Mientras hacías las maletas, no pudiste evitar sentir una punzada de tristeza en el pecho. Dejar atrás a Mingyu nunca iba a ser fácil, pero tenías que hacerlo. Debias que mudarte al otro lado del país para perseguir tus sueños y sabías que Mingyu te apoyaría en cada paso del camino.
Mientras cerrabas la cremallera de tu maleta, escuchaste un golpe en la puerta. Te diste la vuelta para ver a Mingyu parado allí, con el cabello ligeramente despeinado y el ceño fruncido."¿No dijiste que te ibas?" preguntó, su voz teñida de tristeza.Asentiste, incapaz de encontrar las palabras para responder. Mingyu entró en la habitación, sus ojos escaneando el desorden de ropa y pertenencias esparcidas por el suelo.
"No quiero que te vayas", dijo en voz baja, sus ojos se encontraron con los tuyos.
"Lo sé", susurraste, las lágrimas picaban en las comisuras de tus ojos.Mingyu dio un paso más cerca de ti, extendiendo su mano para limpiar una lágrima que se había escapado por tu mejilla. Te apoyaste en su toque, la calidez familiar de su mano envió escalofríos por tu espalda.
"Pero entiendo por qué tienes que hacerlo", continuó. "Y voy a apoyarte en cada paso del camino".
Lo miraste, tu corazón hinchado de amor por este hombre. "Sé que lo harás", dijiste, tu voz temblando ligeramente.
Mingyu se inclinó y presionó sus labios contra los tuyos, el beso lleno de amor y anhelo. Cuando se apartó, te miró a los ojos y dijo: "Claro. Me di cuenta de que en el otro lado del país si puedo disfrutar de las fantásticas vistas de tu gran trasero. Por FaceTime".
Te echas a reír, la tensión en la habitación se disipa. Mingyu te sonrió, sus ojos llenos de amor y admiración."Te voy a extrañar", dijiste, tu voz apenas por encima de un susurro."Yo también te voy a extrañar", respondió. "Pero haremos que funcione. Te visitaré tan a menudo como pueda y hablaremos por FaceTime todas las noches".
Asentiste, sintiendo que te invadía una sensación de esperanza. Mingyu envolvió sus brazos a tu alrededor, sosteniéndote cerca.
Cuando se inclinaron hacia su abrazo, supieron que no importaba lo lejos que estuvieran, su amor mutuo nunca se desvanecería.