|Narra Ashley|
-Teresa soy yo -Dijo una voz femenina tras de mi.
Me giré y vi a una chica de pelo negro que llevaba puesta una camiseta azul de manga larga. Tenia una sonrisa de oreja a oreja, mostrando sus dientes blancos.
-¿Eres la nueva? -Preguntó Teresa.
-Sí, yo soy Ashley -La contesté- Es agradable tener a una chica por aquí, tanto hombre me estaba alterando.
Ella soltó una carcajada y se sentó a mi lado. Comenzamos a conversar y poco a poco los chicos se fueron levantando de la mesa para hablar en la cocina junto con los demás habitantes.
-Bueno, ¿qué tal te están tratando? -Preguntó Teresa mientras jugaba con un mechón de su pelo.
-Bueno, la verdad es que su desesperación da miedo -Las dos reímos- Pero por lo general bien. Sobretodo Newt, Thomas, Alby y Gally.
-¿Ga-Gally? -Había asombro y sorpresa en su voz, como si hubiese dicho una locura- ¿Sabes que ese chico odia a todo el mundo?
-Es muy majo -Le defendí.
-Me huele a romance -Dijo con una sonrisa pícara.
-¡¿Qué?! -La chillé y pude ver por el rabillo del ojo, como los guardianes, Thomas y Chuck me miraban- Estás mal del tarro, cariño.
Teresa comenzó a reírse y no tardé en contagiarme, me levanté de la mesa y fui a llevar los platos hacia la cocina, teniendo que pasar en frente de todo aquel grupo de chicos que se había formado.
-¿Haciendo migas? -Preguntó Fritanga, con una sonrisa sincera.
-Bueno, ya sabes, mejor amigos que enemigos ¿no? -Le contesté depositando el plato dentro de la pila para fregar- Y vosotros hablando como cotorras, cada uno a lo suyo.
Newt iba a hablar para cuando Teresa interrumpió entrando en la cocina:
-¿Vienes? -Preguntó señalando con el pulgar la puerta que daba hacia la salida de la Hacienda.
Asentí y me despedí con un tímido gesto con la mano. Al salir de la cocina, Teresa, me agarró de la muñeca y me arrastró hasta la salida. La golpeé en el hombro gritando un ''cógeme si puedes'' y salí corriendo. Podía oír sus pasos por detrás de mi pero, realmente yo era más rápida que ella. Mis piernas iban a una velocidad que ni yo misma conocía, lo más sorprendente de todo es que no me cansaba. El aire me echaba el pelo hacia atrás, impidiéndome mirar de reojo por donde iba la chica.
-¡Ashley! Es... Espera -La oí gritar desde la lejanía.
Frené en seco, levantando alguna que otra hoja del suelo con el derrape. Me volteé a verla, estaba muy lejos de mi posición. ¿Tan rápido corría? Me acerqué corriendo a ella, podía ver a los chicos comentando cosas mientras me observaban llegar al lado de Teresa.
-Madre mía, chica -Jadeó apoyando sus manos sobre sus rodillas- Como corres.
-Pues no estoy cansada. -Dije con orgullo, colocando mis manos sobre mis caderas- Quizá fui una atleta en la otra vida.
-O una delincuente que se dedicaba a huir de la policía -Las dos reímos- Tengo que irme Ash, nos vemos mañana.
Asentí y la acompañé hasta la Hacienda. Me molestaba tener que dormir con Minho y Newt mientras ella disfrutaba de una habitación para ella sola. No tuve más remedio que aguantarme y dirigirme a mi habitación compartida.
Había una cama y una litera. Miré a mi alrededor, la habitación estaba sorprendentemente limpia, jamás pensaría que aquí dormían dos adolescentes. Pensaría que la habitación era de dos chicas ordenadas, no de Newt y Minho.
-Dormirás arriba, en la litera, yo estaré abajo -Comentó Newt, entrando justo detrás de mi- Minho dormirá en la cama de allí.
Asentí y me subí hasta mi cama, me tumbé sobre el blando colchón. Había una diferencia realmente grande entre el suelo del Trullo y la cama de esta litera. Era como comparar el cielo y el infierno. Nada que ver lo uno con lo otro.
-Buenas noches, chicos -Dije girándome de lado.
-Buenas noches, Ashley -Dijeron al unisono.
Al cerrar los ojos me di cuenta de que no podía dormir. Mi mente daba vueltas, pensaba en absolutamente todo. ¿Por qué estábamos allí? ¿Cuál era el propósito de todo aquello? ¿Y la salida del Laberinto? ¿Por qué no recordábamos nada?
Me obligué a mi misma a parar de hacer preguntas, sabía que tarde o temprano las preguntas obtendrían respuestas. O eso es lo que quería creer.
Fue cuestión de minutos dormirme al fin.
Unos brazos rodearon mi cintura, sinceramente lo ignoré, pensaba que era una imaginación mía.
-Ashley, Ashley, Ashley, Ashley... -Comenzó a susurrar alguien a mi oído.
-¡¿Qué?! -Me giré gritando, a pesar de no recordar mucho, sabía que odiaba que me despertaran.
Pude ver mejor a la persona que me había despertado, era Minho.
-¿Qué pasa? -Le pregunté con voz ronca.
-He tenido una pesadilla -Contestó serio.
-¿No te habrás mirado en el espejo? -Dije con tono burlón.
-Ja, ja, ja. Eres realmente graciosa Ashley -Rodó los ojos con sarcasmo y volvió a mirarme- Va enserio, nena.
-Está bien, nene -Imité su tono de voz y me incorporé quedando sentada, quede más cerca de lo que me gustaría, pero el espacio era pequeño- ¿Y qué pesadilla era?
-Estabais Thomas, Teresa y tú -Me contestó serio- Estabais encerrados en una especie de cúpula de cristal... Os estaban ahogando.
Al oír aquello se me heló la sangre, me quedé paralizada y con la boca medio abierta. Estaba confundida y asustada al mismo tiempo, ¿y si era un sueño? Negué con la cabeza para quitarme ese pensamiento.
-¿Vas a decir algo? -Preguntó alzando las cejas y cruzándose de brazos.
-¿Y si...? ¿Y si era un recuerdo? ¿O una visión? -Jugué con mis manos, notando como la preocupación y el miedo crecía en mi interior.
Parece ser que Minho leía las mentes de las personas pues me abrazó. Me sentí segura entre sus brazos, como si sus brazos fuesen un escudo que me protegía de mis temores. Escondí mi cabeza en su pecho y cerré los ojos. Se me hacia extraño estar de esa manera con Minho.
De repente, el chico se tumbó, dejándome un pequeño espacio para que durmiera. Me acomodé y cerré los ojos. Lo último que recuerdo son sus caricias en mi mejilla.
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¡Nuevo capítulo!
¿Qué las ha parecido? En todo caso, esperamos que las haya gustado. Si tardamos un poco en actualizar es por qué estamos de exámenes finales y queremos aprobar para disponer de todo el verano para escribir.
Besos
Mire y Julia <3