Sungchan y tu habían sido amigos durante años y siempre se habían sentido cómodos el uno con el otro. Pasaban el rato todo el tiempo, iban juntos a conciertos y compartían sus secretos más profundos.
En este día en particular, habían decidido ir a un concierto a unas cuantas horas desde donde vivian. Estaba abarrotado y tuvieron que navegar a través del mar de personas para llegar a su próximo camion. Mientras se abrían paso entre la multitud de personas, se encontraron apretados, hombro con hombro.
Finalmente llegaron a la parada y, para su consternación, se dieron cuenta de que el camion que los llevaria estaba completamente lleno. El único lugar disponible era uno donde tendrían que sentarse en el regazo del otro.
Se miraron nerviosamente, ambos sonrojados como locos. Sungchan dudaba en hacer un movimiento, pero tu podías ver la decepción en sus ojos y no querías defraudarlo.
Sin una palabra, te subiste a su regazo y Sungchan la rodeó con sus brazos, abrazándola con fuerza. Podían sentir el corazón del otro latir aceleradamente, y ambos se sonrojaron aún más.Cuando comenzó el viaje, se aferraron el uno al otro, sus cuerpos apretados con fuerza. Era una posición incómoda e incómoda, pero se encontraron extrañamente disfrutando de la cercanía.
Cuando el viaje llegó a su fin, se levantaron de su asiento. Se miraron y estallaron en risas nerviosas.
Continuaron su día, pero había una tensión tácita entre ustedes. Ambos sabían que algo había cambiado, que su amistad había dado un giro hacia algo más.Más tarde esa noche, mientras estaban sentados en un banco, mirando la puesta de sol, Sungchan se volvió hacia ti y tomó tu mano.
"¿Puedo decirte algo?" preguntó, su voz apenas por encima de un susurro.
"Por supuesto", respondiste, girándote para mirarlo.
"Creo... creo que podría estar enamorado de ti", dijo, sus ojos buscando los tuyos.Tu corazón dio un vuelco. Siempre habías estado enamorada en secreto de Sungchan, pero nunca pensó que él sintiera lo mismo.
"Creo que podría estar enamorada de ti también", dijo, su voz apenas audible.
El rostro de Sungchan se iluminó y se inclinó para besarla. Era suave y gentil, pero contenía toda la promesa de algo más.
Mientras se alejaban, Sungchan sonrió. "Creo que la experiencia de sentarte en el regazo realmente nos unió más".
Tu te reiste, acurrucándote más cerca de él. "Supongo que sí".