Mientras yacían juntos en la cama, envueltos en los brazos del otro, no pudieron evitar sentir que una sensación de satisfacción los invadía. Moonbin tenía una manera de hacer que todo se sintiera bien en el mundo, y sabías que nunca querías estar sin él.
"¿Podrías repetir lo que dijiste?" —preguntaste de repente, rompiendo el cómodo silencio.
Moonbin te miró con curiosidad. "¿Qué quieres decir?"
"Cuando me dijiste que me amabas. ¿Podrías decirlo de nuevo?" —preguntaste, con una sonrisa extendiéndose por tu rostro.
Moonbin sonrió y se inclinó, sus labios flotando a solo unos centímetros de los tuyos. "Te amo", susurró.
Sentiste un escalofrío recorrer tu espalda mientras hablaba, sus palabras enviaron una oleada de calor a través de tu cuerpo.
"¿No estabas escuchando?" preguntó de repente, con una sonrisa juguetona en su rostro.
"No, lo estaba, solo me gusta escuchar tu voz", respondiste, con una sonrisa tirando de las comisuras de tu boca.
Moonbin se rió entre dientes, sus dedos trazando círculos perezosos en tu espalda. "Bueno, también me encanta el sonido de tu voz".Ustedes dos se quedaron allí en silencio por unos momentos, disfrutando de la calidez de la compañía del otro. Pero finalmente, el peso del inminente adiós se volvió demasiado difícil de soportar.
"No quiero decir adiós", dijiste en voz baja, las lágrimas picaban en las comisuras de tus ojos.
Moonbin te atrajo más cerca, sus brazos envolviéndote con fuerza. "Lo sé. Pero nos volveremos a ver pronto. Y hasta entonces, haremos que funcione".
Asentiste, una sensación de determinación te invadió. Sabías que sin importar lo que la vida te deparara, los dos siempre encontrarían un camino de regreso el uno al otro.
"Siempre te amaré, incluso si tenemos que despedirnos por ahora", susurró Moonbin, su voz llena de sinceridad."Eres lo mejor que me ha pasado".
Las lágrimas corrían por tu rostro mientras lo mirabas, tu corazón rebosaba de amor. "Yo también te amo, Moonbin. Más que a nada en este mundo". Sentiste que tus ojos se llenaban de lágrimas y te las secaste, sintiéndote abrumada por la emoción. "No sé qué hice para merecerte", dijiste, tu voz temblando ligeramente.
"No tienes que hacer nada", dijo.
Sonreíste, sintiéndote agradecida por el amor y el apoyo de Moonbin. "Gracias", dijiste, "por todo".
"Cuando quieras, mi amor", dijo
Ustedes dos se quedaron allí en silencio por unos momentos, el único sonido era el sonido de la respiración del otro. Pero incluso cuando pasó el momento, el amor que compartían permanecería, una constante en el mundo en constante cambio que los rodea.
Aunque pare de llorar lo voy a extrañar muchisimo pero quiero pensar en el sonriendo, Descansa en Paz Moon Bin, siempre te voy a querer. <3