El verde de mi primavera ♡ Cy...

נכתב על ידי reazurah

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A Cyno nunca le había llamado la atención el color verde. Le parecía insípido; no era bonito, y mucho menos... עוד

zero
capítulo uno
capítulo dos
capítulo tres
capítulo cuatro
capítulo cinco
capítulo seis
capítulo siete
capítulo ocho
capítulo nueve
capítulo diez
capítulo once
capítulo doce
capítulo trece
capítulo catorce
capítulo quince
capítulo dieciséis ♡ xiaoven
capítulo diecisiete
capítulo diecinueve
capítulo veinte
capítulo veintiuno
capítulo veintidós
capítulo veintitrés
capítulo veinticuatro ♡ primera parte
capítulo veinticinco ♡ segunda parte
capítulo veintiséis
capítulo veintisiete
capítulo veintiocho
capítulo veintinueve
kavetham ♡ treinta
capítulo treinta y uno
capítulo treinta y dos
capítulo treinta y tres
capítulo treinta y cuatro
capítulo treinta y cinco
capítulo treinta y seis
capítulo treinta y siete
capítulo treinta y ocho
capítulo treinta y nueve
capítulo cuarenta
capítulo cuarenta y uno
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capítulo cuarenta y tres
capítulo cuarenta y cuatro
capítulo cuarenta y cinco
capítulo cuarenta y seis
kavetham ♡ cuarenta y siete
cuarenta y ocho
cuarenta y nueve
cincuenta
AVISO

capítulo dieciocho

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—Nari, recuerda que mañana salimos a las nueve. Levántate a las ocho, yo me encargaré de sacar a Sol a pasear —el joven asintió con su cabeza. Collei se acercó a él y le dio un beso en la mejilla—. Aprovecha estas vacaciones para tomar un descanso.

—Ya sabes que no puedo prometer nada, Collei. Además, un día fuera no significa que vaya a pasar el resto también —su hermana no pudo evitar sonreír. Estaba deseando que el día siguiente llegase: necesitaba ver qué tipo de reacción tendría Tighnari al descubrir lo que había planeado para el mes de julio.

—Si no lo haces tú, yo misma te obligaré —cruzó sus brazos por encima de su pecho—. Y ahora, si no te importa, me iré a dormir.

—Descansa, Coco.

—¡No me llames así! —su rostro enrojeció. Su hermano soltó una risa tan dócil como la brisa primaveral, tan hermosa como la vida misma.

Tighnari tenía una autoestima muy baja. No apreciaba absolutamente nada de su persona: odiaba su rostro, su cuerpo, su risa, su personalidad. Cada detalle no era más que un problema para él, algo de lo que sentirse avergonzado. Su único deseo era poder cambiar todo. Dejar de ser él, y convertirse en una persona hermosa.

Y el único deseo de su hermana menor era demostrarle que él era perfecto tal y como era. Devolverle la felicidad que le había sido arrebatada, la seguridad que alguna vez tuvo.

—Descansa tú también, por favor —su hermano asintió en silencio. Collei cerró la puerta de su habitación con cuidado y examinó el oscuro pasillo que conectaba distintas salas. Su habitación se encontraba al final, con un enorme póster de "Heaven Official's Blessing" pegado en el exterior de la puerta.

Las noches durante ese verano eran más frías y ruidosas que de costumbre. Los adolescentes gozaban de su libertad y organizaban encuentros a altas horas de la noche, dispuestos a disfrutar del tiempo que los estudios se habían encargado de robar; los adultos se escondían en sus cómodos hogares para descansar; y los ancianos colocaban sillas en el exterior de sus hogares y disfrutaban de la dulce esencia nocturna mientras el manto nocturno, que había sido privado de estrellas por culpa de la luz artificial, se encargaba de acompañarlos en sus horas solitarias.

Tighnari salió al balcón al que solo se podía acceder desde su habitación y apoyó sus brazos sobre la barandilla. En la plaza se encontraba un vecino suyo con su novio. Esa noche se habían reunido para cenar juntos, aprovechando su "privacidad" (es decir, la ausencia de los padres de Xingqiu) para acercarse un poquito más de lo que debían.

—Ah, ¡buenas noches, Tighnari! —el mencionado sonrió y alzó su mano en respuesta.

—¿Xingqiu ha vuelto a tener problemas con sus padres? —quiso saber Tighnari. El novio de su vecino parecía algo desanimado, algo muy extraño en él.

—Siguen quejándose de nuestra relación. Dicen que es una mala influencia y que debería buscarme a una buena mujer —explicó Xingqiu. A estas alturas, ninguna de estas quejas era una novedad. Habían sido dichas tantas veces que habían sido grabadas a fuego en la mente del joven—. "Una buena mujer", lo único que quieren es tener un hijo que entre en la norma, y de paso buscarme a una que venga de una familia de clase alta para mantener el prestigio de la familia. Si ya tienen a mi hermano, ¿por qué son tan jodidamente pesados conmigo?

—Mientras puedan sacar provecho, lo harán. Les da igual lo que tú quieras —Tighnari contempló en silencio a ambos jóvenes—. Si algún día se pasan contigo, recuerda que siempre tendrás un lugar en la plaza. Eres como un vecino más para nosotros —Chongyun sonrió.

—Mis tías y yo estamos haciendo todo lo posible para traerlo con nosotros pero, a pesar de su edad, es difícil.

—Me encontré a Yelan el otro día y me lo contó. Os deseo la mejor de las suertes. Seguro que todo irá bien.

—Muchas gracias, Tighnari —el universitario sonrió con dulzura y se despidió de ellos, consciente de que ambos jóvenes querrían algo de privacidad. Comprendía el deseo de pasar un rato en el exterior: él también solía salir por las noches solo para sentarse en el suelo de la plaza y disfrutar de algo de paz.

Kaveh
Nari, Nari, Nari
Me duele una teta
¿Crees que es motivo para ir al médico?

Tighnari
Kaveh
Son las doce de la noche
Qué clase de pregunta es esa

Kaveh
Era bromita
Solo quería desearte un buen viaje ❤️
Lo siento, nos hubiera gustado pasar el día contigo, pero Thamtham y yo teníamos unos planes distintos

Tighnari cerró la cortina mientras leía los mensajes. Aunque sus amigos no pudieran ir con ellos, no le molestaba tanto. Debían disfrutar el tiempo que tenían junto al otro. Y él se alegraba con el simple hecho de pasar un día con su padre y su hermana.

Tras responder los mensajes de su mejor amigo y conversar un poco más, puso su móvil a cargar y se acostó en su cómoda cama. El día siguiente sería el encargado de romper su odiosa rutina. Y eso hacía que sintiese cierta emoción.

—A ver si me da tiempo de preparar todo antes de que Nari despierte. Quiero darle una sorpresa en condiciones —eran las siete de la mañana y Cyno ya había llegado a la casa de su mejor amiga. Él mismo se había ofrecido a pasear a Sol, aunque antes de hacerlo, ayudó a Collei a bajar la maleta que había preparado para Tighnari sin que este se diese cuenta.

—Venga, seguro que podemos. Tenemos una hora —dejó la maleta en el suelo y respiró profundamente—. Nilou me dijo que llegaría pronto. Estate atenta. Yo voy a llevarme a la bestia un rato y a la vuelta la dejaré con... ¿Qué vecino era?

—Es Chongyun. Pero no te preocupes por eso, yo me encargaré de hacerlo —Collei tomó la correa de su perro y se la dio a Cyno. El animal se lanzó a él y empezó a lloriquear de la emoción.

—¡Amigo, controla esa emoción, que vas a despertar al jefe! —el joven lo amarró en menos que canta un gallo y salió junto a él—. En media hora estaré de vuelta. No me eches de menos, amor mío.

—Créeme, no lo haré —su mejor amigo soltó una carcajada y salió de la plaza.

—Yo sé que en el fondo, muy en el fondo, me adoras —le dijo desde fuera.

—¡En tus sueños!

Cyno se fue de allí con una enorme sonrisa en el rostro. Cuando finalmente estuvo algo lejos de la plaza, soltó la correa del animal y lo dejó caminar tranquilamente junto a él. Por el camino se encontró con Nilou, a quien abrazó rápidamente antes de seguir con el paseo.

Si debía ser honesto, le estaba gustando el giro que había dado su vida de repente. No tenía a su hermana cerca y su padre era un desastre, pero ahora había formado un extraño grupo, uno que lograba hacerlo feliz el poco tiempo que pasaban juntos. Se sentía mucho más cómodo siendo amigo de Nilou, y su mejor amiga era un amor de persona.

Ahora, lo único que necesitaba, era intentar introducir a Tighnari en este grupo. Y de paso, también en su vida; que era un desastre, pero que tenía la oportunidad de ser un poco mejor.

—Este era el parque favorito de mi Sorda. Seguro que a ti también te va a encantar, bonito —Cyno tomó asiento en un banco cercano y volcó toda su atención en el animal que había comenzado a correr en círculos, atento a cualquier movimiento sospechoso para poder evitar una posible fuga.

No obstante, el perro de su mejor amiga era mucho más bueno que su Sorda. Se acercaba a él cada vez que lo llamaba, y en ningún momento intentó escaparse del humano.

—Ay, qué bueno es este pequeño... Voy a tener que felicitar a tus dueños por tenerte tan bien educado, gordito —el universitario acariciaba a Sol con cariño, recordando los días en los que su pequeña Sorda seguía viva. La echaba tantísimo de menos—. Cómo te van a echar de menos este mes, bonito. Es una lástima que no puedas venir con nosotros.

El camino de vuelta fue bastante tranquilo. Las calles estaban desoladas. Las únicas personas con las que se encontraba estaban paseando a sus perros. Todos eran amables y se detenían poco tiempo para que los animales jugasen unos minutos, permitiendo que Cyno lograse volver a tiempo.

—¡Ah, Cyno! Mira, este es Xingqiu, el novio de Chongyun —Cyno volvió a ponerle la corea al animal y se acercó a su mejor amiga y al chico de cabello azul marino que había a su lado—. Ellos se harán cargo de mi Sol.

—Un placer, Xingqiu —el joven sonrió con dulzura y tomó la correa que Cyno le había extendido.

—El placer es mío, Cyno —volvió a dirigirse a Collei—. Cuidaremos muy bien de él. Además, sabes que nuestro perro y él son buenos amigos.

—¿Desde cuándo tiene Chongyun un perr- —entonces pareció comprender—. Aaaaah, vale, ya lo pillo. ¡No seas así, Xingqiu! —Xingqiu soltó una carcajada.

—Disfrutad del viaje, chicos. Y cuidad bien de Tighnari —Cyno se retiró de allí en silencio y se sentó junto a Nilou, quien estaba revisando algo en su móvil.

—Quiero que Tighnari se levante ya —el joven apoyó su cabeza en el hombro de su mejor amiga y cotilleó su conversación. Estaba hablando con su novia.

—Cotilla —la pelirroja bloqueó su teléfono y lo guardó en uno de los bolsillos de su peto—. Y pesado. Ten paciencia, que ya queda menos.

—Me hace mucha ilusión este viaje. Me hacía falta una excusa para no hacer ejercicio —y una excusa para no pensar. Este viaje era una forma de huir de sus preocupaciones.

—Y dale con eso. ¡Serás flojo!

—Mucho. Toda mi vida. Siempre. Cada segundo. Cada minuto. Cada hora.

—Lo sé bien, Cyno. Lo sé.

El tiempo de espera se les hizo eterno. Collei y su padre entraron en casa para disimular un poco y lograr engañar a Tighnari mientras Cyno y Nilou esperaban, ansiosos, en el coche. Después de todo, ellos eran la primera sorpresa del día.

—Me voy a mear de la emoción —el universitario no podía estarse quieto. Nilou, sentada junto a él, entornó sus ojos y fingió juzgarlo en silencio.

—Igualito que mi Yorkshire. Seríais buenos amigos —como la gomilla que rodeaba su muñeca empezaba a hacerle daño, tuvo una idea que la salvaría de su sufrimiento—. ¿Puedo hacerte el mismo peinado que le hago a ella? Tienes que estar muy gracioso.

—Adelante —la pelirroja sonrió y peinó el cabello de su mejor amigo con sus dedos, haciéndole una coleta pequeña con su flequillo en lo alto de la cabeza—. Igualito.

—Me siento raro —Cyno frunció el ceño y observó su nuevo look en el móvil. Justo en ese momento, las voces de Tighnari y Collei sonaron en el exterior.

—Serán un par de horas de viaje. Créeme, se te harán ligeras —ambos jóvenes contuvieron la respiración. Tighnari parecía no haberse dado cuenta de su presencia.

—Probablemente me quede dormido.

—Mucho mejor, que los viajes siempre te sientan mal —Tighnari abrió la puerta del copiloto y se sentó sin ni siquiera mirar atrás. Collei tomó asiento en la parte de atrás, justo al lado de Nilou.

Como los sentidos de Tighnari eran extremadamente agudos, la agradable fragancia de Nilou no pasó desapercibida para su olfato. Al asomarse para ver los asientos traseros, se encontró con dos intrusos a los que llevaba semanas sin ver.

—¿Qué...? —Cyno sonrió.

—¿Sorpresa?

—¿Qué hacéis aquí? —Tighnari frunció el ceño, confundido.

—Orgía.

—Hemos venido de acompañantes —Nilou golpeó a Cyno por la respuesta que había dado—. Espero que no sea una molestia.

—Claro que no —el joven sonrió—. Me alegra vuestra compañía.

Y Cyno sintió su corazón brincar de la emoción.

—Joder, este puto moco tenía hasta una familia. Y él era el abuelo. Estaba calentito —Cyno le acercó el pañuelo que había utilizado a Nilou—. ¿Quieres ver?

—¡No, pedazo de guarro! ¡Tira eso! —la pelirroja le dio un manotazo a su mejor amigo, quien soltó una sonora carcajada.

Tras una hora de viaje (aproximadamente), habían decidido hacer una pequeña parada. En otras circunstancias, cualquiera hubiese intercambiado el puesto con el conductor, pero el padre de Tighnari y Collei se negó a todas las propuestas. Su hijo estaba agotado y no podría conducir correctamente (de hecho, había pasado toda la hora dormido), y tampoco quería dejarle su trabajo a sus amigos. Sería de mala educación.

—¿Ya estáis listos? —hacía un rato que Tighnari había vuelto al coche para seguir durmiendo y su padre empezaba a sentirse preocupado. No le gustaba la idea de dejarlo solo mucho tiempo.

—Yo tengo que ir al baño, esperadme en el coche —Nilou se marchó de allí antes de recibir una respuesta. Cyno frunció el ceño.

—Id vosotros. Yo iré ahora —el joven fue tras su exnovia y decidió esperarla sentado en una silla cerca de los baños.

—Eso ha sido raro —Collei no comprendía la situación. Su padre, quien había notado algo extraño mientras desayunaban, decidió no decir nada para no preocupar a su hija.

Aunque, si Cyno no hubiese actuado, él mismo habría ido a acompañarla.

—¿Cyno? ¿Qué haces aquí? —preguntó Nilou al salir del baño, confundida. Su mejor amigo señaló con su cabeza a un hombre sentado algo lejos de ellos, pero que parecía muy interesado en su exnovia.

—No te ha quitado los ojos de encima desde que hemos llegado. No iba a dejarte sola estando él aquí —la pelirroja sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Aunque estuviese en un lugar seguro, el camino al coche podría no serlo tanto, pues se encontraba algo lejos de allí.

—Vámonos rápido, por favor —exigió. Cyno asintió y tomó su mano.

Ambos llegaron al coche sin problema alguno. Nilou agradeció a su mejor amigo por su ayuda, pero él se negó a aceptarlo. Tampoco había hecho nada del otro mundo.

—Ahora, una horita más de sufrimiento. A ver si me puedo dormir, que esta noche he dormido como el culo. Y por si no fuera suficiente, me duele la cabeza —se quejó Cyno incluso antes de que el coche fuera puesto en marcha.

—Eso te pasa por usar el móvil —le dijo su mejor amiga—. Te lo advertimos, y tú ni caso.

—Es que no quería hablar, soy muy ruidoso y sabía que iba a despertar a tu hermano —intentó defenderse. Collei quiso burlarse de él, pero decidió no hacer menciones del interés de su mejor amigo. Solo por seguridad.

—Excusas —rodó sus ojos. Cyno pellizcó su pierna, empezando así una extraña pelea, con Nilou sentada entre ambos, aguantando en silencio empujones y algún que otro golpe que no iba dirigido a ella.

—¿Podéis calmaros? Vais a hacerle daño a la señorita del centro —el hombre revisó a los jóvenes a través del retrovisor, encontrándose con esa escena tan surrealista. Como si en lugar de universitarios, estuviese transportando niños menores de seis años.

—Ups. Perdóname, Nilou. Sabes que yo te aprecio muchísimo. No me odies —se disculpó Cyno de forma exagerada, juntando ambas manos y colocándolas frente a su cara.

—Pero si eres tú el que ha empezado —le recordó Collei.

—Cállate, que tú me has seguido.

—¿Podéis dejar de hacer ruido? —pidió Tighnari, adormilado.

—Lo que mi rey pida —susurró Cyno. La pelirroja contuvo la carcajada que amenazó con escapar. ¡Mira que iba a ser cuidadoso él!

—Has caído muy bajo —susurró Collei, dándole algunos pellizcos pequeños en el brazo.

—Siempre siempre, nunca nunca.

—Busca ayuda, en serio —comentó Nilou. Las comisuras de los labios del joven fueron hacia abajo, mostrando su molestia.

—Os voy a denunciar por hacerme bullying.

—Denúnciame esta.

—No, que es chica y apesta —se dio la vuelta, dándole la espalda a sus mejores amigas—. Ahora, dejemos de hacer ruido, que molestamos a Tighnari.

—Eres débil.

—No, soy maricón. Ahora, two mimir.



El chalé en el que iban a quedarse durante ese mes se encontraba en un pueblo cercano a un bosque. Se trataba de una zona bastante natural, donde la vegetación era abundante y había lugares preciosos para visitar.

Collei sabía lo mucho que Tighnari amaba la naturaleza, así que había buscado este lugar con ahínco, dispuesta a darle una sorpresa en condiciones a su hermano.

—Cuánta hierba... ¿Crees que me podré fumar algo de ahí? —Cyno contemplaba el exterior del coche, fascinado—. Mira que has buscado un buen sitio, eh.

—Pues claro, he buscado un lugar adecuado para mi hermano. Sabes que pienso en todo.

—Le va a venir muy bien para tomar un respiro de la ciudad. Aunque me da lástima saber que no va a poder visitar a mi mujer durante todo un mes. Sé que está acostumbrado a visitarla a diario —suspiró el hombre.

—¿Ella lo sabe? —preguntó Nilou.

—Ella me ayudó a encontrar este lugar. Así que sí, lo sabe —respondió Collei—. Ay, estoy deseando llegar y que mi hermano finalmente se entere de la verdad.

—Va a llorar. Y lo sabes —comentó su padre. La menor soltó una risita nerviosa.

—Me va a odiar, no le gusta nada que otras personas lo vean llorar.

—Nilou y yo nos daremos la vuelta.

—Sigue siendo vergonzoso de cierta forma —dijo Nilou—. Pero está bien. No es mala idea.

El destino se encontraba cada vez más cerca. Una extraña emoción se apoderó del ambiente, aumentando el deseo de llegar.

Y lo único seguro es que este mes iba a estar lleno de sorpresas y buenas experiencias.

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