Hasta el final del camino

By Andrea_ma21

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Después de la extraña desaparición de su alfa, Nevan se encuentra solo en su nueva vida. Sin nadie que pueda... More

PERSONAJES
PROLOGO
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 19
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
CAPITULO 32
CAPITULO 33
CAPITULO 34
CAPITULO 35
CAPITULO 36
CAPITULO 37
CAPITULO 38
CAPITULO 39
CAPITULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPITULO 43
CAPITULO 44
CAPITULO 45
CAPITULO 46
CAPITULO 47
CAPITULO 48
CAPITULO 49
CAPITULO 50
CAPITULO 51
CAPITULO 52
CAPITULO 53
CAPITULO 54
CAPITULO 55
CAPITULO 56
CAPITULO 57
CAPITULO 58
CAPITULO 59
CAPITULO 60
CAPITULO 61
CAPITULO 62
CAPITULO 63
CAPITULO 64
CAPITULO 65
CAPITULO 66
CAPITULO 67
CAPITULO 68
CAPITULO 69
CAPITULO 70
CAPITULO 71
CAPITULO 72
CAPITULO 73
CAPITULO 74
CAPITULO 75
CAPITULO 76
CAPITULO 77
CAPITULO 78
CAPITULO 79
CAPITULO 80
CAPITULO 81
CAPITULO 82
CAPITULO 83
CAPITULO 84
CAPITULO 85
CAPITULO 86
CAPITULO 87
CAPITULO 88
CAPITULO 89
CAPITULO 90
CAPITULO 91
CAPITULO 92
CAPITULO 93
CAPITULO 94
CAPITULO 95
CAPITULO 96
CAPITULO 97
CAPITULO 98
CAPITULO 99
CAPITULO 100
CAPITULO 101
CAPITULO 102
CAPITULO 103
CAPITULO 104
CAPITULO 105
CAPITULO 106
CAPITULO 107
CAPITULO 108
CAPITULO 109
CAPITULO 110
CAPITULO 111
CAPITULO 112
CAPITULO 113
CAPITULO 114
CAPITULO 115
CAPITULO 116 (FINAL)

CAPITULO 13

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By Andrea_ma21

Nash, no sé acuerda de cuando empezó a llorar, estaba muy triste y tan solo escapó de casa, escondiéndose en un pequeño hueco en el parque. No había nadie, estaba completamente solo, eso lo consumió poco a poco, sus últimos recuerdos de ella, no eran buenos. La vio sonreír, pero se estaba yendo, le había pedido a su hermano que la perdonará si ya no era fuerte, estaba cansada, tan solo quería dormir. Nash apoyó su frente sobre la de Cami y le sonrió, diciéndole que ya no debía ser fuerte, que estaba bien rendirse, mientras su corazón se rompía en pedazos pequeños.

Su madre lo llevó a casa, después de que besará por última vez la mejilla de Cami, ella se despidió con una pequeña sonrisa. Aún recuerda como cerraron la puerta para que él no viera nada, su madre lloraba, por eso tenía que ser fuerte. No lloro hasta que pasaron unos días.

-Cielo, tenemos que decirte algo importante... - tenía a sus dos madres delante, estaban tristes, muy tristes – Sabemos lo mucho que la querías, sabemos lo que has hecho por ella, pero Cami...

-Ya lo sé mamá. – sonrió, era el hermano mayor, debía ser fuerte, debía cuidar de sus madres – Yo le pedí a Camila que podía descansar, por favor. No os enfadéis con ella.

Les sonreía a todas las personas que iban a su casa, debía ser fuerte. Se lo repetía todo el tiempo. Debía ser fuerte por Cami, debía ser fuerte por sus madres, aún no podía llorar. Todos sabían que se iría algún día, estaba preparado, desde el día que le dijeron que no iba a mejor. Cami no lo sabía, pero él sí, quería disfrutar del tiempo con ella. No tenía por qué decirle nada, no debía asustarla.

-... habrá dejado de sufrir. – escucho al fondo del pasillo, sus madres estaban hablando con una de sus tías, no sé acuerda de quien era – Era la mejor decisión, Camila ya no podía seguir entre nosotros, era doloroso para todos.

-¡Estúpida! – murmuro, estaba mal decir malas palabras, le reñían cada vez las decía, a Cami le parecían divertidas – Es mi hermana.

Rose estaba sentado a su lado, su prima era la única que lo conocía de verdad. Después de su hermana, era la persona más importante para él. Rose lloraba, aunque ella no había visto a Cami aquel día, su prima lloraba, por él. Nash la observó de reojo, sin decir nada, le habían pedido que esperará fuera hasta que fuera la hora, debía despedirse de nuevo de Cami, aunque no quisiera, tenía que decirle de nuevo adiós.

No podía soportarlo más, Nash estaba cansado de ver a todas esas personas en casa. Nunca habían ido a ver a Cami cuando estaban en el hospital y ahora estaban fingiendo llora por ella, eran una panda de estúpidos. Sus madres tenían la mirada fija en alguna parte, apenas escuchaban a esas personas que ocupaban su casa.

Comenzó a caminar despacio hacía la puerta, se ahogaba en su propia casa, escucho como Rose lo llamó, la ignoro. Ella también estaba fingiendo, todos lo hacían, lloraban por Cami sin conocerla, eso era lo que más lo molestaba. Al abrir la puerta, sintió libertad, Rose seguía llamándolo, ni siquiera se dio la vuelta para mirarla, sus piernas empezaron a correr escaleras abajo sin parar, quería salir de ahí lo antes posible.

Había un coche negro en la puerta de su casa, allí se encontraba Cami, había visto como la bajaban en su ataúd. Nash no sé había acercado para verla una última vez, la había visto hacía dos días. Antes de irse a casa, le había dicho que era bueno rendirse. Pero ahora se arrepentía, podía haber esperado un poco más, hasta que él estuviera verdaderamente preparado.

Siguió corriendo, sin saber dónde ir. Escuchaba que lo llamaban a su espalda, era la voz de una de sus madres, Nash no se detuvo, no quería que lo vieran, no iba a dejar que lo atraparan. Necesitaba estar a solas, no iba a despedirse de nuevo de Cami, iba a esperar a estar preparado de verdad, le daba igual que lo persiguieran por cien años más, él tan solo quería esperar a que fuera el momento indicado. Entro en el parque cuando dejó de escuchar a su madre, se escondió en el hueco que había debajo del tobogán haciéndose un ovillo, acercó sus piernas al pecho escondiendo su rostro entre ellas y comenzó a llorar para aliviar ese horrible picor en sus ojos.

-Cami... - la llamó de nuevo, esperando a que ella le respondiera, que se riera, que le dijera que era una broma. Se enfadaría al principio, pero no tardaría en darle un abrazo, no pudo hacerlo la última vez. – Cami ¿Por qué te has ido?

Lloro por una eternidad, el tiempo pasaba muy despacio, así que debía estar pasando una eternidad, era demasiado tiempo sin su hermana. Ya no la llamaba, se había quedado sin voz. Sus madres no le entendían, él debía ser fuerte, pero no lo era, no podía parar de llorar por Cami.

Se asustó al sentir unas manos frías sobre sus mejillas, había alguien delante de él, parecía triste, ese niño lo miraba con un pequeño puchero. Nash no lo conocía de nada, el niño lo abrazó, su olor era dulce, él no lloraba, pero parecía estar a punto de hacerlo, se estaba aguantando, pensó en apartarlo.

-¿Por qué lloras? – sus ojos brillaban casi tanto como el sol, era más pequeño que él y lo miraba fijamente, acariciaba su cabello e intentaba no llorar – También estás jugando al escondite ¿verdad? – negó con la cabeza - ¿Lloras porque no te han encontrado?

-Déjame tranquilo... - aparto la mano que estaba en su cabello y se dio la vuelta, no quería verlo – Vete.

-Este es mi escondite. – refunfuño el niño cruzando sus brazos enfadado, el puchero se había esfumado – Es mi escondite, para que los hombres malos no me encuentren.

-Ahora es mi escondite. – le saco la lengua para provocarlo – Tendrás que irte tú.

-No puedo. – sintió como apoyo su espalda contra la suya, el olor dulce del niño le hizo cosquillas en la nariz – Si me voy ahora, me encontraran los hombres malos y me volverán a golpear. Es mi escondite.

Nash lo miro de reojo, el niño estaba en la misma posición que él, muy enfadado porque le había robado su escondite, lo llamaba malvado y ladrón de escondites, mientras pateaba el suelo de parque, estaba haciendo un pequeño agujero con su tobillo.

-¿Por qué te golpean los hombres malos? – no le respondió, lo estaba ignorando – Has hecho algo malo ¿verdad? – negó con la cabeza – Mi mamá me da azotes en el trasero si me portó mal, seguro que te has portado mal.

-No he hecho nada malo. – se defendió – Los hombres malos, siempre me golpean cuando pregunto por mis papás, a ellos no le gusta que pregunte por ellos.

-¿Por qué? – el niño hundió su cabeza entre sus piernas.

-Los hombres malos no quieren que hable de ellos, porque mi papá dice que mate a mi mamá... - escucho un pequeño sollozo detrás de él, pero no sé movió – Soy un niño malo, por eso me golpean.

Nash lo observo antes de que se lo llevaran a rastras, nadie ayudo al niño, estaba muy triste, lloraba más que él, pero no se le escuchaba. Tenía heridas en sus brazos y piernas, no lo miró cuando se fue, simplemente se echó en el suelo lo último que vio fue su espalda.

Volvió al día siguiente, iba a ese parque todos los días, hasta que sus madres decidieron mudarse de allí. No podían seguir viviendo en aquella casa, les recordaba a Cami, Nash berreo y lucho para quedarse, quería ver de nuevo al niño, debía protegerlo de los hombres malos. Fue una última vez al parque y se escondió en el escondite, espero varias horas y no llegó. Esa noche se fue de su viaja casa, sin saber que le había pasado al niño.

Nash siempre despertaba con lágrimas en sus ojos, cuando soñaba con su hermana pequeña. Sobre su mesita tenía la última foto que tomo con ella antes de que se enteraran de que estaba enferma, dos días después, Cami se desmayó mientras jugaba con él y nunca más volvió a casa.

-Buenos días, Cami... - sonrió y acarició la mejilla de su hermana sobre el cristal frio - ¿Has dormido bien está noche? Yo he vuelto a soñar contigo y Nevan.

Se desperezo antes de vestirse e ir a la cafetería, Nevan le había pedido si podía acompañarlo al hospital, ya que Celia por alguna extraña razón, no podía hacerlo, necesitaba que alguien estuviera con él, porque tenía algo de miedo.

Al salir de la habitación, pudo ver a Celia, la beta lo miró con una sonrisa picará mientras le hacía el símbolo de la victoria.

-Tardará un poco más en despertarse. – le dijo – Nevan aprovecha hasta el último minuto para dormir, además anoche estaba un poco enfadado, porque le tenía que hacer un análisis y no podía desayunar.

-¿Estás segura de que puedo ir yo? – la beta asintió – Nevan no confía en mí lo suficiente.

-También está Joe, no tienes que preocuparte por eso, le avisé diciéndole que ibas tú. – Nash se ruborizó – Te tendrá vigilado, no podrás hacerle nada malo a Nevan, es uno de sus protegidos.

-Eso no me tranquiliza, Celia. – ella comenzó a reírse, Nash la miraba con miedo – Más bien me asusta.

-No te hará nada. – entrecerró los ojos, dándole una mirada aterradora – A menos que le hagas daño a Nevan.

Celia volvió a su puesto sin decir nada más, por el pasillo se podía escuchar una risa malvada. Nash la observo por el pasillo hasta que desapareció, su risa se seguía escuchando, un escalofrió le recorrió todo el cuerpo, tan solo conocía a Joe de haber hablado con él por el teléfono, no sabía cómo se veía, no habían fotos de él en la página de la familia Corbin. "Prefiere mantener el anonimato", le dijo Celia, "No le gusta que lo busquen por el nombre de su familia, antes se hacía llamar Joe Ross" sonrió, "Doctor Ross, así es como lo conocí."

Le sentó mal el café que tomo en la cafetería, su estómago se sentía pesado. Celia sonreía con maldad cada vez que pasaba cerca de él, indicándole cuando faltaba para que bajará Nevan, Nash estaba demasiado nervioso en ese momento.

-Nevan tiene mal despertar. – le avisó – Sobre todo cuando no come, está un poco enfadado.

-¿Eso es malo? – se encogió de hombros – Debo ir con precaución ¿verdad?

-Será mejor que no le hables muchos durante unos minutos. – Nash asintió – Está enfadado con Joe, escuche como refunfuñaba mientras se vestía.

Nevan se sentó en los sillones de la entrada sin decir nada, iba completamente cubierto, aquella mañana hacía frio así que había decidido estrenar la bufanda que le había hecho uno de sus compañeros, junto a los guantes que le regalo Celia. A Nash le pareció un enfado muy tierno, hasta que se acercó a él y le gruño.

-Buenos días, Nevan... - el omega inflo sus mejillas - ¿Has dormido bien? Está noche ha hecho bastante frio. – otro gruñido - ¿Cómo está el bebé? – los ojos de Nevan brillaron, pudo notar una pequeña sonrisa en su rostro - ¿Habéis dormido bien? – asintió – Me alegro. Buenos días, bebé.

Nash se sonrojo cuando termino de hablar, a su espalda podía escucho la risa de Celia, la beta estaba haciendo como si escribiera algo super importante en el ordenador. Nevan acarició su vientre cuando escucho que le daban los buenos días a su bebé.

-Abrigaros bien. – grito Celia antes de que salieran – Nash recuerda cuidar de él, quiero que Nevan venga muy feliz – el alfa asintió – Eso espero.

Nevan parecía mucho más pequeño con aquella bufanda, escondía su rostro dentro de ella para mantener sus mejillas calientes mientras tocaba su vientre con las manos dentro del abrigo. Nash camina detrás de él sin decir nada, tal y como le había dicho Celia, debía esperar unos minutos para que Nevan fuera el mismo de siempre.

-¿Qué tenías que hacer en la ciudad? – se sorprendió al escuchar la voz del omega – Ayer dijiste que tenías que hacer algo muy importante en la ciudad. – Nash se había olvidado de eso – Puedo quedarme en el hospital, no tienes que esperar conmigo.

-No es tan importante. – sonrió y rasco su nuca nervioso – Puedo esperar un poco, sé que no te gustan las agujas.

-Estaré con el doctor Corbin, no tienes que preocuparte por mí. – se le marco un pequeño hoyuelo en su mejilla cuando le sonrió – No me da tanto miedo, mi bebé estará bien.

-Debo mirar algo importante en el hospital. – mintió, Nevan lo miro con curiosidad – Ya me acuerdo, tengo que hacerme una prueba de sangre. – el omega entrecerró los ojos con sospecha – Problemas de anemia, eso es anemia, tengo anemia.

-¿Por qué estás tan nervioso? – Nevan sonrió de nuevo, Nash aparto la mirada - ¿Eres alguien malvado? – negó con la cabeza – No quieres hacerme daño ¿verdad?

-Tengo que realizarme esas pruebas a menudo, no te preocupes. Hablaré con la recepción para pedir cita – el omega se rio, las orejas de Nash estaban completamente rojas – Estos días me he sentido algo cansado. – bostezo dramáticamente – Creo que algo está mal, me haré de nuevo las pruebas.

Caminaron sin decir nada hasta la parada de autobús, Nevan repetía en voz baja "anemia", mientras miraba a Nash, el alfa lo miraba con una sonrisa tímida pensado en la manera de huir de ese autobús, sin dejar solo a Nevan.

-¿Qué crees que será el bebé? – se sentó al lado de la ventana, le gustaba ver el paisaje – Todos dicen que es niña, Celia asegura que es niña. – Nash sonrió – A mí me da igual si es niña o niño, aunque me han dicho tantas veces que va a ser una niña que al final me lo he creído. En el fondo quiero que sea una niña.

-¿Has pensado su nombre? – negó con la cabeza, con algo de tristeza - ¿Quieres que pensamos un nombre para el bebé?

-Estoy esperando un poco más. – hizo un pequeño puchero y miro por la ventana – Un poco más, necesito la respuesta de alguien importante.

Nevan se quejaba que tenía hambre durante el camino, le pregunto a Nash si tenía algo en los bolsillos, a los gatitos siempre le daba comida que tenía escondida, el alfa negó con la cabeza, ganándose un nuevo gruñido de parte de Nevan.

-Te llevaré a comer algo delicioso después de la prueba. – el omega sonrió y lamió sus labios - ¿Qué quieres desayunar? Sé que hay una pequeña pastelería cerca del hospital dicen que tiene comida deliciosa – la barriga de Nevan rugió, el omega agacho la cabeza avergonzado – Entonces, iremos a la pastelería después.

-Me moriré de hambre si espero tanto tiempo. – se quejó y lo miró con tristeza – Estoy seguro que moriré de hambre.

-Tan solo tienes que esperar una hora o dos más. – Nevan inflo sus mejillas indignado – Me aseguraré de que no mueras de hambre.

-Me estoy muriendo de hambre en estos momentos. – cruzó sus brazos enfadado – El bebé me está diciendo, papá dame comida, lo escuchas ¿verdad? – Nash se rio – Me siento sin fuerzas, tengo mucha hambre.

Le gustaba cuando Nevan actuaba dramático, el omega era demasiado tierno cuando se quejaba, repitió dos veces más que le bebé le estaba pidiendo comida antes de distraerse con unos carteles que había en la calle, pronto harían una pequeña feria en el centro. Nevan quería ir, pero no sabía cómo decirlo, le brillaban los ojos leyendo los carteles, de reojo miraba a Nash y después de nuevo a los carteles.

-¿Quieres ir? – asintió – Le diremos a Celia si quiere venir con nosotros ¿Cuándo es?

-Este viernes hasta el domingo. – ni siquiera lo miró para responderle – Habrá comida extrajera. – su estómago volvió a rugir – Tengo hambre, señor Smith. – se quejó y Nash sonrió – Eso carteles me están dando hambre.

Nevan espero a Nash en recepción, mientras el alfa pedía para hacerse las pruebas de la anemia, el omega se recordó nada más bajar del autobús, debía asegurarse de que Nash no sé olvidará, se veía muy preocupado por su anemia. Nash miraba de reojo a Nevan mientras apuntaba sus datos en la hoja que le había dado la enfermera, esperaba a que el omega estuviera distraído para decirle que no hacía falta, pero Nevan no le quitaba la vista de encima.

-¿Ya está? – asintió, sintiendo un sudor frio por su espalda – Eso es bueno, no tendrás que preocuparte más tarde.

-Gracias por recordármelo, Nevan. – sonrió, el omega lo imito – Casi me olvido, fue una suerte tenerte cerca.

-También te tengo que ayudar, ya que me has acompañado. – Nash asintió, maldiciéndose por dentro – Espero que no sea tan malo, la anemia puede ser peligrosa, es mejor que te cuides mucho, señor Smith. Los gatitos estarán tristes si no puedes jugar con ellos.

Se sentaron en la sala de espera, aún faltaban unos minutos para que llamaran a Nevan, el omega se estaba empezando a poner nervioso, masajeaba sus brazos, pensaba que eso haría que fuera menos doloroso. Joe ya le había sacado sangre una vez, cuando se hizo la primera prueba, hacia unas semanas, el beta le dijo que debía hacerse esa prueba siempre que fuera a su consulta, por precaución. Nevan lo miro con tristeza para que no lo hiciera, pero el doctor no se fijó.

-Estaré a tu lado, no te preocupes, Nevan. – el omega no le escucho – Puedo sentarme a tu lado si tienes mucho miedo.

-El doctor Corbin no me hará daño, pero la aguja si... - se quejó, con una pequeña mueca – No estoy asustado, yo soy un omega valiente. – Nash quería abrazarlo en ese momento, Nevan estaba muy tensó – El bebé estará bien, estoy seguro, si el bebé está bien, no importa que duela un poquito, puedo aguantar.

-Nevan Keller... - el omega se tensó aún más cuando escucho su nombre, busco darle su mano a Nash, pero no lo hizo al final – Es su turno, el doctor Corbin lo está esperando.

Antes de entra en la consulta, Nevan se quitó los guantes y la bufanda, para ir más rápido si pensaba mucho en lo que iba a pasar, tendría que esconderse detrás de Nash para que lo protegiera. Joe sonrió al verlo y saludo a Nash, el beta no parecía tan aterrador como le había descrito Celia, según ella, el doctor Corbin tenía una mirada asesina que podía matarte antes incluso de verlo.

-¿Cómo has estado, Nevan? – el omega sonrió con timidez - ¿Has seguido la dieta que te di? – asintió – Espero que no hayas comido mucho chocolate, sabes que no estaba permitido. – miro a Nash para acusarlo, en un día había tenido que comer doble razón de chocolate porque no podía negarse a lo que le ofrecía el alfa - ¿Sigues con nauseas?

-Solo a veces, ya no vómito tanto como antes y tampoco sangro. – el doctor asintió – Me están cuidando muy bien, Celia me deja salir a jugar con los gatitos del hostal por las tardes, junto al señor Smith.

-Eso está muy bien, escuche que estabais haciéndoles una casita a los gatitos. – Nevan asintió – Celia está muy feliz, dice que estás mucho más tranquilo, eso es maravilloso.

-El bebé aún no sé mueve en mi vientre. – se quejó apenado llevándose su mano al vientre – Tampoco tengo tripa y ya tengo tres meses, mi tripa sigue igual.

-A los omega masculinos no se le suele notar mucho la barriga los primeros meses, se tarda de unos dieciocho a veintidós semanas en sentir el movimiento del bebé – Nevan cruzó sus brazos enfadado – Tal vez un poco más, los omegas masculino tienen un poco más de grasa que una beta o una omega, algunos no sienten al bebé hasta la semana veintitrés.

-¿Cómo sabré si me bebé está bien? Si no puedo sentirlo, puede que mi bebé se sienta mal y yo no me dé cuenta. – Joe sonrió con ternura.

-¿Se encuentra mal? ¿Siente algún malestar? – negó con la cabeza – Entonces el bebé está bien, tan solo me preocupaba el sangrado que estaba teniendo, me alegra que ya no suceda, puede que fuera por el esfuerzo de cargar esas cajas. Me asuste bastante cuando me lo contó, debió decírmelo antes.

-Lo siento. – contesto con un pequeño piquito, seguía masajeando sus brazos, podía ver la aguja.

-Puede quitarse el abrigo y subirse la manga de la camisa, por favor, señor Keller. – asintió y miró a Nash con tristeza – El señor Smith puede acompañarte.

Nevan oculto su rostro en el abdomen de Nash, mientras el alfa acariciaba su cabello, estaba muy nervioso, gimió cuando Joe limpio la zona y pellizco la camisa de Nash para sentirse más seguro. Nash observaba a Joe sin decir nada, Nevan tembló cuando sintió el pinchazo, estaba asustado.

-Ya está. – le avisó – Presione el algodón durante cinco minutos, ahora iremos a la camilla para la ecografía – Nevan sonrió – Vamos a descubrir que es el bebé. Señor Smith, puede traerle una barrita de chocolate que hay en la máquina de enfrente, por favor. – asintió – Necesitamos que el bebé este activo para poder verlo bien. – el omega rio - ¿Estás listo?

Cuando Nash entro de nuevo en la sala, Nevan estaba acostaba en la camilla con el vientre al descubierto, el alfa aparto la vista para que el omega no se sintiera incómodo y le dio la barrita, había tardado un poco en elegir cual era la que podía gustarle más.

-¿Te duele? – señalo su brazo preocupado - ¿Estás bien? – asintió - ¿El bebé está bien?

-El doctor Corbin dice que aún está dormido, necesito comer un poco para que se mueva. – rio – Estoy bien, señor Smith.

-Tal vez tengamos que usar una técnica especial si no se deja ver... - miró a Nash con picardía – Tendrá que ayudarnos.

-¿Es dolorosa? – negó con la cabeza - ¿Es molesta para el bebé?

-No, pero necesito que el bebé se mueva, a veces no sirve que coman chocolate, hay bebés rebeldes. – bromeo – Contra los bebés rebeldes, usamos una técnica especial.

-¿Cuál es esa técnica? – pregunto asustado – Doctor Corbin, es una técnica probada y segura para sus pacientes.

-Tan solo tendrás que hacerle cosquillas al señor Keller. – respondió con una pequeña sonrisa – El bebé se moverá a la vez que su papá, eso hará que pueda verlo mejor para descubrir su sexo. – Nash suspiro tranquilo – Esperemos no tener que usar esa técnica especial.

Nevan observaba ansioso la pantalla, era la segunda vez que vería al bebé, quería preguntarle a Joe si podría tener una ecografía del bebé para ponerla en su mesita. No se hacía una idea de cómo era, incluso de escuchar la explicación de Celia, él seguía imaginado a su bebé como el pequeño guisadito que vio la primera vez.

-Creo que el chocolate no ha servido mucho. – advirtió Joe, mirado a Nash – Necesitamos su ayuda, podría hacerle un poco de cosquillas al señor Keller.

-Nevan ¿puedo? – pregunto inseguro, señalo su vientre, sabía que al omega no le gustaba que lo tocará - ¿Me dejas? – el omega asintió, con un brillo en los ojos.

Nash trago saliva nervioso, y rozo el vientre del omega con cuidado, Nevan lo miró confuso, no le hizo nada, apenas lo noto. Joe carraspeo la garganta poniendo nervioso a Nash.

-El bebé sigue sin moverse, señor Smith. – sonrió con picardía y lo miro de nuevo, Nevan lo estaba esperando, movía sus pies emocionado – Puede hacerlo de nuevo, el señor Keller tiene cosquillas por aquí... - le señalo cerca de la cadera – Debe hacerlo un poco más fuerte, lo está esperando. El bebé nos está enseñando la cabeza.

-Nevan ¿puedo? – le volvió a preguntar, el omega asintió – Dime si te molesta. – sonrió.

Al final tuvo que ser Joe quien le hiciera cosquillas a Nevan, el alfa sudaba nervioso mientras era observado por ambos, estaba demasiado nervioso. El bebé se movió un poco, sin querer mostrarse bien.

-Vamos, un poquito más. – le animó Nevan – El señor Smith nos invitará a un desayuno delicioso en la pastelería. – lamió sus labios – Si no te muestra no podemos ir a comerlo, papá tiene hambre. – Nash sonrió con timidez – Si te mueves, comeremos un desayuno delicioso, puede que haya chocolate, no se lo diremos al doctor Corbin. – rio – Vamos, mi bebé. 

-----

Ahora es cuando Nash no invita a Nevan a un desayuno delicioso, tendría tanto al omega como al bebé enfadado. 

Nash tiene miedo de hacerle daño a Nevan y más en la barriga, en su mente estaba, y si le hago cosquillas y  clavo demasiado los dedos, su si lo araño con las uñas, debía haberme cortado las uñas antes de salir. 

Hora de preguntas: 

¿Nevan se acordará que vio a Nash de pequeño?

¿Nash se enamoro a primera vista? 

Espero que os haya gustado :)

Voten y comenten  💕🥰💕🥰💕🥰

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