Kaveh se aferró al cuerpo de Alhaitham, impidiéndole salir de su interior: —Hoy te has lucido, Thamtham.

En lugar de responder, Alhaitham empezó a besar su cuello. El rubio apoyó la mano derecha en su cabeza y enredó sus dedos en las finas hebras de su cabello grisáceo.

—Por cierto, ¿no has visto raros a Cyno y a Tighnari cuando nos los hemos encontrado? ¿Crees que habrá pasado algo? —preguntó.

Justo cuando estaban por irse (porque ya no podían aguantar más la tensión), se encontraron con sus amigos, quienes estaban volviendo a casa. Se detuvieron para charlar con ellos, pero parecían casi tan apurados como Alhaitham y él.

—Probablemente nos den una noticia buena cuando los veamos este sábado —le respondió su novio.

—¿Seguro que es eso? Con lo tontorrones que son los dos —Alhaitham se acomodó para mirarlo a la cara. “Mira quién fue a hablar”, le gritó con la mirada.

—En algún momento iba a pasar.

—Tienes razón —Kaveh desvió la mirada—. Me alegro mucho por Tighnari.

—Yo también.

—Pensaba que no te agradaba Cyno.

—No es que me caiga especialmente mal. Es solo que no confiaba en él. No quería que un hombre le hiciera daño a Tighnari otra vez —el rubio plantó un beso en sus labios.

—Cyno es una buena persona.

—Lo sé.

—Y Tighnari ya no es el niño que solías conocer. Y ya no está confundido. Sabe lo que está haciendo.

—Pero me daba miedo lo que pudiera pasar —confesó. Kaveh sonrió con dulzura y acarició su rostro.

—Quién me hubiera dicho que algún día llegaría a ver el lado sensible del impasible Alhaitham —el rubio finalmente deshizo su agarre y permitió que Alhaitham saliese de su interior.

—Tampoco hables como si fuera un robot sin sentimientos.

Kaveh rio: —Es lo que das a entender —entonces, acarició el cuello de Alhaitham con cariño. Su mirada cambió completamente, adquiriendo un matiz más dócil, cargándose de amor—. Deberíamos darnos un baño, ¿no crees?

—Si entramos juntos sabes lo que va a pasar —el hombre acarició su cintura.

—¡No te preocupes! Te prometo que me controlaré. Ahora lo que quiero es algo de cariño —sus manos aterrizaron en el rostro de Alhaitham—. Además, mi espalda no está lista para aguantar a un toro otra vez.

—Está bien.

El silencio reinó durante algunos segundos. Las palabras no eran necesarias, no cuando sus miradas decían tanto. Ese anhelo, ese amor, todo podía verse a través de esos luceros que se complementaban mutuamente.

—Alhaitham... Te amo.

Su futuro esposo se inclinó para poder besarlo. Kaveh cerró sus ojos, aceptándolo sin dudar ni un solo instante.

Después de todo lo que habían vivido, Kaveh estaba seguro de que Alhaitham era el hombre perfecto para él. Este era el hombre con el que quería casarse y con quien quería pasar el resto de su vida.

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la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...