Perfecto accidente

By Liing07

191 60 0

¿Qué pasaría si un accidente te ayuda a cumplir tu mayor deseo? Alice Sellers tiene 17 años y nunca en su vi... More

Personajes
Accidente
Secreto y deseo
Casi beso...
Que nadie me descubra
Peligro
Emociones fuertes
No subestimes a Estephany
Yo no soy tu objetivo
Problemas poéticos
La raíz de todos los males
Castigo
Noche mágica
La dama de rojo
Mentiras
El último partido

Enfrentamiento

1 1 0
By Liing07

Pasé toda la noche dando vueltas de un lado a otro sobre la cama sin conseguir dormir. Me costaba entender lo equivocada que había estado sobre Hendery. Sabía lo que Estephany hacía conmigo, por eso siempre aparecía en el momento exacto, fingía querer ayudarme con tal de que lo viera como un héroe.

Me dolía, sí, me dolía demasiado haberlo perdido a pesar de todo. Al menos había permanecido junto a mí aunque de espaldas me clavaba un puñal. Por supuesto que lo prefería lejos después de lo que conocía, pero una parte de mi mente y mi corazón deseaban que las evidencias estuvieran equivocadas y que Hendery en realidad fuera una buena persona. Recordé con tristeza como proyectó sus propios problemas en mí diciendo que necesitaba algún tipo de ayuda profesional cuando en verdad era él quien lo precisaba.

Quizás no era completamente malvado o quizás usó una máscara por demasiado tiempo, las posibilidades me abrumaron hasta el cansancio extremo.

Desperté con grandes ojeras de mapache y para ser sincera, muy triste. Caminaba arrastrando los pies porque, aunque mi objetivo era fingir estar bien, me resultó absolutamente imposible mostrar lo que no sentía.

—¡Hey!

Nate también parecía haber tenido una mala noche cuando ambos chocamos de camino al desayuno.

—¿Cómo has dormido Alice?— preguntó con rastros de mucha preocupación.
—Mal, de hecho, ni siquiera he dormido— respondí entre bostezos.
—Siento mucho escuchar eso.
—¿Los has visto?— susurré con cautela intentando desvelar cualquier tipo de información.
—No— murmuró Nate junto a mi oído causándole cosquillas.

Reí por lo bajo para no llamar la atención, tampoco tenía muchos ánimos para hacerlo, pero fue inevitable.

—Ahí está una de las cosas más hermosas que he visto en mi vida.
— ¿El qué?— inquirí con curiosidad mientras utilizaba mi dedo índice para acomodar los espejuelos.
—Tu sonrisa Allie, ¿Qué más iba a ser?

Instintivamente me cubrí la boca con las dos manos.

—Deja de hacer eso.

Nate lanzó una carcajada y comenzó a forcejear conmigo hasta que logró que mis manos se rindieran.

En el instante en que ambos entramos a la cafetería miles de murmullos quedaron en silencio para dar lugar a el sonido de una sola voz.

—Vaya, solo miren, los tortolitos parecen demasiado felices. Lástima que vayamos a acabar con ellos hoy— dijo Estephany con los ojos similares a dos llamas de fuego.

Se encontraba sentada junto a Hendery en la misma mesa donde había estado yo el día anterior.

— ¿De qué estás hablando Estephany?

Nate se paró frente a mí como si estuviera protegiéndome de alguna especie de gigante.

—De nuestro juego de basketboll, por supuesto.

Al escuchar sus palabras Nate se relajó un poco.

—No habrá juegos, Estephany.
—Pensé que ambos eran más valientes, pero claramente me equivoqué.

Todos los estudiantes vociferaban rítmicamente:
—¡Juego! ¡Juego! ¡Juego!

Cuando sentía que mis oídos ardían grité.

—¡Bien! Pero debes cumplir una condición Estephany.
—Alice, no tenemos que hacerlo— Nate me interrumpió con voz suplicante.
—Lo siento Alice, no hay trato.
—Entonces tampoco habrá juego Estephany.

Transcurrieron tres tortuosos segundos hasta que ella respondió.

—Bien, ¿Cuál es la condición?
—Si nosotros ganamos, nos dejarás en paz de una vez por todas.

Ella pareció sorprendida por mi petición. Los demás presentes nos observaban con expectación.

—Acepto.

(...)

—¿Estás loca Allie? Nunca podremos ganar contra ellos dos.
—No seas pesimista Nate, todo va a estar bien.
—Soy realista, no pesimista.
—Confía en mí por esta vez.
—¿Sabes jugar siquiera?

Llevaba algún tiempo practicando todas las tardes cada vez que necesitaba liberar presión. Aunque tenía que admitir que no pude evitar recordar cuando Hendery me había enseñado.

—Sí.
—Alice, tengo miedo de lo que ella pueda hacerte, de que te dañe.
—No te preocupes por eso.

Nate me tomó de las manos y me miró firmemente a los ojos hasta que mi corazón casi se detuvo.

—Es imposible que no me preocupe por lo que te pueda pasar, todo esto ha sido mi culpa, si no te hubiera golpeado con el balón en primer lugar nunca me habría enamorado de ti.

Rompí el contacto visual con nerviosismo hasta que pude responder.

—No ha sido tu culpa, nada de esto es tu culpa, puede que estuviéramos destinados a conocernos en algún momento. Si lo miras por ese lado entonces yo tampoco debí estar a esa hora sentada en aquel banco, pero ahí estaba, mirándote, siempre te he observado, desde que te conocí en la clase avanzada de inglés.
—¿Entonces yo también te gusto?
—Sería una estúpida si lo negara.
—Debo admitir que nunca había sentido tantas ganas de besarte como ahora.

Él agarró mi rostro con sus manos y se acercó con lentitud, podía oler un fuerte aroma a menta muy cerca de mi nariz que chocó con la suya. Cerré los ojos con lentitud y lancé un corto suspiro cuando por fin nuestros labios se tocaron. Me habían besado antes, él me había besado antes, pero nunca lo sentí como en ese instante. Mis piernas se transformaron en gelatina cuando tuve la necesidad de aferrarme a sus hombros con fuerza. Sus labios eran frescos, pero no dulces, parecían las piezas de un rompecabezas construido para que ambos lo armáramos.

—Creo que tenemos clase— interrumpí dándome tiempo para respirar.

Nate me miró extrañado, pero aún así asintió.

—Nos vemos Allie.

Volvió a besarme, esta vez, con más brevedad.

(...)

—Alice, quiero que sepas que, pase lo que pase a partir de ahora, siempre serás mi heroína del corazón.

Nate y yo nos encontrábamos frente a Hendery y Estephany, él tomó mi mano y esperamos pacientemente lo que la otra chica estaba a punto de decir.

—Esto será rápido, no hay reglas, el primero en encestar cinco veces gana el juego completo. Ningún movimiento es considerado trampa.
—¡Me niego a jugar bajo estas condiciones!— gritó Nate con indignación.

Los cuatro estábamos solos en la misma cancha donde me habían pasado ya muchas cosas.

—Nate, está bien.

Lo miré con toda la confianza que pude reunir en los ojos a pesar de que en el fondo estaba realmente asustada.

Estephany corría hacia nosotros con el balón en actitud ofensiva mientras Hendery solo se había parado a mirar. Nate intentó bloquearla y yo también, pero no tenía mucha experiencia jugando en equipo así que ella consiguió colarse por un espacio y hacer la primera canasta. Nate lucía enojado y yo también lo estaba, no podíamos darnos el lujo de perder bajo ninguna circunstancia.

Recordé cada lección de Hendery, todas las horas que había pasado en ese mismo lugar, sola junto a una pelota. No podía permitir que los golpes y el sacrificio de Nate fueran en vano. Era mi deber hacer algo para ganar.

Intenté quitarle el balón a Estephany pero ella puso su pie delante de mí y caí en la hierba dañándome el labio inferior. La sangre no tardó en brotar para extenderse hasta mi mentón. La cabeza me giraba en círculos infinitos y la voz de Nate reclamándole a Estephany era un eco lejano.

Cerré los ojos con fuerza temiendo el desmayo. De un modo extraño volví a sentir los dedos de Nate acariciando mi rostro y nuestros labios unidos. Creí que estaba alucinando cuando usé las fuerzas que me quedaban para levantarme. Me impulsé con las manos y sacudí el polvo de mi ropa. Nate estaba a mi lado cuando volví a la realidad.

—Vamos en serio, Nate.

Lo alenté con una sonrisa y los dos juntos avanzamos ofensivamente hacia nuestros dos oponentes. De un tirón le arrebaté el balón a Estephany de las manos, si ella no respetaría reglas, entonces yo tampoco sería delicada. Lancé un fuerte alarido y aprovechando el desconcierto logré una canasta. Le pasé la bola a Nate, pero Hendery fue quien la recibió. McHale logró más rapidez dirigiéndose hasta nuestro aro y librando una batalla contra su rival. Nate recuperó la preciada esfera naranja y acercándose hasta donde me había quedado yo junto a Estephany encestó, otra vez.

El partido estaba dos a uno y yo percibía que mis piernas flaqueaban. Me obligué a permanecer de pie, no le permitiría a Estephany el logro de humillarme. Unos minutos más tarde el partido quedó empatado. Estábamos los cuatro con las ropas llenas de sudor y jadeantes. La esfera en manos de Estephany. Yo fijé mis ojos en ella a la espera de su próximo movimiento.

Corrió tan rápido que casi sentí que la perdería de vista. Miré a Nate haciendo un asentimiento y los dos nos lanzamos hacia ella, Hendery no dudó en ayudarla pero nosotros conseguimos arrebatarle la bola. Nate me la lanzó mientras distraía a Estephany y Hendery. Mis pies perdían cada vez más la vitalidad para continuar, Estephany y Hendery me perseguían, pero Nate había confiado en mí. Respiré hondo e ignoré cuando Hendery me alcanzó y trató de desconcentrarme tomándome por el hombro. Alcé los brazos y logré un último encesto.

—Ganamos.

Susurré más para mí que para los demás. Reía como si estuviera fuera de mis cabales, me parecía increíble, habíamos estado demasiado cerca de perder, pero lo logramos. Nate corrió hacia donde yo estaba y me cargó carcajeando. Estephany y Hendery estaban desconcertados.

—¡Hemos ganado Allie!— Nate me dejó en el suelo y posó sus ojos en mí. —Lo has hecho increíble, eres la mejor.

Yo misma no pude contener mis deseos de besarlo y me lancé hacia él enredando los brazos en su cuello.

—Esto no acaba aquí Alice, que lo sepas.

Estephany se alejó junto a Hendery y sentí que esa era una despedida definitiva de nuestras vidas.

Nate me alzó una vez más y giramos varias veces hasta que le supliqué entre risas que me liberara.

—Tenemos que ir a la enfermería para curarte.

La alegría me había hecho olvidar el dolor, pero el sabor metálico de la sangre seguía allí, así como mi falta de energía.

—Te llevaré cargada, seré como un paramédico.

Nate cumplió su palabra y caminó llevándome en brazos hasta la sala pintada de blanco.

—Ponerte el pie delante ha sido bastante rastrero aún tratándose de Estephany.
—Ya no debemos preocuparnos por eso, todo ha pasado.

Nate me dejó sobre la camilla vestida con una sábana azul pálido, la enfermera no estaba en ese momento, así que rebuscó en un botiquín hasta que vino en mi dirección con un par de curitas y una gasa.

—Te has raspado la rodilla también.
—Por eso me dolía tanto.

Nate se arrodilló frente a mí para ver más de cerca las heridas y colocó con cuidado las curitas en el lugar de los raspones luego de limpiarlos con suavidad. No pude evitar emitir un par de grititos de dolor.

—Sé que duele Allie, lo siento.
—No tienes que disculparte— le sonreí de modo alentador.
—Eres muy valiente.

Se sentó a mi lado y observó mis labios con detenimiento.

—Necesito acercarme más para poder ayudarte con esto.

Aprisionó una de mis manos con la suya, podía percibir su respiración muy cerca de mi rostro.

Con sus dedos acarició lentamente el lugar donde había rastros de la sangre seca. Exhaló audiblemente con rastros de frustración.

—No pude evitar que te hicieran daño después de todo mi Allie.

Su forma de pronunciar mi nombre causó calidez en mi corazón.

—El daño físico no importa cuando tengo junto a mí a alguien que ha sanado las heridas de mi corazón con todo su amor.
—Allie, no he tenido la oportunidad de pedírtelo formalmente, pero ya no soporto más el sentimiento de querer besarte todo el tiempo aunque estemos frente a todos, el deseo de tomarte de la mano y estar siempre junto a ti me asalta día y noche, te necesito hoy y todos los días, ya no voy a esconderme más si tú aceptas ser mi novia.

Un impulso de valor me recorrió de pies a cabeza y olvidando el estado deplorable en el que se encontraban mis labios le pregunté:

—¿Quieres besarme una vez más?
—Prometo ser cuidadoso con tu herida.

Nate sonrió sobre mis labios y me besó.

Continue Reading

You'll Also Like

452 93 5
"Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos" ...
1.2M 192K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...
1M 53K 37
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
188 71 17
Un viaje a París Corazones rotos Encuentros inesperados ¿Cómo terminará esta historia? ¿Acaso Alyssa encontrará el amor y Alexandre escapará de su...