Nevan paso dos días enteros llamando a su bebé por el nombre que habían elegido para ella, la emoción de multiplico para él cuando Scott le regalo un babero con el nombre de Emily bordado. Lo guardo a buen recaudo, no quería que le volviera a pasar lo mismo que con el gorrito, por suerte Celia había conseguido encontrarlo.
-Emily, buenos días... - la despertó con cuidado, su bebé tenía muy mal despertar, lo pateaba con fuerza si no quería que su sueño terminase. - ¿Has dormido bien? Papá a soñado con que estábamos con Jaxon, en nuestra casita, nos íbamos a dar un paseo, tu dormías en su brazos, mi bebé.
Se preparó para salir temprano de la habitación, aún faltaba un cuarto de hora para que abrieran la cafetería, así que se lo estaba tomando con calma. Emily lo saludo cuando dio un pequeño golpe sobre el vientre, luego se quedó tranquila hasta el desayuno.
-Vamos a comer, no te preocupes... - la bebé hizo un pequeño bulto sobre el vientre de Nevan. – Papá tiene que esperar un poco, no seas impaciente, bebé.
Esa mañana se avecinaba calurosa, las temperaturas habían subido mucho en los últimos días, Nevan se permitía ir con manga corta dentro del hostal. Si osaba salir al jardín así, Celia lo obligaba a ponerse una chaqueta, por si acaso. Nevan llamaba a los gatitos para que lo ayudaran, pero la beta no dudaba en regañarlos a todos. Los gatitos, sobre todo Travis, eran severamente castigados por ella, por desordenar el jardín. Tenían que estar al menos cinco minutos sin sus juguetes, Celia no podía retenerlos por más tiempo.
-Señor Smith ¿su mano se encuentra mejor hoy? – el alfa asintió. – Fue al médico ¿verdad?
-Es una herida débil, no te preocupes, Nevan. – sonrió. – Duele un poco cuando intento mover el dedo gordo, pero no es nada que no pueda soportar.
-Debiste tener más cuidado, sabias que la pistola tenía el seguro quitado, viste como el señor Taylor la quito. – Nash comenzó a reír, no era la primera vez que lo regañaba por eso. – No volváis a discutir ¿De acuerdo? Puede ser peligroso.
-Lo tendré en cuenta... - Nevan asintió orgulloso, había conseguido dominar a Nash, ahora tenía que hacer lo mismo con Scott. - ¿Cómo os encontráis hoy, habéis dormido bien?
-Mi tripa pesa mucho estos días. – Emily estaba tranquila en aquel momento. – A veces se me dificulta hacer algunas cosas, como recoger los calcetines del suelo.
El omega se sintió atacado cuando Nash empezó a reírse de él, lo miró con indignación cuando vio que su amigo no podía parar de burlarse de él, haciendo que este se riera aún más. Nevan cruzó sus brazos para dar un aire más aterrador pero no lo consiguió. Nash se las iba a pagar cuando pudiera correr, el alfa no podría esconderse en ningún lugar del hostal.
-No es gracioso, a veces creo que los he perdido y tengo que buscar otro... - Nash se cubrió la boca para que no lo viera. – Malvado, señor Smith, eres un hombre malvado.
-Lo siento, Nevan. – su risa tonta lo ganaba. – No quería burlarme de ti, pero me pareció muy tierno.
-No te reirías tanto si fueras tu quien perdiera sus calcetines por tener una tripa gigantesca. – se quejó. – Y no es lo único que me está pasando estos días, señor Smith, creo que estoy empezando a olvidar las cosas.
-Eso es muy grave. – Nevan asintió, a él también se lo parecía. – Deberíamos avisar a Celia, por si acaso.
-Bueno, no creo que sea tan grave. – confesó con una pequeña sonrisita. – Anoche cuando me fui a acostar me tome una magdalena, y olvide que lo había hecho, así que me tome otra. Es una vida muy dura.
Nevan espero a que Nash se empezará a burlar de él, para amenazarlo con su pantufla, el omega confirmo que tenía una buena puntería, y que si quería podría darle en la cabeza. Nash lucho por contener la risa ante la atenta mirada de Nevan, que sujetaba la pantufla con la mano. Entorno los ojos para que se detuviera, esa mañana el alfa estaba demasiado guasón con él, lo debía castigar.
-También me duelen los pies, Celia dice que los tengo un poco hinchado, al igual que mis manos, mis dedos parecen morcillas. – Nevan gruño como advertencia antes que seguir. – El doctor Corbin dice que eso es normal, en las últimas semanas de embarazo y que no debo preocuparme, ya que Emily se encuentra muy bien.
-Tengo ganas de conocerla. – admitió con un poco de vergüenza. – Espero que ella también quiera conocerme, tengo muchos juegos preparados para ella, en sus visitas al jardín.
-Creo que Emily también quiere conocerlo. – Nash no pudo ocultar su sonrisa, Nevan empezó a rascar su cabeza como si no hubiese dicho nada. - Le h– dicho que eres un buen hombre y le regalas muchos dulces a espaldas de Celia. – confesó, el alfa rio de nuevo. – Emily se siente muy agradecida contigo, le gustan muchos los dulces. Aunque el doctor Corbin dice que no es bueno alimentarme tan solo de postres, quiere hablar contigo, pero no le he dicho que eres quien me da los dulces. Estás a salvo, señor Smith.
Sobre las diez de la mañana, Nevan fue a su pequeño despacho, enfrente de la recepción, el día anterior se había organizado los informes para ser más rápido y poder descansar un poco más al siguiente día. Esa mañana quería enviar todos los informes que le quedaban de la carpeta azul, y empezar a organizar la de los huéspedes que se habían ido. Aunque también quería acabarlas ese día.
Pronto sería el día de la reunión, y tenía que hablar con el señor Corbin. Estaba muy nervioso, sería la primera vez que lo vería en persona y no sabía cómo hablar con él. Celia le dijo que podía estar muy tranquilo, Lander no era demasiado exigente y la reunión era solo una excusa para ver en qué estado estaba el hostal, también quería conocerlo.
Lander llamaba a Nevan, el chico de las mil notitas. En todos los informes daba pequeños datos sobre aquellas personas que podían pasarle desapercibo a primera vista. A las personas que conocía más solía incluir sus gustos, aunque no lo hacía siempre, a decir verdad, solo lo había hecho con los informes de Nash y Scott.
-¿Cómo te encuentras hoy compañero? – lo saludo Celia, la beta iba cargada con una caja que debía llevar a la cafetería. – ¿Mucho trabajo?
-Lo tengo todo controlado, jefa. – sonrió y levanto el dedo pulgar para confirmarlo. – Estará todo enviado en menos que canta un gallo.
-Recuerda que debes descansar de vez en cuando. – Nevan inflo sus mejillas. – Ahora más que antes, el señor Corbin accedió a que siguieras enviándole los informes porque no era un trabajo pesado.
-Emily y yo estamos muy bien, a ella le gusta el sonido de las teclas cuando escribo. – mintió, la verdad es que no estaba muy seguro, así que era una mentira a medias. – La relaja, se queda dormida hasta la hora de comer.
-Descansa cuando lo necesites, no seas cabezota y si necesitas algo, llámame. Sabes dónde me encuentro siempre. – el omega asintió.
Nevan se puso los cascos para no molestar a los huéspedes que estaban en la recepción, le gustaba escuchar música mientras trabajaba. Celia no le había regañado por hacerlo, así que no estaba preocupado, aunque mantenía el volumen bajo por si le llamaba alguien.
-Buenos días. – lo saludo una de las huéspedes con una sonrisa, hacía poco más de dos semanas que había ingresado en el hostal. – Nos vemos en la comida, adiós. Nevan.
Absorto del mundo, Nevan comenzó a tararear la canción que estaba escuchando, podía sentir como Emily se movía en su vientre, le gustaba mucho esa sensación, aunque a veces era dolorosa. Nevan pensó en algunas cosas que podía hacer cuando Emily fuera un poco más mayor, quería preguntarle a Celia si podía ir a la playa o a visitar algún museo con ella, aunque fuera en horario de trabajo. Quería saber si tendría vacaciones, tal vez podría invitar a Nash o Scott, aunque no era buena idea tenerlos a los dos cerca tanto tiempo. Era buena idea llevar también a Rose y Lily, para que los vigilaran.
-Emily ¿Quieres conocer el mar? – le pregunto en su descanso para ir al baño. – Papá te llevará a ver el mar cuando sea un poco más mayor, tu padre me llevo una vez a verlo, es muy bonito. Haremos castillos de arena y nadaremos.
Al volver a su puesto vio a Scott, hablaba con Lily a lo lejos, esa mañana habían estado juntos en la habitación, para preparar el próximo desfile. Nevan lo saludo antes de sentarse y comenzó a escribir de nuevo, debía terminar pronto para poder empezar con la otra carpeta. Suspiro cansado cuando escondió la carpeta en el cajón, faltaba poco.
-A papá le duele un poco la vista, me temó que no podré terminarlo hoy. – le dijo apenado. – Emily ¿Qué quieres comer hoy? Silver ha preparado pasta, le diré que nos ponga mucho queso y carne, él sabe que te gusta mucho.
Entró en la página de mensajes antes de apagar el ordenador, quería ver si Jaxon le había escrito algo, llevaba una semana sin publicar nada, ya no sabía que más contarle y aunque no quisiera admitirlo, estaba empezando a perder la esperanza de que Jaxon cumpliera su deseo, no quería decírselo a Emily para que no se sintiera mal.
"Pesado, no ves que no quiere saber nada de ti. Deja de incordiar enviando este tipo de mensajes."- le llegó hacía apenas unos minutos, al privado. – "Es mejor que no lo busques más, él no quiere verte."
Nevan entrecerró los ojos con curiosidad, tal vez esa persona sabía dónde estaba Jaxon.
"Acaso lo conoces ¿Sabes dónde está? Me gustaría hablar con él, si pudieras decirme donde se encuentra, por favor." – tardaron unos minutos en responderle el mensaje, era tan insultante como el primero.
"ÉL NO QUIERE SABER NADA DE TI." – Nevan hizo un pequeño puchero y puso la mano sobre su vientre. – "Eres un mentiroso, ese bebé no es suyo. Él dice que nunca se acostó contigo."
"¿Cómo? Jaxon es mi novio, llevamos saliendo dos años. Que ahora estemos distanciados no significa nada." – escribió rabioso. – "Quiero que él me ayude con nuestro bebé. Me prometió muchas cosas cuando empezamos a vivir juntos. ¿Quién te crees que eres?"
"Sería mejor que os murierais tú y ese bebé inexistente. Maldita puta." – Nevan golpeo la mesa con rabia. – "Nadie te conoce, tan solo quieres dar pena, por ser un mísero omega."
No le volvió a responder, aunque Nevan le pidiera de nuevo que le dijera como estaba Jaxon. Aquella persona con nombre anónimo lo había bloqueado después de burlarse de él. Nevan comenzó a llorar cuando cerró el ordenador. Era la primera vez en meses que sabía algo de él, pensaba que sería algo bueno, pero no fue así.
-No llores, mi vida, tu padre nos quiere. – apretaba su vientre con miedo. – Esa persona tan solo quiere hacernos daño. Él nos quiere, papá lo sabe, no llores, Emily.
Nevan lloraba, mientras le decía a su hija que no lo hiciera. Jaxon debía volver, él quería creérselo, unos mensajes no le iban a hacer cambiar de opinión tan deprisa.
-Papá te quiere, papá está aquí, papá no te va a dejar sola, Emily. – le dijo mirando la primera ecografía que le hicieron. – Papá está aquí, papá te ama. No llores mi vida.
Travis entre por un pequeño escondite que había descubierto, aunque Celia se hubiese empeñado en no dejarlos entrar por las mañanas, él encontraba la manera de hacerlo siempre, sin que la beta se diera cuenta. Siempre buscaba a Nevan a la hora de comer, ya que él le daba comida a escondidas. Travis comenzó a frotarse en su pierna para que lo subiera, maullaba para llamarle la atención.
-Estoy bien, no te preocupes, Travis. – el gato maúllo con amargura cuando lo escucho llorar. – No es nada.
Por más que maullase y se frotase, Nevan no lo llevaba en brazos, Travis sabía que no podía saltar al escritorio, el omega lo había regañado en varias ocasiones por hacerlo, pero aun así lo intento. Travis empezó a flotar su cabeza en la mejilla de Nevan mientras maullaba bajito.
-¿Tú me quieres? – le pregunto asustado, Travis aprovecho para colarse entre sus brazos y sentarse sobre el teclado. – Celia se enfadará si te ve haciendo esto, pequeño travieso. – lo abrazó con fuerza. – Yo también te quiero, Travis.
Celia se acercó a Nevan cuando lo escucho llorar, pudo ver como el omega abrazaba a Travis, el gatito pertenecía quieto para no hacerle daño. Maúllo para advertirle a Nevan que se encontraba allí, pero él la ignoró.
-¿Te encuentras mal? – Nevan asintió. - ¿Quieres ir a tu habitación?
-Puedes darme un abrazo, por favor, Celia. – la beta sonrió mientras lo abrazaba, podía notar la respiración entrecortada del omega. - ¿Lo estoy haciendo bien? – asintió. - ¿Él volverá?
-¿Quién? – preguntó con intriga.
-Jaxon, el padre de Emily.
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Jaxon no lo sabe, pero acaba de poner en su contra a todos los que aprecian a Nevan. Nash no le perdonara que haya echo llorar al omega, aunque no sepa si a sido él o no quien le ha escrito el mensaje. Nash se a apuntado una excusa más para matarlo de una manera terrible. Jaxon ya no podrá huir nunca.
Celia también quiere hacerle sufrir. Aunque va a esperar a saber su parte de la historia, y si por un causal, Nash tiene razón con lo que le contó, no dudará en decírselo a Joe.
Jaxon se acaba de poner en graves problemas, por el simple echo de hacer llorar a Nevan. Él no conoce a los amigos que tiene ahora, ni a su doctor. Eso va ir muy mal.
Hora de preguntas:
¿Habrá sido Jaxon el del mensaje? o ¿Otra persona?
Espero que os haya gustado :)
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