Nevan disfrutaba al ver a su hija divertirse junto a Lily, la pequeña se había levantado temprano aquella mañana para ir a despertar a su tía, deseaba ir a la playa y estrenar la colchoneta. Lily se tuvo que adelantar junto a Emily, ya que podía esperar más tiempo.
-Nosotros nos ocupamos. – le prometió su hermano, mientras preparaban los bocadillos que iban a comer al medio día. – Cuídala, Liliana.
-Ponle crema antes de salir. – le aviso Scott desde su habitación, Emily le saco la lengua enfadada. – El sol quema demasiado a estas horas.
-El tío Scott es malvado. – Nevan insistió en que debía ponerse la crema antes de salir de casa. – Papá es malvado también. – les dijo indignada, no le gustaba que la crema le dejara todo cuerpo pegajoso.
Emily cargaba con las raquetas para poder jugar después con Scott, mientras Lily llevaba la colchoneta y la bolsa con las toallas. Antes de salir, les dio un beso en la mejilla a cada uno, y les prometió que les guardaría un sitio en la playa, pero debían darse prisa.
-Liliana, avisar cuando hayáis llegado. – la beta puso los ojos en blanco. – Iremos en media hora más o menos.
-La playa está a cinco minutos. – Oliver asintió. – No vamos muy lejos, estaremos bien. – Emily se movía impaciente. – Princesa, regaña a tu tío.
Se quedó mirándolo durante unos segundos y después salió corriendo, Lily tuvo que darse prisa antes de que empezara a bajar por las escaleras. Nevan comprobó que Emily llegaba bien a la playa desde la ventana, podía diferenciarlas perfectamente, era fácil saber dónde estaban, al menos hasta llegar al final del pasillo.
-Lily sabe cuidarla. – Nevan asintió. – Estará bien, no te preocupes. – el omega aún se sentía extraño cuando se separaba de su hija. – No tardaremos en irnos, puedes ir a cambiarte.
-¿No necesitáis ayuda? – Oliver negó con la cabeza. - ¿Estáis seguros?
-Solo nos queda poner las bebidas en la nevera portátil y los bocadillos, junto los dulces en la mochila. – le aseguro Scott. – Podemos encargarnos.
Scott aprovecho que Nevan ya no les estaba viendo, para esconder las velas que habían preparado para él, junto al mechero. Oliver se encargaría de ir a por la tarta más tarde, no querían que se enteraran de la sorpresa que querían darle, así que debían ser discretos. Para estar más seguros de que todo iba a salir bien, se aseguraron de no contarle gran cosa a Emily, tan solo le dijeron que debían cantarle una canción a su papá.
-Ya está...- le guiño el ojo a Oliver. – Acuérdate de ir a por el resto después. – el beta asintió. – No puede enterarse de nada. – sonrió.
Scott y Oliver se cambiaron cuando Nevan salió del baño. Oliver no estaba acostumbrado a ir en "ropa interior", como le había llamado al bañador que había elegido su novio. Le daba vergüenza vestir con prendas tan ajustadas, pero Scott había insistido en que le quedaba muy bien. Se cubrió con una camisa para que Nevan no le viera, pensaba que se vería de otra manera en la playa, tal vez no le daría tanta vergüenza. Scott golpeo su trasero cuando paso por su lado.
-¡Magnifique! – sonrió con picardía, Scott se acercó poco a poco a él para darle un beso. – Quiero quitártelo está noche.
-¡Scotty! – respondió ruborizado. – Aquí no podemos. –el beta lo beso en la nuca. – Control, Scotty, no estamos en casa.
-Aprovecharemos cuando estén fuera. – dijo mientras bajaba su mano despacio por su abdomen. – Lily quiere llevar a Emily a la feria, estoy seguro de que Nevan también querrá ir.
-Tienes que aprender a ser más discreto. – lo regaño pellizcando su nariz. – Alguien podría oírte.
Oliver lo cargo en brazos con bastante facilidad, Scott dejó que le besaba en la nuca mientras lo regañaba. Le gustaba escuchar al beta enfadado, cuando hacía algo que le parecía vergonzoso, Oliver tenía la extraña manía de que todo el mundo lo escuchaba cuando hablaban. Scott tendía a provocarlo hasta hacerlo sonrojar.
-En la maleta... - sonrió, antes de seguir susurrándole en la oreja. – Está el lubricante que te gusta. – a Oliver le temblaron ligeramente los brazos. – Dulce sabor a fresa.
-¡Scotty! – el beta se rio. – Espero que lo hayas escondido bien.
-También he traído algo que quiero probar. - mordió su lóbulo de la oreja. – Parece divertido, me pregunto cuando tiempo podrás durar.
Scott se sintió decepcionado cuando Oliver lo dejó sobre la cama, el beta lo miraba con las mejillas bastante rojas y algo nervioso. A Scott le causaba risa que a su novio aún le diera vergüenza hablar de aquella manera con él, le costó bastante convencerle de usar un lubricante que no fuera el de siempre. También tuvo que decirle una pequeña mentira para poder cambiarlo, menos mal que Oliver aún no se había dado cuenta.
-Ne... Nevan, no está esperando... - Scott sonrió. – Estará preocupado por ver que tardamos tanto. – cubrió su pecho. – Ponte el bañador, deprisa, señorito Taylor.
-Si me prometes que no mirarás mi trasero. – el beta se aguantaba la risa. – Te estoy vigilando, señorito.
Oliver le dio la espalda para darle intimidad. Para las personas que no le conocían, Oliver podía parecer un hombre sin miedo o vergüenza, pero en realidad, su aspecto no hacía honor a su personalidad. Muy pocas veces había usado su autoridad para amedrentar a Scott, solo cuando vio que era necesario, para protegerlo de Nash.
-¿Por qué estás respirando tan deprisa? – pregunto con tono de burla. – No entiendo porque sigues teniendo vergüenza.
-No tengo vergüenza. – se excusó. – Solo te estoy dando tu espacio, pequeño escandaloso.
-Enserio, no vas a mirarme. – Oliver asintió, para disgusto de Scott. – Ni aunque te lo pidiera.
-Nos están esperando, no podemos hacerlos esperar más. – cruzó sus brazos. – Estoy seguro de que cuando lleguemos a la playa, no quedará sitió.
-Oli... - sonrió y toco su espalda. – Mírame, un minuto. – el beta resistió con todas sus fuerzas. – Oli, por favor. – noto como algo le hacía presión en la mano, mientras sentía el pecho de Scott en su espalda. – Oli.
Scott acarició su abdomen de nuevo, sabía que Oliver tenía bastante sensibilidad en la parte baja, pronto perdería el control si seguía en aquella posición, su resistencia era nula en aquel momento. Solo se mantenía de pie, por miedo a que Scott se hiciera daño, tragaba saliva para mantenerse serio, mirando de reojo la mano del beta.
-Oli... - levanto con facilidad la goma del bañador de su compañero. – Mírame, por favor. – seguía insistiendo en negar con la cabeza. - ¿Seguro? – asintió.
Dejo caer lo que tenía en la mano, Oliver se tensó a notar algo duro sobre su pene, al mismo tiempo que Scott sonreía con maldad y presionaba uno de los botones del mando que le había dado al beta. Oliver dejo escapar un pequeño gemido.
-¡Mmmm! – carraspeo, Scott dejo que le apretará la muñeca. - ¿Qué estás haciendo?
-Te estaba pidiendo que me miraras. – se quejó. – Pero no querías hacerme caso. – Oliver cerró los ojos. – Este es tu castigo.
-Detenlo. – negó con la cabeza de manera juguetona. – No lo pongas tan rápido. – podía escuchar cómo se reía. – Scotty.
-No estoy haciendo nada. – mintió. – Eres tu quien está apretando los botones, Oli.
Nevan llamó a la puerta preocupado, al ver que no salían. Scott tuvo que convencerle, para que no sospechara nada, mientras cubría la boca de Oliver con la mano que le quedaba libre. El beta estaba completamente quieto, para que no pudiera escuchar ningún ruido, mientras aquella bolita seguía vibrando.
-Tenemos un pequeño problema. – Scott levanto un poco la voz para distraer a Nevan. – Ve adelantándote, ahora iremos nosotros.
-¿Queréis que lleve algo? – el beta le grito que no. - ¿Estáis bien? Oliver suena un poco extraño.
-Él está bien. – se aguantó la risa. – Parece ser que se golpeó el pie con el armario, voy a ver si no tiene nada. – el omega asintió. – Ve tu primero, estamos bien.
Oliver cayó de rodillas, cuando escucho los pasos de Nevan alejándose de él. Scott lo abrazaba entre risas, mientras él lo miraba cansado. Había sido duro aguantar en aquella posición, y tenía la gran sospecha de que Scott había estado presionado los botones a propósito para hacerlo sufrir, ya que era extraño que se detuviera tan abruptamente.
-Eres... - respiraba entrecortado. – Pequeño monstruito ¿y si Nevan hubiera decidido entrar? – lo regaño. – Scotty...
-No hubiese podido. – rio y señalo la llave que estaba sobre su mesita. – Me aseguré de que no se pudiera abrir la puerta.
-¿Lo tenías pensado? – asintió sin remordimientos. - ¿Qué fue lo que hiciste? – el beta se encogió de hombros. - ¿Era lo que querías probar? – escucho como se reía. – Scotty... - volvió a repetir afligido. – Eres perverso.
Ambos se rieron un rato después cuando Oliver se calmó, el beta no sabía regañar a Scott de manera convincente y de cierta manera, le gusto aquel juego. Aunque le hubiese gustado que le hubiera avisado antes, para estar al menos preparado. Scott lo miraba sin sentimiento de culpa, mientras esperaba a que el pene de Oliver volviera a su estado normal.
-En realidad, quería que lo probaras en mí. – se quejó con los brazos cruzados. – Quería jugar un poco contigo en la playa, sé que puede mojar. – Oliver aparto la mirada. – Pero el señorito, no me hizo caso. Así que me vengue.
-Eres demasiado rencoroso. – no sé avergonzaba de eso.
-Me olvide probar la última frecuencia. – sonrió juguetón. – No quería ser tan cruel. – se burló. – Además, en la caja, decía que era para expertos, no creo que hubieses aguantado mucho.
-¿Qué cosa del demonio has comprado? – Scott le enseño la caja de manera sutil. – Eso era lo que estabas escondiendo de mí.
-Si te lo enseñaba, me harías devolverlo. – bramó. – Ahora no podemos devolverlo, porque lo has usado, así que... - rio. – No puedes regañarme.
-Demasiado tiempo junto a Liliana... - pensó en voz alta. – Ella lo pervirtió.
-Eso no es verdad. – la defendió. – Lo aprendí yo solito, me aburró mucho cuando no hay nadie en casa, además estás últimas semanas no fui a visitar a Nevan, así que tenía demasiado tiempo libre. – Oliver no le respondió. – Y por alguna razón, tu tarjeta estaba cerca, y yo encontré una tienda donde vendían juguetes para divertirnos, fue un pequeño desliz, nada más.
-Scotty. – el beta comenzó a reírse a carcajadas. – Esa es una tarjeta para emergencias.
-Era una emergencia. – le replico. – Me estaba aburriendo demasiado en casa, no podía verte, y Lily estaba con sus amigas. – lo miró con tristeza para ablandarlo. – Sabe lo duro que es estar en un lugar tan grande, solo. – Oliver negó con la cabeza. – Probé algunos de los juguetes para asegurarme de que eran buenos. – sonrió. – He traído los mejores.
-¿No estabas trabajando? – asintió. – Scotty ¿Qué más has hecho? – el beta comenzó a silbar. - ¿Cuántos has comprando?
-Creo que estoy perdiendo la memoria, no me acuerdo. – Oliver pellizco su mejilla. – Me estás haciendo daño.
-Me tendrás que devolver el dinero de alguna manera, señorito Taylor. – Scott le hizo un puchero. – Eso no va a servir, vístete y nos iremos.
Scott le iba pidiendo perdón mientras caminaba, quería que Oliver sintiera compasión por él, y no le hiciera devolverle todo el dinero que le debía. No tendría con que vivir, si se lo tenía que devolver, se había gastado sus últimos ahorros con regalos para Emily, y algunos juguetes nuevos para él. Y no tendría dinero, hasta que empezará a trabajar de nuevo.
-Me portaré bien a la próxima, te lo prometo. – Oliver no le respondió. – Te quiero mucho, Oli. – el beta se aguantaba las ganas de sonreír. – Seré tu sirviente para que me perdones, limpiaré tus calzoncillos si hace falta. – noto como se sonrojaba. – Te hare masajes en los pies.
-Scotty, no sigas. – estaba ganado, no había duda alguna. – No quiero que hagas todo eso.
-Dejare que me lo pongas. – rio. – Sin rechistar.
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Soy bastante mala con los números, así que no estoy segura de cuando durara la historia, hasta llegar a los extras. No habrán muchos capitulos, lo aseguro.
Me gusta mucho la tranquilidad que están sintiendo todos ahora, quiero hacerles un poco felices. Sobre todo a Nevan.
Espero que os haya gustado :)
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